SE ENCONTRABAN A UNOS TREINTA KILÓMETROS DE LA CIUDAD CUANDO SPENCER DETUVO EL AUTOMÓVIL AL BORDE DE LA AUTOVÍA. MIRÓ A CRYSTAL Y ELLA ESBOZÓ UNA SONRISA. LA PESADILLA HABÍA TERMINADO. ÉL LE HABÍA SALVADO LA VIDA.
—LO HEMOS CONSEGUIDO, CRYSTAL —DIJO SPENCER, ESTRECHÁNDOLA EN SUS BRAZOS CON TANTA FUERZA QUE POCO FALTÓ PARA QUE LA ASFIXIARA.
ELLA RIÓ Y LLORÓ A LA VEZ, SABIENDO QUE JAMÁS PODRÍA SEPARARSE DE ÉL.
—TÚ LO HAS CONSEGUIDO. YO SÓLO ME HE VUELTO LOCA DE MIEDO.
—Y YO —RECONOCIÓ SPENCER, MIRÁNDOLA POR PRIMERA VEZ COMO JAMÁS SE HABÍA ATREVIDO A HACERLO DESDE SU LLEGADA A CALIFORNIA. FINALMENTE ESTABAN SOLOS Y NADIE LES OBSERVABA. SPENCER SE HABÍA PASADO EL RATO MIRANDO POR EL ESPEJO RETROVISOR PARA CERCIORARSE DE QUE NINGÚN REPORTERO LES SEGUÍA—. EN MI VIDA HE PASADO TANTO MIEDO. —NO QUERÍA NI PENSAR EN LO QUE HUBIERA SUCEDIDO DE DECLARÁRSELE CULPABLE. PERO AHORA TODO HABÍA TERMINADO. AMBOS TENÍAN QUE RECUPERAR EL RESUELLO. DE PRONTO, SPENCER SE ECHÓ A REÍR. SE FUERON CON TANTAS PRISAS QUE NI SIQUIERA SABÍAN ADÓNDE IBAN—. ¿ADÓNDE VAMOS? —PREGUNTÓ.
INSTINTIVAMENTE, SE ESTABA DIRIGIENDO A SAN FRANCISCO.
—NO LO SÉ —CONTESTÓ CRYSTAL, TODAVÍA ATURDIDA. CUATRO HORAS ANTES, SU VIDA ESTABA EN PELIGRO. AHORA, EN CAMBIO, TENÍA TODO EL FUTURO POR DELANTE—. SÓLO QUIERO ESTAR SENTADA AQUÍ UN MOMENTO Y RESPIRAR TRANQUILA. NUNCA ESPERÉ VOLVER A SER LIBRE.
SPENCER NO LE CONFESÓ QUE EN CIERTOS MOMENTOS ÉL TAMPOCO LO ESPERÓ. LLAMÓ A SU PADRE DESDE EL HOTEL PARA COMUNICARLE QUE HABÍA GANADO EL JUICIO. SU PADRE LE FELICITÓ Y LE DIJO QUE ESTABA DESEANDO LEER LA NOTICIA EN LOS PERIÓDICOS; DESPUÉS, LE PREGUNTÓ CUÁNDO VOLVERÍA A CASA, PERO SPENCER AÚN NO LO SABÍA. AMBOS NECESITABAN SERENARSE UN POCO, Y ERA AGRADABLE ESTAR LEJOS DE LA POLICÍA Y LOS REPORTEROS. RECLINÁNDOSE CONTRA EL RESPALDO DE SU ASIENTO, LE PREGUNTÓ A CRYSTAL SI LO ECHARÍA DE MENOS.
—¿HOLLYWOOD? —CRYSTAL PENSÓ UN MOMENTO Y DESPUÉS SACUDIÓ LA CABEZA—. PUES, NO. ME GUSTABA EL TRABAJO…, CANTAR, ACTUAR EN LAS PELÍCULAS…, PERO TODO LO DEMÁS ES MUY VACÍO. —POR CULPA DE ERNIE, HABÍA ESTADO A PUNTO DE PAGARLO CON LA VIDA—. JAMÁS PODRÍA VOLVER, DE TODOS MODOS.
—¿POR QUÉ NO? ALGÚN DÍA PODRÁS, SI QUIERES.
PERO ERA COMPRENSIBLE QUE NO QUISIERA.
—NO, NO PUEDO. LA CLÁUSULA DE LA MORALIDAD QUE FIGURA EN TODOS LOS CONTRATOS LES IMPEDIRÍA CONTRATAR A UNA ASESINA PARA TRABAJAR EN UNA PELÍCULA —CONTESTÓ CRYSTAL, SOLTANDO UNA AMARGA CARCAJADA.
SPENCER PUSO DE NUEVO EN MARCHA EL VEHÍCULO MIENTRAS ELLA MIRABA A TRAVÉS DE LA VENTANILLA. TODO LE PARECÍA BONITO, ESPECIALMENTE LOS COLORES. TODO ERA VERDE, AZUL Y MARAVILLOSO.
—TE DEBO LA VIDA —LE DIJO A SPENCER, TOCANDO SU MANO Y ACERCÁNDOSE A ÉL EN EL ASIENTO.
LA TENSIÓN HABÍA DESAPARECIDO Y SÓLO SUS OJOS REFLEJABAN TODAVÍA TEMOR. ACARICIÁNDOLE SUAVEMENTE LA MEJILLA, SPENCER SE INCLINÓ PARA BESARLA.
—TE QUIERO MUCHO. ME HUBIERA MUERTO SI ALGO TE HUBIERA OCURRIDO.
CRYSTAL SE AFERRÓ A ÉL COMO UNA CHIQUILLA PERDIDA. SPENCER LA RODEÓ CON SU BRAZO Y LA ATRAJO HACIA SÍ.
—PUES, YO NO SÉ QUÉ HUBIERA HECHO SI…
PERO NO PUDO TERMINAR LA FRASE.
—YA NO PIENSES MÁS EN ELLO, CRYSTAL. TODO TERMINÓ.
CRYSTAL COMENTÓ QUE AÚN NO SABÍA ADÓNDE IRÍA. SÓLO QUERÍA ALEJARSE DE LOS ÁNGELES CON LA MAYOR RAPIDEZ POSIBLE. QUERÍA VISITAR A HARRY Y PEARL Y NO SEPARARSE NI UN MOMENTO DE SPENCER. TENÍAN MUCHAS COSAS DE QUE HABLAR, SOBRE TODO TRAS HABER AVERIGUADO SPENCER QUE ELLA LE DEJÓ EL AÑO ANTERIOR NO PORQUE NO LE AMARA SINO POR LAS AMENAZAS DE ERNIE.
LLEGARON A SAN FRANCISCO A LAS DIEZ DE LA NOCHE Y FUERON DIRECTAMENTE A VER A HARRY. ÉSTE YA SE HABÍA ENTERADO DE LA NOTICIA Y LES ABRAZÓ LLORANDO. DESPUÉS LES INVITÓ A UNAS COPAS Y, MÁS TARDE, SPENCER ALQUILÓ DOS HABITACIONES EN EL HOTEL FAIRMONT POR SI ALGUIEN AVISABA A LA PRENSA. SE ALEGRÓ DE QUE AMBAS FUERAN CONTIGUAS. CRYSTAL LE MIRÓ EMOCIONADA Y ÉL LA ESTRECHÓ EN SUS BRAZOS Y LA TENDIÓ EN LA CAMA. ENTONCES DESCUBRIERON DE NUEVO TODO LO QUE AMBOS RECORDABAN. CUANDO, AL FINAL, ELLA SE QUEDÓ DORMIDA, SPENCER APAGÓ LA LUZ. CRYSTAL DURMIÓ DE UN TIRÓN HASTA LA MAÑANA SIGUIENTE. SPENCER LA MIRÓ SONRIENDO MIENTRAS ELLA SE DESPEREZABA Y DESPUÉS VOLVIÓ A ACOSTARSE A SU LADO EN LA CAMA.
—BUENOS DÍAS, BELLA DURMIENTE. ¿TE ENCUENTRAS MEJOR?
SPENCER YA HABÍA LLAMADO A SU DESPACHO Y HABÍA MANTENIDO UNA LARGA CONVERSACIÓN CON SU JEFE. YA SE IMAGINABA LO QUE ÉSTE LE DIRÍA Y NO LO LAMENTÓ: SU ACTUACIÓN DURANTE LOS ÚLTIMOS DOS MESES ERA INCOMPATIBLE CON UN PUESTO EN LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO. ESPERABA QUE LO COMPRENDIERA Y LAMENTABA TENER QUE DARLE UN DISGUSTO AL JUEZ BARCLAY.
SPENCER NO SE LO COMENTÓ A CRYSTAL PARA NO PREOCUPARLA. LE HABÍAN TRANSMITIDO UN MISTERIOSO RECADO DE UN JOVEN SENADOR DE CALIFORNIA AL QUE NI SIQUIERA CONOCÍA.
TENDIDOS EN LA CAMA, AMBOS VOLVIERON A COMENTAR LAS INCIDENCIAS DEL JUICIO Y, MÁS TARDE, MIENTRAS DESAYUNABAN, ECHARON UN VISTAZO A LOS PERIÓDICOS. LA NOTICIA OCUPABA TODAS LAS PRIMERAS PLANAS Y CRYSTAL TEMIÓ SER RECONOCIDA AL SALIR.
—ES UNA COCHINA MANERA DE HACERSE FAMOSA —DIJO SONRIENDO MIENTRAS AMBOS SABOREABAN UN DELICIOSO CAFÉ CON CROISSANTS. SPENCER LE HIZO UNA SUGERENCIA, QUERÍA IR AL VALLE PARA VISITAR A BOYD E HIROKO, PERO CRYSTAL TEMÍA NO PODER RESISTIRLO.
—NO QUIERO VOLVER A VER EL RANCHO. —SABÍA QUE NO HUBIERA PODIDO SOPORTARLO. ESTABA SEGURA DE QUE BECKY YA NO ESTARÍA ALLÍ, AUNQUE SU MADRE SEGURAMENTE SÍ. LOS RECUERDOS ERAN DEMASIADO TRISTES, AUNQUE, TENIENDO A SPENCER AL LADO, TODO SERÍA DISTINTO—. ¿Y TÚ? —LE PREGUNTÓ, MIRÁNDOLE PREOCUPADA—. ¿NO TIENES QUE VOLVER A CASA?
SABÍA QUE SPENCER NO HABÍA LLAMADO OTRA VEZ A ELIZABETH. SPENCER NO TENÍA NADA QUE DECIRLE. LLEVABAN VARIAS SEMANAS SIN HABLARSE. AHORA QUE EL JUICIO HABÍA TERMINADO, NO QUERÍA SEPARARSE DE CRYSTAL.
—NO TENGO PRISA.
AÚN NO LE HABÍA DICHO QUE HABÍA PERDIDO EL EMPLEO. UN PRECIO MUY BAJO A CAMBIO DE LA SALVACIÓN DE CRYSTAL. AQUELLA TARDE PASEARON POR EL MUELLE Y CRYSTAL SE COMPRÓ UNOS VESTIDOS. NO TENÍA NADA DEL DINERO QUE HABÍA GANADO EN LOS ÁNGELES Y TODOS SUS EFECTOS PERSONALES LOS HABÍA DEJADO EN LA CASA DE BEVERLY HILLS. NO QUERÍA NI VERLOS. PERO TENDRÍA QUE BUSCARSE PRONTO UN TRABAJO PORQUE NO PODÍA PERMITIR QUE SPENCER LA MANTUVIERA INDEFINIDAMENTE. ESTABA COMO AL PRINCIPIO, SIN HOGAR Y SIN UN CÉNTIMO. PEOR QUE CUANDO LLEGÓ A CASA DE LA SEÑORA CASTAGNA. SIN EMBARGO, VIO CUMPLIDO SU SUEÑO DE HOLLYWOOD Y FUE FELIZ DURANTE ALGÚN TIEMPO. AFORTUNADAMENTE AHORA TENÍA A SPENCER, AUNQUE FUERA POR POCOS DÍAS. DURANTE EL JUICIO, APENAS HABÍAN TENIDO TIEMPO PARA HABLAR DE OTRAS COSAS. BAJO LA VIGILANTE MIRADA DE LOS GUARDIAS Y LOS FOTÓGRAFOS QUE ACECHABAN POR TODAS PARTES, SPENCER NO SE HABÍA ATREVIDO A TOCARLA. AHORA, EN CAMBIO, TENÍAN MUCHOS DÍAS POR DELANTE Y NADIE LES MOLESTARÍA.
REGRESARON AL HOTEL A ÚLTIMA HORA DE LA TARDE. CRYSTAL COMPROBÓ QUE LA GENTE LA MIRABA EN EL VESTÍBULO Y PREFIRIÓ CENAR EN LA HABITACIÓN. DEMASIADAS PERSONAS SABÍAN QUIÉN ERA Y LA MAYORÍA DE ELLAS POR RAZONES EQUIVOCADAS. AQUEL DÍA HABLARON DE MUCHAS COSAS, DE WASHINGTON, DEL TRABAJO DE SPENCER Y DE SU VIDA ALLÍ, Y DE LO MUCHO QUE LE GUSTABA LA POLÍTICA Y EL AMBIENTE DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO. POR SU PARTE, ELLA LE HABLÓ DE LA GENTE QUE HABÍA CONOCIDO EN HOLLYWOOD, DE LOS ASTROS Y DE SU ACTUACIÓN EN LAS PELÍCULAS, Y LE DIJO QUE A PESAR DE ERNIE, TODO AQUELLO LE GUSTABA MUCHO.
—CREO QUE, ALGÚN DÍA, HUBIERA PODIDO LLEGAR MUY LEJOS —DIJO MIENTRAS ÉL PEDÍA LA CENA POR TELÉFONO.
AMBOS ESTABAN SENTADOS EN EL SOFÁ, ENVUELTOS EN LOS ALBORNOCES QUE SE HABÍAN COMPRADO AQUEL DÍA EN EL LUJOSO ESTABLECIMIENTO I. MAGNIN, DISFRUTANDO DE UNA INTIMIDAD QUE HABÍA SOBREVIVIDO A TODOS LOS AVATARES DE SUS VIDAS.
—YA LO HACÍAS MUY BIEN ANTES DE TRASLADARTE ALLÍ —SPENCER TODAVÍA RECORDABA SU VOZ CUANDO LA OYÓ CANTAR EN EL HARRY’S—. QUIZÁS PUEDAS REGRESAR ALGÚN DÍA, CUANDO PASE ALGÚN TIEMPO.
—NO CREO QUE ME APETEZCA —DIJO CRYSTAL TRISTEMENTE—. ES UN MUNDO MUY DURO.
PERO, SI RENUNCIABA A HOLLYWOOD, ¿QUÉ IBA A HACER? ELLA SÓLO SABÍA CANTAR Y ACTUAR. Y AHORA LE DABA MIEDO EXHIBIR SU ROSTRO PORQUE TODO EL MUNDO LA CONOCERÍA. HARRY LE HABÍA OFRECIDO SU ANTIGUO TRABAJO CUANDO FUERON A VISITARLE, PERO ELLA NO LO ACEPTÓ.
—LA GENTE NO SE ACORDARÁ TODA LA VIDA DEL JUICIO. PRONTO SE PERDERÁ EN EL OLVIDO —DIJO SPENCER, RECORDANDO SÚBITAMENTE LA LLAMADA DEL SENADOR.
—ESTABA PENSANDO QUE ME GUSTARÍA VOLVER A CASA —CRYSTAL LE MIRÓ SONRIENDO, CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS—. PERO NO TENGO NINGUNA.
ERA CIERTO, PENSÓ SPENCER. CRYSTAL NO TENÍA ADÓNDE IR NI NADIE QUE LA ESPERARA. PEARL LE HABÍA OFRECIDO SU HABITACIÓN, PERO CRYSTAL NO QUISO MOLESTAR Y, ADEMÁS, AÚN NO SABÍA SI SE QUEDARÍA EN SAN FRANCISCO. BUENA PARTE DE SUS PLANES DEPENDÍA DE SPENCER.
—VÁMONOS AL VALLE UNOS CUANTOS DÍAS. NO TENEMOS POR QUÉ QUEDARNOS ALLÍ. PODRÍAMOS VISITAR A BOYD E HIROKO, Y DESPUÉS IRNOS A OTRO SITIO. NECESITAS TIEMPO PARA PENSAR. SÓLO HAN PASADO DOS DÍAS, CRYSTAL. VÁMONOS ALLÍ MAÑANA.
CRYSTAL LE MIRÓ, VACILANTE, PERO AL FINAL ASINTIÓ.
—¿Y TÚ? —PREGUNTÓ—. NO PUEDES QUEDARTE AQUÍ, CUIDÁNDOME SIEMPRE.
—ME ENCANTARÍA —DIJO SPENCER EN VOZ BAJA.
—TU VIDA ESTÁ EN WASHINGTON, SPENCER. LO QUE QUEDE DE ELLA DESPUÉS DE HABER PASADO TRES MESES CONMIGO. SUPONGO QUE TENDRÁS QUE PAGARLO MUY CARO.
CRYSTAL PENSABA EN ELIZABETH, PERO NO SABÍA CÓMO ESTABA REALMENTE LA SITUACIÓN; ÉL RARAS VECES SE LA MENCIONABA, AUNQUE SEGUÍA CASADO CON SU MUJER. TRAS LA MUERTE DE ERNIE, ELLA ERA LIBRE, PERO SPENCER, NO. EL ESPECTRO DE SU MUJER SE INTERPONÍA ENTRE AMBOS, O ESO, POR LO MENOS, SUPONÍA CRYSTAL. SPENCER LLAMÓ A ELIZABETH Y DEJÓ RECADO A LA SIRVIENTA DE QUE ESTABA EN SAN FRANCISCO, PERO NO DIJO QUE SE ALOJABA EN EL FAIRMONT. AÚN NO ESTABA PREPARADO PARA HABLAR CON ELLA Y NO QUERÍA QUE ELIZABETH LLAMARA A SU HOTEL DE LOS ÁNGELES Y DESCUBRIERA QUE SE HABÍA MARCHADO EL MISMO DÍA DEL VEREDICTO. SABÍA MUY BIEN LO QUE PENSARÍA, Y NO QUERÍA VERSE OBLIGADO A RECONOCERLO O NEGARLO. TAL Y COMO ESTABAN LAS COSAS ENTRE AMBOS, AQUELLO NO ERA ASUNTO DE SU INCUMBENCIA. RECORDÓ SU AMENAZA ANTES DE MARCHARSE Y SE PREGUNTÓ SI FINALMENTE ACCEDERÍA A CONCEDERLE EL DIVORCIO.
MÁS TARDE, LE DIJO A CRYSTAL SIN DARLE IMPORTANCIA QUE HABÍA PERDIDO EL EMPLEO.
—¡NO! —EXCLAMÓ ELLA, HORRORIZADA.
—PUES, SÍ.
—¡DIOS MÍO! ¡LOS DOS NOS HEMOS QUEDADO SIN TRABAJO! —CRYSTAL SE ECHÓ A REÍR, PERO SE SENTÍA DESESPERADAMENTE CULPABLE. JUSTO AQUELLA MAÑANA SPENCER LE HABÍA COMENTADO LO MUCHO QUE LE GUSTABA LA POLÍTICA Y SU LABOR EN LA ADMINISTRACIÓN. INMEDIATAMENTE LE RECORDÓ QUE TENÍA QUE DEVOLVER LA LLAMADA AL SENADOR AL DÍA SIGUIENTE—. ¿TE PRESENTARÍAS CANDIDATO A ALGÚN CARGO?
—TAL VEZ. O QUIZÁ ACABARÉ SIENDO JUEZ COMO MI PADRE.
NADA DE ESO TENÍA IMPORTANCIA. LO ÚNICO IMPORTANTE ERA QUE ELLA ESTUVIERA A SALVO Y QUE AMBOS PUDIERAN ESTAR JUNTOS. NADA LES HABÍA CAMBIADO EN NUEVE AÑOS. SPENCER PENSABA EN ELLA DÍA Y NOCHE, Y NO QUERÍA ABANDONARLA.
HABLARON HASTA ALTAS HORAS DE LA NOCHE SOBRE COSAS TALES COMO LAS VAGAS ASPIRACIONES POLÍTICAS DE SPENCER, LAS PELÍCULAS DE CRYSTAL, LOS HIJOS, LOS PERROS, BOYD E HIROKO. CRYSTAL ESTABA DESEANDO VER A SUS AMIGOS, A PESAR DE SU RETICENCIA A VISITAR EL VALLE. LE APETECÍA MUCHO VER A LA PEQUEÑA JANE. SPENCER HABÍA ALQUILADO OTRO AUTOMÓVIL Y PENSABAN SALIR DE BUENA MAÑANA. LA NIÑA TENÍA SIETE AÑOS Y PROBABLEMENTE NO SE ACORDARÍA DE ELLA PORQUE NO HABÍA VUELTO A VERLA DESDE SU MARCHA DE SAN FRANCISCO.
AL FINAL, SE ACOSTARON, Y LOS AÑOS DE SEPARACIÓN DESAPARECIERON COMO POR ENSALMO MIENTRAS SE ABRAZABAN Y SE DORMÍAN COMO NIÑOS.