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DANIELLE STEEL, LA MANSIÓN, CAPITULO 17.

17

JEREMIAH NO VOLVIÓ DE NAPA INMEDIATAMENTE DESPUÉS DE NAVIDAD, COMO CAMILLE HABÍA SUPUESTO. EN UNA NOTA QUE LE ENVIÓ, SU ESPOSO LE DECÍA QUE NO REGRESARÍA HASTA MEDIADOS DEL MES SIGUIENTE Y, TRAS LLAMARLA «FANFARRONA MÍA», AÑADÍA QUE LE ENCANTARÍA VERLA EN NAPA. LA SOLA LECTURA DE AQUELLAS PALABRAS PROVOCÓ LA INDIGNACIÓN DE CAMILLE. NO TENÍA LA MENOR INTENCIÓN DE IR A NAPA EN ESE MOMENTO. ¿CÓMO IBA A PERDERSE LOS BAILES Y FIESTAS DE LA CIUDAD? CON FÁCIL DESENVOLTURA EXPLICÓ LA AUSENCIA DE SU ESPOSO Y SIGUIÓ ASISTIENDO A TODOS LOS ACONTECIMIENTOS SOCIALES DE SAN FRANCISCO, INCLUIDA UNA FIESTA DADA POR UN MATRIMONIO QUE DESAGRADABA ESPECIALMENTE A JEREMIAH. SE TRATABA DE UNA PAREJA DE NUEVOS RICOS QUE HABÍAN LLEGADO DEL ESTE EL AÑO ANTERIOR, Y ERAN CONOCIDOS POR LA FALTA DE DECORO QUE REINABA EN SUS REUNIONES. SI JEREMIAH SE HUBIERA HALLADO EN LA CIUDAD, NO LE HABRÍA PERMITIDO QUE ACEPTARA AQUELLA INVITACIÓN. ASÍ PUES, CAMILLE APROVECHÓ LA OPORTUNIDAD PARA ASISTIR AL BAILE QUE DIERON LA VÍSPERA DE AÑO NUEVO, Y QUEDÓ AGRADABLEMENTE SORPRENDIDA DE LAS PERSONAS QUE CONOCIÓ. HABÍA UN GRUPO MUY DIVERTIDO, MUCHO MÁS ALEGRE QUE LA GENTE CON QUE SOLÍAN TRATAR ELLA Y SU MARIDO; EN ESPECIAL, UN HOMBRE QUE ACABABA DE LLEGAR A SAN FRANCISCO: UN CONDE FRANCÉS LLAMADO THIBAUT DU PRÉ, QUE PARECÍA LA ENCARNACIÓN DE CUANTO HABÍA EN EUROPA DE DECADENTE Y ARISTOCRÁTICO. ERA EXACTAMENTE LO QUE CAMILLE SE HABÍA IMAGINADO QUE ENCONTRARÍA EN PARÍS SI SU PADRE LA HUBIERA LLEVADO ALLÍ. ERA ALTO Y GUAPO, ANCHO DE HOMBROS Y ESTRECHO DE CADERAS, Y TENÍA LOS OJOS VERDES Y LA TEZ RUBIA. ELLA ENCONTRÓ DELICIOSO SU ACENTO Y SU NOTABLE FACILIDAD DE PALABRA. SE PASÓ CASI TODA LA NOCHE BESANDO EL CUELLO DE CAMILLE, LO QUE NO SORPRENDIÓ A NINGUNO DE LOS PRESENTES. HABLABA EL INGLÉS TAN BIEN COMO EL FRANCÉS. SEGÚN ÉL, TENÍA UN PALACIO EN EL NORTE DE FRANCIA Y OTRO EN VENECIA, PERO ERA NOTABLEMENTE VAGO EN LOS DETALLES QUE DABA SOBRE LOS MISMOS. SE DIRIGIÓ HACIA CAMILLE EN CUANTO EMPEZÓ LA FIESTA Y PERMANECIÓ A SU LADO DURANTE CASI TODA LA NOCHE. MENCIONÓ QUE HABÍA OÍDO DECIR QUE ELLA TENÍA UNA CASA MAGNÍFICA Y LE EXPRESÓ SU DESEO DE VERLA, SÓLO PARA COMPARARLA CON LA SUYA, NATURALMENTE. LOS NORTEAMERICANOS TENÍAN UNAS IDEAS TAN DIFERENTES DE LOS EUROPEOS EN CUANTO A ARQUITECTURA… INSISTIÓ EN SU INTERÉS POR VISITAR LA MANSIÓN THURSTON MIENTRAS GIRABAN Y GIRABAN ALREDEDOR DEL SALÓN CON EL BRAZO DE DU PRÉ ALREDEDOR DE LA CINTURA DE CAMILLE. ERA UN HOMBRE APUESTO Y ENCANTADOR, DE MANERAS ABIERTAS Y DESPREOCUPADAS. CAMILLE NO VIO NADA MALO EN MOSTRARLE LA CASA AL DÍA SIGUIENTE. NO VIO NADA INCORRECTO EN TODO ELLO… HASTA QUE ÉL APRETÓ EL CUERPO DE ELLA CONTRA EL SUYO Y LA BESÓ EN EL TOCADOR MIENTRAS CAMILLE LE ENSEÑABA EL EMPAPELADO FRANCÉS DE LA HABITACIÓN.

PERO CUANDO DU PRÉ EMPEZÓ A ACARICIARLA Y SU CUERPO EMPEZÓ A ARDER BAJO SUS DEDOS, SE DIO CUENTA DEL MUCHO TIEMPO QUE HABÍA PERMANECIDO APARTADA DE TODO CONTACTO ÍNTIMO MASCULINO. Y, DE REPENTE, EXPERIMENTÓ UN ARREBATO DE PASIÓN POR EL CONDE FRANCÉS, QUE TOCABA SU CUERPO COMO UN ARPA, Y QUE LA CONDUJO A UN ESTADO DE DELIRIO EN EL QUE ESTUVO A PUNTO DE PEDIRLE QUE LA POSEYERA. PERO, RECUPERANDO LA RAZÓN, LE ROGÓ QUE SE DETUVIERA, A LO QUE ÉL RESPONDIÓ AHOGANDO CON BESOS SUS PALABRAS, CONVENCIDO DE QUE CAMILLE HABÍA COMPRENDIDO SUS INTENCIONES CUANDO ÉL LE PIDIÓ QUE LE PERMITIERA VISITAR SU CASA. DU PRÉ, POR SU PARTE, SE HABÍA DADO CUENTA, LA NOCHE ANTERIOR, DE QUE EL MARIDO DE LA JOVEN SE HALLABA FUERA Y DE QUE SOLÍA ESTARLO CASI SIEMPRE. PERO ELLA SE APARTÓ DE ÉL DE UN EMPELLÓN, CON EL PROPÓSITO DE ORDENARLE QUE SALIERA DE LA CASA, AUNQUE LE FALTARON FUERZAS PARA HACERLO…

A DU PRÉ LE ENCANTABAN LOS ARDIENTES OJOS DE CAMILLE, SUS ATRAYENTES LABIOS, SU NEGRÍSIMO PELO… DURANTE LAS SEMANAS SIGUIENTES, LA INUNDÓ DE PEQUEÑOS REGALOS, DE CHUCHERÍAS Y RAMOS DE FLORES; LA INVITÓ VARIAS VECES A COMER, LA LLEVÓ A PASEAR EN COCHE… ENTRETANTO, JEREMIAH SEGUÍA EN NAPA. CAMILLE SE DECÍA QUE EL COMPORTAMIENTO DE DU PRÉ ERA EN REALIDAD UNA AFRENTA PARA ELLA Y SU MARIDO, Y ASÍ HABÍA INTENTADO DECÍRSELO A SU ADORADOR, PERO LO HACÍA CON SU DULCE ACENTO SUREÑO, Y ÉL LE CONTESTABA EN FRANCÉS… EN POCOS DÍAS, DU PRÉ LE HABÍA PROPORCIONADO MÁS BUENOS RATOS DE LOS QUE HABÍA TENIDO DURANTE VARIOS MESES. JEREMIAH ERA TAN SERIO, Y ELLA ESTABA TAN CANSADA DE OÍRLE HABLAR DE LAS INUNDACIONES DE SUS MINAS… ÉSTE ERA EL MOTIVO DE QUE NO HUBIERA REGRESADO AÚN DE NAPA. ESTA VEZ, HABÍAN MUERTO AHOGADOS CUATRO HOMBRES MÁS. THIBAUT NO LE HABLABA DE AQUELLAS COSAS TAN PROSAICAS. LE DECÍA QUE ERA LA MUJER MÁS HERMOSA QUE HABÍA CONOCIDO Y LE EXPRESABA SU ADMIRACIÓN POR HABER TENIDO LA VALENTÍA DE PONER UNA HIJA EN EL MUNDO… Y CAMILLE LE CONFESABA EL HORROR QUE SENTÍA POR LA MATERNIDAD… HASTA QUE LOS RAZONAMIENTOS Y LAS FERVOROSAS PALABRAS DEL FRANCÉS ACABARON POR GANARLE EL CORAZÓN.

—CREO QUE ES UNA CRUELDAD EXIGIR A UNA MUJER QUE TENGA HIJOS. ¡UNA BARBARIDAD! —EXCLAMÓ CON APARENTE INDIGNACIÓN—. NUNCA PEDIRÍA SEMEJANTE COSA A MI AMADA. —DU PRÉ LA MIRÓ SIGNIFICATIVAMENTE Y ELLA SE SONROJÓ.

—JAMÁS VOLVERÉ A PASAR POR ELLO —LE DIJO CAMILLE—. ANTES PREFERIRÍA MORIR. —ENTONCES, ÉL LE REGALÓ LOS OÍDOS AFIRMANDO QUE NUNCA LE HABÍAN GUSTADO LAS CRIATURAS.

—¡QUÉ SERES MÁS HORRIBLES! ¡Y QUÉ MAL HUELEN!

ELLA RIÓ, Y DU PRÉ VOLVIÓ A CUBRIR LOS LABIOS DE LA JOVEN CON LOS SUYOS… Y CAMILLE, SIN SABER CÓMO, SE ENCONTRÓ HACIENDO EL AMOR CON ÉL EN EL DIVÁN DE SU TOCADOR…, Y VOLVIERON A HACERLO CUANDO HUBIERON VACIADO ENTRE LOS DOS UNA BOTELLA DE CHAMPÁN DE LAS BODEGAS DE JEREMIAH. CAMILLE SE ALEGRÓ DE HABER LLEVADO PUESTO UNO DE AQUELLOS ANILLOS. SE LO HABÍA COLOCADO DESPUÉS DE LA NOCHE DE AÑO NUEVO; SÓLO PARA VER SI SE LE AJUSTABA BIEN, SEGÚN SE DIJO… Y YA NO SE LO HABÍA QUITADO; POR SI JEREMIAH REGRESABA DE IMPROVISO, SE TRANQUILIZÓ A SÍ MISMA. PERO AQUELLO NO HABÍA TENIDO NADA QUE VER CON JEREMIAH. Y EN CAMBIO, AHORA TENÍA QUE VER MUCHO CON THIBAUT DU PRÉ.

ANTES DE QUE JEREMIAH VOLVIERA, DISFRUTARON DE SEIS SEMANAS DE RELACIONES CLANDESTINAS. DU PRÉ IBA A LA MANSIÓN THURSTON, Y ELLA A SU HOTEL, LO QUE CAMILLE LO SABÍA MUY BIEN, ERA IMPROPIO DE SU CONDICIÓN; PERO, EN CUALQUIER CASO, RESULTABA MENOS PELIGROSO QUE, DEJARLO ENTRAR EN CASA A ALTAS HORAS DE LA NOCHE… CLARO QUE TAMPOCO LO PASABAN MAL ALLÍ… AHOGANDO SUS GANAS DE REÍR, SUBÍAN LA ESCALERA DE PUNTILLAS PARA ESCONDERSE EN LAS HABITACIONES DE CAMILLE, BEBER CHAMPÁN Y HACER EL AMOR HASTA EL ALBA. CON ÉL, CAMILLE VOLVIÓ A SENTIR LA PASIÓN QUE HABÍA CONOCIDO ANTES DEL NACIMIENTO DE SABRINA; PERO, POR ALGUNA RAZÓN, ENCONTRÓ AÚN MÁS EXCITANTE A DU PRÉ QUE A SU MARIDO. ERA ALTO, DELGADO Y EXÓTICO, LE HABLABA EN FRANCÉS, ERA PERVERSO Y ERÓTICO, Y SÓLO TENÍA TREINTA Y DOS AÑOS; PERO, A MENUDO, PARECÍA SER MÁS JOVEN QUE ELLA CON SUS VEINTE. DU PRÉ QUERÍA RETOZAR Y JUGAR CONTINUAMENTE Y HACER EL AMOR DESDE LA MAÑANA HASTA LA NOCHE… Y NO QUERÍA QUE CAMILLE TUVIERA HIJOS. ELLA ESTABA ENCANTADA CON SU ANILLO, Y DU PRÉ INCLUSO LE HABLÓ DE LOS MÉTODOS, MUCHO MÁS PERFECCIONADOS, QUE TENÍAN EN FRANCIA. Y COMENZÓ A PROPONERLE QUE SE FUERA CON ÉL A SU PAÍS.

—PODRÍAS VENIR CONMIGO AL SUR DE FRANCIA… Y PODRÍAMOS ALTERNAR CON MIS AMIGOS… FIESTAS QUE DURAN TODA LA NOCHE… —CASI LE CHAMUSCÓ LOS OÍDOS CON LAS PALABRAS CON QUE LE CONTÓ LAS COSAS QUE LES GUSTABA HACER.

Y MEJOR AÚN, LE ENSEÑÓ A HACERLAS, CON EL RESULTADO DE QUE, A MEDIDA QUE FUERON TRANSCURRIENDO LOS DÍAS, CAMILLE ADVIRTIÓ QUE LE SUCEDÍA ALGO PECULIAR; TUVO LA SENSACIÓN DE QUE HABÍA DESCUBIERTO UNA NUEVA DROGA Y DE QUE YA NO PODRÍA SEGUIR VIVIENDO SIN ÉL. PARECÍA HABERSE VUELTO ADICTA A SU AMANTE; NOCHE Y DÍA, ANHELABA SUS CARICIAS, EL CONTACTO DE SU CUERPO… LO NECESITABA PARA LLENAR SU MISMÍSIMA ALMA. AL DEJAR LA CAMA EN QUE HABÍAN DORMIDO JUNTOS, CAMILLE DESPEGABA CASI DOLOROSAMENTE SU CARNE DE LA DE DU PRÉ. NECESITABA TENER EL CUERPO DE SU AMANTE SOBRE EL SUYO… NO APARTARLO NI UN MOMENTO DE SUS MANOS, DE SUS LABIOS, DE SU LENGUA… HABÍA UN EMBRIAGANTE PERFUME EN CUANTO DU PRÉ HACÍA. NUNCA SE SENTÍA SACIADA DE ÉL. COMENZÓ A DESESPERARSE ANTE LA PERSPECTIVA DE QUE JEREMIAH VOLVIERA PRONTO A CASA. CUANDO LLEGÓ, HACÍA UN MOMENTO QUE DU PRÉ HABÍA SALIDO. CAMILLE TUVO EL TIEMPO JUSTO DE ESCONDER UNA BOTELLA DE CHAMPÁN VACÍA QUE HABÍA QUEDADO DEBAJO DE LA CAMA. SE HALLABA DESGREÑADA, SU ASPECTO ERA COMPROMETEDOR; SE SENTÍA SUCIA Y MANCHADA Y, SOBRE TODO, CONFUSA… AL VER A JEREMIAH, SE ECHÓ A LLORAR, Y ÉL TOMÓ POR EMOCIONADA ALEGRÍA ANTE LA VUELTA DEL ESPOSO LO QUE ERA DISGUSTO POR SU PRESENCIA. Y CAMILLE, AL COGER EN BRAZOS A SU HIJA —COSA QUE NO HABÍA HECHO DESDE HACÍA SEIS SEMANAS—, TUVO UN VISLUMBRE DE LO QUE LA VIDA HABRÍA PODIDO SER PARA ELLOS DOS Y SABRINA. INESPERADAMENTE, LAMENTÓ NO HABER IDO A NAPA CON JEREMIAH. ALLÍ, HABRÍA ESTADO SEGURA, NO HABRÍA CORRIDO EL PELIGRO DE VERSE ARRASTRADA A LA DERIVA. PERO YA NO PODÍA RETROCEDER. HABÍA ENTRADO EN EL JARDÍN DEL EDÉN Y YA NO RECORDABA EL CAMINO DE REGRESO A CASA, SUPONIENDO QUE QUISIERA ENCONTRARLO. AQUELLA NOCHE, SE ECHÓ AL LADO DE JEREMIAH, COMPLETAMENTE INMÓVIL, TORTURADA POR SUS PENSAMIENTOS. Y CUANDO, POR FIN, ÉL LE PUSO UNA MANO SOBRE UN MUSLO, SINTIÓ UN ESTREMECIMIENTO. LO MÁS TERRIBLE DE LA SITUACIÓN ERA QUE HABÍA DEJADO DE QUERER A JEREMIAH; DE QUERERLO Y DE DESEARLO. A LA MAÑANA SIGUIENTE, SEGUÍA ANHELANDO EL MOMENTO DE VOLVER AL LADO DE THIBAUT. SE ENCONTRARON SECRETAMENTE EN LA HABITACIÓN DE SU HOTEL, Y CAMILLE, CUANDO VOLVIÓ A CASA AQUELLA TARDE, TUVO LA SENSACIÓN DE QUE DU PRÉ SE HABÍA APODERADO POR COMPLETO DE SU MENTE Y DE SU ALMA DE UNA MANERA CASI DEMONÍACA. NO PODÍA IMAGINARSE LO QUE HABRÍA DICHO SU PADRE SI HUBIERA TENIDO CONOCIMIENTO DE AQUELLA RELACIÓN, PERO POCO LE IMPORTABA. POR PRIMERA VEZ EN SU VIDA, NO DABA LA MENOR IMPORTANCIA A LA OPINIÓN DE SU PADRE, NI A LA DE SU ESPOSO, NI A LA DE NADIE.

JEREMIAH SE HABÍA PROPUESTO PASAR UNOS MESES EN SAN FRANCISCO, Y CAMILLE SABÍA QUE, AL TERMINAR AQUEL PLAZO, ESTARÍA MEDIO LOCA A CAUSA DE LO INESTABLE Y CONFUSO DE SU SITUACIÓN, SUPONIENDO QUE PUDIERA AGUANTAR TANTO TIEMPO. HABÍA LLEGADO A UN PUNTO EN QUE NO SABÍA QUÉ DECIRLE A JEREMIAH NI CÓMO COMPORTARSE CON ÉL POR LA NOCHE, Y ELLO LA HABÍA DECIDIDO A DORMIR EN EL VESTIDOR. AHORA, NUNCA LE QUEDABA TIEMPO PARA VER A SABRINA, Y CUANDO SALÍA CON JEREMIAH, NO CESABA DE MIRAR A SU ALREDEDOR EN BUSCA DEL CONDE, QUIEN SE LAS ARREGLABA PARA APARECER EN CASI TODOS LOS LUGARES QUE ELLOS FRECUENTABAN Y DEVORARLA CON LA MIRADA. UNA VEZ, INCLUSO SE ATREVIÓ A ACARICIARLE EL PECHO CUANDO CAMILLE PASÓ ROZÁNDOLE AL ENTRAR EN UN RESTAURANTE, CONTACTO QUE LA HIZO ESTREMECER DE LUJURIA. ¡Y JEREMIAH CREÍA QUE EL DISTANCIAMIENTO EXISTENTE ENTRE ÉL Y SU ESPOSA SE DEBÍA A LA FRIGIDEZ DE ELLA! POR UN INSTANTE, CAMILLE SE SINTIÓ INVADIDA POR UN INTENSO SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD.

PERO THIBAUT INSISTÍA EN QUE SE FUERA A FRANCIA CON ÉL.

—¡ES QUE NO PUEDO! ¿NO LO COMPRENDES? ¡ESTOY CASADA! ¡TENGO UNA HIJA! —PRETEXTABA ELLA, PERO AÚN HABÍA MÁS DETRÁS DE SUS OBJECIONES: SU ESTILO DE VIDA, SU SEGURIDAD, LA MANSIÓN THURSTON. ALLÍ, ERA ALGUIEN IMPORTANTE. NO PODÍA ABANDONARLO TODO DE LA NOCHE A LA MAÑANA.

—TIENES UN MARIDO QUE TE ABURRE DE UNA MANERA ATROZ, Y TU HIJA TE IMPORTA UN COMINO. ¿QUÉ TE DETIENE ENTONCES, AMOR MÍO? ¿NO QUIERES SER MI CONDESA EN MI PALACIO DE FRANCIA?

—SÍ… SÍ… —RESPONDIÓ ELLA ENTRE SOLLOZOS, SIN PODER RESISTIR LAS TENTADORAS PALABRAS DE THIBAUT.

CAMILLE ESTABA CONFUSA. NO SABÍA QUÉ HACER. JEREMIAH SE HABÍA DADO CUENTA DE SU CRECIENTE PALIDEZ Y CREYÓ QUE AÚN NO SE HABÍA RECUPERADO DEL NACIMIENTO DE SABRINA. PERO CAMILLE SE DESHACÍA DE ÉL TODOS LOS DÍAS. TENÍA OTRAS COSAS QUE HACER. TENÍA QUE ENCONTRARSE CON DU PRÉ EN LA HABITACIÓN DEL HOTEL…, DONDE ÉL LE HABLARÍA DE SUS PALACIOS, DE SU PADRE, DE SUS AMIGOS, TODOS MARQUESES, CONDES, PRÍNCIPES Y DUQUES. LAS DESCRIPCIONES QUE THIBAUT LE HACÍA DE LAS FIESTAS QUE SUS AMIGOS DABAN EN LOS PALACIOS Y CASTILLOS DE TODA FRANCIA LA DEJABAN EMBELESADA. PARECÍA EL SUEÑO QUE SU PADRE LE HABÍA PROMETIDO ANTES DE QUE APARECIESE JEREMIAH. AHORA, PODRÍA SER CONDESA CON SÓLO DECIDIRSE A SERLO. TODO CUANTO TENÍA QUE HACER ERA CORTAR LOS LAZOS QUE LA ATABAN CON SU VIDA ACTUAL. DU PRÉ NO CESABA DE DECÍRSELO.

—¡NO PUEDO AGUANTAR POR MÁS TIEMPO ESTA SITUACIÓN! —EXCLAMÓ CAMILLE UN DÍA—. ¡ESTOY DEMASIADO CONFUSA!

PERO ÉL NO DIO IMPORTANCIA A SUS PALABRAS. COMO ELLA, SE HABÍA AFICIONADO A LA CARNE DE SU AMANTE COMO A UNA DROGA; QUERÍA CADA VEZ MÁS DE CAMILLE, DESEABA QUE FUERA EXCLUSIVAMENTE SUYA, Y NO CEJARÍA EN SU EMPEÑO HASTA QUE ELLA CEDIERA. QUERÍA LLEVÁRSELA CONSIGO A FRANCIA… JUNTO, SUPONÍA, CON UNA BUENA PARTE DE LA FORTUNA QUE ELLA DEMOSTRABA POSEER.

Y, POCO A POCO, JEREMIAH LA VEÍA ALEJARSE DE ÉL, SIN SABER HACIA ADÓNDE, HASTA QUE, UN DÍA, A ÚLTIMOS DE ABRIL, UN AMIGO LE DIJO LO QUE HABÍA VISTO: A CAMILLE SALIENDO DEL HOTEL PALACE EN COMPAÑÍA DE UN HOMBRE ALTO Y RUBIO, CON EL AGRAVANTE DE QUE SE BESARON ANTES DE QUE ÉL LLAMARA UN COCHE PARA ELLA. ANTE AQUELLA REVELACIÓN, JEREMIAH SINTIÓ QUE EL CORAZÓN SE LE HUNDÍA EN EL PECHO COMO UNA PESADA PIEDRA. QUERÍA CREER QUE SU AMIGO SE HABÍA EQUIVOCADO; PERO, AL IR OBSERVANDO DÍA TRAS DÍA A CAMILLE, EMPEZÓ A ADMITIR LA VERACIDAD DE SUS PALABRAS. CADA VEZ QUE HABLABA CON ELLA, OBSERVABA ALGO DISTANTE EN SUS OJOS. ADEMÁS, LE PREOCUPABA LA INSISTENCIA DE CAMILLE EN QUE SALIERAN CADA NOCHE. AÚN NO HABÍA CONSEGUIDO QUE VOLVIERA A DORMIR CON ÉL. Y ELLA SÓLO SE SENTÍA ALIVIADA CUANDO JEREMIAH IBA A VISITAR SUS MINAS.

LA DEPRESIÓN DE ÉSTE IBA CRECIENDO A MEDIDA QUE SE ACABABA LA PRIMAVERA. TEMÍA LO QUE SUCEDERÍA CUANDO, EN JUNIO, INTENTARA LLEVARLA DE NUEVO A NAPA. NO QUERÍA ENFRENTARSE CON ELLA POR MIEDO A EMPEORAR LA SITUACIÓN, PERO, TAL COMO FUERON LAS COSAS, FUE EL DESTINO QUIEN DECIDIÓ POR ÉL. UN DÍA, A ÚLTIMA HORA DE LA TARDE, SALÍA JEREMIAH DEL CLUB AL QUE PERTENECÍA SU BANQUERO DESPUÉS DE HABER HABLADO CON ÉL DE VARIOS ASUNTOS CUANDO, AL PASAR LENTAMENTE UN COCHE POR DELANTE DE ÉL, VIO EN SU INTERIOR A CAMILLE ABRAZADA A UN HOMBRE RUBIO. TUVO LA SENSACIÓN DE QUE EL MUNDO SE DERRUMBABA A SU ALREDEDOR. DECIDIÓ ENCARARSE CON ELLA. Y LO HIZO SIN BRUSQUEDAD, EN EL TOCADOR.

—NO SÉ CÓMO EMPEZÓ, CAMILLE. —LAS LÁGRIMAS ACUDIERON A SUS OJOS, PERO LOGRÓ CONTENERLAS—. NI QUIERO SABERLO. HACE ALGÚN TIEMPO, ALGUIEN TE VIO CON ESE HOMBRE. QUISE CREER QUE NO ERA VERDAD, PERO AHORA ME CONSTA QUE LO ERA.

JEREMIAH LA OBSERVÓ CON OJOS LLOROSOS. LA QUERÍA TANTO… SE PREGUNTÓ SI EL HOMBRE QUE LA ESTABA BESANDO EN EL COCHE LLEGARÍA A QUITÁRSELA PARA SIEMPRE. NO LE IMPORTABA LO QUE HUBIERA HECHO MIENTRAS NO REINCIDIERA. PODRÍAN SALVAR LO QUE LES QUEDABA, SUPONIENDO QUE CAMILLE LO DESEARA. DEPENDÍA MÁS DE ELLA QUE DE ÉL. JEREMIAH QUERÍA OLVIDARLO TODO Y CONTINUAR AL LADO DE LA QUE ERA SU ESPOSA. PERO NO SE DABA CUENTA DEL ESTADO DE CONFUSIÓN EN QUE SE ENCONTRABA LA MENTE DE CAMILLE.

—¿Y CÓMO SABES QUE ERA YO? —LE MIRÓ COMPUNGIDA, SIN SU HABITUAL AIRE DE RETO. AMBOS SABÍAN QUE, SIN LUGAR A DUDAS, HABÍA SIDO ELLA.

—A NADA NOS CONDUCIRÁ DISCUTIR EL ASUNTO. PARA MÍ, LO MÁS IMPORTANTE ES QUE ABANDONES ESA RELACIÓN. —LA VOZ DE JEREMIAH ERA TAN SUAVE COMO EL AMOR QUE SENTÍA POR ELLA—. ESO DEBE ACABARSE, CAMILLE. AHORA MISMO. DESEARÍA QUE NOS FUÉRAMOS A NAPA CON SABRINA LA SEMANA PRÓXIMA. QUIZÁ ALLÍ PODAMOS RECOMPONER NUESTRAS VIDAS. —CERRÓ UN MOMENTO LOS OJOS, QUE YA DESBORDABAN DE LÁGRIMAS.

SI LE HUBIERA PROPUESTO AHOGARLA, CAMILLE SE HABRÍA ALTERADO MENOS QUE HACIÉNDOLE AQUELLA DETESTABLE INVITACIÓN. NO PODÍA NI SOPORTAR EL PENSAMIENTO DE TAL POSIBILIDAD, Y NO QUERÍA ABANDONAR A THIBAUT. LO NECESITABA. LO PRÓXIMO QUE HIZO JEREMIAH FUE SUSPIRAR, PERO PUDO OÍRSE CLARAMENTE.

—POR FAVOR…

—NO SÉ… YA VEREMOS —DIJO ELLA.

SIN EMBARGO, LAS PROPOSICIONES DE JEREMIAH ERAN PARA ELLA COMO UNA MANO AGARRADA A SU GARGANTA. AQUELLA MISMA NOCHE, SE ESCABULLÓ DE NUEVO HACIA LA CALLE SÓLO PARA DISFRUTAR CON ÉL DE UN BESO Y DE UNAS CUANTAS PALABRAS. JEREMIAH CREYÓ QUE SE HALLABA EN LA PLANTA BAJA, HABLANDO CON LA COCINERA. ENTRETANTO, CAMILLE SE ENCONTRABA MÁS ALLÁ DE LOS JARDINES DE LA CASA, RESPONDIENDO CON SUSURROS A LOS RUEGOS QUE LE HACÍA DU PRÉ DE UNIRSE CON ÉL EN EL HOTEL. AQUEL HOMBRE ERA LA DECADENCIA EN PERSONA, NO TENÍA NI ATISBO DE CONCIENCIA Y ESTABA RESUELTO A HACER CUANTO PUDIERA PARA LLEVÁRSELA CONSIGO. AL FIN Y AL CABO, ¿POR QUÉ NO? ERA HERMOSA, SENSUAL, UNA EXPERTA EN EL ARTE DEL AMOR, CASI TAN PERVERTIDA COMO ÉL A AQUELLAS ALTURAS, CON LA IMPORTANTE DIFERENCIA DE QUE SÓLO TENÍA VEINTE AÑOS. ADEMÁS, TODOS LE HABÍAN DICHO QUE ERA UNA MUJER MUY RICA, CON BIENES PROPIOS, LO QUE A DU PRÉ LE IBA DE PERLAS. SÓLO LO QUE JEREMIAH HABÍA LLEGADO A REGALARLE, A JUZGAR POR LAS JOYAS Y LAS PIELES QUE LUCÍA, VALÍA UNA FORTUNA.

PERO, EN EL VAIVÉN DE IDEAS DE SU CONFUSA MENTE, CAMILLE FUE A VER A THIBAUT A LA HABITACIÓN DE SU HOTEL Y, ENTRE SOLLOZOS, LE DIJO QUE DEBÍA DAR POR TERMINADA SU AVENTURA; QUE HABÍA REFLEXIONADO DETENIDAMENTE SOBRE ELLO. NO QUERÍA DEJAR POR ÉL LO QUE TENÍA.

—¿HE HECHO ALGO MAL? —LE PREGUNTÓ DU PRÉ, SORPRENDIDO Y SIN PREOCUPARSE POR LA INMORALIDAD QUE INSINUABAN SUS PALABRAS. ERA ALGO CON QUE HABÍA JUGADO DURANTE MUCHOS AÑOS: LAS MUJERES DE LOS OTROS HOMBRES. CONSTITUÍAN UNA BUENA DIVERSIÓN, Y AQUÉLLA ERA, CON MUCHO, LA MEJOR QUE HABÍA CONOCIDO. Y NO TENÍA INTENCIÓN DE DEJARLA ESCAPAR. ERA DEMASIADO SABROSA, DEMASIADO DULCE. Y YA ERA SUYA. LO PRESENTÍA.

—SOY YO QUIEN HA HECHO ALGO MAL —EXPLICÓ ELLA—. ME DEJÉ LLEVAR POR LA PASIÓN, PERO AHORA TENGO QUE DETENERME. MI MARIDO LO SABE.

CAMILLE TEMÍA QUE THIBAUT SE SOBRESALTARA, PERO ÉSTE SÓLO SE MOSTRÓ PREOCUPADO.

—NO TE HABRÁ PEGADO, ¿VERDAD, MON AMOUR?

—NO, ESO NO. PERO QUIERE QUE ME MARCHE A NAPA CON ÉL LA SEMANA QUE VIENE. —ERA TAL LA ANGUSTIA QUE SENTÍA CAMILLE QUE CASI NO PODÍA CONTINUAR—. PERMANECEREMOS ALLÍ UNOS TRES MESES Y… —SIGUIÓ HABLANDO ENTRE SOLLOZOS— CUANDO VOLVAMOS, TÚ YA TE HABRÁS IDO.

—¿NO PODRÍA IR TAMBIÉN YO A NAPA? ¿ALOJARME EN ALGÚN HOTEL CERCANO…?

ERA UNA IDEA MUY ATREVIDA, PERO CAMILLE NO LE HIZO EL MENOR REPROCHE. QUERÍA A AQUEL HOMBRE TAN DESESPERADAMENTE…

—NO, ALLÍ NO SERÍA POSIBLE.

DU PRÉ MENEÓ LA CABEZA, SE RESTREGÓ LOS OJOS Y MIRÓ FIJAMENTE A CAMILLE.

—ENTONCES, DEBES VENIR CONMIGO. DEBES TOMAR UNA DETERMINACIÓN. ESTA MISMA SEMANA. O MEJOR, AHORA. —HABLABA CON TONO DECIDIDO—. IREMOS A FRANCIA. YO YA DEBIERA ESTAR ALLÍ. PARA EMPEZAR, PODREMOS PASAR EL VERANO EN MI PALACIO DEL SUR. —SUPONIENDO QUE SU PADRE SE LO PERMITIERA—. DESPUÉS IREMOS A VENECIA, QUIZÁ CON OCASIÓN DE LOS BAILES DE VERANO —AQUELLO YA ERA MÁS CIERTO—, Y LUEGO, EN OTOÑO, A PARÍS.

A CAMILLE, AQUELLO LA ATRAÍA MUCHO MÁS QUE SANTA ELENA, PERO SABÍA QUE NO TENÍA DERECHO A DISFRUTARLO. ERA LA ESPOSA DE JEREMIAH Y NO DEBÍA TRUNCAR LA VIDA QUE TENÍA ESTABLECIDA EN CALIFORNIA, DONDE, AL FIN Y AL CABO, NO TODO ERAN DESVENTAJAS.

—NO PUEDO IR. —TUVO QUE HACER UN VERDADERO ESFUERZO PARA PRONUNCIAR AQUELLAS PALABRAS.

—¿POR QUÉ NO? SERÍAS MI CONDESA, MA CHÉRIE. ¡PIENSA EN ELLO! —CAMILLE LO HIZO Y SINTIÓ QUE EL CORAZÓN SE LE PARTÍA EN DOS PEDAZOS. SU PADRE SIEMPRE LE HABÍA PROMETIDO UN CONDE O UN DUQUE.

—¿Y MI MARIDO? ¿Y MI HIJA?

—TE IMPORTAN MUY POCO. LO SÉ TAN BIEN COMO TÚ.

—NO ES VERDAD… —PERO ERA CIERTO. LA VIDA QUE THIBAUT EXPONÍA ANTE SUS OJOS ERA MUCHO MÁS ATRACTIVA Y MÁS ARMÓNICA EN CUANTO AL MODO DE PENSAR DE AMBOS. CAMILLE NO QUERÍA MÁS HIJOS, NO QUERÍA SER UNA ESPOSA RESPETABLE… LO ÚNICO QUE LE GUSTABA DE JEREMIAH ERA LA MANSIÓN THURSTON, Y THIBAUT LE OFRECÍA DOS PALACIOS… PERO ENTONCES, HORRORIZADA, SE REBELÓ CONTRA SUS PENSAMIENTOS. SEGUÍA SUMIDA EN UN MAR DE DUDAS. SE SENTÍA COMO SI LA ESTUVIERAN DESGARRANDO EN DOS MITADES—. NO SÉ QUÉ HACER. —SE SENTÓ SOLLOZANDO.

DU PRÉ LE ESCANCIÓ UNA COPA DE CHAMPÁN Y LE DIJO:

—DEBES ELEGIR LO QUE MEJOR TE PAREZCA, AMOR MÍO. PERO ELIGE BIEN. CUANDO TE ESTÉS PUDRIENDO EN NAPA DURANTE TODO EL RESTO DE TU VIDA, LAMENTARÁS LA OPORTUNIDAD QUE DEJASTE PASAR… Y CUANDO VUELVA A VIOLARTE Y TE VUELVA A DEJAR EMBARAZADA… —CAMILLE SE ESTREMECIÓ VISIBLEMENTE SÓLO CON PENSAR EN AQUELLA POSIBILIDAD—. YO NUNCA TE PEDIRÉ SEMEJANTE COSA. ¡PIÉNSALO BIEN!

ELLA SABÍA QUE JEREMIAH, TARDE O TEMPRANO, LO INTENTARÍA DE NUEVO. QUERRÍA UN CHICO. PERO NO ERA JUSTO DEJARLO SÓLO POR AQUEL MOTIVO… AL FIN Y AL CABO, ELLA ERA SU ESPOSA… MIENTRAS SE BEBÍA EL CHAMPÁN, SE ECHÓ A LLORAR; Y ENTONCES THIBAUT LA TOMÓ ENTRE LOS BRAZOS, LE PRODIGÓ SUS SABIAS CARICIAS Y VOLVIÓ A HACER EL AMOR CON ELLA. AQUELLA TARDE, CUANDO CAMILLE REGRESÓ A CASA, SUBIÓ A LA HABITACIÓN DE SU HIJA Y SE QUEDÓ MIRANDO CÓMO JUGABA. YA HABÍA CUMPLIDO UN AÑO, DECÍA UNAS CUANTAS PALABRAS Y HABÍA EMPEZADO A ANDAR; PERO ELLA NO FORMABA PARTE DE LA VIDA DE SABRINA. ERA ASÍ POR PROPIA DECISIÓN DE CAMILLE. NO OBSTANTE, EN AQUEL MOMENTO SE SINTIÓ IMPULSADA A TOMAR SU CARITA ENTRE LAS MANOS Y LLENARLA DE BESOS; PERO NO LO HIZO. SÓLO SE PUSO A SOLLOZAR. EN REALIDAD, NO SABÍA QUÉ HACER. Y AQUELLA NOCHE, CUANDO JEREMIAH LE RECORDÓ QUE DEBÍAN MARCHARSE AL CABO DE CINCO DÍAS, CREYÓ ENLOQUECER. AL DÍA SIGUIENTE, FUE A VER DE NUEVO A THIBAUT EN LA HABITACIÓN DEL HOTEL; PERO ESTA VEZ FUE ÉL QUIEN DECIDIÓ POR ELLA. PUSO A CAMILLE UN ENORME BROCHE DE DIAMANTES QUE, SEGÚN DIJO, ERA UNA HERENCIA DE LA FAMILIA Y, ANTES DE HACER EL AMOR CON ELLA MEDIA DOCENA DE VECES, DECLARÓ SOLEMNEMENTE EL COMPROMISO QUE EXISTÍA ENTRE LOS DOS. CAMILLE VOLVIÓ A CASA DERROTADA. POR COMPLETO. SABÍA QUE, POR AMABLE Y CARIÑOSO QUE SE MOSTRASE JEREMIAH, NO PODRÍA VOLVER A NAPA CON ÉL, NO PODRÍA DARLE OTRO HIJO Y NO PODRÍA ENTREGARSE SIQUIERA A LA NIÑA QUE YA TENÍAN. SENCILLAMENTE, NO ESTABA HECHA PARA AQUELLO. THIBAUT SE LO HABÍA DEMOSTRADO, NO CON EL BROCHE DE DIAMANTES, SINO CON SUS PALABRAS. SÍ, SE MARCHARÍA A PARÍS CON ÉL. AHORA, SERÍA CONDESA. QUIZÁ ERA AQUÉL SU VERDADERO DESTINO.

JEREMIAH LA ESCUCHÓ CON PERPLEJA INCREDULIDAD; Y, CUANDO QUEDÓ CONVENCIDO DE LO INEVITABLE, SUBIÓ A LA HABITACIÓN DE SABRINA Y, ANDANDO DE PUNTILLAS PARA NO DESPERTAR AL AMA, SE DETUVO ANTE LA CAMITA DE SU HIJA PARA CONTEMPLARLA. LE RESULTABA INCONCEBIBLE QUE LA MADRE DE AQUELLA HERMOSA CRIATURA SE DISPUSIESE A DEJARLA. Y EL DOLOR QUE SINTIÓ NO FUE MENOR QUE EL DE CAMILLE CUANDO DIO A LUZ A LA PEQUEÑA. RECORDÓ A JOHN HARTE CUANDO, VARIOS AÑOS ANTES, PERDIÓ A SU ESPOSA Y A SUS HIJOS. AHORA COMPRENDÍA LO QUE EL POBRE HOMBRE HABÍA SENTIDO. TAMBIÉN SE PREGUNTÓ SI SERÍA AQUELLO MISMO LO QUE EXPERIMENTÓ MARY ELLEN CUANDO ÉL LA DEJÓ. QUIZÁ LE TOCABA PAGAR DE AQUEL MODO SUS PASADOS ERRORES. LLORÓ CON LA CABEZA APOYADA EN LAS MANOS ANTES DE APARTARSE DE LA NIÑA DORMIDA, PARA VOLVER A LA SOLEDAD DE SU DORMITORIO.

CAMILLE INVIRTIÓ DOS DÍAS EN HACER EL EQUIPAJE. ENTRETANTO, AUNQUE JEREMIAH NO HABÍA DICHO NADA A NADIE, LA SORPRESA Y LA AFLICCIÓN INUNDABAN LA CASA A MEDIDA QUE SE ESPARCÍA EL RUMOR POR ELLA. HORAS ANTES DE LA PARTIDA DE CAMILLE, JEREMIAH LA AGARRÓ POR AMBOS BRAZOS Y LA ATRAJO HACIA ÉL VERTIENDO LÁGRIMAS.

—NO PUEDES HACERNOS ESTO, CAMILLE. ESTÁS LOCA. CUANDO DESPIERTES, TE PREGUNTARÁS CÓMO PUDISTE COMETER TAL DESATINO. NO TE PIDO QUE PIENSES EN MÍ… PERO HAZLO EN SABRINA… NO PUEDES ABANDONARLA DE ESE MODO. LO LAMENTARÁS TODA LA VIDA. Y TOTAL, ¿PARA QUÉ? ¿PARA VIVIR CON UN MENTECATO EN UN PALACIO? YA TIENES ESTA MANSIÓN.

CAMILLE, TAMBIÉN CON LOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS, NEGÓ CON LA CABEZA.

—NO SOY LA MUJER ADECUADA PARA VIVIR AQUÍ… NI PARA SER TU ESPOSA… —LA INTERRUMPIÓ UN SOLLOZO—. NO SOY LO SUFICIENTE BUENA PARA TI. —ERA LA PRIMERA FRASE AMABLE QUE SALÍA DE SU BOCA DESDE HACÍA MUCHOS DÍAS.

JEREMIAH REACCIONÓ ABRAZÁNDOLA CON FUERZA.

—SÍ QUE LO ERES… TE QUIERO… NO TE VAYAS… POR DIOS, NO NOS DEJES…

LA RESPUESTA DE CAMILLE FUE UN MENEO DE CABEZA, SEGUIDO DE SU RÁPIDA HUIDA A TRAVÉS DE LOS JARDINES CON SU VAPOROSO VESTIDO ONDEANDO DETRÁS DE ELLA: UNA VISIÓN DE SEDA BLANCA Y AZUL Y DE ONDEANTE PELO NEGRO QUE JEREMIAH OBSERVÓ CON OJOS ATÓNITOS DESDE LA ALTURA DE UNA VENTANA. THIBAUT LA ESPERABA EN UN COCHE, DELANTE DE LA VERJA. AQUELLA MISMA NOCHE, UN COCHERO FUE A RECOGER SUS COSAS. JEREMIAH SÓLO ENCONTRÓ UNA BREVE NOTA DE CAMILLE, JUNTO CON SUS JOYAS: «PARA SABRINA… ADIÓS». SEGURO QUE, CUANDO LA ESCRIBIÓ, NO PODÍA IMAGINARSE LO FURIOSO QUE SE PONDRÍA THIBAUT CON ELLA AL SABER QUE HABÍA ABANDONADO AQUELLA FORTUNA.

EN CUANTO A JEREMIAH… AQUELLA NOCHE VAGÓ DE UNA HABITACIÓN A OTRA COMO UN MORIBUNDO. NO PODÍA CREER QUE CAMILLE SE HUBIESE IDO. HABÍA SIDO UNA VERDADERA LOCURA. NO ERA POSIBLE. CAMBIARÍA DE PARECER Y VOLVERÍA. PROBABLEMENTE, LE ENVIARÍA UN TELEGRAMA DESDE NUEVA YORK. CON LA ESPERANZA DE QUE VOLVIERA, JEREMIAH RETRASÓ TRES SEMANAS SU PARTIDA PARA NAPA; PERO NI REGRESÓ NI DIO LA MENOR SEÑAL DE VIDA. FINALMENTE, JEREMIAH ESCRIBIÓ A SU SUEGRO EXPLICÁNDOLE LO SUCEDIDO. ORVILLE LE RESPONDIÓ QUE CAMILLE MERECÍA EL MAYOR DESPRECIO, Y QUE PARA ELLOS HABÍA MUERTO A PARTIR DE AQUEL MOMENTO, Y QUE LO MISMO DEBÍA PENSAR ÉL, EL ESPOSO TRAICIONADO. NO ERA UNA MANERA MUY AMABLE DE PENSAR EN ELLA, ¿PERO QUÉ MÁS PODÍA HACER? NI SIQUIERA LE ESCRIBIÓ UNA SOLA VEZ. DESAPARECIÓ EN LA NOCHE CON UN EXTRANJERO QUE SE LA LLEVÓ A FRANCIA CONSIGO.

ORVILLE REPROBABA EL COMPORTAMIENTO DE SU HIJA, PERO ÉL ERA EN PARTE RESPONSABLE DE LO QUE CAMILLE HABÍA HECHO. LE HABÍA ENSEÑADO A QUERER DEMASIADAS COSAS, A INTERESARSE SÓLO POR LO MATERIAL. LE HABÍA ATIBORRADO LA CABEZA DE SUEÑOS LLENOS DE DUQUES Y PRÍNCIPES. NO OBSTANTE, CAMBIÓ DE PARECER AL VER EN JEREMIAH UN HOMBRE BUENO A CARTA CABAL Y UN EXCELENTE PARTIDO PARA SU HIJA. HIZO LO QUE DEBÍA. PERO CAMILLE HABÍA IDO DEMASIADO LEJOS, Y SU PADRE NO PUDO PERDONARLA. ELLA LE ESCRIBIÓ, PERO ORVILLE LE CONTESTÓ QUE HABÍA MUERTO PARA ÉL. NO HEREDARÍA NADA DE SU PADRE NI DE SU MADRE, QUIEN ENTONCES ESTABA YA DEMASIADO ENFERMA PARA MANTENER CUALQUIER CLASE DE CONTACTO CON ELLA. SÓLO QUEDABA HUBERT; PERO ÉSTE, ADEMÁS DE SER UN SOLEMNE EGOÍSTA, NUNCA HABÍA SENTIDO UN GRAN INTERÉS POR CAMILLE.

EN CALIFORNIA, JEREMIAH DIJO A TODO EL MUNDO QUE CAMILLE HABÍA MUERTO A CAUSA DE UNA EPIDEMIA DE GRIPE. POR OTRA PARTE, ELLA FUE LO SUFICIENTEMENTE ASTUTA COMO PARA NO DECIR NADA A NADIE CUANDO SE FUE. Y EN CUANTO A THIBAUT DU PRÉ, DEJÓ UNA ENORME FACTURA POR PAGAR EN EL HOTEL PALACE Y NO CONFIÓ A NADIE SU INTENCIÓN DE IRSE CON CAMILLE THURSTON. NO ERA, PUES, EXTRAÑO QUE TUVIERA TANTA PRISA POR MARCHARSE CON DESTINO DESCONOCIDO. SENCILLAMENTE SE FUERON. TODO ELLO PERMITIÓ QUE JEREMIAH HICIESE CORRER LA VOZ DE QUE SU ESPOSA ESTABA MORTALMENTE ENFERMA. ANTE LA SORPRESA DEL SERVICIO DE LA CASA, HIZO PONER UN LAZO DE CRESPÓN NEGRO EN EL PICAPORTE DE LA PUERTA PRINCIPAL. DESPUÉS DE HACER PUBLICAR UNA BREVE ESQUELA EN EL PERIÓDICO Y DE CERRAR HERMÉTICAMENTE LA CASA, JEREMIAH SALIÓ PARA NAPA. ALLÍ, TODOS CREYERON TAMBIÉN LA VERSIÓN QUE ÉL LES DIO DE LA DESAPARICIÓN DE SU ESPOSA. EXPLICÓ QUE SU CUERPO HABÍA SIDO ENVIADO A ATLANTA PARA SER ENTERRADO EN EL PANTEÓN FAMILIAR E HIZO CELEBRAR UN FUNERAL EN SANTA ELENA AL QUE ASISTIÓ MUY POCA GENTE. EN AQUEL LUGAR, CASI NADIE LA CONOCÍA, Y LOS QUE HABÍAN TENIDO ALGÚN CONTACTO CON CAMILLE NO SE HABÍAN SENTIDO PRECISAMENTE ATRAÍDOS HACIA ELLA. ASISTIÓ AL FUNERAL HANNAH, VESTIDA DE NEGRO Y EXTRAÑAMENTE ENVARADA, Y ALGUNOS DE LOS HOMBRES QUE TRABAJABAN CON JEREMIAH EN LAS MINAS, POR RESPETO A SU JEFE. JEREMIAH SE CONMOVIÓ AL OBSERVAR LA PRESENCIA DE JOHN HARTE. ÉSTE NUNCA HABÍA OLVIDADO EL COMPORTAMIENTO DE JEREMIAH CUANDO MURIERON SU ESPOSA Y SUS HIJOS. NO SE HABÍA VUELTO A CASAR, Y AÚN LE HORRORIZABA TENER QUE VOLVER CADA NOCHE A SU CASA VACÍA DE LA COLINA. AL TERMINAR EL ACTO RELIGIOSO, ESTRECHÓ LA MANO DE JEREMIAH CON SINCERA CONDOLENCIA.

—DEBE DAR GRACIAS A DIOS POR NO HABER PERDIDO TAMBIÉN A SU HIJA.

—NO DEJO DE HACERLO —LE DIJO JEREMIAH CON UNA MIRADA DE SIMPATÍA.

JOHN HARTE TENÍA VEINTINUEVE AÑOS, PERO SU ASPECTO Y LA SENSATEZ QUE DEMOSTRABA ERAN LOS PROPIOS DE UN HOMBRE DE MÁS EDAD. ERA MUCHA RESPONSABILIDAD LA QUE TENÍAN QUE SOPORTAR SUS ESPALDAS, PERO HACÍA UN EXCELENTE USO DE LA MISMA. QUIZÁ ERA UNA DE LAS CAUSAS DEL INCOMPRENSIBLE AFECTO QUE JEREMIAH SENTÍA POR ÉL. TRAS DESPEDIRSE DE HARTE, VISIBLEMENTE EMOCIONADO, CON OTRO APRETÓN DE MANOS, REGRESÓ A SU CASA, A HACER COMPAÑÍA A SABRINA, QUE, SI BIEN NO HABÍA TENIDO MUCHAS OCASIONES DE SABER LO QUE ERA UNA MADRE, AHORA SE HABÍA QUEDADO DEFINITIVAMENTE SIN ELLA. JEREMIAH AÚN NO PODÍA COMPRENDER LO QUE HABÍA HECHO CAMILLE, NI POR QUÉ. ¿CÓMO PODÍA HABER HUIDO CON AQUEL PETIMETRE? PERO LO QUE SÍ SABÍA CON SEGURIDAD ERA QUE NO HABRÍA DIVORCIO. NO QUERÍA QUE NADIE SE ENTERARA DE QUE CAMILLE NO HABÍA MUERTO. PERPETUARÍA EL MITO DE SU MUERTE MIENTRAS VIVIERA, ESPECIALMENTE PARA SU HIJA. CAMILLE BEAUCHAMP THURSTON HABÍA MUERTO PARA TODO EL MUNDO. Y SÓLO JEREMIAH Y HANNAH SABÍAN LA VERDAD. HABÍAN DESPEDIDO A TODOS LOS SIRVIENTES DE LA CASA, Y LA MANSIÓN THURSTON HABÍA QUEDADO COMPLETAMENTE CERRADA. TAL VEZ JEREMIAH LA VENDERÍA ALGÚN DÍA, O QUIZÁ LA GUARDARÍA PARA SABRINA; PERO ÉL NUNCA VOLVERÍA A VIVIR EN ELLA. AÚN HABÍA ALGUNAS ROPAS DE CAMILLE EN SUS HABITACIONES, COSAS QUE NO LE GUSTABAN. EN CAMBIO, SE LLEVÓ CONSIGO SUS COSTOSOS VESTIDOS Y SUS HERMOSAS PIELES. SE LO LLEVÓ CASI TODO, EXCEPTO LO VIEJO Y LO USADO, QUE ERA MUY POCO.

DESPUÉS DE TODO AQUELLO, SABRINA CRECERÍA CONVENCIDA DE QUE SU MADRE HABÍA MUERTO DE LA GRIPE COMO TANTAS OTRAS PERSONAS EN AQUELLOS TIEMPOS, Y NO TENDRÍA OCASIÓN DE DESCUBRIR NADA QUE DESMINTIERA LA MENTIRA, NINGÚN RASTRO QUE LA CONDUJERA A LA VERDAD. NI UNA CARTA DE SU MADRE, NI MEDIANTE UNA REVELACIÓN DE LAS DOS ÚNICAS PERSONAS QUE GUARDABAN CELOSAMENTE EL SECRETO, NI MEDIANTE EL ANUNCIO DE UN INESPERADO DIVORCIO. JAMÁS HABRÍA TAL COSA. SIMPLEMENTE, CAMILLE BEAUCHAMP THURSTON HABÍA MUERTO PARA TODOS. QUE DESCANSARA EN PAZ.