MAX ENTRÓ EN EL HOSPITAL COMO SI FUERA EL DUEÑO Y SU ESPOSA ACABASE DE DAR A LUZ A JESUCRISTO. CUANDO LLEGÓ A LA HABITACIÓN DE JULIE, SE LA ENCONTRÓ PROFUNDAMENTE DORMIDA, ASÍ QUE SE FUE DIRECTO A LA HABITACIÓN DE LOS BEBÉS A VER A SU HIJO. UNA ENFERMERA LEVANTÓ AL NIÑO EN BRAZOS Y MAX LE HIZO UN GESTO PARA QUE LO LLEVARA A LA HABITACIÓN. LOS TRES LLEGARON AL MISMO TIEMPO Y DESPERTARON A JULIE. LA ENFERMERA INTENTÓ QUE LA MADRE COGIERA AL NIÑO, PERO JULIE FUE INCAPAZ DE SENTARSE PORQUE LE DOLÍA MUCHO LA INCISIÓN, ASÍ QUE TERMINÓ COGIÉNDOLO MAX.
—PARECE UN LUCHADOR DE SUMO —DIJO ELLA DESDE SU POSICIÓN POSTRADA, Y LE PARECIÓ QUE MAX ESTABA A PUNTO DE ESTALLAR MIENTRAS LAS LÁGRIMAS DE ALEGRÍA LE RECORRÍAN LAS MEJILLAS.
—OJALÁ MIS PADRES HUBIERAN PODIDO CONOCERLO. MI PADRE SE MORÍA DE GANAS DE TENER UN NIETO, AUNQUE TAMBIÉN QUERÍA A LAS NIÑAS.
SE SENTÓ EN UNA SILLA CON EL BEBÉ EN BRAZOS Y SIMON MIRÓ A SU ALREDEDOR; PARECIÓ SENTIRSE SATISFECHO CON SU ENTORNO Y VOLVIÓ A DORMIRSE ENCIMA DE SU PADRE MIENTRAS JULIE LO MIRABA CON FIJEZA INTENTANDO AVERIGUAR CÓMO ERA POSIBLE QUE UN BEBÉ DE AQUEL TAMAÑO HUBIERA CABIDO DENTRO DE ELLA. AGRADECIÓ NO HABER TENIDO QUE EMPUJAR PARA SACARLO DE SU CUERPO. ERA EL RECIÉN NACIDO MÁS GRANDE QUE HABÍA VISTO EN SU VIDA Y EL QUE MÁS PESABA DE TODA LA SALA DE RECIÉN NACIDOS EN AQUEL MOMENTO.
MAX LO DEJÓ CON CUIDADO EN EL MOISÉS DE LA HABITACIÓN, SIN DESPERTARLO. SE SACÓ UNA CAJITA CUADRADA DEL BOLSILLO Y AYUDÓ A JULIE A ABRIRLA. SEGUÍA ATURDIDA POR LA MEDICACIÓN PARA EL DOLOR Y SE QUEDÓ MIRANDO UN ANILLO ENORME DE ESMERALDAS QUE MAX LE PUSO EN EL DEDO.
—NO LO MEREZCO —DIJO CON CULPABILIDAD.
—POR SUPUESTO QUE SÍ —DIJO ÉL, Y LA BESÓ.
ELLA VOLVIÓ LA CARA HACIA EL OTRO LADO Y CERRÓ LOS OJOS. SOLO ERA CAPAZ DE PENSAR EN RICHARD.
LOS DEJARON MARCHARSE A CASA CUATRO DÍAS MÁS TARDE. JULIE SEGUÍA SIN PODER APENAS CAMINAR NI PONERSE DE PIE, PERO QUERÍA IRSE A CASA A DESCANSAR EN SU PROPIA CAMA Y ADEMÁS SE MORÍA POR HABLAR CON RICHARD. LLEVABA CINCO DÍAS SIN SABER DE ÉL.
LAS NIÑERAS LA AYUDARON A ENTRAR EN LA CASA, LA DESNUDARON Y LA ACOSTARON. ESTA VEZ LA INCISIÓN LE DOLÍA MÁS. MAX SE LLEVÓ A SIMON A CONOCER A SUS HERMANAS. LAS NIÑAS SE ALEGRARON DE VERLO Y HÉLÈNE SE OCUPÓ DE ÉL, COMO SI FUERA UNA MADRE EN MINIATURA. TENÍA TODO EL INSTINTO MATERNAL QUE NO TENÍA SU MADRE. PERO JULIE TENÍA DEMASIADOS DOLORES PARA ENCARGARSE DEL BEBÉ Y SIMON LLORABA MUCHO. ERA COMILÓN Y SE TOMABA UN BIBERÓN CADA DOS HORAS.
AQUELLA TARDE MAX SE LLEVÓ A LAS NIÑAS A COMER UN HELADO Y JULIE APROVECHÓ PARA LLAMAR A RICHARD AL BARCO. SE HABÍA TOMADO UNA PASTILLA PARA EL DOLOR, PERO SE SENTÍA LO BASTANTE ESPABILADA PARA LLAMARLO. RICHARD TARDÓ BASTANTE EN ACUDIR AL TELÉFONO PORQUE ESTABA EN LA CUBIERTA CENANDO CON SUS AMIGOS, PERO EN CUANTO LE DIJERON QUE ERA ELLA QUIEN LLAMABA SE APRESURÓ.
—JULIE, ¿ESTÁS BIEN? —PARECÍA PREOCUPADO.
—NO, ESTOY HECHA UNA MIERDA Y TE ECHO DE MENOS. YA HE TENIDO EL BEBÉ.
—VAYA, CIELO, LO SIENTO. ¿FUE TODO BIEN?
A JUZGAR POR LA VOZ DE JULIE, SE ENCONTRABA FATAL, PERO LO HABÍA SUPERADO.
—CUATRO KILOS SETECIENTOS GRAMOS.
—ME LO IMAGINABA. MI SEGUNDO HIJO FUE DE ESE TAMAÑO. CREO QUE ESA FUE LA RAZÓN POR LA QUE SU MADRE SE DIVORCIÓ DE MÍ, APARTE DE PORQUE YO ERA UN MARIDO Y UN PADRE DE MIERDA —DIJO, Y JULIE SE QUEJÓ.
—¡NO ME HAGAS REÍR! LA INCISIÓN ME ESTÁ MATANDO. TE ECHO MUCHÍSIMO DE MENOS.
—YO A TI TAMBIÉN. AHORA DESCANSA Y MEJÓRATE, Y DAME BUENAS NOTICIAS CUANDO NO ESTÉS COLOCADA DE ANALGÉSICOS.
—TE QUIERO —DIJO JULIE CON VOZ DÉBIL.
—YO TAMBIÉN TE QUIERO. LLÁMAME SIEMPRE QUE TE APETEZCA. ME ALEGRO MUCHO DE QUE ESTÉS BIEN. DENTRO DE UNOS DÍAS TE ENCONTRARÁS MEJOR. —JULIE SE ECHÓ A LLORAR AL ESCUCHAR SUS PALABRAS, ERA COMO SI ESTUVIERA EN UNA MONTAÑA RUSA EMOCIONAL; ENTRE LAS HORMONAS, LAS PASTILLAS PARA EL DOLOR Y LOS RESTOS DE LA ANESTESIA, AQUELLO ERA UN CAOS. RICHARD LA OYÓ Y LO ENTENDIÓ ENSEGUIDA—. TRANQUILA, CARIÑO, PRONTO ESTARÁS BIEN. YA HA PASADO Y PUEDES SEGUIR ADELANTE CON TU VIDA, Y CON LA MÍA, ESPERO —DIJO, Y ELLA SONRIÓ ENTRE LÁGRIMAS.
—GRACIAS.
—DUERME UN POCO.
VOLVIÓ A LA CENA, PERO ERA IMPOSIBLE CONTARLE A LA GENTE CON LA QUE ESTABA QUE ACABABA DE RECIBIR UNA LLAMADA DE LA MUJER A LA QUE ADORABA, QUE ESTA ACABABA DE DAR A LUZ AL BEBÉ DE SU MARIDO Y QUE AHORA ÉL ESPERABA QUE JULIE ABANDONARA A SU FAMILIA PARA EMPEZAR UNA NUEVA VIDA A SU LADO. ERA DEMASIADO SÓRDIDO PARA EXPRESARLO CON PALABRAS, O AL MENOS LO PARECÍA, APARTE DE BASTANTE DECADENTE.
EN GREENWICH, JULIE ESTABA TUMBADA EN LA CAMA LLORANDO, AUNQUE NO ESTABA SEGURA DE POR QUÉ. LO ÚNICO QUE SABÍA ERA QUE QUERÍA A RICHARD Y QUE NO ESTABA SEGURA DE QUÉ HACER. MAX ESTABA TAN FELIZ CON EL BEBÉ QUE NO QUERÍA ESTROPEÁRSELO. TODO ERA DEMASIADO CONFUSO Y HÉLÈNE NO DEJABA DE IR A VER CÓMO ESTABA Y DE DARLE DETALLITOS. LA NIÑA ESTABA PREOCUPADA POR TODOS: POR SU MADRE, POR SU PADRE Y POR EL BEBÉ, Y SIMON SIGNIFICABA MUCHÍSIMO PARA ELLA, PUESTO QUE ESTABA CONVENCIDA DE QUE SUS ORACIONES HABÍAN EVITADO QUE LO MATARAN Y SE ALEGRABA DE QUE NO LO HUBIERAN HECHO. LO ABRAZABA, LO MIRABA Y LO BESABA A TODAS HORAS. AHORA TAMBIÉN ERA SU BEBÉ.
MAX SE QUEDÓ EN CASA DURANTE UNA SEMANA DESPUÉS DE QUE JULIE SALIERA DEL HOSPITAL E HIZO QUE UN MOHEL FUERA A CIRCUNCIDAR AL NIÑO CON UN RABINO. HÉLÈNE MANTUVO UNA CHARLA LARGA CON EL RABINO Y DESPUÉS ESTE LE DIJO A MAX QUE SU HIJA ERA MUY INTELIGENTE Y TENÍA UN GRAN INTERÉS POR EL JUDAÍSMO; ADEMÁS LE COMENTÓ QUE LA NIÑA DEBERÍA RECIBIR CLASES DE HEBREO PARA PREPARARSE PARA CELEBRAR SU BAT MITZVÁ ALGÚN DÍA. MAX ASINTIÓ, LE DIO LAS GRACIAS Y LE ENTREGÓ UN CHEQUE PARA ÉL Y EL MOHEL. NO TENÍA NINGUNA INTENCIÓN DE MANDAR A SUS HIJAS A CLASES DE HEBREO SOLO POR HABER CIRCUNCIDADO A SU HIJO. LA IMPLICACIÓN DE MAX EN SU RELIGIÓN, COMO LA DE SUS PADRES DURANTE SU CRIANZA, ERA CULTURAL Y MÍNIMA, NO PROFUNDA, Y SI DE VERDAD HÉLÈNE TENÍA UNA VOCACIÓN RELIGIOSA INTENSA YA LA SEGUIRÍA MÁS ADELANTE, NO A LOS NUEVE AÑOS. MAX SE CONSIDERABA A SÍ MISMO JUDÍO SOLO DE NOMBRE. ESTABA ORGULLOSO DE SERLO Y HONRABA LA MEMORIA DE SUS PADRES Y SU SUFRIMIENTO, PERO NO TENÍA NINGÚN INTERÉS NI EN EL TEMPLO NI EN LO QUE ALLÍ SUCEDÍA. NI SIQUIERA ESTABA SEGURO DE EN QUÉ CREÍA, SI ES QUE CREÍA EN ALGO.
MAX IBA A VER A JULIE VARIAS VECES AL DÍA Y SIEMPRE SE LA ENCONTRABA DORMIDA. ERA CONSCIENTE DE QUE ESTA VEZ SU ESPOSA LO ESTABA PASANDO PEOR. TENÍA MUCHO DOLOR Y TOMABA MEDICACIÓN FUERTE. CINCO DÍAS MÁS TARDE, LLEGÓ LA DEPRESIÓN Y JULIE EMPEZÓ A LLORAR A TODAS HORAS. ÉL SE MARCHÓ AL DÍA SIGUIENTE PARA UN VIAJE DE DOS SEMANAS Y, AUNQUE NO LO HABRÍA ADMITIDO, FUE UN ALIVIO. EL BEBÉ ERA PRECIOSO, PERO TODO EL ALBOROTO QUE CONLLEVABA —LAS NIÑERAS, JULIE Y SUS HIJAS— ERA MÁS DE LO QUE LE APETECÍA ECHARSE AL HOMBRO EN ESE MOMENTO. SE RECOSTÓ EN SU ASIENTO DEL AVIÓN Y SE ALEGRÓ DE HABERLO DEJADO TODO ATRÁS PARA VOLVER A LOS NEGOCIOS, EL MUNDO EN EL QUE SE SENTÍA MÁS CÓMODO.
PARA JULIE, LO PEOR ACABABA DE EMPEZAR. ESTABA CONSTANTEMENTE DEPRIMIDA. LAS NIÑAS IBAN A VISITARLA A SU DORMITORIO Y LA MOLESTABAN. KENDRA SE PONÍA A SALTAR EN LA CAMA Y DAISY QUERÍA QUE SU MADRE LA COGIERA Y LLORABA CADA VEZ QUE LE DECÍA QUE NO. SIMON TENÍA CÓLICOS, O HAMBRE, O LAS DOS COSAS, Y GRITABA SIN PARAR. A JULIE LE LLEGABAN SUS BERRIDOS POR EL PASILLO Y HÉLÈNE EMPEZÓ A MOSTRARSE TRISTE Y PREOCUPADA EN CUANTO SU PADRE SE MARCHÓ DE VIAJE. LAS NIÑERAS SE LLEVABAN A LAS NIÑAS DE LA HABITACIÓN DE SU MADRE EN CUANTO PODÍAN, PERO NUNCA ERA LO BASTANTE RÁPIDO PARA JULIE. SIEMPRE, SIN EXCEPCIÓN, ROMPÍAN O ESTROPEABAN ALGO O COGÍAN COSAS QUE NO DEBÍAN, Y HÉLÈNE SIEMPRE INTENTABA QUEDARSE MÁS RATO Y LA MIRABA CON UNA EXPRESIÓN ANSIOSA.
A JULIE SEGUÍA DOLIÉNDOLE LA INCISIÓN, ASÍ QUE CONTINUABA EN LA CAMA Y SE SENTÍA ATRAPADA EN SU HABITACIÓN. ERA COMO SI ESTUVIERA EN LA CÁRCEL CON LAS NIÑERAS Y SUS HIJOS, Y MAX NO SE MOLESTÓ SIQUIERA EN LLAMARLA DURANTE CUATRO DÍAS, Y LUEGO LE DIJO QUE ERA POR LA DIFERENCIA HORARIA, AUNQUE ELLA SABÍA QUE ERA MENTIRA. JULIE TENÍA LA SENSACIÓN DE QUE SU VIDA SERÍA PARA SIEMPRE UN TIOVIVO CONSTANTE DE NIÑOS, NIÑERAS Y EL MISMO MARIDO AUSENTE QUE NUNCA ESTABA. SE SENTÍA ABRUMADA, COMO SI ALGUIEN LA ESTUVIERA AHOGANDO, PERO ABANDONARLOS LE PARECÍA EGOÍSTA Y CRUEL. Y QUEDARSE ERA UNA TORTURA PARA ELLA. CUANDO RICHARD LA LLAMÓ, LE DIJO QUE ESTABA INTENTANDO HACERLO BIEN, PENSAR EN ELLO Y SER JUSTA CON LOS NIÑOS, Y QUE TAL VEZ SU TRABAJO COMO MADRE FUERA SACRIFICAR SU VIDA POR EL BIENESTAR DE SUS HIJOS.
—SINTIÉNDOTE TAN DESGRACIADA, NO VAS A HACERLE NINGÚN BIEN A NADIE —LE CONTESTÓ ÉL CON SENSATEZ—; LES GUARDARÁS RENCOR POR HABER TENIDO QUE RENUNCIAR A TANTAS COSAS POR ELLOS. PERO TAMBIÉN TIENES QUE ESPERAR A QUE SE TE ASIENTEN LAS HORMONAS. AHORA MISMO NO ESTÁS PENSANDO CON CLARIDAD. DATE TIEMPO. LA OFERTA SIGUE EN PIE Y SEGUIRÁ ESTÁNDOLO DURANTE MUCHO TIEMPO. HABLAREMOS CUANDO TE ENCUENTRES MEJOR. ME PARECE QUE NECESITAS SALIR DE CASA.
—ES COMO SI ESTUVIERA EN LA CÁRCEL —LE DIJO JULIE SOLLOZANDO Y, AL ESCUCHARLA, RICHARD DIO GRACIAS A DIOS POR HABER SUPERADO YA TODA AQUELLA ETAPA DE LOS BEBÉS.
SE LE HABÍA OLVIDADO LO EMOTIVA Y DESAGRADABLE QUE PODÍA SER.
JULIE SE SINTIÓ AÚN PEOR CUANDO MAX VOLVIÓ A CASA TRAS EL VIAJE Y SE ESTREMECÍA CADA VEZ QUE SU MARIDO SE ACERCABA A ELLA. LO VEÍA FELIZ POR EL BEBÉ, PERO ELLA NO SENTÍA NADA NI POR ÉL NI POR EL NIÑO. ERA COMO SI LE FALTARA ALGO QUE SIEMPRE LE HUBIERA FALTADO. JULIE ERA UN TORBELLINO DE EMOCIONES Y CADA VEZ QUE ALGUIEN GRITABA «¡MAMI!» Y CORRÍA POR EL PASILLO HACIA ELLA SE ENCOGÍA Y QUERÍA CERRAR LA PUERTA DE SU HABITACIÓN. HABÍA ALGO EN ELLA QUE NO FUNCIONABA Y LO SABÍA.
PARA CUANDO MAX REGRESÓ, JULIE YA ESTABA LEVANTADA Y VESTIDA. TODAVÍA NO PODÍA CONDUCIR, ASÍ QUE HACÍA QUE ALGUIEN DEL PERSONAL DE LA CASA LA LLEVARA DE UN SITIO A OTRO Y ENCONTRABA TODAS LAS EXCUSAS POSIBLES PARA SALIR, SOLO PARA LIBRARSE DE LA CASA Y ALEJARSE DE TODOS ELLOS DURANTE UN RATO. HABÍA DEJADO DE LLAMAR A RICHARD Y ESO HACÍA QUE SE SINTIERA AÚN PEOR, PERO QUERÍA INTENTAR SENTIR ALGO POR MAX Y LOS NIÑOS, VER SI QUEDABA ALGO, PERO NO ERA ASÍ, SOLO HABÍA UN VACÍO ENORME DONDE DEBERÍA HABER SENTIMIENTOS. TODO EL MUNDO LE DECÍA QUE TENÍA UN BEBÉ PRECIOSO, PERO CADA VEZ QUE ELLA INTENTABA COGERLO SIMON LE VOMITABA ENCIMA Y AMBOS ACABABAN OLIENDO FATAL.
NO ESTABA DISFRUTANDO NI UN SOLO ASPECTO DE TODA LA EXPERIENCIA, SALVO POR EL ESPECTACULAR ANILLO DE ESMERALDAS QUE MAX LE HABÍA REGALADO TRAS EL PARTO DE SIMON, PERO SE SENTÍA DEMASIADO CULPABLE PARA PONÉRSELO. ESTABA ENAMORADA DE OTRO HOMBRE, NO PODÍA ACEPTAR UNA JOYA ASÍ DE MAX SOLO POR HABER DADO A LUZ A SU BEBÉ. ADEMÁS, SABÍA QUE SU MARIDO TENÍA PREPARADO EL MARAVILLOSO ANILLO DE DIAMANTES DE SU MADRE PARA REGALÁRSELO EN CUALQUIER MOMENTO Y TAMPOCO LO QUERÍA. NO QUERÍA NADA DE ÉL. LO ÚNICO QUE DESEABA ERA QUE LA DEJARAN EN PAZ, ASÍ QUE SE PASABA LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO EN SU HABITACIÓN, LLORANDO CADA VEZ QUE SE DECÍA QUE AQUELLA SERÍA SU VIDA PARA SIEMPRE Y QUE TENÍA QUE AGUANTAR JUNTO A MAX Y SUS HIJOS. LO ÚNICO QUE CONSEGUÍA ERA QUE LE ENTRARAN GANAS DE ESCAPAR.
—¿CÓMO TE ENCUENTRAS? —LE PREGUNTÓ MAX UNA NOCHE CUANDO SE FUERON A LA CAMA.
SABÍA QUE SU ESPOSA ESTABA DEPRIMIDA OTRA VEZ Y QUE LO ESTABA DESDE QUE HABÍA SALIDO DEL HOSPITAL, PERO NO TENÍA MUY CLARO A QUÉ SE DEBÍA, APARTE DE AL REVUELO DE HORMONAS Y EMOCIONES POSTERIOR AL PARTO.
—NO LO SÉ. TODO ESTO ME SOBREPASA. AHORA TENEMOS MUCHOS HIJOS Y TODOS NECESITAN MUCHA ATENCIÓN.
HABÍA DOS QUE TODAVÍA LLEVABAN PAÑALES Y LLORABAN A TODAS HORAS Y OTRAS DOS QUE HABLABAN SIN PARAR, Y LAS NIÑERAS TAMBIÉN REQUERÍAN DE SU ATENCIÓN. SE SENTÍA COMO SI TODOS ELLOS LA ESTUVIERAN EXPRIMIENDO HASTA DEJARLA SECA.
—BUENO, NO PODEMOS DEVOLVERLOS —REPLICÓ ÉL SIN COMPASIÓN—. TE ACOSTUMBRARÁS.
PERO CUANDO LA MIRÓ SE ACORDÓ DE LO QUE LE HABÍA DICHO SU MADRE: QUE JULIE NO PARECÍA EL TIPO DE CHICA CON LA QUE TENER MUCHOS HIJOS, NI SIQUIERA UNA ESPOSA SERIA PARA ÉL, Y POR PRIMERA VEZ EN SU VIDA MAX SE PREGUNTÓ SI SE HABRÍA CASADO CON LA MUJER EQUIVOCADA.
RECORDÓ LA FUERZA QUE SUS PADRES SE DABAN EL UNO AL OTRO, LA SABIDURÍA QUE COMPARTÍAN, LA CONFIANZA QUE TENÍAN EN SUS HABILIDADES MUTUAS, EL ÁNIMO, EL APOYO... SE DIERON EL UNO AL OTRO INCLUSO ESPERANZA EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN, PERO JULIE NO SOPORTABA SIQUIERA TENER CUATRO HIJOS CON CUATRO NIÑERAS PARA AYUDARLA. SU ESPOSA SE ESTABA AHOGANDO EN UN VASO DE AGUA, COMO DIRÍA SU MADRE. ÉL NECESITABA UNA MUJER CON AGALLAS, COMO EMMANUELLE, PERO SE ENAMORÓ TANTO DE JULIE CUANDO LA CONOCIÓ QUE NO HABÍA QUERIDO VERLO HASTA AHORA. ERA UNA MUJER CON LA QUE DIVERTIRSE, UNA MUJER FLORERO, PERO NO ERA ROBUSTA Y, TAL COMO SU MADRE LE DIJO, NO ESTABA HECHA PARA CRIAR A MUCHOS NIÑOS NI PARA PERMANECER JUNTO A SU HOMBRE MIENTRAS ÉL LE CONSTRUÍA UN IMPERIO. POR PRIMERA VEZ, MAX SE SINTIÓ DESESPERADO AL TUMBARSE A SU LADO. ERA UN SENTIMIENTO TERRIBLE, ASÍ QUE LE DIO LA ESPALDA PARA QUE ELLA NO VIERA QUE SE LE LLENABAN LOS OJOS DE LÁGRIMAS. EN SU LADO DE LA CAMA, JULIE TAMBIÉN LLORABA Y MAX LO SABÍA, PERO NI SIQUIERA LE ENTRARON GANAS DE TENDERLE LA MANO PARA CONSOLARLA. LES QUEDABA POCA COMPASIÓN MUTUA. ERAN DOS PERSONAS TOTALMENTE DISTINTAS, DOS PIEZAS DE UN ROMPECABEZAS QUE YA NO ENCAJABAN, Y QUE NUNCA LO HABÍAN HECHO, VIVIENDO BAJO UN MISMO TECHO.
SE VOLVIÓ HACIA ELLA UN INSTANTE.
—SE ME HABÍA OLVIDADO DECÍRTELO, MAÑANA ME VOY A SEATTLE. ALLÍ HAY GRANDES OPORTUNIDADES, Y LUEGO TENGO REUNIONES EN EL SUR DE CALIFORNIA.
ELLA SE QUEDÓ CALLADA UN MINUTO Y DESPUÉS ASINTIÓ CON LA CABEZA.
—BUEN VIAJE.
A MAX NO LE QUEDÓ CLARO SI ESTABA SIENDO SARCÁSTICA O SINCERA Y NI SIQUIERA ESTABA SEGURO DE QUE LE IMPORTARA. ODIABA RECONOCERLO, PERO NO SENTÍA NADA POR ELLA.
SEIS SEMANAS DESPUÉS DE QUE SE MARCHARA Y UN MES DESPUÉS DEL NACIMIENTO DEL BEBÉ, RICHARD LA LLAMÓ DESDE EL BARCO. ESTABAN ATRACADOS EN EL PUERTO DE MONTECARLO Y ACABABAN DE VOLVER DE CERDEÑA. LE HABLÓ CON VOZ SERIA:
—NO LO AGUANTO MÁS, JULIE. SÉ QUE DIJE QUE TE TOMARAS TODO EL TIEMPO QUE NECESITARAS, PERO ME ESTOY VOLVIENDO LOCO. TE ECHO DE MENOS. NO QUIERO PRESIONARTE, PERO TENGO QUE VERTE. ESTA NOCHE COJO UN AVIÓN A NUEVA YORK DESDE NIZA. LLEGO ALREDEDOR DE MEDIANOCHE Y QUIERO VERTE MAÑANA. SOLO QUIERO TOCARTE, ABRAZARTE Y VERTE LA CARA.
PARECÍA DESESPERADO Y ELLA SE EMOCIONÓ. JULIE SE SENTÍA IGUAL, PERO NO SABÍA SI VERLO ERA LO CORRECTO. SEGUÍA SIN HABER TOMADO UNA DECISIÓN Y CADA DÍA SE SENTÍA PEOR.
—ESTOY HECHA UN DESASTRE —LE DIJO TITUBEANDO.
ESTABA PÁLIDA Y AGOTADA; TODAVÍA NO HABÍA PERDIDO TODO EL PESO DEL EMBARAZO Y ADEMÁS SUFRÍA UNA DEPRESIÓN TREMENDA.
—NO ME IMPORTA QUE ESTÉS HECHA UN DESASTRE. TE QUIERO. LLEVO SEIS SEMANAS SIN VERTE. VEN A VERME SOLO UN PAR DE HORAS Y LUEGO TE DEJARÉ EN PAZ HASTA QUE TE ACLARES. ERES COMO EL AIRE QUE RESPIRO, TE NECESITO.
—YO TAMBIÉN A TI —DIJO ELLA CON TRISTEZA; A MAX Y A SUS HIJOS NO LOS NECESITABA, PERO PENSABA QUE ELLOS SÍ LA NECESITABAN A ELLA—. ¿VUELVES SOLO PARA VERME?
—SÍ, ASÍ ES —RESPONDIÓ CON SINCERIDAD; PARA RICHARD ERA ATERRADOR MOSTRARSE TAN VULNERABLE ANTE ELLA, SOBRE TODO PORQUE ERA UNA MUJER CASADA QUE TODAVÍA PODÍA DECIDIR NO ABANDONAR A SU MARIDO E HIJOS; SABÍA QUE LE ESTABA PIDIENDO MUCHO, PERO NO QUERÍA HACERSE CARGO DE CUATRO NIÑOS, DOS DE ELLOS AÚN BEBÉS, CON CUSTODIA COMPARTIDA, UNA FLOTA DE NIÑERAS Y UN MARIDO PROBABLEMENTE FURIOSO; SE CONOCÍA LO SUFICIENTE PARA SABER QUE NO SERÍA CAPAZ DE AGUANTARLO Y QUE TERMINARÍAN ODIÁNDOSE; QUERÍA A JULIE SOLO PARA ÉL, SOLO A ELLA, Y JULIE LO SABÍA, ÉL SE LO HABÍA DEJADO CLARO—. VOLVERÉ MAÑANA POR LA NOCHE, DESPUÉS DE VERTE.
—¿TAN RÁPIDO? ¿VIENES SOLO UN DÍA PARA VERME?
—ME QUEDARÉ DOS, SI QUIERES, O PARA SIEMPRE. TÚ MANDAS. TENÍA INVITADOS MAÑANA, PERO ACABO DE CANCELAR LOS PLANES. QUIERO IR A VERTE. ¿ESTÁS DE ACUERDO? ¿MAÑANA POR LA MAÑANA A LAS DIEZ EN MI CASA? ¿MAX ESTÁ EN CASA? —PREGUNTÓ COMO SI ACABARA DE OCURRÍRSELE.
—NO, ESTÁ FUERA. SE HA MARCHADO A SEATTLE Y LUEGO A NO SÉ DÓNDE, SE ME HA OLVIDADO. CREO QUE NO VUELVE HASTA DENTRO DE UNA SEMANA.
—ESO NOS FACILITA LAS COSAS.
A RICHARD LE ENTRARON GANAS DE PEDIRLE QUE FUERA A VERLO AL APARTAMENTO AQUELLA MISMA NOCHE CUANDO LLEGARA, PERO NO QUERÍA ASUSTARLA. CUALQUIER COSA MENOS ESO.
—NOS VEMOS MAÑANA —DIJO JULIE EN VOZ BAJA, Y DESPUÉS SE TUMBÓ EN LA CAMA PENSANDO EN ÉL.
EL MERO HECHO DE SABER QUE RICHARD VOLVÍA HIZO QUE SE SINTIERA DIFERENTE. SE LEVANTÓ, SE LAVÓ EL PELO Y SE HIZO LAS UÑAS. BUSCÓ EN SU ARMARIO ALGO QUE PONERSE Y DESCUBRIÓ QUE LA ROPA LE QUEDABA MEJOR DE LO QUE PENSABA. ESTABA TAN ANGUSTIADA QUE COMÍA MUY POCO, ASÍ QUE HABÍA PERDIDO LA MAYOR PARTE DEL PESO DEL EMBARAZO. AÚN TENÍA LAS CADERAS UN POCO MÁS ANCHAS, PERO ESO ERA TODO. AL NO DAR EL PECHO, LO ESTABA PERDIENDO MÁS RÁPIDO.
PASÓ EL RESTO DEL DÍA Y DE LA NOCHE MERODEANDO POR LA CASA Y A MEDIANOCHE SUPO QUE EL AVIÓN DE RICHARD HABÍA ATERRIZADO. ESTUVO DESPIERTA CASI TODA LA NOCHE, DURMIENDO A TROMPICONES; SE LEVANTÓ A LAS SEIS, SE DUCHÓ, SE VISTIÓ Y FUE A LA COCINA A TOMARSE UNA TAZA DE CAFÉ. BARBARA ESTABA TOMÁNDOSE UN TÉ. ACABABA DE DARLE A SIMON LA TOMA DE LAS SEIS Y LLEVABA EL UNIFORME PUESTO. A MAX LE GUSTABA QUE LAS NIÑERAS SE VISTIERAN DE FORMA APROPIADA PARA CUIDAR DE LOS NIÑOS Y QUE NO ANDUVIERAN POR AHÍ EN VAQUEROS Y CAMISETA. SU PADRE TAMBIÉN FUE UN HOMBRE MUY FORMAL Y SIEMPRE SOLÍA VESTIR DE MANERA IMPECABLE PARA CADA OCASIÓN.
—ME VOY A LA CIUDAD —LE DIJO A LA NIÑERA ANTES DE MARCHARSE—. NO SÉ CUÁNDO VOLVERÉ.
JULIE NO SABÍA CUÁNDO COGERÍA RICHARD EL AVIÓN DE REGRESO A FRANCIA. SI TODO IBA BIEN, ELLA LO LLEVARÍA AL AEROPUERTO Y LUEGO VOLVERÍA A GREENWICH, PERO A LO MEJOR SE HACÍA BASTANTE TARDE.
—QUE PASES UN BUEN DÍA —DIJO BARBARA ANTES DE QUE LA PUERTA SE CERRARA; JULIE OYÓ AL BEBÉ LLORANDO EN EL PISO DE ARRIBA.
SE METIÓ A TODA PRISA EN EL COCHE Y SE MIRÓ EN EL ESPEJO RETROVISOR. DE REPENTE, AL SABER QUE IBA A VER A RICHARD, VOLVIÓ A SENTIRSE ELLA MISMA. SE HABÍA MAQUILLADO Y LLEVABA TACONES Y EL PELO BIEN PEINADO. SE HABÍA PUESTO UN VESTIDO QUE LLEVABA MUCHO TIEMPO OLVIDADO EN SU ARMARIO Y QUE LE QUEDABA PERFECTO. ERA DE SEDA AZUL CIELO, DEL MISMO COLOR QUE EL SARI QUE LUCÍA LA NOCHE EN QUE LO CONOCIÓ. VOLVÍA A SENTIRSE COMO UNA MUJER DE VERDAD Y NO SOLO COMO UNA CRIADA A LA QUE MAX DEJABA ATRÁS CADA VEZ QUE SE MARCHABA DE VIAJE.
APARCÓ DELANTE DEL EDIFICIO DE RICHARD EN TRIBECA A LAS NUEVE Y CINCUENTA, ESPERÓ EDUCADAMENTE DURANTE DIEZ MINUTOS Y DESPUÉS ANUNCIÓ SU PRESENCIA AL PORTERO.
—SOY LA SEÑORA STEIN, VENGO A VER AL SEÑOR RANDALL.
EL HOMBRE LLAMÓ AL APARTAMENTO Y A CONTINUACIÓN LE HIZO SEÑAS PARA QUE SUBIERA. Y CUANDO LA PUERTA DEL ASCENSOR VOLVIÓ A ABRIRSE, RICHARD ESTABA ALLÍ, EN SU CASA, CON UNOS VAQUEROS BLANCOS Y UNA CAMISETA Y ALPARGATAS NEGRAS, CON LA PIEL MUY BRONCEADA Y SU GRUESA MATA DE PELO BLANCO. SIN DECIR UNA PALABRA, LA ATRAJO HACIA SÍ Y LA BESÓ. DESPUÉS JULIE LO MIRÓ Y AMBOS SONRIERON, Y EN ESE INSTANTE ELLA SUPO CUÁL ERA LA RESPUESTA, LATENTE DESDE EL INSTANTE EN QUE LO CONOCIÓ.
—LA RESPUESTA ES SÍ —SUSURRÓ; ÉL LA LEVANTÓ EN EL AIRE, LA HIZO GIRAR Y LA POSÓ DE NUEVO EN EL SUELO CON SUAVIDAD PARA NO HACERLE DAÑO.
LUEGO SUBIERON CORRIENDO LAS ESCALERAS, DIRECTOS A SU CAMA, DONDE JULIE CELEBRÓ SU LIBERTAD.