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DANIELLE STEEL, LA MANSIÓN, CAPITULO 20.

20

—BIEN, HANNAH, A VER SI CUIDAS DE NUESTRA CASA MIENTRAS NOS HALLEMOS FUERA.

LA VIEJA, COJEANDO Y CON CARA DE POCOS AMIGOS, BAJÓ LOS ESCALONES DEL PORCHE CON ELLOS. EL COCHE IBA CARGADO CON LO QUE HUBIERA PODIDO TOMARSE POR TODAS LAS PERTENENCIAS DE AMBOS, PERO, EN REALIDAD, SÓLO SE TRATABA DE LOS NUEVOS VESTIDOS DE SABRINA. JEREMIAH LE SONRIÓ A LA FIEL AMA DE LLAVES. ÉL HABRÍA QUERIDO QUE LOS ACOMPAÑARA, PERO ELLA INSISTIÓ EN SU DESEO DE QUEDARSE. A SUS OCHENTA Y TRES AÑOS DE EDAD, TENÍA DERECHO A HACER LO QUE MEJOR LE VINIERA EN GANA. HANNAH CREÍA QUE AQUEL VIAJE ERA UNA LOCURA.

—AL FIN Y AL CABO, SÓLO ESTAREMOS FUERA DOS MESES —LE DIJO ÉL PARA TRANQUILIZARLA.

ERA UNA PROMESA QUE LE HABÍA HECHO A SABRINA HACÍA YA VARIOS AÑOS. NI SIQUIERA ESTABA SEGURO DE QUE LA MUCHACHA LE EXIGIERA SU CUMPLIMIENTO. POR ELLO SE SORPRENDIÓ CUANDO, UNOS MESES ANTES, ÉL SACÓ EL TEMA A COLACIÓN. LA MUCHACHA DIJO QUE LE ENCANTARÍA QUE, TAL COMO ÉL LE HABÍA PROMETIDO, ABRIERA LA MANSIÓN THURSTON PARA ELLA Y DIERA UN BAILE CON MOTIVO DE SU DECIMOCTAVO CUMPLEAÑOS. «PUEDE QUE, AL FIN Y AL CABO, HAYA EN ELLA ALGO DE SU MADRE», LE HABÍA DICHO MEDIO EN BROMA A AMELIA, LA ÚLTIMA VEZ QUE SU AMIGA HABÍA VISITADO LA CIUDAD. PERO AMELIA TAMBIÉN ENCONTRÓ QUE ERA UNA EXCELENTE IDEA, Y DIJO QUE SÓLO LAMENTABA NO PODER VOLVER A SAN FRANCISCO CUANDO SE CELEBRARA LA FIESTA. AQUEL AÑO, HABÍA ESTADO YA DOS VECES EN LA CIUDAD; UNA, PARA ASISTIR A LA BODA DE LA MAYOR DE SUS NIETAS, Y OTRA, PARA ESTAR AL LADO DE SU HIJA CUANDO MURIÓ SU YERNO. ADEMÁS, POR ESTAR AÚN OFICIALMENTE DE LUTO, SU PRESENCIA EN UN BAILE HABRÍA SIDO MAL VISTA. NO OBSTANTE, HABÍA DADO A JEREMIAH CUANTOS CONSEJOS HABÍAN SIDO NECESARIOS RESPECTO A LA FIESTA.

INCLUSO LE HABÍA ACOMPAÑADO EL DÍA QUE ABRIÓ LA CASA. Y NOTÓ EL ESCALOFRÍO QUE SACUDIÓ A JEREMIAH AL ENTRAR EN ELLA DESPUÉS DE TANTOS AÑOS. EN AQUELLA OCASIÓN, AMELIA SE VOLVIÓ HACIA ÉL Y LE TOMÓ EL BRAZO EN UN GESTO DE SIMPATÍA.

—SERÁ MEJOR QUE NO DES LA FIESTA AQUÍ. POR ENTONCES, EL FAIRMONT ESTARÁ YA TERMINADO. PODRÍAS DAR EL BAILE ALLÍ.

AMELIA SE HABÍA PREGUNTADO A MENUDO POR QUÉ JEREMIAH NO HABÍA VENDIDO LA CASA. SABÍA LOS MALOS RECUERDOS QUE TENÍA PARA ÉL, Y NO COMPRENDÍA CÓMO SE HABÍA OBSTINADO EN CONSERVARLA PARA SABRINA.

—NO, QUIERO DARLA AQUÍ —AFIRMÓ JEREMIAH CON UNA TENSIÓN EN LA MANDÍBULA QUE NO PASÓ INADVERTIDA A AMELIA.

DESPUÉS, RECORRIERON LA CASA EN COMPAÑÍA DE UN NUMEROSO EQUIPO DE CRIADOS Y SIRVIENTAS. HABÍA MUCHÍSIMO QUE HACER: REPARAR, LIMPIAR, PULIR, PINTAR… SIN EMBARGO, Y SORPRENDENTEMENTE, LA CASA ESTABA EN MEJORES CONDICIONES DE LO QUE HABÍAN CREÍDO. PERO EL PEOR MOMENTO PARA JEREMIAH FUE EL DE ENTRAR EN LA SUITE PRINCIPAL. AMELIA SINTIÓ VERDADERA PENA POR ÉL, Y LE NOTÓ TAN ACONGOJADO QUE LE RECOMENDÓ QUE DURMIERA EN OTRA HABITACIÓN, IDEA QUE ÉL LE AGRADECIÓ. AMELIA ESTUVO TAMBIÉN A SU LADO CUANDO JEREMIAH ABRIÓ LOS ARMARIOS DEL VESTIDOR DE CAMILLE. IBA A ACONSEJARLE QUE LO TIRARA TODO, PERO ÉL DIJO A LAS SIRVIENTAS QUE LO GUARDARAN EN CAJAS, EN EL SÓTANO.

—¿POR QUÉ QUIERES GUARDAR ESAS COSAS? —PREGUNTÓ AMELIA—. POCO DEBÍAN DE SIGNIFICAR PARA CAMILLE CUANDO LAS DEJÓ ABANDONADAS AQUÍ.

CUANDO VOLVIERON A LA PLANTA BAJA, AMELIA PARECÍA DESCONCERTADA. PREPARAR LA MANSIÓN PARA EL BAILE DE SABRINA SUPONDRÍA UN TRABAJO TITÁNICO, PERO, AUN ASÍ, PENSÓ QUE ERA UN PROYECTO FASCINANTE.

—SABRINA PODRÍA QUERER CONSERVAR ALGO DE SU MADRE —EXPLICÓ JEREMIAH. CINCO AÑOS ANTES, CUANDO SABRINA TENÍA TRECE, LE HABÍA CONTADO A AMELIA SU ESCAPADA: CÓMO HABÍA ESCALADO LA VERJA Y CÓMO HABÍA PENETRADO EN LA MANSIÓN POR UNA VENTANA—. CUANDO VINO AQUÍ SIN MI PERMISO, ME DI CUENTA DE QUE, PARA ELLA, EXISTÍA UN GRAN VACÍO EN EL CONOCIMIENTO DE CAMILLE. TENGO LA IMPRESIÓN DE QUE SABRINA ESTÁ CONVENCIDA DE QUE SE TRATA DE UN TEMA TABÚ. DEBE DE CREER QUE LLEVO AÚN EN EL CORAZÓN EL LUTO DE SU MUERTE.

JEREMIAH SUSPIRÓ Y SONRIÓ A SU AMIGA. HACÍA VEINTE AÑOS QUE SE CONOCÍAN, PERO LE ENCANTABA VERLA COMO EL PRIMER DÍA. SIEMPRE SE MOSTRABA AFECTUOSA, VIBRANTE Y LLENA DE VIDA. ERA UN VERDADERO PLACER ESTAR A SU LADO. INCLUSO A SUS SESENTA AÑOS SEGUÍA SIENDO UNA MUJER HERMOSA, LO QUE ÉL NO SE OLVIDABA DE DECIRLE CADA VEZ QUE LA VEÍA.

—¡QUÉ MENTIRAS MÁS TREMENDAS SUELTAS, JEREMIAH! ¡Y CÓMO ME COMPLACE QUE LAS DIGAS! —DIJO ELLA RIENDO, Y ÉL LE CONTESTÓ CON UN BESO.

PENSANDO EN LA FIESTA, AMELIA LE HABÍA REGALADO A SABRINA UN HERMOSO COLLAR DE PERLAS Y LE HABÍA EXPRESADO SU SENTIMIENTO POR NO PODER ASISTIR A LA MISMA.

—NOSOTROS TAMBIÉN TE ECHAREMOS DE MENOS, TÍA AMELIA. —SABRINA LE DIO UN BESO DE AGRADECIMIENTO Y LE PROMETIÓ QUE LLEVARÍA LAS PERLAS EL DÍA DEL BAILE.

AMELIA LA HABÍA AYUDADO A ESCOGER UN EXQUISITO VESTIDO DE RASO ADORNADO CON ARTÍSTICOS BORDADOS DE PERLAS. ERA UN VESTIDO ESPECTACULAR, Y NO EL ÚNICO, PUES LA MUJER TAMBIÉN LA HABÍA ACONSEJADO EN LA ELECCIÓN DE OTROS TRES PARA QUE LOS LLEVARA EN LAS FIESTAS A QUE PUDIERA ASISTIR CON SU PADRE. SABRINA ESTABA ESPECIALMENTE ILUSIONADA POR UNO DE ELLOS. APENAS PODÍA ESPERAR EL MOMENTO DE LUCIRLO. ERA EL VESTIDO MÁS SOFISTICADO QUE HUBIERA LLEVADO EN SU VIDA. SU PROYECTO HABÍA SIDO OBJETO DE LARGAS CONVERSACIONES ENTRE ELLA Y AMELIA. ERA DE UNA SUAVE TELA DORADA Y, EN CONTRASTE CON SU PELO NEGRO Y SU PIEL SUAVE, LE SENTABA MARAVILLOSAMENTE. ESCOGIERON UN MODELO DE FALDA NO EXCESIVAMENTE LARGA Y, CUANDO EL TRAJE LLEGÓ A SANTA ELENA, SABRINA, ENTUSIASMADA CON ÉL, DECIDIÓ NO DEJÁRSELO VER A SU PADRE HASTA EL DÍA EN QUE LO ESTRENARA. PENSABA PONÉRSELO EL DÍA QUE FUESEN A LA ÓPERA. LA COMPAÑÍA DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK DARÍA UNAS REPRESENTACIONES EN SAN FRANCISCO, Y JEREMIAH LA LLEVARÍA A VER CARMEN, INTERPRETADA POR FREMSTADT Y CARUSO. LA MUCHACHA ESTABA TAN ENTUSIASMADA POR LA PERSPECTIVA DE SU PRIMERA NOCHE DE ÓPERA COMO POR EL ASPECTO QUE OFRECERÍA EN ELLA.

EL VESTIDO, JUNTO CON LOS DEMÁS, SE HALLABA EN LOS BAÚLES QUE UN CARRUAJE CONDUCÍA YA A TRAVÉS DE LOS JARDINES DE LA MANSIÓN THURSTON. POR UN INSTANTE, SABRINA RECORDÓ EL DÍA EN QUE PENETRÓ EN AQUEL RECINTO TREPANDO POR LA VERJA. QUÉ ENTRADA TAN DISTINTA, LA DE AHORA… SE DIRIGÍA HACIA LA CASA EN EL MÁS LUJOSO COCHE DE SU PADRE Y CON LA ELEGANCIA PROPIA DE UNA GRAN DAMA. DURANTE LA ÚLTIMA MEDIA HORA, AÚN HABÍA ESTADO HABLANDO CON SU PADRE DE LA POLILLA QUE VENÍA ARRUINANDO LAS COSECHAS DE UVA DESDE HACÍA VARIOS AÑOS; PERO, DE PRONTO, SÓLO PUDO PENSAR EN LA MARAVILLOSA MANSIÓN QUE TENÍA DELANTE. SE DETUVO EN EL SALÓN PRINCIPAL, DEBAJO DE LA MAGNÍFICA CÚPULA, Y RECORDÓ DE NUEVO LA PRIMERA VEZ QUE, EN CIRCUNSTANCIAS MENOS CONFESABLES, SE HABÍA DETENIDO A ADMIRARLA. PERO, AHORA, NO HABÍA NADA QUE OCULTAR. LA MANSIÓN TENÍA UN ASPECTO INMACULADO Y HABÍA FLORES POR DOQUIER, LA PLATA ESTABA BRUÑIDA, EL LATÓN, ABRILLANTADO. AL VOLVERSE SABRINA HACIA SU PADRE, JEREMIAH TUVO LA SENSACIÓN DE QUE UN CUCHILLO LE TRASPASABA EL CORAZÓN. CON AQUEL VESTIDO Y EN AQUEL AMBIENTE, SE PARECÍA TANTO A SU MADRE… RECORDÓ LA PRIMERA VEZ QUE LA LLEVÓ ALLÍ, Y LA ALEGRÍA QUE TUVO AL SABER QUE LA CASA LES PERTENECÍA. JEREMIAH ORDENÓ QUE SE PUSIERA LA SUITE PRINCIPAL A DISPOSICIÓN DE SABRINA. ÉL NO QUERÍA VOLVER A DORMIR ALLÍ Y, ADEMÁS, LAS NUEVAS Y SUAVES TELAS Y LAS ROSADAS SEDAS DEL DORMITORIO LO HACÍAN ADECUADÍSIMO PARA SU HIJA. LA EDAD DE LA MUCHACHA ERA LA MISMA QUE TENÍA SU MADRE CUANDO FUE A VIVIR ALLÍ, CON LA SOLA E IMPORTANTE DIFERENCIA DE QUE ELLA NO ERA UNA MUJER CASADA, SINO UNA CHICA SOLTERA MUY DIFERENTE DE CAMILLE BEAUCHAMP.

—¡QUÉ HERMOSO ES TODO ESTO, PAPÁ! —EXCLAMÓ.

SABRINA NO SABÍA QUÉ MIRAR PRIMERO. JEREMIAH Y AMELIA HABÍAN HECHO UN ESPECTACULAR TRABAJO AL CAMBIAR TODOS LOS TAPIZADOS Y CORTINAS DE LA CASA. Y EN EL SALÓN DE BAILE, RECIÉN PINTADO, TODO TENÍA UN NUEVO BRILLO. FALTABAN AÚN TRES SEMANAS PARA LA FIESTA. SABRINA SE MORÍA DE IMPACIENCIA, PERO, ENTRETANTO, NO ESTARÍAN PRECISAMENTE DESOCUPADOS. IRÍAN A LA ÓPERA AL CABO DE DOS DÍAS, Y ESTABAN INVITADOS A CENAR LA SEMANA SIGUIENTE EN CASA DE LOS CROKER, LOS FLOOD Y LOS TOBIN. CON EL FIN DE PODER PRESENTAR A SU HIJA A LA ALTA SOCIEDAD DE SAN FRANCISCO, JEREMIAH HABÍA RENOVADO VARIAS AMISTADES DESCUIDADAS DESDE HACÍA MUCHO TIEMPO. QUERÍA DAR EL MÁXIMO BRILLO A LOS DOS MESES QUE SABRINA PASARÍA EN LA CIUDAD, TRANSCURRIDOS LOS CUALES, YA AL PRINCIPIO DEL VERANO, VOLVERÍAN A SANTA ELENA. Y, EN OCTUBRE, JEREMIAH VOLVERÍA A LLEVARLA A LA CIUDAD, DONDE PERMANECERÍAN HASTA NAVIDAD. NO SERÍA UNA VIDA MUY DISTINTA DE LA QUE HABÍA EMPEZADO A LLEVAR CON CAMILLE, PERO, A DIFERENCIA DE SU MADRE, SABRINA SE MOSTRABA AGRADECIDA POR CADA MOMENTO DE PLACER QUE LE OFRECÍA LA CIUDAD, Y NO OPONÍA EL MENOR REPARO A VOLVER A SANTA ELENA. DEMOSTRABA UN ACTIVO INTERÉS POR LAS MINAS Y ESTABA DESOLADA POR EL DESASTRE QUE SUFRÍAN LOS VIÑEDOS. ESTABA INTRIGADA POR EL HECHO DE QUE LA DESTRUCTORA POLILLA HUBIERA AFECTADO PRINCIPALMENTE A LAS VIDES DE PROCEDENCIA EUROPEA, Y TENÍA UNA TEORÍA PROPIA SEGÚN LA CUAL LAS CEPAS NORTEAMERICANAS SOBREVIVIRÍAN Y SE HARÍAN RESISTENTES A LA PLAGA. SU PADRE, CON BONDADOSA FRANQUEZA, RECONOCIÓ QUE SABRINA HABÍA LLEGADO A DOMINAR EL TEMA MEJOR QUE ÉL. DURANTE AÑOS, LOS VIÑEDOS HABÍAN SIDO SU PASIÓN, PERO TAMBIÉN ESTABA ATENTA A LO QUE SUCEDÍA EN LAS MINAS. JEREMIAH, MEDIO EN BROMA, LE DECÍA A VECES QUE, CUANDO MURIERA, ELLA PODRÍA LLEVARLO TODO A LA PERFECCIÓN SIN CONTAR CON ÉL.

—NO DIGAS COSAS TAN HORRIBLES, PAPÁ —LO REGAÑABA LA MUCHACHA. NO LE GUSTABA PENSAR EN LA MUERTE DE SU PADRE. A SUS SESENTA Y TRES AÑOS, GOZABA AÚN DE BUENA SALUD; SÓLO EL CORAZÓN LE CAUSABA, DE VEZ EN CUANDO, ALGÚN PEQUEÑO CONTRATIEMPO. PERO SABRINA Y HANNAH LO CUIDABAN TAN BIEN COMO ÉL LES PERMITÍA Y EL MÉDICO DECÍA QUE VIVIRÍA AL MENOS OTROS VEINTE AÑOS—. Y NO TENDRÁS OTRO REMEDIO QUE VIVIR TODO ESE TIEMPO SI QUIERES VERME CASADA Y CON DOCE HIJOS. —PERO LO CIERTO ERA QUE LA MUCHACHA SABÍA MUCHO DE LOS NEGOCIOS DE SU PADRE. HABÍA PASADO DEMASIADAS HORAS AL LADO DE JEREMIAH, OBSERVANDO LO QUE HACÍA Y ESCUCHANDO ATENTAMENTE LO QUE ÉL LE EXPLICABA Y, ADEMÁS, ERA UNA CHICA DE INTELIGENCIA POCO COMÚN. PERO JEREMIAH NO QUERÍA QUE SU HIJA PENSARA AHORA EN NADA DE AQUELLO. SÓLO DESEABA QUE LO PASARA LO MEJOR POSIBLE Y QUE DISFRUTASE AL MÁXIMO DE SU «PRIMERA TEMPORADA». ERA UN MOMENTO IMPORTANTE PARA ELLA, Y SU PADRE QUERÍA QUE TODO EN ÉL FUERA PERFECTO.

SABRINA SE SORPRENDIÓ AL VER UNOS ENORMES JARRONES LLENOS DE ROSAS EN SU HABITACIÓN, PERO AL DÍA SIGUIENTE ENCONTRÓ NATURAL AQUEL AMBIENTE. AL DESPERTAR EN SU CAMA, PENSÓ QUE SU MADRE HABÍA DORMIDO ALLÍ EN OTRO TIEMPO, DIRIGIDO LA MIRADA HACIA AQUEL MISMO TECHO Y HACIA AQUELLAS MISMAS VENTANAS, Y USADO AQUEL MISMO CUARTO DE BAÑO. ELLO LE DIO UNA SENSACIÓN DE INTIMIDAD CON CAMILLE QUE JAMÁS HABÍA EXPERIMENTADO EN OTRO LUGAR. AUN CUANDO ERAN MUCHAS LAS COSAS QUE HABÍAN CAMBIADO DESDE QUE JEREMIAH CONSTRUYERA LA CASA, VEINTE AÑOS ATRÁS, LA MANSIÓN HABÍA SIDO ADAPTADA, NO SIN LA PARTICIPACIÓN DE SABRINA, A LOS MÁS RECIENTES ADELANTOS DE LA ÉPOCA. YA NO ERA LA CASA MÁS MODERNA DE LA CIUDAD, PERO TODAVÍA ERA UNA DE LAS MÁS GRANDES Y, SOBRE TODO, MÁS CONFORTABLES.

SABRINA SE DISPUSO A VESTIRSE PARA IR A LA ÓPERA CON SU PADRE. EL DORADO VESTIDO, QUE HACÍA JUEGO CON UNOS ZAPATOS DEL MISMO TEJIDO METÁLICO CONFECCIONADOS EXPRESAMENTE PARA ELLA, LA ESPERABA EXTENDIDO SOBRE LA CAMA. LLEVARÍA EL COLLAR QUE AMELIA LE HABÍA REGALADO ANTES DE MARCHARSE, Y LOS PENDIENTES DE PERLAS Y DIAMANTES QUE SU PADRE LE HABÍA COMPRADO PARA NAVIDAD. SE PEINÓ CUIDADOSAMENTE DESPUÉS DEL BAÑO, SE PUSO UN POCO DE POLVOS Y COLORETE EN LAS MEJILLAS Y SE PINTÓ CON TINO LOS LABIOS, TODO LO CUAL NO HIZO MÁS QUE REALZAR SU NATURAL BELLEZA. DESPUÉS, SE PUSO EL DELICADO VESTIDO, CON AYUDA DE UNA DE LAS NUEVAS DONCELLAS. POR UN MOMENTO, SABRINA TUVO LA IMPRESIÓN DE QUE SU MADRE LA ESTABA OBSERVANDO, Y SE PREGUNTÓ SI APROBARÍA SU ATAVÍO. NATURALMENTE, LA PREGUNTA QUEDARÍA SIN RESPUESTA, PERO FUE OBVIA LA OPINIÓN DE SU PADRE SOBRE ELLA CUANDO BAJÓ LENTAMENTE LA ESCALERA, BAJO LA CÚPULA DE CRISTALES DE COLORES. JEREMIAH LA CONTEMPLABA MUDO DE SORPRESA Y CON LOS OJOS BAÑADOS EN LÁGRIMAS. POR FIN, LE PREGUNTÓ:

—¿DE DÓNDE HAS SACADO ESE VESTIDO, PEQUEÑA…? —SABRINA SONRIÓ AL OÍR LAS CARIÑOSAS PALABRAS DE SU PADRE, PUES NO TENÍA NADA DE «PEQUEÑA». HABÍA CRECIDO, HASTA ALCANZAR UNA ESTATURA QUE, SI PODÍA SER ALGO EXCESIVA PARA UNA MUJER, TAMPOCO ERA EXAGERADA. TENÍA UN GRACIOSO CUELLO Y UNOS BRAZOS LARGOS Y DELGADOS QUE SU ELEGANTE VESTIDO DEJABA BIEN A LA VISTA—. ¡VÁLGAME DIOS! ¡SI PARECES UNA DIOSA! —EXCLAMÓ.

ELLA CORRESPONDIÓ AL CUMPLIDO CON UNA SONRISA QUE REFLEJÓ TODO EL CARIÑO, TODO EL AMOR QUE SENTÍA POR ÉL.

—ME ENCANTA QUE TE GUSTE MI VESTIDO. AMELIA ME AYUDÓ A ELEGIR LA TELA Y EL MODELO CUANDO AÚN ESTABA AQUÍ. ME LO HICE HACER ESPECIALMENTE PARA ESA NOCHE, PAPÁ.

Y CUANDO LLEGÓ A LA ÓPERA CON SU PADRE, NO LO LAMENTÓ. COMO PUDO COMPROBAR, LOS TEJIDOS METÁLICOS Y LAS LENTEJUELAS DE MÚLTIPLES COLORES ERAN EL ÚLTIMO GRITO DE LA MODA. EL VESTIDO DE SABRINA DESTACABA ENTRE LOS MÁS HERMOSOS, SOBRE TODO POR SU DELICADA ELEGANCIA. LAS MUJERES DE SAN FRANCISCO SE HABÍAN PUESTO SUS MEJORES JOYAS, SUS MÁS OSTENTOSAS GALAS Y SUS MÁS FINAS PLUMAS. EN REALIDAD, LAS REPRESENTACIONES DE ÓPERA HABÍAN EMPEZADO EL DÍA ANTERIOR, PERO, AQUELLA NOCHE, LA PUESTA EN ESCENA DE CARMEN CON CARUSO ERA EL ACONTECIMIENTO SOCIAL MÁS BRILLANTE DE LA TEMPORADA, DESPUÉS DEL CUAL HABRÍA BAILES EN EL PALACE, EN ST. FRANCIS Y EN DELMONICO’S. LOS THURSTON HABÍAN DECIDIDO REUNIRSE EN ST. FRANCIS CON UN GRUPO DE AMIGOS, PERO, DE MOMENTO, A SABRINA LE BASTABA CON EL PLACER DE PODER CONTEMPLAR LOS LUJOSOS Y SOFISTICADOS ATAVÍOS DE LAS DEMÁS MUJERES.

QUÉ DIFERENCIA CON LA VIDA SENCILLA Y TRANQUILA QUE HABÍA LLEVADO HASTA ENTONCES EN SANTA ELENA… DE PRONTO PRESINTIÓ QUE AQUELLOS DOS MESES IBAN A SER EXCEPCIONALES, Y BENDIJO EL MOMENTO EN QUE SU PADRE HABÍA DECIDIDO VOLVER A ABRIR LA MANSIÓN DE SAN FRANCISCO.

CUANDO, HORAS DESPUÉS, SALIERON DE LA ÓPERA, SABRINA OPRIMIÓ SUAVEMENTE EL BRAZO DE SU PADRE. JEREMIAH BAJÓ LA MIRADA HACIA SABRINA PARA VER SI LE SUCEDÍA ALGO, PERO SÓLO VIO LA RADIANTE SONRISA DE SU HIJA QUE, EN AQUEL MOMENTO, PARECÍA UNA PRINCESA DE CUENTO DE HADAS.

—GRACIAS, PAPÁ.

—¿POR QUÉ? —PREGUNTÓ JEREMIAH ANTES DE SUBIR AL COCHE.

—POR TODO ESTO. SÉ QUE NO QUERÍAS ABRIR LA MANSIÓN NI VOLVER A VIVIR EN ELLA. LO HICISTE POR MÍ. NO SABES CÓMO ESTOY DISFRUTANDO.

—ENTONCES, ME ALEGRO DE HABERLO HECHO. —Y LO CURIOSO ERA QUE ESTABA CONTENTO DE VERDAD.

ERA CONMOVEDOR VOLVER A HALLARSE EN UN MUNDO CUYOS ASPECTOS AGRADABLES JEREMIAH HABÍA CASI OLVIDADO. Y SERÍA MARAVILLOSO PRESENTAR A SU ÚNICA HIJA EN SOCIEDAD. ERA GRACIOSA, INTELIGENTE Y AFECTUOSA, EQUILIBRADA Y ENCANTADORA… MIENTRAS SABRINA MIRABA FASCINADA POR LA VENTANILLA DEL COCHE QUE LOS CONDUCÍA AL HOTEL ST. FRANCIS, JEREMIAH SINTIÓ EN SU PECHO UNA RENOVADA OLEADA DE FELICIDAD. EL BAILE NO PUDO SER MÁS ESPLÉNDIDO. ASISTIÓ A ÉL LO MÁS SELECTO DE LA ALTA SOCIEDAD DE SAN FRANCISCO, INCLUSO EL PROPIO CARUSO EN CIERTO MOMENTO. LA GENTE, QUE IBA DE UN BAILE A OTRO Y DESPUÉS A REUNIONES MÁS REDUCIDAS, DABA A LA CIUDAD UN ALEGRE AIRE DE FIESTA. LA ÓPERA HABÍA SIDO UN GRAN ACONTECIMIENTO SOCIAL, Y SABRINA SE ALEGRÓ DE QUE NO PUDIERA QUITAR RELIEVE A SU BAILE DE CUMPLEAÑOS POR ESTAR PREVISTO SU CELEBRACIÓN PARA TRES SEMANAS DESPUÉS. ASÍ, TODOS TENDRÍAN TIEMPO DE VOLVER A LA TRANQUILIDAD DE LA VIDA COTIDIANA Y QUEDAR A PUNTO PARA AFRONTAR NUEVOS ESPLENDORES. HABRÍA SIDO IMPOSIBLE COMPETIR CON EL BRILLO DE LA NOCHE EN QUE REPRESENTABAN CARMEN.

SABRINA APENAS PUDO DISIMULAR UN BOSTEZO CUANDO, A LAS TRES DE LA MADRUGADA, SUBÍA CON SU PADRE POR LA GRAN ESCALERA DE LA MANSIÓN THURSTON.

—¡QUÉ VELADA MÁS HERMOSA, PAPÁ! —JEREMIAH COINCIDIÓ CON ELLA, Y LA MUCHACHA EXCLAMÓ—: ¡SI HANNAH NOS VIERA VOLVER A CASA A ESTAS HORAS DE LA MADRUGADA! —AMBOS RIERON, IMAGINÁNDOSE SU CARA DE ENFADO Y SU REGAÑINA. LA VIEJA LO HABRÍA CONSIDERADO EL COLMO DE LA PERDICIÓN. Y SABRINA AÑADIÓ—: ME HABRÍA DICHO QUE SOY COMO MI MADRE. ES LO QUE ME DICE CADA VEZ QUE HAGO ALGO QUE NO LE GUSTA. ME IMAGINO QUE NO HARÍAN BUENAS MIGAS. —SABRINA RIÓ ENTRE DIENTES Y JEREMIAH SONRIÓ. AHORA RESULTABA GRACIOSO, PERO NO LO HABÍA SIDO EN ABSOLUTO. CASI NADA DE LO QUE HABÍA HECHO CAMILLE LO HABÍA SIDO.

—SE DETESTABAN MUTUAMENTE. LA PRIMERA VEZ QUE LLEVÉ A TU MADRE A NAPA, SE ENZARZARON EN TREMENDAS DISCUSIONES —RECONOCIÓ EL PADRE.

Y ENTONCES, POR PRIMERA VEZ DESDE HACÍA VEINTE AÑOS, JEREMIAH RECORDÓ EL «ANILLO» QUE ENCONTRÓ HANNAH. FUE UNA SUERTE QUE LO DESCUBRIERA; DE OTRO MODO, SABRINA NO HABRÍA EXISTIDO. PERO ESO ERA ALGO QUE, COMO TANTAS OTRAS COSAS, NO PODÍA CONTARLE A SU HIJA, Y SE ALEGRABA DE QUE LA VIEJA TAMPOCO LO HUBIERA HECHO. ERA UNA MUJER FIEL Y HONESTA, Y UNA EXCELENTE AMIGA DESDE HACÍA MUCHOS AÑOS.

PADRE E HIJA SE DIERON LAS BUENAS NOCHES CON UN BESO ANTE LA SUITE PRINCIPAL, OCUPADA AHORA POR SABRINA. LA MUCHACHA, DESPUÉS DE ENTRAR EN SU DORMITORIO, SE DIRIGIÓ HACIA LA VENTANA PARA DAR UNA MIRADA A LOS HERMOSOS Y BIEN CUIDADOS JARDINES. ¡QUÉ DIFERENTES ERAN CINCO AÑOS ANTES, CUANDO ELLA TREPÓ POR LA VERJA! AQUELLO ERA UNA SELVA, PENSÓ SONRIENDO. Y LUEGO, SE IMAGINÓ A SU MADRE EN AQUEL MISMO LUGAR. CUÁNTAS VECES SE HABRÍA DETENIDO A MIRAR POR AQUELLA VENTANA AL VOLVER DE UN BAILE O FIESTA A ALTAS HORAS DE LA NOCHE… SINTIÓ VIVIR LA CASA A SU ALREDEDOR, TAL COMO HABÍA SIDO VEINTE AÑOS ANTES. CONSIDERABA UN ACIERTO SU ACTUAL PRESENCIA EN ELLA, Y LO MISMO PENSABA DE LA DECISIÓN DE SU PADRE DE VOLVER A ABRIR LA MANSIÓN. LE HABÍA PARECIDO TAN TRISTE CUANDO, CINCO AÑOS ANTES, LA VIO POR PRIMERA VEZ… SONRIÓ A SU IMAGEN REFLEJADA EN EL ESPEJO MIENTRAS SE QUITABA EL COLLAR DE PERLAS QUE LE HABÍA REGALADO AMELIA Y, LUEGO, EL DORADO VESTIDO QUE TANTO LE HABÍA GUSTADO LUCIR. CUANDO APARTÓ LA MIRADA DEL ESPEJO Y LA DIRIGIÓ HACIA EL LAQUEADO RELOJ QUE HABÍA SOBRE LA MESILLA DE NOCHE, SE DIO CUENTA DE QUE YA ERAN CASI LAS CUATRO DE LA MADRUGADA. SINTIÓ UN LIGERO ESTREMECIMIENTO AL PENSAR QUE NUNCA HABÍA ESTADO LEVANTADA HASTA TAN TARDE, AL MENOS PARA DIVERTIRSE. SÓLO RECORDABA LA EXCEPCIÓN DE UNA NOCHE EN QUE, A CAUSA DE UNA INUNDACIÓN EN LA MINA, SU PADRE NO REGRESÓ HASTA LA MAÑANA SIGUIENTE. Y LA NOCHE QUE ACABABA DE VIVIR HABÍA SIDO LA MÁS DIVERTIDA DE SU VIDA. NO SÉ CÓMO PODRÉ ESPERAR LA LLEGADA DEL DÍA DE MI BAILE, SE DIJO MIENTRAS SE ACOSTABA Y APAGABA LA LUZ. INTENTÓ DORMIRSE DURANTE MÁS DE UNA HORA, PERO NO LO CONSIGUIÓ. ESTABA DEMASIADO EXCITADA POR TODO CUANTO HABÍA VISTO Y POR LAS FIESTAS EN QUE HABÍA ESTADO. SE PREGUNTÓ SI SU PADRE ESTARÍA TAMBIÉN DESPIERTO. A ELLA LE ERA IMPOSIBLE CONCILIAR EL SUEÑO. FINALMENTE, SE LEVANTÓ Y VAGÓ POR EL VESTIDOR. HABÍA DECIDIDO NO VOLVER A LA CAMA HASTA VER LA SALIDA DEL SOL. NO QUERÍA PERDERSE NINGUNA DE LAS NUEVAS SENSACIONES QUE TENÍA AHORA A SU ALCANCE. ENTRETANTO, BAJARÍA A LA PLANTA BAJA PARA TOMARSE UN TAZÓN DE LECHE CALIENTE. SE PUSO, PUES, UNA BATA DE RASO BLANCO, SE CALZÓ LAS ZAPATILLAS, SALIÓ DE LA HABITACIÓN Y EMPEZÓ A DESCENDER POR LA GRAN ESCALERA; PERO, CUANDO SÓLO HABÍA BAJADO LA MITAD DE LOS ESCALONES, TUVO UNA EXTRAÑA SENSACIÓN DE BALANCEO, COMO SI SE ENCONTRARA EN UN TRANSATLÁNTICO SACUDIDO DE PRONTO POR EL OLEAJE. TUVO LA SENSACIÓN DE QUE LA CASA SE ELEVABA Y, LUEGO, DESCENDÍA. Y ASÍ PARECIÓ MOVERSE DURANTE UNOS INTERMINABLES SEGUNDOS…, HASTA QUE SABRINA SE DIO PERFECTA CUENTA DE LO QUE SUCEDÍA. ERA UN TERREMOTO. ACABÓ DE BAJAR LA ESCALERA CON TODA LA RAPIDEZ DE QUE FUE CAPAZ Y CORRIÓ HACIA LA PUERTA PRINCIPAL. EN AQUEL MOMENTO, LA CÚPULA ESTALLÓ POR COMPLETO Y CAYÓ EN EL SALÓN PRINCIPAL EN FORMA DE LLUVIA DE VIDRIOS DE COLORES. SABRINA, QUE SE HABÍA REFUGIADO EN EL VANO DE LA PUERTA, ADVIRTIÓ, ESTREMECIDA, QUE, POR UNA FRACCIÓN DE SEGUNDO, SE HABÍA SALVADO DE MORIR HECHA TRIZAS. NO SABÍA QUÉ HACER. SU PADRE LE HABÍA HABLADO A VECES DE LOS TERREMOTOS DE LOS AÑOS 1865 Y 1868, PERO SÓLO RECORDABA QUE LO MEJOR ERA QUEDARSE EN EL VANO DE UNA PUERTA ABIERTA, EXACTAMENTE LO QUE ELLA HABÍA HECHO POR INSTINTO. PERMANECIÓ ALLÍ UN MOMENTO, TEMBLANDO EN EL FRESCO AIRE DE ABRIL; Y CUANDO, AL VER QUE NADA SE MOVÍA YA, SE DISPONÍA A SALIR, NUEVOS ESTREMECIMIENTOS VOLVIERON A SACUDIR TODA LA CASA. AFORTUNADAMENTE, ESTA VEZ LOS TEMBLORES FUERON DE MENOR DURACIÓN. EN EL INTERIOR DE LA MANSIÓN, TODO PARECÍA TORCIDO Y LADEADO. MUEBLES DERRIBADOS, MESILLAS PATAS ARRIBA, CRISTALERÍAS HECHAS AÑICOS, LA PLATERÍA ESPARCIDA POR EL SUELO… AL MIRAR LA RUINA QUE LA RODEABA, SABRINA ADVIRTIÓ QUE TENÍA UN CORTE EN UN BRAZO, CAUSADO, SIN DUDA, POR UNO DE LOS CRISTALES CAÍDOS DE LA VENTANA QUE TENÍA A SU LADO. UNA OSCURA MANCHA DE SANGRE SE ESPARCÍA POR LA MANGA DE SU BATA… EN AQUEL MOMENTO, UNA PUERTA SE ABRIÓ POR ENCIMA DE ELLA Y LA VOZ DE SU PADRE SONÓ EN LA OSCURIDAD. LA HABÍA BUSCADO EN SU DORMITORIO Y NO LA HABÍA ENCONTRADO.

—¡SABRINA! ¿ESTÁS AHÍ?

AL VERLA EN EL UMBRAL DE LA PUERTA, JEREMIAH BAJÓ CORRIENDO LA ESCALERA Y FUE HACIA ELLA. LA SERVIDUMBRE EMPEZABA A SALIR DE LAS HABITACIONES DEL ÚLTIMO PISO. DOS DE LAS MUJERES PARECÍAN HISTÉRICAS Y LAS DEMÁS LLORABAN; INCLUSO LOS HOMBRES ESTABAN TRASTORNADOS. PERO SU PÁNICO LLEGÓ AL COLMO CUANDO SE PRODUJO UNA NUEVA SACUDIDA, LA ÚLTIMA, POR SUERTE. EMPEZARON A LLEGAR RUIDOS DEL EXTERIOR: GRITOS DE LA GENTE Y FUERTES ESTRÉPITOS, COMO SI AÚN ESTUVIERAN CAYENDO FRAGMENTOS DE CASAS EN LAS CALLES. SABRINA ADVERTIRÍA MÁS TARDE QUE MUCHAS DE LAS CHIMENEAS DE LADRILLO SE HABÍAN DERRUMBADO. CUANDO, AL CABO DE UNA HORA, SE ATREVIÓ A SALIR EN COMPAÑÍA DE SU PADRE CON EL BRAZO VENDADO, AÚN HABÍA CADÁVERES ENTRE LOS ESCOMBROS. ERA LA PRIMERA VEZ QUE SE ENFRENTABA CON LA MUERTE. SE HALLABA PROFUNDAMENTE TRASTORNADA. LA CALLE ESTABA LLENA DE GENTE. EL TERREMOTO HABÍA CAUSADO ENORMES DAÑOS EN LOS EDIFICIOS Y EN LAS PERSONAS, MUCHAS DE LAS CUALES SE VEÍAN HERIDAS. PERO, COMO SE HIZO EVIDENTE, NO ERA AQUÉL EL MAYOR PROBLEMA DE LA CIUDAD: EL TERREMOTO HABÍA PROVOCADO VARIOS INCENDIOS, CON EL AGRAVANTE DE QUE SE HABÍAN ROTO LA MAYORÍA DE LAS CONDUCCIONES DE AGUA, Y LOS BOMBEROS NO SABÍAN CON QUÉ LUCHAR CONTRA EL FUEGO. ADEMÁS, LOS SISTEMAS DE ALARMA HABÍAN DEJADO DE FUNCIONAR, Y EL PROPIO JEFE DEL SERVICIO DE INCENDIOS HABÍA MUERTO AL DERRUMBARSE EL CUARTEL DE BOMBEROS. HABÍA UN AMBIENTE GENERAL DE PÁNICO. LA ÚNICA ESPERANZA RESIDÍA EN QUE LAS ZONAS DOMINADAS POR LAS LLAMAS FUERAN AISLADAS PRONTO. LAS PEORES DE TODAS ARDÍAN AL SUR DE MARKET STREET, MÁS ALLÁ DEL HOTEL PALACE. EL HOTEL TENÍA UNA FUENTE DE AGUA PROPIA Y PODÍA ELIMINAR TODOS LOS FUEGOS QUE LO AMENAZARAN DE CERCA. PERO LAS COLUMNAS DE HUMO NEGRO QUE EMPEZARON A ALZARSE POR TODA LA CIUDAD AQUELLA TARDE DE MIÉRCOLES LLENARON DE TERROR A TODO SAN FRANCISCO. EL COMANDANTE SCHMITZ PIDIÓ AYUDA AL GENERAL FUNSTON, JEFE DE LA GUARNICIÓN, CON EL RESULTADO DE QUE, AL ANOCHECER, EL EJÉRCITO ESTABA HACIENDO CUANTO PODÍA. SE ESTABLECIÓ UN TOQUE DE QUEDA QUE NO PERMITÍA IR A NADIE POR LA CALLE DESDE EL CREPÚSCULO HASTA EL AMANECER, Y SE PROHIBIÓ ESTRICTAMENTE COCINAR EN EL INTERIOR DE LAS CASAS.

EN NOB HILL, JEREMIAH Y SABRINA HABÍAN ABIERTO LAS VERJAS DE PAR EN PAR Y PERMITÍAN ACAMPAR A TODO EL MUNDO EN LOS AMPLIOS JARDINES, Y COCINAR EN UNA ZONA RESERVADA PARA LAS NECESIDADES DE LA VECINDAD. Y JEREMIAH FORMÓ PARTE DEL COMITÉ DE LOS CINCUENTA, QUE, EN EL ANTIGUO PALACIO DE JUSTICIA Y CON LA COLABORACIÓN DE WASHINGTON, SE HABÍA PROPUESTO ORGANIZAR LA CIUDAD PARA SOBREVIVIR AL DESASTRE. AL DÍA SIGUIENTE, EL COMITÉ TUVO QUE ABANDONAR SU SEDE Y SE TRASLADÓ A PORTSMOUTH SQUARE; Y ESTA VEZ SABRINA INSISTIÓ EN ACOMPAÑAR A SU PADRE, QUIEN, NATURALMENTE, SE NEGÓ.

—TÚ TE QUEDAS AQUÍ.

—¡NO! —REPLICÓ ELLA MIRÁNDOLO CON DETERMINACIÓN—. ME VOY CONTIGO. QUIERO ESTAR CONTIGO, PAPÁ.

Y FUE TANTA SU TERQUEDAD QUE ÉL CEDIÓ. HABÍA OTRAS MUJERES EN EL COMITÉ. JUNTO CON LOS HOMBRES, ESTABAN HACIENDO CUANTO PODÍAN PARA AYUDAR A LA CIUDAD MORIBUNDA. ERA UNO DE LOS MÁS HORRIBLES MOMENTOS DE LA HISTORIA DE SAN FRANCISCO. JEREMIAH APENAS PODÍA CREER LO QUE VEÍA A SU ALREDEDOR. AQUEL MISMO DÍA, LE DIJERON QUE TODAS LAS MANSIONES DE UN LADO DE LA CALLE VAN NESS HABÍAN SIDO DINAMITADAS CON LA INTENCIÓN DE SALVAR LA PARTE OESTE DE LA CIUDAD. LE COSTÓ CREERLO. POR SI AQUELLO FUERA POCO, EL COMITÉ DE LOS CINCUENTA TUVO QUE DEJAR SU ALOJAMIENTO DE PORTSMOUTH SQUARE E INSTALAR SU CUARTEL GENERAL EN EL HOTEL FAIRMONT, QUE, POR ENTONCES, ESTABA CASI TERMINADO. PERMANECIÓ ALLÍ HASTA QUE EL FUEGO ALCANZÓ NOB HILL. SUS MIEMBROS SE SALVARON DE MILAGRO, PUES SALIERON DEL EDIFICIO CUANDO LAS LLAMAS, QUE AVANZABAN RUGIENDO HACIA LA MANSIÓN DE LOS FLOOD, LA RODEABAN YA POR TODAS PARTES. ENTONCES, JEREMIAH DIO COBIJO AL COMITÉ EN LA MANSIÓN THURSTON, DONDE SE REUNIÓ ALGUNAS VECES ANTES DE TENER QUE ABANDONAR NOB HILL POR COMPLETO. LA PROPIA COLINA PARECÍA ESTAR EN LLAMAS. EL FUEGO ELEGÍA CAPRICHOSAMENTE SUS VÍCTIMAS, DESTRUÍA ALGUNAS CASAS HASTA LOS CIMIENTOS Y DEJABA OTRAS COMPLETAMENTE INTACTAS. CUANDO EL COMITÉ DE LOS CINCUENTA ABANDONÓ LA CASA AL FINAL DEL TERCER DÍA, LA MANSIÓN THURSTON AÚN ESTABA INTACTA. LOS JARDINES SE HALLABAN CARBONIZADOS, Y LOS ÁRBOLES DE LA PARTE DELANTERA DE LA PROPIEDAD HABÍAN SIDO TOTALMENTE DESTRUIDOS POR EL FUEGO; PERO LA FACHADA APENAS HABÍA SIDO TOCADA POR LAS LLAMAS. TODOS LOS DAÑOS QUE SE HABÍAN PRODUCIDO EN EL INTERIOR DEL EDIFICIO HABÍAN SIDO CAUSADOS EXCLUSIVAMENTE POR EL TERREMOTO. CUANDO SABRINA, DE REGRESO, SE DETUVO A LA PUERTA DE LA CASA Y MIRÓ HACIA DENTRO, NO PUDO CREER QUE TANTA DESTRUCCIÓN HUBIERA TENIDO LUGAR SÓLO EN TRES DÍAS. ERA COMO UNA PESADILLA QUE SE NEGARA A TERMINAR. AQUÉLLOS ERAN SUS PENSAMIENTOS MIENTRAS SUBÍA LENTAMENTE LA ESCALERA. AL MIRAR EL HUECO DONDE HABÍA ESTADO LA CÚPULA, SÓLO VIO EL NEGRO CIELO LLENO DE HUMO. PARECIÓ SORPRENDERSE DE QUE EL CREPÚSCULO HUBIERA LLEGADO TAN PRONTO. NI SIQUIERA ESTABA SEGURA DEL DÍA EN QUE SE HALLABA. SÓLO SABÍA QUE LA CATÁSTROFE HABÍA DURADO VARIAS JORNADAS Y QUE LAS CALLES ESTABAN LLENAS DE MUERTOS Y DE LOS GRITOS DE LOS MORIBUNDOS. HABÍA VENDADO CENTENARES DE BRAZOS, PIERNAS Y CABEZAS, CONDUCIDO INFINIDAD DE NIÑOS PERDIDOS A LOS REFUGIOS, AYUDADO A MUCHAS MUJERES A BUSCAR A LAS CRIATURAS QUE NO HABÍAN PODIDO SER HALLADAS… SABRINA, COMPLETAMENTE AGOTADA, SE DESPLOMÓ EN LA GRAN ESCALERA DE LA MANSIÓN THURSTON. LOS SIRVIENTES HABÍAN ABANDONADO LA CASA PARA PRESTAR AYUDA A QUIEN LA NECESITARA O PARA BUSCAR A SU FAMILIA O A SUS AMIGOS. SIN EMBARGO, SUPUSO QUE SU PADRE SE ENCONTRABA YA ARRIBA. HABÍA OBSERVADO UN GRAN CANSANCIO EN ÉL CADA VEZ QUE LE HABÍA VISTO DURANTE AQUELLOS TRÁGICOS DÍAS. SE LEVANTÓ PARA IR A VER CÓMO SE ENCONTRABA. QUIZÁ NECESITABA UN COÑAC. SI TUVIERA HAMBRE, IRÍA A BUSCARLE ALGO DE COMER EN LAS COCINAS COLECTIVAS DE RUSSIAN HILL. HABÍA DEJADO DE SER JOVEN, Y ERA TREMENDO EL ESFUERZO QUE HABÍA HECHO EN TAN POCO TIEMPO PARA AYUDAR A LOS DEMÁS.

—¡PAPÁ! —GRITÓ MIENTRAS VOLVÍA A SUBIR POR LA ESCALERA. LAS PIERNAS APENAS PODÍAN SOSTENERLA. AÚN PODÍA OÍR LOS GRITOS PROCEDENTES DEL EXTERIOR. POR ELLOS SUPO QUE LOS INCENDIOS DE NOB HILL AÚN NO HABÍAN SIDO EXTINGUIDOS—. ¡PAPÁ…!

LE VIO SENTADO EN UN SILLÓN DE SU SALITA PRIVADA. SIN DUDA, SE HABÍA DEJADO CAER EN ÉL RENDIDO POR EL CANSANCIO. SE ENCONTRABA DE ESPALDAS A SABRINA, PERO ÉSTA PUDO COMPROBAR QUE SE HALLABA TAN CANSADO COMO HABÍA SUPUESTO. NO LO HABÍA VISTO DE AQUELLA MANERA DESDE LA ÚLTIMA INUNDACIÓN DE LAS MINAS. FUE HACIA ÉL DE PUNTILLAS Y SE INCLINÓ PARA DARLE UN BESO EN LA FRENTE.

—HOLA, PAPÁ. —SOLTÓ UN PROFUNDO SUSPIRO, SE SENTÓ A SUS PIES Y ALARGÓ UN BRAZO PARA TOMARLE UNA MANO.

CUÁNTAS COSAS HABÍAN SUFRIDO AQUELLA NOCHE… Y, EN CIERTO MODO, DE CUÁNTOS PELIGROS HABÍAN ESCAPADO… NINGUNO DE LOS DOS HABÍA SUFRIDO EL MENOR DAÑO; LA MANSIÓN, SALVO ALGUNOS DESPERFECTOS, SEGUÍA ALLÍ. LÁSTIMA QUE LA GRAN ARAÑA DE LA ÓPERA SE HUBIERA ESTRELLADO CONTRA EL SUELO… SABRINA NO QUISO IMAGINARSE LO QUE LES HABRÍA SUCEDIDO SI EL TERREMOTO LOS HUBIERA PILLADO ALLÍ LA NOCHE ANTERIOR.

—¿QUIERES COMER ALGO, PAPÁ? —PREGUNTÓ, PONIÉNDOSE FRENTE A ÉL Y OBSERVANDO SU ROSTRO. DE PRONTO, QUEDÓ PARALIZADA DE TERROR. SU PADRE PARECÍA MIRARLA, PERO SUS INEXPRESIVOS OJOS NO VEÍAN NADA. SABRINA SE ARRODILLÓ AL INSTANTE A SUS PIES Y LE PALMOTEÓ LA CARA.

—¡PAPA! ¡DIME ALGO! —PERO A JEREMIAH NO LE QUEDABA NINGUNA PALABRA POR DECIR, NI VOZ, NI VIDA… AL SALIR DE LA REUNIÓN DEL COMITÉ DE LOS CINCUENTA, HABÍA VUELTO A CASA CON ALGUNOS DE SUS MIEMBROS Y, CUANDO ÉSTOS SE MARCHARON, SUBIÓ A SUS HABITACIONES—. ¡PAPÁ! —CHILLÓ LA MUCHACHA EN MEDIO DEL SILENCIO DE LA ENORME MANSIÓN VACÍA.

INTENTÓ SACUDIRLE, PERO EL CUERPO DE JEREMIAH RESBALÓ HACIA EL SUELO, DONDE QUEDÓ RÍGIDO E INMÓVIL. SABRINA NO PUDO HACER OTRA COSA QUE ABRAZARLO DESESPERADAMENTE ENTRE SOLLOZOS DE ANGUSTIA. HABÍA MUERTO. PAUSADAMENTE, EN EL MÁS COMPLETO SILENCIO, HABÍA ENTRADO EN AQUELLA HABITACIÓN, SE HABÍA SENTADO… Y HABÍA MUERTO. SÍ, A LOS SESENTA Y TRES AÑOS, DEJANDO HUÉRFANA A SABRINA DOS SEMANAS Y MEDIA ANTES DE SU DECIMOCTAVO CUMPLEAÑOS.

LA MUCHACHA SE QUEDÓ LARGO RATO SENTADA EN EL SUELO, JUNTO A ÉL, PARALIZADA POR EL TERROR. LOS INCENDIOS SEGUÍAN RUGIENDO POR NOB HILL, DESTRUYÉNDOLO TODO ALREDEDOR DE LA MANSIÓN THURSTON Y RESPETANDO MILAGROSAMENTE LA CASA. PERO SABRINA NO PENSABA ABANDONAR A SU PADRE. NI SIQUIERA LO HIZO CUANDO, TRAS LARGAS HORAS DE LLANTO Y SIN HABER SOLTADO LA MANO DE JEREMIAH, LAS LLAMAS LLEGARON A LAMER LA PUERTA PRINCIPAL. POR SUERTE, EL VIENTO CAMBIÓ REPENTINAMENTE DE DIRECCIÓN, Y EL ALBA LA ENCONTRÓ AÚN ALLÍ, TODAVÍA AGARRADA A LA MANO DEL HOMBRE QUE HABÍA SIDO SU PADRE. CASI TODOS LOS INCENDIOS DE LA CIUDAD HABÍAN SIDO APAGADOS, Y EL TERREMOTO HABÍA TERMINADO. PERO, PARA SABRINA, LA VIDA JAMÁS VOLVERÍA A SER COMO ANTES.