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LOS DÍAS POSTERIORES AL REGRESO DE NICOLÁS FUERON DE TEMOR Y SILENCIOSA TENSIÓN, AUNQUE TAMBIÉN DE ALIVIO DEBIDO A QUE EL ZAR SE ENCONTRABA SANO Y SALVO EN CASA. LO HABÍA PERDIDO TODO, PERO POR LO MENOS NO LO HABÍAN MATADO. NICOLÁS SE PASABA LARGAS HORAS JUNTO AL ZARÉVICH MIENTRAS ALEJANDRA ATENDÍA A SUS HIJAS. MARÍA HABÍA CONTRAÍDO PULMONÍA A CAUSA DEL SARAMPIÓN. PADECÍA UNA PERSISTENTE TOS QUE LA ATORMENTABA SIN CESAR Y LA FIEBRE NO CEDÍA. ZOYA PERMANECÍA CONSTANTEMENTE A SU LADO.
—MASHKA, BEBE UN POQUITO…, HAZLO POR MÍ…
—ES QUE NO PUEDO, LA GARGANTA ME DUELE MUCHO.
APENAS PODÍA HABLAR Y CUANDO LA TOCÓ, ZOYA NOTÓ LA PIEL ARDIENTE Y SECA. DE VEZ EN CUANDO LE HUMEDECÍA LA FRENTE CON AGUA DE LILAS Y LE COMENTABA EN VOZ BAJA LOS PARTIDOS DE TENIS DEL VERANO ANTERIOR EN LIVADIA.
—¿RECUERDAS AQUELLA FOTOGRAFÍA TAN TONTA QUE NOS TOMÓ TU PADRE A TODOS COLGADOS BOCA ABAJO? LA TENGO AQUÍ, MASHKA…, ¿QUIERES VERLA?
—LUEGO…, LOS OJOS ME DUELEN MUCHO, ZOYA…, ME ENCUENTRO MUY MAL.
—CHIS…, PROCURA DORMIR. CUANDO DESPIERTES TE ENSEÑARÉ LA FOTOGRAFÍA.
TRAJO INCLUSO A LA PEQUEÑA SAVA PARA QUE LA ANIMARA, PERO MARÍA NO SENTÍA EL MENOR INTERÉS POR NADA. ZOYA ESPERABA QUE SE REPUSIERA LO BASTANTE COMO PARA PODER VIAJAR HASTA MURMANSK Y LUEGO EMBARCAR RUMBO A INGLATERRA. FALTABAN TRES SEMANAS PARA LA PARTIDA Y NICOLÁS DECÍA QUE PARA ENTONCES TODOS TENDRÍAN QUE ESTAR RECUPERADOS. DIJO QUE AQUELLA SERÍA SU ÚLTIMA ORDEN COMO ZAR, Y TODOS LLORARON AL OÍR SUS PALABRAS. NICOLÁS INTENTABA ALEGRARLOS POR TODOS LOS MEDIOS, PERO TANTO ÉL COMO ALIX ESTABAN CADA DÍA MÁS AGOTADOS. TRES DÍAS DESPUÉS, ZOYA LO VIO EN EL PASILLO DE ACCESO AL DORMITORIO MALVA CON EL ROSTRO MORTALMENTE PÁLIDO. UNA HORA MÁS TARDE AVERIGUÓ POR QUÉ. SU PRIMO INGLÉS SE NEGABA A RECIBIRLO POR RAZONES TODAVÍA SIN ACLARAR. POR CONSIGUIENTE, LA FAMILIA IMPERIAL NO VIAJARÍA A INGLATERRA. INICIALMENTE, NICOLÁS HABÍA PEDIDO A ZOYA Y A LA CONDESA QUE LOS ACOMPAÑARAN, PERO AHORA NADIE SABÍA QUÉ OCURRIRÍA.
—¿QUÉ PASARÁ, ABUELA? —LE PREGUNTÓ ZOYA AQUELLA NOCHE A LA CONDESA.
¿QUÉ PASARÍA SI LOS MANTUVIERAN ALLÍ, EN TSARSKOE SELO, Y AL FINAL LOS MATARAN?
—NO LO SÉ, PEQUEÑA. YA NOS LO DIRÁ NICOLÁS CUANDO ESTÉ DECIDIDO. PROBABLEMENTE IRÁN A LIVADIA.
—¿CREES QUE NOS MATARÁN?
—NO SEAS TONTA.
SIN EMBARGO, EUGENIA TEMÍA LO MISMO AUNQUE EN AQUELLOS MOMENTOS LAS RESPUESTAS NO RESULTABAN FÁCILES. INCLUSO LOS INGLESES LE HABÍAN FALLADO A NICOLÁS. NO HABÍA NINGÚN LUGAR SEGURO ADONDE IR. EL VIAJE A LIVADIA HUBIERA SIDO MUY PELIGROSO. SE ENCONTRABAN ATRAPADOS EN TSARSKOE SELO. NO OBSTANTE, NICOLÁS PARECÍA MUY TRANQUILO Y LOS INSTABA A NO PREOCUPARSE, COSA EVIDENTEMENTE IMPOSIBLE.
A LA MAÑANA SIGUIENTE, CUANDO SALIÓ DE PUNTILLAS DE LA HABITACIÓN Y MIRÓ POR LA VENTANA, ZOYA VIO A NICOLÁS Y A SU ABUELA PASEANDO LENTAMENTE POR EL JARDÍN CUBIERTO DE NIEVE. NADIE MÁS LOS ACOMPAÑABA. MIENTRAS LOS MIRABA —ÉL CON SUS ORGULLOSOS HOMBROS ERGUIDOS Y ELLA CON SU CAPA NEGRA RECORTADA CONTRA LA BLANCURA DE LA NIEVE—, ZOYA CREYÓ VER LLORAR A SU ABUELA. EL ZAR LA ABRAZÓ CARIÑOSAMENTE Y DESPUÉS AMBOS DOBLARON LA ESQUINA DEL PALACIO.
ZOYA REGRESÓ A SU HABITACIÓN Y AL POCO ENTRÓ SU ABUELA CON EXPRESIÓN ABATIDA. SE SENTÓ DESPACIO EN UNA SILLA. MIRÓ A SU ENCANTADORA NIETA, Y PENSÓ QUE APENAS UNAS SEMANAS ANTES PARECÍA UNA NIÑA. AHORA DE REPENTE SE HABÍA CONVERTIDO EN UNA MUJER ADULTA. ESTABA MÁS DELGADA Y MÁS FRÁGIL, PERO SU ABUELA SABÍA QUE LOS HORRORES DE LAS SEMANAS TRANSCURRIDAS CONTRIBUIRÍAN A FORTALECERLA. TODOS TENDRÍAN QUE SER FUERTES.
—ZOYA…
NO SABÍA CÓMO DECÍRSELO, PERO NICOLÁS TENÍA RAZÓN. ADEMÁS, LO MÁS IMPORTANTE ERA LA SEGURIDAD DE LA JOVEN. ZOYA TENÍA UNA LARGA VIDA POR DELANTE Y ELLA GUSTOSAMENTE HUBIERA DADO LA SUYA PARA PROTEGERLA.
—¿OCURRE ALGO, ABUELA?
A LA LUZ DE LO SUCEDIDO EN LAS DOS SEMANAS ANTERIORES, LA PREGUNTA PARECÍA RIDÍCULA, PERO ZOYA INTUYÓ LA INMINENCIA DE UN NUEVO DESASTRE.
—ACABO DE HABLAR CON NICOLÁS, ZOYA NICOLAEVICH…, QUIERE QUE NOS VAYAMOS AHORA…, MIENTRAS PODAMOS HACERLO…
A ZOYA SE LE LLENARON LOS OJOS DE LÁGRIMAS.
—¿POR QUÉ? —PREGUNTÓ, LEVANTÁNDOSE ATERRORIZADA—. DIJIMOS QUE NOS QUEDARÍAMOS AQUÍ CON ELLOS Y QUE PRONTO SE MARCHARÍAN… SE IRÁN, ABUELA, ¿VERDAD QUE SÍ?…, SE IRÁN, ¿VERDAD?
LA CONDESA NO SUPO QUÉ CONTESTAR, SOPESÓ LA VERDAD Y LA MENTIRA HASTA QUE, AL FINAL, COMO SIEMPRE GANÓ LA VERDAD.
—NO LO SÉ. PUESTO QUE LOS INGLESES SE NIEGAN A ACEPTARLOS, NICOLÁS TEME QUE LAS COSAS SE COMPLIQUEN. TEME QUE LOS MANTENGAN ENCARCELADOS AQUÍ MUCHO TIEMPO E INCLUSO QUE LOS LLEVEN A ALGÚN OTRO SITIO. EN TAL CASO, TAMBIÉN TENDRÍAMOS QUE SEPARARNOS… Y ÉL YA NO PUEDE OFRECERNOS SU PROTECCIÓN PORQUE NADA TIENE. Y YO NO PUEDO SALVARTE DE ESOS CERDOS. ÉL TIENE RAZÓN, TENEMOS QUE IRNOS MIENTRAS PODAMOS.
LA CONDESA MIRÓ TRISTEMENTE A LA NIÑA CONVERTIDA DE SÚBITO EN MUJER, SIN HABER PREVISTO SU ESTALLIDO DE FURIA.
—¡NO IRÉ CONTIGO! ¡NO PIENSO IR! ¡NO LOS DEJARÉ!
—¡DEBES HACERLO! INSENSATA, PODRÍAS ACABAR SOLA EN SIBERIA…, ¡SIN ELLOS! TENEMOS QUE IRNOS DENTRO DE UNO O DOS DÍAS. NICOLÁS TEME QUE LAS COSAS EMPEOREN. LOS REVOLUCIONARIOS NO LO QUIEREN AQUÍ Y SI LOS INGLESES LO RECHAZAN, ¿QUIÉN LO ACEPTARÁ? ¡LA SITUACIÓN ES MUY GRAVE!
—¡PUES, ENTONCES, MORIRÉ CON ELLOS! ¡NO PUEDES OBLIGARME A IR CONTIGO!
—PUEDO HACER LO QUE QUIERA Y TÚ HARÁS LO QUE YO DIGA, ZOYA. ESE ES TAMBIÉN EL DESEO DE NICOLÁS. ¡NO DEBES DESOBEDECER SUS ÓRDENES!
LA CONDESA ESTABA CASI AGOTADA DE TANTO DISCUTIR, PERO SABÍA QUE NECESITARÍA TODA SU FUERZA PARA CONVENCERLA.
—NO PUEDO DEJAR A MARÍA AQUÍ, ABUELA, ESTÁ MUY ENFERMA… Y ES LO ÚNICO QUE ME QUEDA…
ZOYA ROMPIÓ A LLORAR Y APOYÓ LA CABEZA EN LOS BRAZOS SOBRE LA MESA COMO UNA CHIQUILLA. ERA LA MISMA MESA JUNTO A LA CUAL SE HABÍA SENTADO CON MARÍA HACÍA APENAS UN MES, MIENTRAS SU PRIMA LE TRENZABA EL CABELLO Y AMBAS CONVERSABAN Y REÍAN ALEGREMENTE. ¿DÓNDE ESTABA AQUEL MUNDO? ¿QUÉ LES HABÍA OCURRIDO A TODOS?… NICOLAI, SU MADRE Y SU PADRE…
—ME TIENES A MÍ, PEQUEÑA… —LE DIJO LA CONDESA, ACARICIÁNDOLE SUAVEMENTE EL CABELLO TAL COMO HICIERA MARÍA TANTAS VECES—. DEBES SER FUERTE. ELLOS LO ESPERAN DE TI. NO TIENES MÁS REMEDIO, ZOYA. TENEMOS QUE HACER LO MÁS CONVENIENTE EN ESTOS MOMENTOS.
—PERO ¿ADÓNDE IREMOS?
—TODAVÍA NO LO SÉ. NICOLÁS DICE QUE YA LO ARREGLARÁ. QUIZÁ PODAMOS PASAR A FINLANDIA Y DESDE ALLÍ IR A FRANCIA O SUIZA.
—PERO ALLÍ NO CONOCEMOS A NADIE —EXCLAMÓ ZOYA HORRORIZADA, MIRANDO A EUGENIA CON LOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS.
—SON COSAS QUE OCURREN A VECES, QUERIDA. DEBEMOS CONFIAR EN DIOS Y MARCHARNOS CUANDO NICOLÁS LO DISPONGA.
—ABUELA, NO PUEDO…
SIN EMBARGO, LA CONDESA FUE INFLEXIBLE. ERA UNA MUJER MÁS FUERTE QUE EL ACERO Y TAN FIRME COMO UNA ROCA. ZOYA NO PODÍA COMPETIR CON ELLA, POR LO MENOS TODAVÍA NO, Y AMBAS LO SABÍAN.
—PUEDES Y LO HARÁS, Y NO DEBES DECIRLES NADA A LOS NIÑOS. BASTANTE PREOCUPACIONES TIENEN YA. NO DEBEMOS AGOBIARLOS CON LAS NUESTRAS. NO SERÍA JUSTO.
—¿QUÉ LE DIRÉ A MASHKA?
LA CONDESA MIRÓ CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS A LA MUCHACHA A QUIEN TANTO AMABA. AL FINAL, RECORDANDO A LOS SERES QUE HABÍAN PERDIDO Y PENSANDO EN LOS QUE MUY PRONTO IBAN A PERDER, HABLÓ EN UN SUSURRO:
—DILE SIMPLEMENTE QUE LA QUIERES MUCHO.