LAS NAVIDADES EN EL RANCHO FUERON MUY TRISTES AQUEL AÑO. ERAN LAS PRIMERAS QUE PASABAN SIN TAD, Y TODA LA ALEGRÍA PARECÍA HABER HUIDO DE SUS VIDAS. BECKY PASÓ EL DÍA EN LA CASA CON LOS NIÑOS. TOM SE PRESENTÓ JUSTO A LA HORA DE COMER, APESTANDO A CERVEZA Y MIRANDO SIN DISIMULO A CRYSTAL. CUANDO SU MARIDO VOLVIÓ A MARCHARSE, BECKY ROMPIÓ A LLORAR Y ACUSÓ A SU HERMANA DE COQUETEAR CON ÉL. CRYSTAL SE QUEDÓ TAN SORPRENDIDA QUE NI SIQUIERA PUDO DECIRLE CUÁNTO LO ABORRECÍA.
AL DÍA SIGUIENTE TODA LA FAMILIA FUE A LA IGLESIA. OLIVIA LLORÓ, RECORDANDO A SU MARIDO Y PENSANDO EN LO MUCHO QUE HABÍA CAMBIADO SU VIDA DESDE SU MUERTE. LA ÚNICA DISTRACCIÓN DE CRYSTAL ERA CANTAR EN LA IGLESIA. AL VOLVER A CASA, CRYSTAL SALIÓ SUBREPTICIAMENTE PARA ENTREGAR SUS REGALOS A BOYD E HIROKO. LA PEQUEÑA JANE TENÍA OCHO MESES Y YA ANDABA A GATAS POR LA SALITA, ADORNADA CON UN ÁRBOL DE NAVIDAD. CRYSTAL HABÍA CONFECCIONADO UN JERSEY PARA HIROKO Y UNA BUFANDA PARA BOYD. A LA NIÑA LE REGALÓ UNA MUÑECA. PARA CRYSTAL, LAS NAVIDADES ALLÍ FUERON MÁS FELICES QUE EN SU CASA. BECKY SABÍA QUE TOM LA ENGAÑABA Y, AUNQUE ESTABA AL CORRIENTE DE LOS RUMORES SOBRE GINNY WEBSTER, SE EMPEÑABA EN ECHARLE LA CULPA DE TODO A CRYSTAL E INSISTÍA EN QUE ÉSTA MIRABA CON OJOS TIERNOS A SU MARIDO. OLIVIA LA ACUSABA TAMBIÉN DE LO MISMO Y LA HACÍA LLORAR MUY A MENUDO. NO HABÍA HECHO NADA PARA MERECER SUS ACUSACIONES, PERO NO PODÍA DEFENDERSE DE ELLAS.
HASTA JARED LA ATACABA. A TRAVÉS DE UN AMIGO SE HABÍA ENTERADO DE QUE VISITABA A BOYD E HIROKO Y LA HABÍA AMENAZADO MÁS DE UNA VEZ CON DECÍRSELO A SU MADRE. TODOS PARECÍAN ODIARLA Y SU ÚNICO CONSUELO ERA LA AMISTAD DE LOS WEBSTER.
—NO SÉ QUÉ LES HE HECHO —LES DIJO ENTRE SOLLOZOS UNA TARDE— NI POR QUÉ ME ODIAN.
OBEDECÍA SUS ÓRDENES, TRABAJABA COMO UNA ESCLAVA, RARAS VECES DISCUTÍA CON ELLOS Y, SIN EMBARGO, LA MALTRATABAN SIN PIEDAD.
—PORQUE ERES DIFERENTE —LE CONTESTÓ BOYD—. NO TE PARECES A ELLOS NI PIENSAS COMO ELLOS.
SU PADRE NO PODÍA PROTEGERLA Y ELLA NO SOPORTABA AQUELLA INJUSTICIA. ¿QUÉ LES HABÍA HECHO? NADA. NACIÓ COMO UNA ROSA SILVESTRE ENTRE ABROJOS Y ELLOS ESTABAN FIRMEMENTE EMPEÑADOS EN DESTRUIRLA.
SE SONÓ LA NARIZ MIENTRAS LO PENSABA. NO PODÍA SOPORTAR VIVIR CON ELLOS PERO NO TENÍA DÓNDE IR. LO ÚNICO QUE PODÍA HACER ERA MARCHARSE DEL VALLE, PERO PRIMERO QUERÍA TERMINAR EL BACHILLERATO. SE LO HABÍA PROMETIDO A SU PADRE. AÚN NO HABÍA ABANDONADO SU PROYECTO DE TRASLADARSE A HOLLYWOOD. PERO TODAVÍA ERA DEMASIADO PRONTO. SABÍA QUE PODRÍA SOBREVIVIR. NO PERMITIRÍA QUE PERSONAS COMO SU MADRE Y TOM PARKER DESTRUYERAN SU VIDA. EN CUANTO TERMINARA EL BACHILLERATO, SE IRÍA. TENÍA QUE MARCHARSE DEL VALLE, POR MUCHO QUE LO AMARA. LOS DEMÁS ERAN DEMASIADO FUERTES Y NO PODÍA LUCHAR CONTRA ELLOS. TENÍA QUE MARCHARSE ANTES DE QUE LE CAUSARAN UN DAÑO IRREPARABLE. PERO PARA HACERLO NECESITABA GANAR UN POCO DE DINERO.
EN ENERO, SE FUE A TRABAJAR A LA CIUDAD COMO CAMARERA. SU MADRE SE PUSO FURIOSA Y LA LLAMÓ PELANDUSCA; SU CUÑADO VISITABA OCASIONALMENTE EL LOCAL Y LE HACÍA PASAR UN MAL RATO, POR LO QUE, SIEMPRE QUE PODÍA, LA MUCHACHA SE IBA A LA COCINA A FREGAR PLATOS CUANDO ÉL ESTABA ALLÍ. LA GENTE ERA AMABLE CON ELLA Y LE DABA BUENAS PROPINAS. SIEMPRE QUE ALGUIEN LE HACÍA ALGUNA PROPOSICIÓN, LA RECHAZABA DE PLANO. EL PROPIETARIO DEL RESTAURANTE LA APRECIABA Y CUIDABA DE QUE NADIE LLEGARA DEMASIADO LEJOS. NO LE GUSTABA LA FORMA EN QUE LA TRATABA TOM PARKER. MÁS DE UNA VEZ LE HABÍA DICHO A CRYSTAL QUE SE APARTARA DE ÉL CUANDO LE VIERA BORRACHO, Y MÁS DE UNA VEZ LA ACOMPAÑABA ÉL MISMO A CASA POR LA NOCHE Y ESPERABA HASTA QUE LA VEÍA ENTRAR SANA Y SALVA EN EL RANCHO. A FINALES DE ABRIL, CRYSTAL YA TENÍA AHORRADOS CUATROCIENTOS DÓLARES QUE GUARDABA DEBAJO DE LA CAMA. ERAN SU BILLETE A HOLLYWOOD O, POR LO MENOS, A LA LIBERTAD. CADA NOCHE CONTABA EL DINERO EN SU DORMITORIO CON LA PUERTA CERRADA BAJO LLAVE. NO TARDARÍA MUCHO EN PODER MARCHARSE, PERO CADA DÍA SE LE ANTOJABA UNA ETERNIDAD.
LA PEQUEÑA JANE YA TENÍA UN AÑO. UN LUMINOSO DOMINGO POR LA MAÑANA, CRYSTAL TOMÓ SU VIEJO CABALLO PÍO PARA IR A VERLA. PASÓ TODO EL DÍA CON SUS AMIGOS Y CUANDO DECIDIÓ REGRESAR A CASA YA ERA MUY TARDE, PERO CONOCÍA BIEN EL CAMINO. TOMÓ UN ATAJO POR LOS CAMPOS, ASPIRANDO EL PERFUME DEL AIRE MIENTRAS ENTONABA SUS VIEJAS BALADAS PREFERIDAS. POR PRIMERA VEZ EN MUCHO TIEMPO SE SENTÍA UN POCO ANIMADA. EL DOLOR POR LA MUERTE DE SU PADRE SE ESTABA AMORTIGUANDO UN POCO. SE SENTÍA FUERTE, JOVEN Y VIVA Y SÓLO PENSABA EN SU FUTURO.
MIENTRAS ATABA EL CABALLO EN LA CUADRA Y LE QUITABA LA SILLA, OYÓ UN RUMOR A SU ESPALDA Y SE VOLVIÓ, SORPRENDIDA. ERA TOM, SENTADO EN UN SACO DE FORRAJE, BEBIENDO DE UNA BOTELLA.
—¿TUVISTE UN BUEN DÍA, HERMANITA? —LE PREGUNTÓ, MIRÁNDOLA CON UNA EXTRAÑA EXPRESIÓN EN LOS OJOS, QUE ELLA PREFIRIÓ IGNORAR. SIN EMBARGO, LE TEMBLABAN LAS MANOS CUANDO RETIRÓ LA BRIDA Y LE OYÓ ACERCARSE—. ¿ADÓNDE HAS IDO CON ESTE VIEJO CABALLO? ¿TIENES UN NOVIO EN LA CIUDAD?
—NO —CONTESTÓ CRYSTAL, VOLVIÉNDOSE A MIRARLE. TOM TENÍA LOS OJOS INYECTADOS EN SANGRE Y LA BOTELLA ESTABA MEDIO VACÍA—. FUI A VISITAR A UNOS AMIGOS.
—¿OTRA VEZ LA JAPONESA?
ÉL TAMBIÉN SE HABÍA ENTERADO Y SE LO HABÍA DICHO A BECKY, QUE HABÍA INFORMADO A SU MADRE.
—NO —CONTESTÓ CRYSTAL, MINTIENDO—. A UNOS AMIGOS DE LA ESCUELA.
—YA. ¿QUIÉNES SON?
—ESO NO IMPORTA.
CRYSTAL HIZO ADEMÁN DE ABANDONAR LA CUADRA, PERO ÉL LA SUJETÓ POR EL BRAZO Y LA PILLÓ TAN POR SORPRESA QUE ELLA TROPEZÓ CON SU PIE Y ESTUVO A PUNTO DE PERDER EL EQUILIBRIO.
—¿A QUÉ VIENE TANTA PRISA?
—TENGO QUE IR A CASA CON MAMÁ.
CRYSTAL NO QUERÍA MIRARLE A LOS OJOS. A PESAR DE SU ESTATURA, NO HUBIERA PODIDO LUCHAR CONTRA TOM PARKER, QUE ANTE SUS AMIGOS SE JACTABA DE SER MÁS FUERTE QUE UN TORO.
—MAMÁ…, QUÉ BONITO —DIJO TOM EN TONO DE BURLA—, A CASA CON MAMÁ. LE IMPORTAS UN BLEDO. TIENE A BECKY. LA MUY PUTA SE HA QUEDADO OTRA VEZ EMBARAZADA. YA HUBIERA TENIDO QUE APRENDER A ESTAS ALTURAS. NO LO HACEMOS CASI NUNCA Y, CUANDO LO HACEMOS, VA Y SE QUEDA EMBARAZADA.
CRYSTAL ASINTIÓ, TRATANDO DE LIBRARSE, PERO ÉL NO PENSABA SOLTARLA, POR LO MENOS DE MOMENTO.
—TE DIJE QUE NO TE MOVIERAS DE AQUÍ, ¿NO TE ACUERDAS? —CRYSTAL LE MIRÓ, PARALIZADA POR EL TERROR. A LOS DIECISIETE AÑOS, NADIE LA HABÍA MALTRATADO JAMÁS FÍSICAMENTE—. ¿TE APETECE UN TRAGO?
—NO, GRACIAS —CONTESTÓ CRYSTAL, PÁLIDA Y TEMEROSA.
—PUES, CLARO QUE SÍ.
TOM LE SUJETÓ AMBAS MANOS CON UNA DE LAS SUYAS Y LE ACERCÓ LA BOTELLA A LA BOCA CON LA OTRA, DERRAMÁNDOLE LA BEBIDA POR LA BLUSA, PERO CONSIGUIENDO QUE TRAGARA UNA CONSIDERABLE DOSIS A PESAR DE SU RESISTENCIA.
—¡DÉJAME EN PAZ…! ¡SUÉLTAME!
ÉL SE RIÓ Y LA EMPUJÓ SOBRE UN MONTÓN DE HENO.
—QUÍTATE LA ROPA.
—TOM…, POR FAVOR… —CRYSTAL INTENTÓ LEVANTARSE, PERO TOM LA AGARRÓ POR LAS PIERNAS Y LA EMPUJÓ OTRA VEZ AL SUELO, DONDE ÉL SE ENCONTRABA ARRODILLADO JUNTO A LA BOTELLA DE WHISKY BARATO—. NO, POR FAVOR…
NO QUISO DECIRLE QUE ERA VIRGEN. LLORÓ SIN SABER QUÉ DECIR CUANDO ÉL LE ARRANCÓ LA BLUSA.
—DE TODOS MODOS, LO HACES DE BALDE, ¿VERDAD, HERMANITA? VAMOS, SÉ BUENA CHICA CON TU HERMANO.
—TÚ NO ERES MI HERMANO… ¡BASTA YA! —GRITÓ CRYSTAL, DÁNDOLE UN FUERTE PUÑETAZO EN EL OJO.
TOM GIMIÓ Y LA GOLPEÓ CON TANTA VIOLENCIA QUE LA DEJÓ CASI SIN RESPIRACIÓN.
—¡BRUJA! ¡TE DIJE QUE TE QUITARAS LA ROPA!
CON UNA MANO LE BAJÓ LOS PANTALONES VAQUEROS MIENTRAS CON LA OTRA LA INMOVILIZABA. CRYSTAL PENSÓ QUE ANTES TENDRÍA QUE MATARLA. LUCHÓ COMO UN ANIMAL SALVAJE, PERO NO CONSIGUIÓ ZAFARSE. CADA VEZ QUE INTENTABA LEVANTARSE, TOM LA EMPUJABA NUEVAMENTE AL SUELO, MALDICIÉNDOLA E INSULTÁNDOLA.
—NO, TOM…, POR FAVOR… —SUPLICÓ MIENTRAS ÉL LE ARRANCABA LA ROPA INTERIOR, SUJETÁNDOLA CON UNA PODEROSA MANO MIENTRAS LE SEPARABA LAS PIERNAS CON LAS RODILLAS Y SE BAJABA LOS PANTALONES.
CRYSTAL SOLLOZÓ Y GRITÓ, PERO TODO FUE INÚTIL. TOM LA ABOFETEÓ Y LE PARTIÓ EL LABIO, DEJÁNDOLA TENDIDA EN UN CHARCO DE SANGRE. LA MUCHACHA YA NO TENÍA ÁNIMOS PARA LUCHAR Y, ADEMÁS, DE NADA LE HABRÍA SERVIDO. LA PAJA DEL SUELO LE HABÍA CUBIERTO LA ESPALDA DE ARAÑAZOS, Y EL DOLOR ERA INSOPORTABLE.
TOM SE LEVANTÓ Y SE SUBIÓ LOS PANTALONES. RECOGIÓ LA BOTELLA, INGIRIÓ UN TRAGO Y MIRÓ A CRYSTAL, SOLTANDO UNA CARCAJADA.
—SERÁ MEJOR QUE TE LAVES UN POCO ANTES DE ENTRAR EN LA CASA, HERMANITA —DIJO, CERRANDO DE GOLPE LA PUERTA DE LA CUADRA.
CRYSTAL QUEDÓ TENDIDA EN EL SUELO, LLORANDO HASTA QUE SE LE ACABARON LAS LÁGRIMAS.
YA NO LE QUEDABA NADA. TARDÓ MUCHO RATO EN LEVANTARSE Y DIRIGIRSE A TROMPICONES A LA MANGUERA DEL ABREVADERO. SINTIÓ NÁUSEAS CUANDO EL AGUA FRÍA LA EMPAPÓ DE PIES A CABEZA. CONTEMPLÓ LOS VAQUEROS ROTOS Y LA ROPA INTERIOR HECHA JIRONES Y MANCHADA DE SANGRE, Y ROMPIÓ NUEVAMENTE A LLORAR. NO PODÍA IR A CASA. NO PODÍA EXPLICARLES LO OCURRIDO. NO SE LO PODÍA DECIR A NADIE. LA CULPARÍAN A ELLA. CON LAS PIERNAS TEMBLOROSAS, SE ACERCÓ A LA CASILLA DEL CABALLO, AGARRÓ AL VIEJO PÍO POR LA CRIN, LO HIZO SALIR, LO MONTÓ Y CRUZÓ LENTAMENTE LOS CAMPOS HACIA CASA DE LOS WEBSTER. SE HABÍA DESPEDIDO DE ELLOS HACÍA APENAS DOS HORAS Y AÚN HABÍA LUZ EN LAS VENTANAS. LE DOLÍA TODO EL CUERPO, ESTABA MANCHADA DE SANGRE RESECA E IBA MEDIO DESNUDA. CUANDO EL CABALLO PÍO SE DETUVO EN EL JARDÍN DE LA CASITA, BOYD LA VIO POR LA VENTANA MIENTRAS DESMONTABA Y SALIÓ CORRIENDO, SEGUIDO DE HIROKO.
—CRYS… OH, DIOS MÍO…, OH, DIOS MÍO…
PENSARON QUE ALGUIEN HABÍA INTENTADO MATARLA. LA JOVEN SE DESPLOMÓ A SUS PIES, EN MEDIO DE UN CHARCO DE SANGRE.