SAM VOLVIÓ A CASA TEMPRANO PARA PASAR LA NOCHEBUENA, DESPUÉS DE DESPEDIR A DAPHNE, QUE SE MARCHABA A LONDRES, EN EL AEROPUERTO.
LE HABÍA REGALADO UNA ESPECTACULAR PULSERA DE BRILLANTES Y UN ALFILER CON UN CORAZÓN DE RUBÍES QUE HABÍA COMPRADO EN FRED LEIGHTON. SAM SIEMPRE HABÍA SIDO GENEROSO Y TAMBIÉN A ALEX LE HABÍA COMPRADO ALGO, AUNQUE NO TAN IMPORTANTE. PARA ELLA HABÍA ESCOGIDO UN BONITO RELOJ BULGARI —SABÍA QUE A ALEX LE GUSTABA—, PERO NADA QUE EXPRESARA AMOR. NO DESEABA QUE LE MALINTERPRETARA.
LA NAVIDAD FUE DIFERENTE Y NO HUBO MODO DE DISIMULARLO. POR MUCHO QUE LO INTENTARON, TAMBIÉN ANNABELLE SE DIO CUENTA Y SE ECHÓ A LLORAR CUANDO COLOCARON LAS GALLETAS PARA SANTA CLAUS Y LA SAL Y LAS ZANAHORIAS PARA SUS RENOS.
—¿Y SI NO ME TRAE LO QUE HE PEDIDO? —PREGUNTÓ ENTRE SOLLOZOS. NI SAM NI ALEX PUDIERON CONSOLARLA. FINALMENTE ADMITIÓ QUE TENÍA MIEDO DE QUE SANTA CLAUS SE ENFADARA CON ELLA PORQUE ESE AÑO LE HABÍA PEDIDO ALGO UN POCO MÁS «DIFÍCIL»—. LE PEDÍ QUE MAMÁ SE PONGA BIEN PARA DEJAR DE TOMAR LA MEDICINA Y QUE EL PELO LE VUELVA A CRECER. —AL OÍRLA ALEX TUVO QUE GIRAR LA CARA PARA OCULTAR LAS LÁGRIMAS.
—¿Y QUÉ TE DIJO ÉL? —PREGUNTÓ SAM, TAMBIÉN EMOCIONADO.
—ME DIJO QUE ESO ERA COSA DE DIOS, NO DE SANTA CLAUS.
—TENÍA RAZÓN, PRINCESA —LE EXPLICÓ SAM, MIENTRAS ALEX SE SONABA LA NARIZ Y SE AJUSTABA LA PELUCA, QUE ERA UNA DE LAS LARGAS—. PERO MAMÁ SE PONDRÁ BIEN DE TODAS FORMAS Y LE VOLVERÁ A CRECER EL PELO. —A SAM LE HABÍA SORPRENDIDO ENTERARSE DE QUE ALEX HABÍA PERDIDO EL PELO. ESTABA TAN ABSORTO EN SU AVENTURA CON DAPHNE QUE NO SE DABA CUENTA DE NADA, NO SABÍA LO QUE OCURRÍA EN CASA, NI PRESTABA DEMASIADA ATENCIÓN A SUS NEGOCIOS.
LARRY Y TOM LE HABÍAN HECHO PREGUNTAS MOLESTAS UN PAR DE VECES. POR SU PARTE SIMON SE HABÍA ALEGRADO DE QUE SALIERA CON SU PRIMA. LARRY LE HABÍA COMENTADO QUE ÉL Y FRANCES, SU MUJER, ESTABAN MUY APENADOS POR ALEX, DANDO A ENTENDER QUE TAMBIÉN LO SENTÍAN POR «ELLOS». ERA EVIDENTE, DADA SU RELACIÓN CON DAPHNE, QUE SU MATRIMONIO ATRAVESABA UNA CRISIS. LO ÚNICO QUE SE LE OCURRIÓ A SAM FUE QUE SUS SOCIOS LE TENÍAN ENVIDIA. JAMÁS SE LE PASÓ POR LA CABEZA QUE LE CONSIDERARAN UN CABRÓN POR ABANDONAR A ALEX CUANDO MÁS LE NECESITABA.
AL FINAL ANNABELLE SE CALMÓ Y CONSIGUIÓ DORMIRSE. PARECÍA TAN FELIZ AL VER JUNTOS A SUS PADRES QUE A ALEX SE LE PARTIÓ EL CORAZÓN.
—NO ME HABÍA DADO CUENTA DE QUE SE TE HABÍA CAÍDO EL PELO —LE COMENTÓ SAM MÁS TARDE, EN LA COCINA, CON AZORAMIENTO, COGIENDO UNA DE LAS GALLETAS DESTINADAS A SANTA CLAUS. AQUEL AÑO HABÍA MENOS DE TODO: MENOS GALLETAS, MENOS PASTELES, MENOS REGALOS. INCLUSO EL ABETO PARECÍA MÁS PEQUEÑO. TAMPOCO HABÍAN ENVIADO TARJETAS NAVIDEÑAS DE FELICITACIÓN. ALEX NO TENÍA GANAS, NI HUBIERA SABIDO CÓMO FIRMARLAS. ¿DE ALEX… Y QUIZÁ DE SAM…?
—NO CREÍ QUE QUISIERAS SABERLO —REPLICÓ ALEX, INTENTANDO NO PENSAR EN LA MUJER QUE HABÍA VISTO EL DÍA ANTERIOR CON SU MARIDO. LO PEOR ERA QUE NO SE TRATABA DE UN LÍO PASAJERO, A TODAS LUCES. VIÉNDOLES CUALQUIERA SUPONDRÍA QUE ESTABAN CASADOS.
—VOLVERÁ A CRECER —DIJO SAM, INCÓMODO COMO SIEMPRE EN PRESENCIA DE SU MUJER.
—EL PELO SÍ, NUESTRO MATRIMONIO NO —DIJO ALEX CON PENA. HABÍAN ACORDADO NO VOLVER A HABLAR DE ELLO TODAVÍA, PERO LE FUE IMPOSIBLE EVITARLO.
—¿ESTÁS SEGURA? —INQUIRIÓ ÉL MIRÁNDOLA DIRECTAMENTE A LOS OJOS.
—¿TÚ NO? TENGO LA IMPRESIÓN DE QUE TÚ YA TE HAS DECIDIDO.
—NUNCA SE SABE. LOS VIEJOS TIEMPOS NO SE OLVIDAN FÁCILMENTE.
—A MÍ NO ME PARECEN TAN VIEJOS. TAL VEZ TÚ FUERAS DESGRACIADO DESDE HACE MUCHO TIEMPO.
—NO CREO QUE DESGRACIADO SEA LA PALABRA. HE ESTADO CONFUSO DESDE QUE TE PUSISTE ENFERMA. ESO TE CAMBIÓ. —NO ERA NI SIQUIERA UNA ACUSACIÓN, SE LIMITABA A AFIRMARLO. PARA ÉL, JUSTIFICABA SU COMPORTAMIENTO Y ERA UN BILLETE HACIA LA LIBERTAD.
—CREO QUE NOS HA CAMBIADO A LOS DOS. NO CREO QUE COSAS COMO ÉSTA TE DEJEN IGUAL QUE ANTES. ES UN LARGO Y DURO CAMINO HACIA LA SUPERVIVENCIA.
—DEBE DE SER TERRIBLE —COMENTÓ SAM, MOSTRÁNDOSE COMPRENSIVO POR PRIMERA VEZ. ALEX SE DIO CUENTA ENTONCES DE QUE LLEVABA UNOS DÍAS MÁS AMABLE. EL AMOR LE HABÍA APLACADO; PERO NO ERA EL AMOR POR SU MUJER—. HAS PASADO POR UN TRAGO MUY AMARGO.
—Y AÚN QUEDA MÁS —DIJO ELLA SONRIENDO—. CUATRO MESES Y MEDIO EXACTAMENTE.
—¿Y LUEGO QUÉ?
—LUEGO HABRÁ QUE ESPERAR A VER SI SE REPRODUCE. LA BARRERA DE LOS CINCO AÑOS PARECE SER LA MÁS IMPORTANTE. SE SUPONE QUE TENÍA EL TIPO DE TUMOR CON MEJORES POSIBILIDADES Y QUE LA QUIMIOTERAPIA ME DARÁ AÚN MÁS GARANTÍAS. IMAGINO QUE UNO SIGUE VIVIENDO Y PROCURA NO PENSAR EN ELLO. LAS MUJERES QUE CONOZCO Y QUE SE OPERARON YA HACE AÑOS ASEGURAN QUE NO LO RECUERDAN MÁS QUE CUANDO TIENEN QUE IR A LA REVISIÓN ANUAL. YA ME GUSTARÍA A MÍ HABER LLEGADO AHÍ. AHORA ESTOY BASTANTE ASUSTADA. —ERA LA PRIMERA CONVERSACIÓN SERIA QUE SOSTENÍAN SOBRE EL TEMA DE SU ENFERMEDAD. ALEX ESTABA ASOMBRADA. FUERA QUIEN FUERA LA CHICA, LE HABÍA VUELTO CASI HUMANO. PERO NO ERA AGRADECIMIENTO LO QUE ALEX SENTÍA, SINO ENVIDIA, TRISTEZA E IRA.
—SI SE REPRODUJERA —DIJO SAM, INTENTANDO ANIMARLA—, SUPONGO QUE PODRÍAS VOLVER A LUCHAR CONTRA ELLO.
—NO ES PROBABLE —EXPLICÓ ALEX, DESEANDO PODER QUITARSE LA PELUCA. LE PICABA BASTANTE LA CABEZA, PERO NO SE ATREVÍA A DEJAR QUE SAM LA VIERA—. SALVO EN CONTADAS EXCEPCIONES NO SE SOBREVIVE EN CASO DE QUE SE REPRODUZCA. POR ESO UTILIZAN TRATAMIENTOS TAN AGRESIVOS LA PRIMERA VEZ.
SAM EMPEZABA A COMPRENDERLO MEJOR. AL PRINCIPIO NO LE HABÍA PARECIDO TAN HORRIBLE, PERO QUIZÁ PORQUE NO HABÍA QUERIDO PRESTARLE LA DEBIDA ATENCIÓN. AL VER A ALEX DESPUÉS DE ESTAR CON DAPHNE, SINTIÓ UNA GRAN LÁSTIMA POR SU MUJER, PERO NADA MÁS. SÓLO LE QUEDABA COMPASIÓN Y EL RECUERDO DE TIEMPOS MEJORES.
—¿QUÉ VAS A HACER MIENTRAS ANNABELLE ESTÉ FUERA CONMIGO? —PREGUNTÓ PARA CAMBIAR DE TEMA.
—NADA. DORMIR, DESCANSAR, TRABAJAR. ÚLTIMAMENTE NO TENGO UNA GRAN VIDA SOCIAL. LAS POCAS FUERZAS QUE TENGO LAS EMPLEO EN ANNABELLE Y EN MIS CASOS.
—¿POR QUÉ NO TE VAS FUERA TÚ TAMBIÉN? A LO MEJOR TE SENTARÍA BIEN. ¿O NO PUEDES?
—SÍ QUE PODRÍA. TENGO DOS SEMANAS LIBRES DE TRATAMIENTO CADA MES, PERO PREFIERO QUEDARME AQUÍ. —NO QUERÍA IRSE CON BROCK, AL QUE APENAS CONOCÍA, A PESAR DE SU ESTRECHA COLABORACIÓN EN EL BUFETE, Y TAMPOCO QUERÍA IRSE SOLA. PREFERÍA ESTAR EN SU CASA Y EN SU CAMA, CERCA DE SU MÉDICO POR SI TENÍA ALGÚN PROBLEMA. EN AQUELLOS MOMENTOS SE SENTÍA MUY INTROVERTIDA Y DEPENDÍA MUCHO DE LAS COSAS QUE LE ERAN FAMILIARES.
—NO ME GUSTA PENSAR QUE TE QUEDARÁS AQUÍ SOLA —DIJO SAM CON UNA NOTA DE CULPABILIDAD EN LA VOZ. EXTRAÑAMENTE, AL MARCHARSE DAPHNE SE SENTÍA MÁS RESPONSABLE DE ALEX, PERO TAMPOCO ESO LE GUSTABA, PORQUE ERA COMO SI LA ENFERMEDAD LE ATASE. EN REALIDAD SE ALEGRABA DE PODER MARCHARSE.
—ESTARÉ BIEN. NO QUIERO IR A NINGUNA PARTE, Y TENGO MUCHO TRABAJO POR HACER.
—HAY MÁS COSAS EN LA VIDA QUE EL TRABAJO —COMENTÓ SAM CON UNA SONRISA.
—¿LAS HAY, SAM?
SAM SALIÓ DE LA COCINA SIN RESPONDER, PREGUNTÁNDOSE SI ALEX SE HABRÍA DADO CUENTA DE QUE SALÍA CON OTRA, O SI ALGUIEN SE LO HABRÍA DICHO. LO DUDABA. ESTABA DEMASIADO PREOCUPADA POR SÍ MISMA PARA SOSPECHAR NADA.
TODOS LOS REGALOS DE ANNABELLE ESTABAN ESCONDIDOS EN UN ARMARIO CERRADO. LOS PUSIERON BAJO EL ÁRBOL POCO DESPUÉS DE LAS NUEVE DE LA NOCHE Y LUEGO SE RETIRARON A SUS RESPECTIVAS HABITACIONES. ALEX ESTUVO LEYENDO UN RATO. OYÓ SONAR EL TELÉFONO A MEDIANOCHE, PERO DEJÓ QUE CONTESTARA SAM. SUPONÍA QUE LA LLAMADA NO ERA PARA ELLA, Y TENÍA RAZÓN. ERA DAPHNE, QUE ACABABA DE LLEGAR A LONDRES Y ECHABA DE MENOS A SAM. AL HABLAR CON ELLA SAM SE DIO CUENTA DE LO MUCHO QUE LE DEPRIMÍA ESTAR CON ALEX, QUE PARECÍA HABER RENUNCIADO A VIVIR.
—TE ECHO MUCHÍSIMO DE MENOS, QUERIDO —LE ASEGURÓ DAPHNE—. NO SÉ CÓMO VOY A SOPORTAR ESTAR AQUÍ SIN TI. DATE PRISA EN VENIR. DIOS MÍO, HACE UN FRÍO TERRIBLE. —DAPHNE HABÍA OLVIDADO EL DURO INVIERNO LONDINENSE Y LA CALEFACCIÓN DE SU PISO NO FUNCIONABA. SE QUEJÓ DE QUE SÓLO TENÍA UNA CHIMENEA Y DE QUE LE FALTABA SAM PARA CALENTARLA.
—PARA —LE DIJO ÉL—, O ME SUBO AL PRIMER CONCORDE QUE SALGA.
—OJALÁ PUDIERAS. NO PODRÉ SOPORTARLO.
FINALMENTE COLGARON. SAM PERMANECIÓ DESPIERTO PENSANDO EN ELLA, DESEÁNDOLA CON TODA SU ALMA. NI SIQUIERA AL PRINCIPIO DE SU RELACIÓN CON ALEX HABÍA HABIDO TANTA PASIÓN.
EL DÍA DE NAVIDAD ANNABELLE SE DESPERTÓ A LAS SEIS DE LA MAÑANA. FUE UN DÍA LARGO Y ALEGRE. LE GUSTARON TODOS SUS REGALOS. A SAM LE CONMOVIÓ EL LUJOSO REGALO QUE LE HABÍA COMPRADO ALEX Y AFIRMÓ QUE LE ENCANTABA. TAMBIÉN A ALEX LE GUSTÓ EL RELOJ, PERO COMPRENDIÓ QUE SAM YA NO QUERÍA HACERLE REGALOS PERSONALES Y SE SINTIÓ MUY DOLIDA.
ALEX CONSIGUIÓ PREPARAR ROSBIF Y BUÑUELOS, DISIMULANDO LO MEJOR QUE PUDO SU MALESTAR. EN GENERAL NO RESULTÓ TAN DESASTROSO COMO EL DÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS. DESPUÉS DE COMER SE TUMBÓ UN RATO, Y SE PUSO LA PELUCA MÁS CORTA PARA QUE ANNABELLE Y ELLA PARECIERAN GEMELAS. INCLUSO SAM AFIRMÓ QUE LE GUSTABA.
ALEX LLEVABA UN SUÉTER ROJO Y UNOS PANTALONES DE ANTE NEGROS QUE LE DABAN UN ASPECTO MUY ATRACTIVO. TENÍA LA CARA UN POCO MÁS LLENA Y HABÍA SUBIDO DE PESO, PERO NO LO BASTANTE COMO PARA AFEARLA.
POR LA TARDE SE FUERON LOS TRES A DAR UN PASEO. COGIERON UN TAXI PARA IR AL ROCKEFELLER CENTER Y VER A LOS PATINADORES. A SAM LE RECORDARON A DAPHNE Y VOLVIÓ A ECHARLA DE MENOS.
ALEX QUEDÓ AGOTADA POR EL ESFUERZO Y TUVIERON QUE REGRESAR EN TAXI. NECESITÓ AYUDA DE SAM HASTA PARA LLEGAR A SU DORMITORIO.
—¿ESTÁ BIEN MAMÁ? —PREGUNTÓ ANNABELLE.
SAM ASINTIÓ, DEBATIÉNDOSE ENTRE LA COMPASIÓN POR ALEX Y LA RABIA POR LA ANGUSTIA QUE PROVOCABA EN SU HIJA CON SU ENFERMEDAD.
—ESTÁ BIEN —RESPONDIÓ CON FIRMEZA.
—¿NO SE PONDRÁ MAL MIENTRAS NOSOTROS ESTAMOS EN FLORIDA?
—ESTARÁ PERFECTAMENTE. CARMEN LA CUIDARÁ.
LA NIÑA SE TRANQUILIZÓ CON LAS RESPUESTAS DE SU PADRE, QUE ALEX CONFIRMÓ EN CIERTA MEDIDA LEVANTÁNDOSE PARA HACERLE LA MALETA. ERA DIVERTIDO GUARDAR LAS PEQUEÑAS COSAS DE SU HIJA, PERO DE REPENTE ALEX NOTÓ QUE EL PÁNICO SE APODERABA DE ELLA. ¿Y SI LLEGABA EL DÍA EN QUE YA NO PUDIERA OCUPARSE DE SU HIJA Y ANNABELLE TENÍA QUE IRSE A VIVIR CON SAM? SE SINTIÓ ENFERMA OTRA VEZ SÓLO DE PENSAR QUE TAMBIÉN PODÍA PERDERLA A ELLA, Y SE SENTÓ CON EL CUERPO TEMBLOROSO. POR FIN RECUPERÓ LA COMPOSTURA Y ACABÓ DE HACER LA MALETA. NO IBA A PERMITIR QUE SAM O AQUELLA MUJER SE QUEDARAN CON ANNABELLE. FUE EL MIEDO LO QUE LE HIZO QUEDARSE A CENAR CON SU MARIDO Y SU HIJA ESA NOCHE.
A LA MAÑANA SIGUIENTE AYUDÓ A ANNABELLE A VESTIRSE, LE ASEGURÓ QUE SE LO PASARÍA MUY BIEN CON SU PADRE Y LE DIJO QUE LA LLAMARA CUANDO LE APETECIERA. LUEGO LA ABRAZÓ CON FUERZA COMO SI TEMIERA NO VOLVER A VERLA. ANNABELLE PERCIBIÓ EL PÁNICO DE SU MADRE Y SE ECHÓ A LLORAR EN EL MOMENTO DE LA PARTIDA. SABÍA POR INSTINTO QUE SU MADRE SE SENTÍA MUY SOLA.
—TE QUIERO —LE DIJO ALEX CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS, CUANDO SAM Y ANNABELLE SE METÍAN EN EL ASCENSOR. SAM LE LANZÓ LA YA FAMILIAR MIRADA DE FASTIDIO, VIENDO QUE SU HIJA NO DEJABA DE LLORAR.
—ESTARÁ BIEN —LE RECORDÓ A ANNABELLE MIENTRAS BAJABAN EN EL ASCENSOR. ALEX NO TENÍA DERECHO A PONERSE DE AQUELLA MANERA Y ASUSTAR A LA NIÑA. VOLVIÓ CON FUERZA EL RESENTIMIENTO QUE LE PROVOCABA SU MUJER DESDE OCTUBRE, Y SE ALEGRÓ DE ALEJARSE DE ELLA.
SAM Y ANNABELLE COGIERON UN TAXI PARA IR AL AEROPUERTO DE LA GUARDIA. ALEX SE QUEDÓ SOLA EN SU DORMITORIO, SINTIÉNDOSE PERDIDA. EN CIERTOS ASPECTOS HABÍA SIDO AGRADABLE ESTAR DE NUEVO CON SAM AQUELLOS DOS DÍAS, PERO TAMBIÉN MUY DOLOROSO. ERA COMO MIRAR ALGO QUE YA NO VOLVERÍA A TENER Y RECORDAR TODOS LOS MOTIVOS POR LOS QUE LO HABÍA AMADO. AÚN SEGUÍA QUERIENDO A SU MARIDO, A PESAR DE TODO, PERO DESPUÉS DE HABERLO VISTO CON LA CHICA NO TENÍA SENTIDO SEGUIR ESPERÁNDOLE, Y ERA UN ALIVIO QUE SE HUBIERA MARCHADO.
AL CABO DE UN RATO LIMPIÓ LA COCINA E HIZO LA CAMA DE ANNABELLE. LE HABÍA DADO EL DÍA LIBRE A CARMEN, PUESTO QUE SIN LA NIÑA NO NECESITARÍA AYUDA. VAGÓ ENTONCES POR EL APARTAMENTO HASTA QUE DECIDIÓ DUCHARSE. PENSÓ EN VESTIRSE Y DAR UN PASEO, PERO RECORDÓ EL ENCUENTRO CON SAM Y LA CHICA, TRES DÍAS ATRÁS, Y SE LE FUERON LAS GANAS. DE TODAS FORMAS, CIERTO SENTIDO ESPARTANO LE DIJO QUE AL MENOS SE DUCHARA Y VISTIERA. PARA ELLO SE QUITÓ LA PELUCA Y CASUALMENTE SE VIO DE REOJO EN EL ESPEJO: HABÍA QUEDADO COMPLETAMENTE CALVA. SE QUITÓ TAMBIÉN LA BATA Y EL CAMISÓN Y SE MIRÓ. PARECÍA UN MANIQUÍ DE LOS QUE SE VEN TIRADOS Y DESMONTADOS EN EL SUELO DE LOS GRANDES ALMACENES EL DÍA QUE CAMBIAN LOS ESCAPARATES.
ALEX SE ECHÓ A LLORAR, SINTIÉNDOSE COMO UN PÁJARO ROTO QUE VUELA VACILANTE HASTA EL SUELO PARA MORIR. QUISO MORIR, MORIR ANTES DE QUE LE ARREBATARAN LO POCO QUE LE QUEDABA. ¿POR QUÉ ESPERAR A QUE SAM LE PIDIERA EL DIVORCIO PARA CASARSE CON AQUELLA CHICA, Y A QUE ANNABELLE SE ENTUSIASMARA CON ELLA? ¿PARA QUÉ ESPERAR A QUE LA MATARAN ELLOS, O LA DEJARAN SOLA?
MIENTRAS SEGUÍA DE PIE FRENTE AL ESPEJO, LLORANDO, OYÓ EL TELÉFONO, PERO NO SE MOLESTÓ EN IR A COGERLO. LA ANGUSTIA DE SU ENFERMEDAD Y DE LAS DURAS REALIDADES CON LAS QUE SE ENFRENTABA ACABARON POR REVOLVERLE EL ESTÓMAGO Y CAYÓ DE RODILLAS, ACOMETIDA DE NUEVO POR LAS ARCADAS. CUANDO TERMINÓ TODO, SE TENDIÓ EN EL SUELO UN RATO. FINALMENTE VOLVIÓ A LA CAMA TAL COMO ESTABA Y SE ENROSCÓ BAJO LAS SÁBANAS. NO COMIÓ NADA EN TODO EL DÍA, Y SAM Y ANNABELLE NO LLAMARON. PADRE E HIJA HABÍAN HUIDO HACIA LA VIDA, A UN MUNDO DE SOL, MIENTRAS QUE ELLA YACÍA SOLA EN LAS NEGRAS SOMBRAS DE SU PROPIO INVIERNO. AL FINAL SU ESTÓMAGO VACÍO VOLVIÓ A REACCIONAR Y TUVO QUE IR AL CUARTO DE BAÑO. EL DÍA TRANSCURRIÓ CON LENTITUD PARA ALEX, ENTRE LLANTOS Y VÓMITOS, ACOMPAÑADA SIEMPRE POR EL ESPECTRO CALVO QUE VEÍA EN EL ESPEJO. NO ENCENDÍA LAS LUCES, PERO LO VEÍA.
HACIA EL ANOCHECER VOLVIÓ A SONAR EL TELÉFONO, PERO TAMPOCO ESTA VEZ SE MOLESTÓ EN CONTESTAR. SÓLO TENÍA DESEOS DE ACABAR CON TODO Y DEJAR DE VIVIR.
EL TELÉFONO NO CESABA DE SONAR, MIENTRAS ALEX PERMANECÍA EN LA CAMA, DESHECHA EN LÁGRIMAS, ESPERANDO A QUE PARARA. AL FINAL NO TUVO MÁS REMEDIO QUE COGERLO, PERO NO DIJO NADA.
—¿HOLA?
ALEX CONOCÍA LA VOZ, PERO NO PENSABA CON CLARIDAD.
—¿HOLA, ALEX? —REPITIÓ LA VOZ.
—SÍ —RESPONDIÓ, ATURDIDA—. ¿QUIÉN ES?
—BROCK STEVENS. —POR LA MANERA DE HABLAR DE ALEX, BROCK SE PREGUNTÓ SI ESTARÍA PEOR O SI LE HABRÍAN DADO UNA DOSIS ADICIONAL EN SU TRATAMIENTO.
—HOLA, BROCK —DIJO ALEX POR FIN, PERO SIN LA MENOR VITALIDAD—. ¿DÓNDE ESTÁS? —EN REALIDAD NO LE IMPORTABA, PERO TENÍA QUE DECIR ALGO.
—ESTOY EN CONNECTICUT, CON UNOS AMIGOS. QUERÍA PREGUNTARTE OTRA VEZ SI QUIERES VENIR A VERMONT. YO ME VOY MAÑANA.
ALEX SONRIÓ. BROCK ERA UN GRAN CHICO, PERO MUY ESTÚPIDO. ¿PARA QUÉ NECESITABA UNA AMIGA MORIBUNDA?
—NO PUEDO. TENGO TRABAJO.
—NADIE TRABAJA ESTA SEMANA Y, ADEMÁS, ESTAMOS AL DÍA EN EL BUFETE.
—DE ACUERDO —DIJO ALEX, NOTANDO QUE LE VOLVÍAN LAS ARCADAS—. SOY UNA MENTIROSA, PERO NO PUEDO IR DE TODAS FORMAS.
—¿TIENES A TU HIJA EN CASA? —PREGUNTÓ BROCK, RESUELTO A NO CEDER SIN LUCHA. ESTABA CONVENCIDO DE QUE EL VIAJE LE SENTARÍA BIEN. SE LO HABÍA COMENTADO A LIZ Y AMBOS ESTABAN DE ACUERDO EN QUE EL AIRE FRESCO HARÍA MARAVILLAS, SIEMPRE QUE NO SE CANSARA EN EXCESO.
—ANNABELLE ESTÁ EN FLORIDA —CONTESTÓ ALEX—. Y SEGURAMENTE SAM ESTÁ CON SU NOVIA.
—¿TE LO HA DICHO ÉL? —QUISO SABER BROCK, ENFADADO. OPINABA QUE EL MARIDO DE ALEX ERA UN COMPLETO IDIOTA QUE NO LA MERECÍA, PERO NO PODÍA DECÍRSELO A ELLA.
—LOS VI JUNTOS EL DÍA ANTES DE NOCHEBUENA. ES UNA CHICA MUY JOVEN Y MUY GUAPA. —HABLABA COMO SI ESTUVIERA BORRACHA Y BROCK ACABÓ PREOCUPÁNDOSE AÚN MÁS—. Y ESTOY SEGURA DE QUE TIENE DOS DE TODO. SAM ODIA LO QUE NO ES PERFECTO.
—ALEX, ¿TE ENCUENTRAS BIEN? —PREGUNTÓ BROCK, CONSULTANDO SU RELOJ Y PREGUNTÁNDOSE CUÁNTO TIEMPO LE LLEVARÍA LLEGAR A LA CIUDAD. TAMBIÉN PODÍA LLAMAR A LIZ PARA QUE FUERA ELLA. NO LE GUSTABA NADA LO QUE OÍA. EN EL ESTADO EN QUE SE ENCONTRABA ALEX, Y SOLA, PODÍA HACER CUALQUIER LOCURA.
—ESTOY BIEN —LE ASEGURÓ ELLA, MUY QUIETA Y CON LOS OJOS CERRADOS—. HOY SE ME HA CAÍDO EL POCO PELO QUE ME QUEDABA. AHORA TENGO UN ASPECTO MUCHO MÁS LIMPIO.
—¿POR QUÉ NO DESCANSAS UN RATO? ESTARÉ AHÍ DENTRO DE UNA HORA APROXIMADAMENTE, ¿DE ACUERDO?
—DE ACUERDO —CONTESTÓ ALEX OBEDIENTEMENTE, COLGÓ EL TELÉFONO Y SE OLVIDÓ DE BROCK. QUERÍA OLVIDARLO TODO. QUIZÁ SI DEJABA DE COMER DURANTE SEIS DÍAS, ESTARÍA MUERTA CUANDO VOLVIERA ANNABELLE. POCO A POCO LA VENCIÓ EL SUEÑO. UN RATO DESPUÉS OYÓ UNA ALARMA, UN TIMBRE O UN RUIDO. PROCURÓ NO HACERLE CASO DURANTE UN BUEN RATO, HASTA QUE SE DIO CUENTA DE QUE ERA EL TIMBRE DE LA PUERTA. NO IMAGINABA QUIÉN PODÍA SER, ASÍ QUE INTENTÓ HACER OÍDOS SORDOS A LA LLAMADA, PERO EL TIMBRE SONABA SIN CESAR. LUEGO EL QUE LLAMABA SE PUSO A APORREAR LA PUERTA Y ALEX NO TUVO MÁS REMEDIO QUE PONERSE LA BATA PARA IR A VER QUIÉN ERA. ECHÓ UN VISTAZO POR LA MIRILLA; ERA BROCK STEVENS. SORPRENDIDA, ABRIÓ LA PUERTA Y SE QUEDÓ MIRANDO A BROCK, QUE VESTÍA UN GRUESO SUÉTER, PANTALONES DE PANA, PARKA Y BOTAS. PARECÍA TRAER CON ÉL UN AIRE FRESCO Y NUEVO, PERO SU ROSTRO REFLEJABA MUCHA PREOCUPACIÓN.
—ME HAS DADO UN BUEN SUSTO —DIJO.
—¿POR QUÉ? —ALEX SE BALANCEABA UN POCO, PERO BROCK LA CONOCÍA DEMASIADO BIEN PARA SABER QUE NO HABÍA BEBIDO. SENCILLAMENTE ESTABA MUY ENFERMA Y CON TODA PROBABILIDAD NO HABÍA COMIDO. ALEX SE HIZO A UN LADO PARA DEJARLE PASAR. ENTRARON EN LA SALA DE ESTAR Y ENTONCES ALEX SE VIO EN UN ESPEJO Y ADVIRTIÓ QUE NO LLEVABA PELUCA.
—MIERDA —EXCLAMÓ, MIRANDO A BROCK COMO UNA NIÑA PEQUEÑA—, YA ME VES.
—TE PARECES A SINÉAD O’CONNOR, PERO MÁS GUAPA.
—YO NO SÉ CANTAR.
—TAMPOCO YO —DIJO BROCK, MIRÁNDOLA Y PENSANDO QUE EN REALIDAD SE PARECÍA A AUDREY HEPBURN. ERA HERMOSA INCLUSO SIN EL PELO. LA BELLEZA DE SU CARA APARECÍA REALZADA, COMO SI FUERA UN SER EXQUISITO DE OTRO PLANETA. EN ELLA HABÍA UNA LUMINOSIDAD QUE NO DEJABA NUNCA DE AFECTARLE—. ¿QUÉ HA OCURRIDO? —LE PREGUNTÓ. A TRAVÉS DEL TELÉFONO HABÍA PERCIBIDO ALGO EXTRAÑO.
—NO LO SÉ. ME HE VISTO EN EL ESPEJO ESTA MAÑANA Y ANNABELLE SE HABÍA IDO Y YO VOLVÍA A ESTAR ENFERMA… ES DEMASIADO… SAM Y ESA OTRA MUJER… YA NO PUEDO SEGUIR LUCHANDO. SENCILLAMENTE SON DEMASIADAS COSAS.
—ASÍ QUE HAS DECIDIDO RENDIRTE —DIJO BROCK, ENOJADO Y HABLANDO CASI A GRITOS.
—TENGO DERECHO A TOMAR MIS PROPIAS DECISIONES —REPLICÓ ALEX, SOBRESALTADA PERO TRISTE.
—¿AH, SÍ? TIENES UNA HIJA PEQUEÑA, Y AUNQUE NO LA TUVIERAS, TIENES OBLIGACIONES CONTIGO MISMA, POR NO HABLAR DE LA GENTE QUE TE QUIERE. TIENES QUE LUCHAR CONTRA ESTO, ALEX. NO SERÁ FÁCIL, PERO NO PUEDES TUMBARTE Y DEJARTE MORIR SÓLO PORQUE «SON DEMASIADAS COSAS».
—¿Y POR QUÉ NO? —REPLICÓ ELLA CON UN COMPLETO DESAPEGO.
—PORQUE LO DIGO YO. ¿HAS COMIDO? —PREGUNTÓ CON TONO AGRESIVO, Y NO SE SORPRENDIÓ CUANDO ALEX NEGÓ CON LA CABEZA—. VE A VESTIRTE. YO TE HARÉ ALGO DE COMER.
—NO TENGO HAMBRE.
—NO ME IMPORTA. NO VOY A ESCUCHAR MÁS SANDECES. —LA COGIÓ POR LOS HOMBROS Y LA SACUDIÓ SUAVEMENTE—. ME IMPORTA UN COMINO LO QUE TE HAYAN PODIDO HACER OTROS, O LO QUE PIENSES DE TU VIDA AHORA. AUNQUE TE QUEDES EN LOS HUESOS, CON UN PECHO O CON DOS, Y CALVA COMO UN AGUILUCHO, TIENES LA OBLIGACIÓN DE LUCHAR POR TU VIDA, ALEX PARKER. POR TI, POR NADIE MÁS. ERES UN BIEN PRECIOSO Y LOS DEMÁS TE NECESITAMOS. CUANDO TE MIRES EN EL ESPEJO Y NO TE GUSTE LO QUE VEAS, RECUERDA QUE ESA MUJER ERES TÚ. TODOS LOS ADORNOS QUE PUEDAS PONERTE NO SIGNIFICAN NADA. ERES EXACTAMENTE LA MISMA PERSONA QUE ERAS ANTES DE QUE TODO ESTO OCURRIERA, O MEJOR. NO LO OLVIDES.
ALEX LO CONTEMPLABA ASOMBRADA MIENTRAS ÉL LE ECHABA EL SERMÓN. SIN DECIR UNA SOLA PALABRA FUE AL CUARTO DE BAÑO, SE QUITÓ LA BATA Y ABRIÓ EL GRIFO DE LA DUCHA. ENTONCES PERMANECIÓ MIRÁNDOSE EN EL ESPEJO DURANTE LARGO RATO Y VIO A LA MISMA MUJER QUE HABÍA VISTO POR LA MAÑANA, PERO, AL MISMO TIEMPO, COMPRENDIÓ QUE BROCK TENÍA RAZÓN. NO ERA POR ANNABELLE NI POR SAM NI POR BROCK, NI POR NADIE MÁS POR QUIEN DEBÍA LUCHAR, SINO POR SÍ MISMA, POR LO QUE HABÍA SIDO, LO QUE ERA Y SIEMPRE SERÍA. ESO SAM NO PODRÍA QUITÁRSELO. LLORÓ QUEDAMENTE, PENSANDO EN LO QUE BROCK ACABABA DE DECIRLE, SE METIÓ EN LA DUCHA Y DEJÓ QUE EL AGUA CALIENTE SE DESLIZARA POR SU CUERPO.
DESPUÉS DE LA DUCHA SE PUSO UNOS TEJANOS, UN SUÉTER Y LA PELUCA CORTA QUE HABÍA DEJADO EN EL LAVABO POR LA MAÑANA. FINALMENTE ENTRÓ DESCALZA EN LA COCINA.
—NO TIENES POR QUÉ PONERTE PELUCA CUANDO ESTÉS CONMIGO —DIJO BROCK SONRIENDO—, A MENOS QUE TE HAGA SENTIR MEJOR.
—ME SIENTO EXTRAÑA SIN ELLA —ADMITIÓ ALEX.
BROCK HABÍA PREPARADO HUEVOS REVUELTOS, PATATAS FRITAS Y UNAS TOSTADAS. LAS PATATAS ERAN DEMASIADO PARA ALEX, PERO LO INTENTÓ CON LOS HUEVOS REVUELTOS Y LAS TOSTADAS Y CONSIGUIÓ COMER UN POCO. NO QUERÍA PASARSE LA NOCHE EN EL CUARTO DE BAÑO. TENÍA EL ESTÓMAGO HECHO UN ASCO, PERO SOSPECHABA QUE SAM ESTABA EN LO CIERTO Y QUE ERA UNA REACCIÓN EMOCIONAL.
DURANTE UN RATO PERMANECIERON EN LA COCINA EN SILENCIO. ALEX COMENTÓ LUEGO QUE A ANNABELLE LE HABÍAN GUSTADO MUCHO TODOS SUS REGALOS.
—ME DIVERTÍ COMPRÁNDOLOS —AFIRMÓ BROCK—. ME GUSTAN LOS NIÑOS. —SONRIÓ, ALIVIADO AL VER QUE ALEX COMÍA.
—ENTONCES, ¿POR QUÉ NO TE HAS CASADO? —PREGUNTÓ ALEX.
—BARTLETT Y PASKIN NO ME DEJAN TIEMPO —CONTESTÓ ÉL CON UNA SONRISA DE ADOLESCENTE QUE LE HACÍA MUY ATRACTIVO.
—TENDREMOS QUE EMPEZAR A ALIGERARTE DE CASOS —BROMEÓ ALEX.
SIGUIERON CHARLANDO DURANTE UN RATO SOBRE LAS FIESTAS, SOBRE LO DIFÍCIL QUE HABÍAN SIDO PARA ALEX AQUELLOS DOS DÍAS CON SAM. DESPUÉS BROCK RECOGIÓ LOS PLATOS.
—NO HACE FALTA, BROCK. YA LO HARÉ YO MÁS TARDE.
—CLARO, ¿POR QUÉ NO? YA TE VES CAPAZ DE ESCALAR MONTAÑAS, ¿NO? BUENO, ¿QUÉ ME DICES DE VERMONT? NO HE VENIDO HASTA AQUÍ POR MOTIVOS DE SALUD, ¿SABES? HE VENIDO A POR TI —DIJO, MIRÁNDOLA DIRECTAMENTE A LOS OJOS.
—CREO QUE ES MEJOR QUE NO VAYA.
—NO VOY A RENUNCIAR TAN FÁCILMENTE. TAMBIÉN LIZ CREE QUE TE IRÍA BIEN EL CAMBIO DE AIRES.
—¿QUÉ ES ESTO? ¿UN COMITÉ? —COMENTÓ ALEX RIENDO, PERO TAMBIÉN CONMOVIDA—. ¿ES QUE NO LE IMPORTA A NADIE LO QUE PIENSE YO?
—FRANCAMENTE, NO.
—¿NO CONOCES A NADIE REAL CON QUIEN PASAR ESTA SEMANA?
—TÚ A MÍ ME PARECES MUY REAL —REPLICÓ ÉL CON MIRADA RESUELTA.
—NO TE DEJES ENGAÑAR POR ESTE MONTÓN DE PELUSA —DIJO ALEX, SACUDIENDO LA CABEZA Y SEÑALÁNDOSE LA PELUCA—. ESTOY DEMASIADO AGOTADA PARA ESQUIAR, SOY DEMASIADO VIEJA PARA FLIRTEAR, ESTOY DEMASIADO ENFERMA PARA SER DIVERTIDA Y, POR SI ESO FUERA POCO, ESTOY CASADA.
—TAL COMO LO PLANTEAS NO PARECE QUE LO ESTÉS, O AL MENOS NO LO ESTARÁS POR MUCHO TIEMPO —COMENTÓ BROCK SIN RODEOS.
—PUES SÍ QUE ME ANIMAS MUCHO —DIJO ALEX, RIENDO TODAVÍA—. BUENO, DIGAMOS QUE SOY MERCANCÍA DE SEGUNDA MANO. —ALEX SE INTERRUMPIÓ Y SE LO QUEDÓ MIRANDO. LUEGO AGREGÓ—: ¿ME ESTÁS PIDIENDO QUE VAYA CONTIGO COMO PAREJA? —ERA OBVIO QUE LE RESULTABA DIFÍCIL DE CREER.
—NO —CONTESTÓ BROCK CON UNA CARCAJADA—. PERO SI TE HACE SENTIR MEJOR, ESTARÉ ENCANTADO. TE LO PIDO COMO COLEGA, UN COLEGA AL QUE LE GUSTARÍA VER UN POCO DE COLOR EN ESA CARA PÁLIDA, QUE TE SENTARAS FRENTE AL FUEGO PARA BEBER UN CHOCOLATE CALIENTE Y QUE TE FUERAS A DORMIR POR LA NOCHE PENSANDO QUE ESTÁS CON AMIGOS Y NO SOLA EN UN APARTAMENTO DE LA CIUDAD.
—ES UNA DESCRIPCIÓN MUY AGRADABLE PARA UN CHICO DE TU EDAD.
—ES QUE LO ES. Y TENGO MUCHA EXPERIENCIA EN CUIDAR Y ALIMENTAR A ANCIANITAS COMO TÚ. YA TE DIJE QUE MI HERMANA TENÍA, TIENE, DIEZ AÑOS MÁS QUE YO.
—DALE EL PÉSAME DE MI PARTE —DIJO ALEX—. SEGURO QUE NO PUDO NEGARSE.
—POR ESO HA VENIDO A VERTE —CONTINUÓ ÉL, CON UNA AGRADABLE SONRISA.
—CREÍA QUE HABÍAS VENIDO A COMER GRATIS.
—ESO TAMBIÉN.
—DEBES DE HABERTE ABURRIDO MUCHO EN CONNECTICUT. —ALEX SEGUÍA CON LA BROMA. SE LO PASABAN MUY BIEN JUNTOS.
—ME HE ABURRIDO EN CONNECTICUT. BUENO, ¿VAS A VENIR O QUÉ?
—¿QUIERES DECIR QUE TENGO ALTERNATIVA? EMPEZABA A PENSAR QUE ME IBAS A CARGAR SOBRE EL HOMBRO PARA LLEVARME A LA FUERZA.
—NO ESTÁ DESCARTADO, SI NO TE PORTAS BIEN.
—ESTÁS COMO UNA CABRA, ¿LO SABES? ¿PARA QUÉ ME NECESITAS, PARA QUE ME PASE TODO EL CAMINO HASTA VERMONT VOMITANDO Y LLEGUE MEDIO MUERTA?
—YA ESTOY ACOSTUMBRADO. NO SABRÍA QUÉ HACER SIN ESO.
—ESTÁS LOCO.
—TÚ EN CAMBIO ERES MUY GUAPA, Y PARA ESTO ESTÁN LOS AMIGOS.
—¿SÍ? —DIJO ALEX, CONMOVIDA—. PENSABA QUE SÓLO SERVÍAN PARA COMPRARTE LOS REGALOS DE NAVIDAD, OCUPARSE DE TODOS TUS CASOS Y RECOGERTE DEL SUELO DEL CUARTO DE BAÑO CUANDO TE PONES ENFERMA.
—CIERRA LA BOCA Y HAZ LA MALETA. ME VOY A PONER COLORADO.
—IMPOSIBLE.
—TE RECOGERÉ A LAS OCHO, ¿O ES DEMASIADO PRONTO? —PREGUNTÓ BROCK, PREOCUPADO.
—A LAS OCHO ESTÁ BIEN. Y TÚ, ¿ESTÁS SEGURO? ¿Y SI QUIERES LIGAR?
—ES UNA CASA GRANDE. TE ENCERRARÉ EN TU HABITACIÓN. LO PROMETO.
AMBOS SONREÍAN MIENTRAS SE DIRIGÍAN A LA PUERTA. DE REPENTE ALEX ESTABA IMPACIENTE POR MARCHARSE CON ÉL. ALGO HABÍA CAMBIADO EN ELLA, DESEABA AFERRARSE A LA VIDA Y, MÁS QUE NADA EN EL MUNDO, SUPERAR SU ENFERMEDAD. TENÍA QUE HACERLO.