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DANIELLE STEEL, RELÁMPAGO, CAPITULO 12

LA CONSULTA DE LA ONCÓLOGA A LA QUE LA HABÍA ENVIADO EL DOCTOR HERMAN ESTABA SITUADA EN LA CALLE CINCUENTA Y SIETE. HERMAN LE HABÍA COMENTADO QUE LA PRIMERA VEZ TENDRÍA QUE PASAR ALLÍ UNA HORA Y MEDIA COMO MÍNIMO, Y DE CUARENTA Y CINCO MINUTOS A HORA Y MEDIA EN LOS DÍAS SIGUIENTES. SERÍAN DOS VISITAS AL MES, A MENOS, CLARO ESTÁ, QUE SURGIERA ALGUNA COMPLICACIÓN, EN CUYO CASO TENDRÍA QUE ACUDIR MÁS A MENUDO. LA PRIMERA CITA ERA A LAS DOCE DEL MEDIODÍA.

TANTO BROCK COMO LIZ SABÍAN QUE EMPEZABA CON LA QUIMIOTERAPIA ESE DÍA. TAMBIÉN SAM, QUE SE HABÍA MARCHADO A LA OFICINA SIN MOLESTARSE SIQUIERA EN DESAYUNAR. TAMPOCO LA LLAMÓ PARA DISCULPARSE NI PARA DESEARLE SUERTE. ALEX COMPRENDIÓ QUE TENDRÍA QUE AFRONTARLO COMPLETAMENTE SOLA.

EL EDIFICIO DE LA CONSULTA ERA MODERNO, CERCA DE LA TERCERA AVENIDA. LA SALA DE ESPERA TENÍA UNA AGRADABLE DECORACIÓN DE UN SUAVE TONO AMARILLO, ESTABA BIEN ILUMINADA Y ERA AIREADA Y ESPACIOSA. ALLÍ TODO PARECÍA ALEGRE. ALEX PENSÓ QUE HUBIERA SIDO MUCHO MÁS APROPIADO INTRODUCIRLA EN UN OSCURO SEPULCRO. SE SINTIÓ ALIVIADA AL VER QUE JEAN WEBBER, LA ONCÓLOGA, ERA DE SU MISMA EDAD. ERA UNA MUJER TRANQUILA Y EFICIENTE. A ALEX LE AGRADÓ DESCUBRIR, EN EL DIPLOMA QUE COLGABA DE UNA PARED, QUE HABÍA ESTUDIADO MEDICINA EN HARVARD.

PRIMERO CHARLARON UN RATO SOBRE LOS ANÁLISIS PATOLÓGICOS Y LO QUE SIGNIFICABAN. PARA ALEX FUE UN ALIVIO QUE VOLVIERAN A TRATARLA COMO A UN SER HUMANO INTELIGENTE. LA ONCÓLOGA LE EXPLICÓ QUE LAS DROGAS CITOTÓXICAS QUE IBAN A USAR NO ERAN «VENENOSAS», CONTRARIAMENTE A LO QUE SE SUPONÍA, SINO QUE TENÍAN COMO OBJETIVO DESTRUIR LAS CÉLULAS DAÑADAS SIN PERJUDICAR LAS SANAS. SEGÚN LOS ANÁLISIS, LA DOCTORA WEBBER CONSIDERABA QUE TENÍA BUENAS PERSPECTIVAS, PERO QUE LA QUIMIOTERAPIA ERA ABSOLUTAMENTE NECESARIA PARA UNA CURA COMPLETA. TAMBIÉN LE HABÍAN HECHO UN ANÁLISIS PARA EXAMINAR EL ADN DE LAS CÉLULAS Y COMPROBAR SI TENÍA UN NÚMERO NORMAL DE CROMOSOMAS. EL RESULTADO ERA BUENO, PUESTO QUE LAS CÉLULAS ERAN DIPLOIDES, ES DECIR, TENÍAN LAS DOS COPIAS NORMALES DE CADA CROMOSOMA. ASÍ PUES, PODÍA CONSIDERARSE AFORTUNADA DENTRO DE LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN; PERO EL HECHO DE SABER QUE TENÍA CÁNCER Y DE QUE LE ESPERABAN SEIS SEMANAS DE QUIMIOTERAPIA DEPRIMÍAN IRREMEDIABLEMENTE A ALEX.

LA DOCTORA WEBBER COMPRENDIÓ SUS SENTIMIENTOS. ERA UNA MUJER MENUDA DE CABELLOS OSCUROS ENCANECIDOS, QUE LLEVABA PEINADOS HACIA ATRÁS. NO SE MAQUILLABA. SU ROSTRO ERA AMABLE Y TENÍA UNAS MANOS PEQUEÑAS Y DE ASPECTO PULCRO QUE USABA A MENUDO PARA DAR MAYOR ÉNFASIS A SUS PALABRAS.

LA DOCTORA INTENTÓ EXPLICAR A ALEX QUE SI BIEN LOS EFECTOS SECUNDARIOS DE LA QUIMIOTERAPIA PODÍAN SER MUY DESAGRADABLES, NO ERAN TAN HORRIBLES COMO LA GENTE CREÍA, Y QUE PODÍAN SOBRELLEVARSE CON UN TRATAMIENTO ADECUADO. POR LO DEMÁS, LE ASEGURÓ QUE NO CAUSABAN DAÑOS PERMANENTES. LE DIJO TAMBIÉN QUE ESPERABA DE ELLA QUE LE INFORMARA PUNTUALMENTE DE TODOS LOS SÍNTOMAS: PÉRDIDA DE CABELLOS, NÁUSEAS, DOLORES MUSCULARES, FATIGA Y AUMENTO DE PESO, Y QUE ASIMISMO PODÍA EXPERIMENTAR DOLORES DE GARGANTA, RESFRIADOS Y PROBLEMAS DE DEPOSICIÓN. DEJARÍA DE TENER LA MENSTRUACIÓN DE INMEDIATO, PERO NO PODÍA DESCARTARSE QUE VOLVIERA A APARECER DESPUÉS DE LA QUIMIOTERAPIA. TENÍA UN CINCUENTA POR CIENTO DE POSIBILIDADES DE NO QUEDAR ESTÉRIL, LO QUE LE PERMITÍA ABRIGAR LA ESPERANZA DE TENER MÁS HIJOS. «SI AÚN TENGO MARIDO», SE DIJO ALEX MIENTRAS ESCUCHABA A LA DOCTORA. ÉSTA AÑADIÓ QUE NO SE CONOCÍAN DEFECTOS EN LOS RECIÉN NACIDOS A CAUSA DE LA QUIMIOTERAPIA.

SE CORRÍA EL RIESGO DE QUE DESCENDIERAN EN EXCESO LOS GLÓBULOS BLANCOS, PERO ERA UNA POSIBILIDAD REMOTA. EN ALGUNOS CASOS SE PRODUCÍAN IRRITACIONES DE VEJIGA. LO ÚNICO QUE SORPRENDIÓ A ALEX FUE EL AUMENTO DE PESO; IMAGINABA QUE LAS NÁUSEAS Y VÓMITOS CAUSARÍAN MÁS BIEN UNA PÉRDIDA DE PESO. LA DOCTORA LE SUGIRIÓ QUE SE COMPRARA UNA PELUCA O VARIAS DE INMEDIATO.

LA DOCTORA WEBBER INTENTÓ INFORMARLA Y TRANQUILIZARLA AL MISMO TIEMPO, Y ALEX IMAGINÓ QUE ESTABA CON UN NUEVO CLIENTE Y QUE DEBÍA ESCUCHARLO ANTES DE EMITIR UN JUICIO. DURANTE UN RATO PARECIÓ UN BUEN SISTEMA, PERO LUEGO LO QUE OÍA ACABÓ POR TURBAR SU PRESENCIA DE ÁNIMO.

SUPO TAMBIÉN QUE LE HARÍAN UN EXAMEN FÍSICO, ADEMÁS DE UN ANÁLISIS DE SANGRE, RADIOGRAFÍAS Y PRUEBAS DE ESCÁNER, CADA VEZ QUE ACUDIERA A LA CONSULTA, DONDE DISPONÍAN DE LOS EQUIPOS MÁS AVANZADOS. LA DOCTORA LE EXPLICÓ QUE TOMARÍA UNA DROGA ORAL, CITOXÁN, DURANTE LOS CATORCE PRIMEROS DÍAS DE CADA MES, Y QUE LUEGO LE PONDRÍAN INTRAVENOSAS DE METOTREXATO Y FLUOROURACIL EL PRIMER Y OCTAVO DÍA DEL MES. QUERÍA QUE ALEX DESCANSARA MÁS DE LO HABITUAL EL DÍA ANTES DE QUE LE DIERAN LAS DROGAS, PARA REDUCIR AL MÍNIMO LOS PROBLEMAS Y QUE NO DESCENDIERAN LOS GLÓBULOS BLANCOS.

—AL PRINCIPIO LE PARECERÁ TODO MUY CONFUSO, PERO SE ACOSTUMBRARÁ —AÑADIÓ LA DOCTORA CON UNA SONRISA. ALEX SE SORPRENDIÓ ENTONCES AL DARSE CUENTA DE QUE LLEVABAN UNA HORA HABLANDO.

ALEX SE DESVISTIÓ CUIDADOSAMENTE Y DEJÓ SUS ROPAS DOBLADAS SOBRE UNA SILLA, COMO SI CADA MOMENTO, CADA GESTO TUVIERAN EXTRAORDINARIA IMPORTANCIA, Y NO DEJABA DE ESTREMECERSE. LAS MANOS LE TEMBLABAN COMO HOJAS MIENTRAS LA DOCTORA LE EXAMINABA LA CICATRIZ Y ASENTÍA APROBATORIAMENTE.

—¿HA ESCOGIDO YA UN CIRUJANO PLÁSTICO? —PREGUNTÓ.

ALEX NEGÓ CON LA CABEZA. AÚN NO HABÍA CONSIDERADO ESA OPCIÓN. EN REALIDAD NI SIQUIERA SABÍA SI LE IMPORTABA. PENSANDO EN ELLO SE LE SALTARON LAS LÁGRIMAS. MIENTRAS, LA DOCTORA LA PINCHÓ EN UN DEDO PARA EL ANÁLISIS DE SANGRE. DE REPENTE A ALEX SE LE HIZO UN NUDO EN LA GARGANTA Y YA NO PUDO CONTENER LOS SOLLOZOS. AL FINAL ACABÓ DISCULPÁNDOSE.

—NO SE PREOCUPE —LE DIJO LA DOCTORA TRANQUILAMENTE—, LLORE CUANTO QUIERA. SÉ QUE TODO ESTO ES ATERRADOR. LA PRIMERA VEZ SIEMPRE ES LA PEOR. NO SE PREOCUPE, TENEMOS MUCHÍSIMO CUIDADO CON ESTAS DROGAS.

ALEX SABÍA QUE PRECISAMENTE POR ESE MOTIVO ERA MUY IMPORTANTE ESCOGER A UN BUEN ONCÓLOGO. HABÍA OÍDO HABLAR DE PERSONAS A LAS QUE HABÍA MATADO UNA QUIMIOTERAPIA MAL ADMINISTRADA. PENSÓ ENTONCES EN SÍ MISMA. ¿Y SI REACCIONABA MAL? ¿Y SI SE MORÍA? NO VOLVERÍA A VER A ANNABELLE, NI A SAM… A PESAR DE LA HORRIBLE PELEA QUE HABÍAN TENIDO LA NOCHE ANTERIOR.

LA DOCTORA WEBBER EMPEZÓ CON UNA SOLUCIÓN DE DEXTROSA Y AGUA, A LA QUE INTENTÓ AÑADIR LA DROGA, PERO LA AGUJA SE SALÍA DE LA VENA CONSTANTEMENTE, CAUSANDO CIERTO DOLOR A ALEX. LA DOCTORA RETIRÓ LA AGUJA ENSEGUIDA, EXAMINÓ EL OTRO BRAZO DE ALEX Y LUEGO SUS MANOS, QUE NO HABÍAN DEJADO DE TEMBLAR.

—POR LO GENERAL PREFIERO EMPEZAR CON DEXTROSA Y AGUA, PERO HOY NO TIENE LAS VENAS DEMASIADO BIEN. SE LA INYECTARÉ «DE GOLPE» Y LO INTENTAREMOS DE ESTA MANERA LA PRÓXIMA VEZ. LE ESCOCERÁ UN POCO, PERO SERÁ MÁS RÁPIDO Y CREO QUE SE ALEGRARÁ DE ACABAR ANTES.

ALEX ESTABA DE ACUERDO, PERO LA IDEA DE QUE SE LA INYECTARAN «DE GOLPE» LA ASUSTÓ UN POCO.

LA DOCTORA COGIÓ UNA MANO DE ALEX Y EXAMINÓ ATENTAMENTE LA VENA MÁS PROMINENTE DEL DORSO. LUEGO INYECTÓ LA DROGA EN ELLA. ALEX TUVO QUE ESFORZARSE POR NO PERDER EL CONOCIMIENTO ANTE LAS SENSACIONES QUE EXPERIMENTABA. TAN PRONTO COMO ACABÓ, LA DOCTORA PIDIÓ A ALEX QUE APRETARA CON FUERZA SOBRE LA VENA DURANTE CINCO MINUTOS, TIEMPO QUE ELLA EMPLEÓ EN HACER UNA RECETA PARA EL CITOXÁN. DESPUÉS FUE A BUSCAR UNA PASTILLA Y UN VASO DE AGUA Y SE LOS ENTREGÓ A ALEX PARA QUE SE LOS TOMARA.

—BIEN —DIJO LUEGO, SATISFECHA—, ACABA DE RECIBIR SU PRIMERA DOSIS DE QUIMIOTERAPIA. QUIERO QUE VUELVA DENTRO DE UNA SEMANA EXACTAMENTE Y QUE ME CUENTE TODOS LOS PROBLEMAS QUE HAYA PODIDO TENER. NO SEA TÍMIDA, NO CREA QUE ES UNA MOLESTIA PARA MÍ. SI LE PARECE QUE LE OCURRE ALGO RARO O SE SIENTE MAL, LLÁMEME. HAREMOS CUANTO PODAMOS POR AYUDARLA. —TENDIÓ A ALEX LA LISTA DE LOS EFECTOS SECUNDARIOS NORMALES Y DE LOS QUE NO LO ERAN—. ESTOY DISPONIBLE LAS VEINTICUATRO HORAS DEL DÍA Y NO ME IMPORTA QUE MIS PACIENTES ME LLAMEN. —SONRIÓ CORDIALMENTE Y SE LEVANTÓ. ERA MUCHO MÁS BAJA QUE ALEX Y PARECÍA UNA MUJER MUY ACTIVA. ALEX SE CONSIDERÓ AFORTUNADA POR TENERLA COMO MÉDICO. LA SITUACIÓN ERA SEMEJANTE A LA DE LOS CLIENTES QUE TENÍA ELLA EN EL BUFETE, PERSONAS QUE TENÍAN TERRIBLES DIFICULTADES LEGALES Y HABÍAN DE ENFRENTARSE CON PLEITOS ATERRADORES. ELLA SE OCUPABA DE SUS PROBLEMAS CON LA MEJOR DE LAS VOLUNTADES, PERO NO PADECÍA SU ANGUSTIA. DE REPENTE ALEX ENVIDIÓ A LA DOCTORA.

ERAN LAS DOS CUANDO COGIÓ UN TAXI PARA VOLVER A SU DESPACHO. LE DOLÍA LA MANO, EN LA QUE LA DOCTORA LE HABÍA PUESTO UNA TIRITA. NO SE SENTÍA MAL, NO SE HABÍA MUERTO. PENSÓ EN COMPRARSE UNA PELUCA CUANDO BAJABAN POR LEXINGTON AVENUE. LE PARECIÓ DEPRIMENTE PENSAR EN ELLO, PERO SEGURAMENTE LA ONCÓLOGA TENÍA RAZÓN, SERÍA MEJOR TENER LA PELUCA A MANO PARA CUANDO LA NECESITARA QUE DEDICARSE LUEGO A RECORRER LAS TIENDAS CON LA CABEZA OCULTA BAJO UN PAÑUELO.

PAGÓ AL TAXISTA Y SUBIÓ A SU DESPACHO. LIZ NO SE HALLABA EN SU ESCRITORIO. ALEX SE HIZO CARGO DE LOS MENSAJES QUE HABÍA SOBRE SU MESA Y POR FIN EMPEZÓ A RELAJARSE UN POCO. QUIZÁ NO FUERA TAN MALO DESPUÉS DE TODO, SE DIJO, JUSTO CUANDO ENTRABA BROCK EN MANGAS DE CAMISA Y CON UN FAJO DE DOCUMENTOS. ERAN LAS CUATRO.

—¿QUÉ TAL HA IDO? —LE PREGUNTÓ BROCK CON EXPRESIÓN PREOCUPADA. TENÍA UN MODO DE INQUIRIR POR SU SALUD, NADA FORMAL NI EMPALAGOSO, QUE CONMOVÍA A ALEX, COMO SI FUERA SU HERMANO PEQUEÑO.

—HASTA AHORA BIEN. AUNQUE HA SIDO ESPANTOSO. —NO TENÍA CON ÉL LA INTIMIDAD SUFICIENTE PARA DECIRLE QUE HABÍA LLORADO Y CREÍDO MORIR.

—ERES UNA BUENA CHICA —DIJO ÉL—, ¿QUIERES UNA TAZA DE CAFÉ?

—ME ENCANTARÍA.

VOLVIÓ AL CABO DE CINCO MINUTOS Y ESTUVIERON TRABAJANDO JUNTOS UNA HORA. ALEX SE MARCHÓ A LAS CINCO EN PUNTO. HABÍA SIDO UN BUEN DÍA EN GENERAL, PERO FATIGOSO.

—GRACIAS POR TU AYUDA —LE DIJO A BROCK ANTES DE MARCHARSE. HABÍAN INICIADO JUNTOS EL CASO DE UN PEQUEÑO EMPRESARIO AL QUE HABÍAN DEMANDADO POR DISCRIMINACIÓN. SE TRATABA DE UNA MUJER ENFERMA DE CÁNCER QUE AFIRMABA NO HABER SIDO TENIDA EN CUENTA PARA UN ASCENSO A CAUSA DE SU ENFERMEDAD. EL EMPRESARIO HABÍA HECHO TODO LO POSIBLE POR AYUDARLA, INCLUSO HABÍA DISPUESTO UNA HABITACIÓN APARTE PARA ELLA EN EL TRABAJO, DE MODO QUE PUDIERA DESCANSAR SIEMPRE QUE LO NECESITARA, LE HABÍA DADO TRES DÍAS LIBRES A LA SEMANA MIENTRAS RECIBÍA LA QUIMIOTERAPIA Y LE HABÍA GUARDADO SU PUESTO DE TRABAJO. EN REALIDAD LA MUJER PARECÍA CURADA DEL CÁNCER Y YA NO QUERÍA TRABAJAR, PERO TENÍA UN MONTÓN DE DEUDAS DESPUÉS DE LOS TRATAMIENTOS. COMO HABÍA DESCUBIERTO ALEX POR EXPERIENCIA PROPIA, LAS COMPAÑÍAS DE SEGUROS SÓLO SE HACÍAN CARGO DE UNA MÍNIMA PARTE DE LOS GASTOS POR TRATAMIENTOS CONTRA EL CÁNCER, Y QUIEN NO DISPONÍA DE RECURSOS ABUNDANTES PODÍA HALLARSE EN SERIAS DIFICULTADES. AUN ASÍ, LA MUJER NO TENÍA DERECHO A SACARLE ESE DINERO AL EMPRESARIO, QUE SE HABÍA OFRECIDO INCLUSO A AYUDARLA ECONÓMICAMENTE, HECHO QUE ELLA NEGABA Y DEL QUE ÉL NO TENÍA PRUEBAS. COMO DE COSTUMBRE, ALEX SENTÍA LÁSTIMA POR SU DEFENDIDO. ODIABA LA INJUSTICIA DE LAS PERSONAS QUE PRETENDÍAN EMBOLSARSE EL DINERO DE OTROS SÓLO PORQUE ÉSTOS DISPONÍAN DE ÉL. SE HALLABA, ADEMÁS, EN INMEJORABLES CONDICIONES PARA LLEVAR EL CASO, PUESTO QUE TENÍA INFORMACIÓN DE PRIMERA MANO SOBRE EL CÁNCER.

—HASTA MAÑANA, BROCK —SE DESPIDIÓ.

—CUÍDATE. ABRÍGATE Y HAZ UNA BUENA CENA.

—SÍ, MAMÁ —BROMEÓ ELLA. ERAN LAS MISMAS COSAS QUE LE HABÍA RECOMENDADO LIZ. LO QUE NO ESPERABA ERA GANAR PESO. SABÍA QUE SAM DETESTABA A LAS MUJERES CORPULENTAS.

—GRACIAS DE NUEVO. —FINALMENTE SE FUE A CASA PENSANDO EN LO AGRADABLES QUE ERAN TODOS CON ELLA Y EN QUE NO TENDRÍA QUE VOLVER A VER A LA DOCTORA WEBBER HASTA LA SEMANA SIGUIENTE. LIZ LE HABÍA COMPRADO LAS PASTILLAS, QUE ALEX LLEVABA YA EN EL BOLSO. ERA COMO TOMAR LA PÍLDORA ANTICONCEPTIVA OTRA VEZ. NO PODÍA OLVIDARSE NI UN SOLO DÍA.

ANNABELLE SE ESTABA BAÑANDO CUANDO SU MADRE LLEGÓ AL APARTAMENTO, Y CANTABA ACOMPAÑADA DE CARMEN. ERA UNA CANCIÓN DE BARRIO SÉSAMO. ALEX SE UNIÓ A ELLAS AL ENTRAR EN EL CUARTO DE BAÑO TRAS DEJAR SU MALETÍN.

—¿QUÉ TAL HA IDO EL DÍA? —PREGUNTÓ ALEX A SU HIJA CUANDO SE INCLINÓ PARA BESARLA.

—MUY BIEN. ¿TE HAS HECHO DAÑO EN LA MANO?

—NO… OH, ESTO. HA SIDO EN LA OFICINA.

—¿TE DUELE?

—NO.

—A MÍ ME PUSIERON UNA TIRITA DE SNOOPY EN EL COLEGIO —DIJO ANNABELLE ORGULLOSAMENTE.

CARMEN LE COMUNICÓ A ALEX QUE SAM HABÍA LLAMADO PARA DECIR QUE NO IRÍA A CENAR. ALEX NO HABÍA SABIDO NADA DE ÉL EN TODO EL DÍA Y SUPONÍA QUE SEGUIRÍA FURIOSO POR LO DE LA NOCHE ANTERIOR. PENSÓ EN LLAMARLE AL TRABAJO, PERO DESPUÉS DE LA TERRIBLE ESCENA QUE HABÍAN VIVIDO LE PARECIÓ MEJOR ESPERAR A QUE LLEGARA A CASA. SAM HABÍA EMPEZADO A SALIR DE NOCHE CON SUS CLIENTES MÁS DE LO QUE SOLÍA. QUIZÁ NO FUERA MÁS QUE OTRA MANERA DE MANTENERSE ALEJADO DE ELLA.

CENÓ CON ANNABELLE Y LUEGO DECIDIÓ ESPERAR A SAM DESPIERTA, PERO ESTABA TAN AGOTADA QUE A LAS NUEVE SE DURMIÓ, CON LA LUZ ENCENDIDA.

MIENTRAS ELLA DORMÍA, SAM CENABA CON DAPHNE EN UN PEQUEÑO RESTAURANTE DEL EAST SIXTIES.

ÉL LE CONTABA SUS PENAS Y DAPHNE ESCUCHABA COMPRENSIVAMENTE SIN EXIGIRLE NADA, SIN PRESIONARLE NI REPROCHARLE POR LO QUE NO LE DABA.

—NO SÉ LO QUE ME PASA —DECÍA SAM, CUYO BISTEC EMPEZABA A ESTAR DEMASIADO FRÍO. DAPHNE LE ESCUCHABA Y LE SUJETABA UNA MANO—. ME DA MUCHA LÁSTIMA, SÉ QUE ME NECESITA, PERO YA NO SIENTO NADA MÁS QUE IRA HACIA ELLA Y RABIA POR LO QUE LE HA OCURRIDO A NUESTRA VIDA. TENGO LA IMPRESIÓN DE QUE TODO HA SIDO CULPA SUYA, AUNQUE SÉ QUE NO ES CIERTO, PERO TAMPOCO ES CULPA MÍA. SÓLO HA SIDO MALA SUERTE. AHORA EMPIEZA CON LA QUIMIOTERAPIA Y YO NO PUEDO SOPORTARLO. YA NO PUEDO NI MIRARLA, NI QUIERO VER LO QUE PUEDA OCURRIRLE. ES HORRIBLE DE VER Y A MÍ NO SE ME DAN BIEN ESTAS COSAS. DIOS MÍO —ESTABA AL BORDE DE LAS LÁGRIMAS—, ME SIENTO COMO SI FUERA UN MONSTRUO.

—PERO NO LO ERES —LE DIJO DAPHNE AMABLEMENTE, SOSTENIENDO AÚN SU MANO—, SÓLO ERES HUMANO. ESTAS COSAS RESULTAN TERRIBLEMENTE DESCONCERTANTES. NO ERES ENFERMERA, POR AMOR DE DIOS. NO ESPERARÁ QUE TE OCUPES DE ELLA… O QUE TENGAS ESTÓMAGO PARA… —VACILÓ, BUSCANDO LAS PALABRAS ADECUADAS— MIRARLA. DEBE DE SER HORROROSO.

—LO ES —ADMITIÓ ÉL—. HA SIDO UNA CARNICERÍA. COMO SI HUBIERAN COGIDO UN CUCHILLO Y LE HUBIERAN CORTADO EL PECHO. ME HIZO LLORAR LA PRIMERA VEZ QUE LO VI.

—QUÉ TERRIBLE PARA TI, SAM —DIJO DAPHNE CON GRAN SIMPATÍA—. ¿NO CREES QUE LO ENTENDIÓ? ES UNA MUJER INTELIGENTE. NO ESPERARÁ QUE NO TE AFECTE.

—ESPERA QUE ESTÉ CON ELLA, QUE VAYA A LA QUIMIOTERAPIA CON ELLA Y QUE HABLE DE TODO ESO CON NUESTRA HIJA. Y YO NO PUEDO SOPORTARLO. QUIERO RECUPERAR MI ANTIGUA VIDA.

—TIENES TODO EL DERECHO DEL MUNDO —AFIRMÓ DAPHNE. ERA LA MUJER MÁS COMPRENSIVA QUE SAM HABÍA CONOCIDO EN TODA SU VIDA. SÓLO QUERÍA ESTAR CON ÉL, A PESAR DE LAS LIMITACIONES QUE HABÍA IMPUESTO A SU RELACIÓN. FINALMENTE SAM HABÍA ACCEDIDO A CENAR CON ELLA DE VEZ EN CUANDO, SIEMPRE QUE QUEDARA BIEN CLARO QUE NO SE ACOSTARÍAN JUNTOS. SEGUÍA SIN QUERER TRAICIONAR A ALEX, AUNQUE TODOS LOS DE SU OFICINA CREÍAN YA QUE ESTABA TENIENDO UN LÍO CON DAPHNE. ÉSTA, POR SU PARTE, LE HABÍA DEJADO BIEN CLARO QUE ESTABA TAN ENAMORADA DE ÉL COMO PARA ACEPTAR CUALESQUIERA CONDICIONES, SIEMPRE QUE NO DEJARAN DE VERSE.

—TE QUIERO TANTO —DIJO DAPHNE EN VOZ BAJA.

—TAMBIÉN YO TE QUIERO —ADMITIÓ ÉL, CONSUMIDO POR EMOCIONES CONTRADICTORIAS—. ESO ES LO MÁS EXTRAÑO DE TODO ESTO. TE QUIERO A TI Y TAMBIÉN LA QUIERO A ELLA. TE DESEO, PERO TENGO OBLIGACIONES CON ELLA; ES LO QUE QUEDA ENTRE ELLA Y YO.

—ÉSA NO ES VIDA PARA TI, SAM —COMENTÓ DAPHNE TRISTEMENTE.

—LO SÉ. QUIZÁ CON EL TIEMPO TODO SE ARREGLE POR SÍ SOLO. TAMPOCO ELLA HA DE SER MUY FELIZ. AL FINAL ACABARÁ POR ODIARME. CREO QUE YA ME ODIA, EN REALIDAD.

—ENTONCES ES UNA IDIOTA. ERES EL HOMBRE MÁS BUENO DEL MUNDO —AFIRMÓ DAPHNE CON TODA CONVICCIÓN, PERO SAM SABÍA QUE NO ERA CIERTO, IGUAL QUE ALEX.

—YO SOY EL IDIOTA —DIJO, SONRIENDO—. DEBERÍA COGERTE Y SALIR CORRIENDO ANTES DE QUE RECUPERES TU BUEN JUICIO Y TE BUSQUES A ALGUIEN MÁS JOVEN CON UNA VIDA MENOS COMPLEJA. —NO HABÍA SENTIDO TANTOS REMORDIMIENTOS DESDE LA ADOLESCENCIA, NI SIQUIERA POR ALEX.

—¿Y ADÓNDE ME LLEVARÍAS? —PREGUNTÓ ELLA CON AIRE INOCENTE, MIENTRAS EMPEZABAN POR FIN A COMER.

—TAL VEZ A BRASIL… O A UNA ISLA CERCA DE TAHITÍ… A ALGÚN LUGAR CÁLIDO Y SENSUAL DONDE TE TUVIERA PARA MÍ SOLO, CON FLORES Y AROMAS TROPICALES. —MIENTRAS HACÍA ESTA DESCRIPCIÓN, NOTÓ QUE LA MANO DE DAPHNE LO BUSCABA CON DEDOS DIESTROS BAJO LA MESA—. ERES UNA CHICA MUY MALA, DAPHNE BELROSE.

—QUIZÁ DEBERÍAS COMPROBARLO UNO DE ESTOS DÍAS. EMPIEZO A SENTIRME COMO UNA VIRGEN —SE BURLÓ ELLA, CONSIGUIENDO QUE SAM SE RUBORIZARA.

—LO SIENTO.

—NO LO SIENTAS —DIJO ELLA, HABLANDO YA CON SERIEDAD—. ASÍ VALDRÁ MÁS LA PENA CUANDO POR FIN TE DECIDAS. —ESTABA SEGURA DE QUE SAM ACABARÍA CEDIENDO, SÓLO ERA CUESTIÓN DE TIEMPO. DAPHNE OPINABA QUE UN HOMBRE COMO ÉL MERECÍA LA ESPERA. EL JEFE DE CAMAREROS SE HABÍA SENTIDO HONRADO AL VERLOS APARECER EN SU RESTAURANTE. NO EN VANO SAM PARKER ERA UNO DE LOS PECES GORDOS DE WALL STREET.

—¿POR QUÉ ERES TAN PACIENTE CONMIGO? —PREGUNTÓ SAM. CON EL POSTRE HABÍA PEDIDO LA ÚNICA BOTELLA DE CHÂTEAU D’YQUEM DEL RESTAURANTE, QUE VALÍA DOSCIENTOS CINCUENTA DÓLARES.

—YA TE LO HE DICHO —DAPHNE EMPLEÓ UN TONO DE CONSPIRADORA—, PORQUE TE QUIERO.

—ESTÁS LOCA —DIJO SAM, INCLINÁNDOSE PARA BESARLA. LUEGO BRINDARON CON EL CHÂTEAU D’YQUEM—. POR LA PRIMA DE SIMON —PROPUSO SAM, PERO PENSABA: «POR EL AMOR DE MI VIDA».

SE PREGUNTÓ CÓMO ERA POSIBLE QUE ALEX TUVIERA CÁNCER Y QUE ÉL SE ENAMORARA DE OTRA MUJER. NO SE LE OCURRIÓ PENSAR QUE AMBOS ACONTECIMIENTOS ESTUVIERAN RELACIONADOS.

—UN DÍA DE ÉSTOS VOY A ESTARLE MUY AGRADECIDO A SIMON —COMENTÓ, Y ELLA SE ECHÓ A REÍR.

—O ESTARÁS FURIOSO CON ÉL. ES LO MALO DE TANTOS PREÁMBULOS. ESTÁS ALIMENTANDO MUCHA EXPECTACIÓN Y AL FINAL PODRÍA DECEPCIONARTE.

—NO LO CREO —REPLICÓ ÉL CONFIADAMENTE, DESEANDO POSEERLA ALLÍ MISMO.

DESPUÉS DE LA CENA LA ACOMPAÑÓ A CASA, PERO SE NEGÓ A SUBIR, COMO SIEMPRE. SE DEMORARON LARGO RATO EN LA ENTRADA, BESÁNDOSE Y ACARICIÁNDOSE.

—PODRÍAMOS HACER ESTO ARRIBA, ¿SABES? —DIJO DAPHNE, INCITÁNDOLE CON SUS LABIOS Y SUS MANOS—. CREO QUE SERÍA UN GRAN ALIVIO PARA LOS VECINOS.

—SERÍA UN GRAN ALIVIO PARA MÍ, TE LO JURO. NO SÉ CUÁNTO TIEMPO VOY A PODER AGUANTARME —DIJO ÉL, Y LA BESÓ DE NUEVO CON DESESPERACIÓN.

—ESPERO QUE NO MUCHO, QUERIDO SAM —LE SUSURRÓ EN EL OÍDO, MIENTRAS LE COGÍA POR LAS NALGAS Y LE OPRIMÍA CONTRA SÍ. SAM SE ESTREMECIÓ DE DESEO AL PERCIBIR QUE DAPHNE NO LLEVABA ROPA INTERIOR, A PESAR DEL VIENTO FRÍO DE NOVIEMBRE.

—ME ESTÁS MATANDO —COMENTÓ, CON LA VOZ ENRONQUECIDA A CAUSA DE LA DELICIOSA AGONÍA QUE EXPERIMENTABA—. Y TÚ VAS A COGER UNA PULMONÍA.

—ENTONCES SERÁ MEJOR QUE ME CALIENTES, SAM.

—DIOS MÍO, CÓMO LO DESEO. —CERRÓ LOS OJOS Y LA APRETÓ CON MÁS FUERZA.

POR FIN CONSIGUIÓ DESPRENDERSE DE ELLA, NO SIN UN GRAN ESFUERZO, Y RECORRIÓ CAMINANDO LAS VEINTICINCO MANZANAS QUE LO SEPARABAN DE SU CASA PARA DESPEJAR LA CABEZA. CUANDO LLEGÓ A SU APARTAMENTO ERA CASI MEDIANOCHE Y ALEX ESTABA PROFUNDAMENTE DORMIDA CON LA LUZ ENCENDIDA. SAM SE LA QUEDÓ MIRANDO DURANTE UN BUEN RATO, PIDIÉNDOLE PERDÓN EN SILENCIO, PERO SUSPIRANDO POR DAPHNE. APAGÓ LA LUZ Y SE ACOSTÓ. A LAS SEIS DE LA MAÑANA LE DESPERTÓ UN EXTRAÑO RUIDO, CHIRRIANTE Y MECÁNICO, QUE NO CESABA Y QUE LE IMPIDIÓ VOLVER A DORMIRSE POR MÁS QUE INTENTÓ NO HACERLE CASO. AL PRINCIPIO CREYÓ QUE ERA UNA MÁQUINA, LUEGO PENSÓ QUE PODRÍA SER LA ALARMA, Y DESPUÉS TUVO LA FANTÁSTICA IDEA DE QUE EL ASCENSOR SE HABÍA AVERIADO. ACABÓ ESPABILÁNDOSE COMPLETAMENTE Y SE DIO LA VUELTA. COMPRENDIÓ ENTONCES QUE EL RUIDO LO PRODUCÍA ALEX, QUE VOMITABA VIOLENTAMENTE EN EL CUARTO DE BAÑO.

SAM AGUARDÓ UNOS INSTANTES, VACILANTE. NO SABÍA SI ACUDIR O NO. POR FIN SE LEVANTÓ Y SE ACERCÓ A LA PUERTA DEL CUARTO DE BAÑO.

—¿ESTÁS BIEN?

ALEX TARDÓ MUCHO EN CONTESTAR.

—GENIAL, GRACIAS —DIJO. NO HABÍA PERDIDO EL SENTIDO DEL HUMOR, PERO NO DEJABA DE VOMITAR.

—¿TE HABRÁ SENTADO MAL ALGUNA COSA? —PREGUNTÓ SAM, NEGÁNDOSE TODAVÍA A ACEPTAR LA REALIDAD.

—CREO QUE ES POR LA QUIMIOTERAPIA.

—LLAMA AL MÉDICO.

ALEX ASINTIÓ Y SIGUIÓ VOMITANDO. SAM DECIDIÓ IR A DUCHARSE AL CUARTO DE BAÑO DE LA HABITACIÓN DE INVITADOS. VOLVIÓ MEDIA HORA DESPUÉS Y ENCONTRÓ A ALEX TUMBADA EN EL SUELO DEL CUARTO DE BAÑO CON UN PAÑO HÚMEDO SOBRE LA FRENTE Y LOS OJOS CERRADOS.

—¿NO ESTARÁS EMBARAZADA?

ALEX NEGÓ CON LA CABEZA SIN ABRIR LOS OJOS. NO TENÍA FUERZAS NI PARA INSULTARLE. HABÍA TENIDO EL PERÍODO ANTES DE OPERARSE. HABÍA PASADO UNO DE LOS «DÍAS AZULES» DESDE ENTONCES Y ÉL NI SIQUIERA QUERÍA HABLAR CON ELLA. ¿CÓMO PODÍA PENSAR QUE ESTUVIERA EMBARAZADA? ¿CÓMO PODÍA SER TAN ESTÚPIDO?

POCO DESPUÉS ALEX CONSEGUÍA ATRAVESAR EL DORMITORIO A CUATRO PATAS PARA LLAMAR POR TELÉFONO A LA DOCTORA WEBBER. EL SERVICIO PERMANENTE DE LLAMADAS LA PUSO EN CONTACTO CON ELLA. LA DOCTORA LE DIJO QUE SE TRATABA DE UNA REACCIÓN HABITUAL A LA PRIMERA DOSIS DEL TRATAMIENTO, AUNQUE LAMENTABA ENTERARSE DE QUE LE HABÍA OCURRIDO A ELLA. SUGIRIÓ QUE COMIERA CON MODERACIÓN, COMER ALGO LE ASENTARÍA EL ESTÓMAGO Y DEBÍA TOMAR LA PASTILLA, POR MUCHO QUE VOMITARA. TAMBIÉN LE OFRECIÓ RECETARLE ALGÚN MEDICAMENTO PARA LAS NÁUSEAS, PERO ALEX TENÍA MIEDO DE METERSE MÁS PRODUCTOS QUÍMICOS EN EL CUERPO.

—GRACIAS —DIJO ALEX CON VOZ ÁSPERA, Y FUE A VOMITAR NUEVAMENTE, AUNQUE ESTA VEZ SÓLO DURÓ UNOS MINUTOS. YA NO LE QUEDABA POR ECHAR MÁS QUE LA BILIS Y TENÍA EL CUERPO MOLIDO. LE COSTÓ UNA ETERNIDAD VESTIRSE, Y CUANDO ENTRÓ EN LA COCINA TENÍA UN TONO VERDOSO EN LA CARA. SAM SE HABÍA OCUPADO DE VESTIR A ANNABELLE, MANTENIÉNDOSE ALEJADO DE SU MUJER.

—¿ESTÁS ENFERMA, MAMI? —PREGUNTÓ ANNABELLE, MUY PREOCUPADA.

—UN POCO. ¿RECUERDAS LA MEDICINA DE QUE TE HABLÉ? BUENO, ME LA TOMÉ AYER Y ME HA SENTADO MAL.

—DEBE SER UNA MEDICINA MUY MALA —COMENTÓ ANNABELLE.

—PERO ME PONDRÁ BIEN —REPLICÓ ALEX CON FIRMEZA, E INTENTÓ COMER UN TROZO DE TOSTADA A PESAR DE LA REPUGNANCIA QUE LE CAUSABA. SE DIO CUENTA ENTONCES DE QUE SAM LE MIRABA CON GRAN FASTIDIO POR ENCIMA DEL PERIÓDICO. YA HABÍA SIDO BASTANTE MALO DESPERTARLO CON SUS VÓMITOS, PERO AÚN ERA PEOR QUE LE DIERA EXPLICACIONES A ANNABELLE—. LO SIENTO —LE DIJO CON UN TONO MÁS QUE DESAGRADABLE, Y SAM VOLVIÓ A SUMERGIRSE EN SU PERIÓDICO.

TAN PRONTO COMO SAM SE MARCHÓ A LLEVAR AL COLEGIO A SU HIJA, SIN COMENTAR NADA, ALEX VOLVIÓ A VOMITAR Y PENSÓ EN QUEDARSE EN CASA TODO EL DÍA. SE SENTÓ EN LA CAMA, LLORÓ Y DECIDIÓ LLAMAR A LIZ, PERO FINALMENTE NO LO HIZO. ALGO EN SU INTERIOR LE DIJO QUE NO SE RINDIERA, QUE FUERA A TRABAJAR AUNQUE REVENTARA.

VOLVIÓ A LAVARSE LA CARA, SE PEINÓ, SE LAVÓ LOS DIENTES Y SE APLICÓ OTRO PAÑO HÚMEDO EN LA FRENTE. LUEGO, CON EXPRESIÓN RESUELTA, SE PUSO EL ABRIGO Y COGIÓ SU MALETÍN. TUVO QUE SENTARSE DE NUEVO EN EL RELLANO CON EL ESTÓMAGO COMPLETAMENTE REVUELTO, PERO CONSIGUIÓ LLEGAR AL ASCENSOR. EL AIRE FRESCO DE LA CALLE LE SENTÓ BIEN, PERO EL TRAYECTO EN TAXI NO FUE AFORTUNADO. CUANDO LLEGÓ A LA OFICINA VOLVÍA A TENER UNAS FUERTES NÁUSEAS. A DURAS PENAS CONSIGUIÓ LLEGAR AL LAVABO DE SEÑORAS, DONDE VOMITÓ UNA VEZ MÁS. AL LLEGAR A LA PUERTA DE SU DESPACHO, DONDE BROCK Y LIZ SE HALLABAN HABLANDO, TENÍA UN ASPECTO TERRIBLE. AMBOS LA SIGUIERON AL INTERIOR Y LA MIRARON CON HONDA PREOCUPACIÓN MIENTRAS ALEX SE DEJABA CAER EN SU SILLA COMPLETAMENTE EXHAUSTA.

—¿SE ENCUENTRA BIEN? —PREGUNTÓ LIZ.

—NO DEMASIADO. HA SIDO UNA MAÑANA MUY DURA. —ALEX CERRÓ LOS OJOS AL NOTAR NUEVAS NÁUSEAS, PERO SE NEGÓ A CEDER Y PASARON. ABRIÓ LOS OJOS Y VIO A BROCK, QUE LA MIRABA CON EL ENTRECEJO FRUNCIDO.

—LIZ HA IDO A POR UNA TAZA DE TÉ. ¿QUIERES TUMBARTE UN RATO?

—FRANCAMENTE, NO CREO QUE PUDIERA VOLVER A LEVANTARME —CONFESÓ ELLA—. ¿POR QUÉ NO NOS PONEMOS A TRABAJAR? —PROPUSO VALIENTEMENTE.

—¿PODRÁS?

—NO PREGUNTES —REPLICÓ ALEX CON TONO SOMBRÍO, Y BROCK FUE A BUSCAR SUS PAPELES MENEANDO LA CABEZA. COMO SIEMPRE EN EL TRABAJO, IBA EN MANGAS DE CAMISA Y CON LAS GAFAS DE CONCHA SUBIDAS SOBRE LA FRENTE MIENTRAS NO LAS NECESITABA. VOLVIÓ CON LÁPICES EN EL BOLSILLO, UN BOLÍGRAFO ENTRE LOS DIENTES, UN MONTÓN DE PAPELES DE MEDIO METRO DE ALTO Y UNA CAJA DE GALLETAS SALTINE PARA ALEX.

—PRUÉBALAS. —DEJÓ CAER LA CAJA SOBRE LA MESA Y SE SENTÓ. MIENTRAS TRABAJABAN, OBSERVABA A ALEX, QUE PARECÍA SENTIRSE UN POCO MEJOR, DISTRAÍDA DE SUS PENURIAS. LIZ LE LLEVABA TÉ CON FRECUENCIA Y ALEX IBA MORDISQUEANDO LAS GALLETAS.

—¿POR QUÉ NO TE TUMBAS UN RATO A LA HORA DE COMER? —SUGIRIÓ BROCK, PERO ALEX NEGÓ CON LA CABEZA. NO QUERÍA INTERRUMPIR EL TRABAJO UNA VEZ INICIADO. PIDIERON SÁNDWICHES DE POLLO Y ALEX LLEGÓ INCLUSO A COMER.

UNA HORA MÁS TARDE EL PÁNICO SE ADUEÑABA DE ELLA, PUES EMPEZABA A NOTAR DE NUEVO LAS VIOLENTAS ACOMETIDAS DE LAS NÁUSEAS. SIN DECIRLE UNA PALABRA A BROCK, FUE AL DIMINUTO CUARTO DE BAÑO CONTIGUO A SU DESPACHO, DONDE VOMITÓ Y PERMANECIÓ MEDIA HORA PRESA DE HORRIBLES NÁUSEAS. BROCK SE QUEDÓ OYÉNDOLA, SIN PODERLO REMEDIAR, SUFRIENDO POR ELLA. AL CABO DE UN RATO SALIÓ Y VOLVIÓ CON UN PAÑO MOJADO, UNA BOLSA DE HIELO Y UNA ALMOHADA. SIN LLAMAR NI PRONUNCIAR UNA SOLA PALABRA, ABRIÓ LA PUERTA DEL CUARTO DE BAÑO, A LA QUE AFORTUNADAMENTE ALEX NO HABÍA ECHADO EL PESTILLO. DE REPENTE ALEX NOTÓ LOS FUERTES BRAZOS DE BROCK QUE LA COGÍAN, CUANDO ELLA PRETENDÍA ARRODILLARSE JUNTO A LA TAZA DEL VÁTER Y SE DESPLOMABA CONTRA LA PARED. POR UN MOMENTO BROCK PENSÓ QUE SE HABÍA DESMAYADO, PERO ALEX SEGUÍA CONSCIENTE.

—APÓYATE EN MÍ, ALEX —LE DIJO EN VOZ BAJA—. RELÁJATE.

ALEX NO DISCUTIÓ, NO DIJO NADA; ESTABA DEMASIADO ENFERMA Y AGRADECÍA CUALQUIER AYUDA QUE LE OFRECIERAN. SE ECHÓ HACIA ATRÁS SOBRE BROCK, QUE SE SENTÓ EN EL SUELO CON ELLA EN LOS BRAZOS. EL CUARTO DE BAÑO ERA DEMASIADO PEQUEÑO PARA SUS LARGAS PIERNAS, PERO LO CONSIGUIERON. BROCK LE PUSO LA BOLSA DE HIELO EN LA NUCA Y EL PAÑO HÚMEDO EN LA FRENTE. ALEX ABRIÓ LOS OJOS Y MIRÓ A SU ASOCIADO, PERO NO DIJO NADA; NO PODÍA.

BROCK TIRÓ DE LA CADENA Y CERRÓ LA TAPA DEL VÁTER. DESPUÉS DE UN RATO, LA TUMBÓ SOBRE LA ALMOHADA Y LA CUBRIÓ CON UNA MANTA. SE QUEDÓ SENTADO JUNTO A ELLA, COGIÉNDOLA DE LA MANO Y MIRÁNDOLA SIN DECIR NADA.

PASÓ UNA HORA ANTES DE QUE ALEX PUDIERA HABLAR POR FIN CON UN HILO DE VOZ. ESTABA COMPLETAMENTE AGOTADA.

—CREO QUE AHORA YA PUEDO LEVANTARME.

—¿POR QUÉ NO TE QUEDAS AQUÍ ECHADA UN RATO MÁS? —LE ACONSEJÓ ÉL, PERO LUEGO CAMBIÓ DE IDEA—. VOY A MOVERTE, ALEX. NO HAGAS NADA, TÚ DÉJATE LLEVAR. —LA LEVANTÓ EN BRAZOS SIN EL MENOR ESFUERZO, SORPRENDIDO DE LO POCO QUE PESABA PARA SU ALTURA, Y LA DEPOSITÓ SOBRE EL SOFÁ DE PIEL GRIS DEL DESPACHO. LUEGO LE COLOCÓ LA ALMOHADA DEBAJO DE LA CABEZA Y LA MANTA POR ENCIMA. ALEX SE SENTÍA UN POCO AVERGONZADA POR RENDIRSE DE AQUELLA MANERA, PERO PODÍA MÁS EL AGRADECIMIENTO.

—CIERRA LA PUERTA —SUSURRÓ, CUANDO BROCK TERMINÓ DE ARROPARLA Y LA OBSERVÓ COMO UNA MADRE A SU BEBÉ.

—¿POR QUÉ?

—NO QUIERO QUE ENTRE ALGUIEN Y ME VEA. —LE HABÍA ASEGURADO A TODO EL MUNDO QUE PODRÍA TRABAJAR DURANTE LA QUIMIOTERAPIA, PERO EL COMIENZO NO ERA MUY PROMETEDOR.

BROCK HIZO LO QUE LE PEDÍA Y SE SENTÓ EN UNA SILLA A SU LADO. NO QUERÍA DEJARLA SOLA, AUNQUE PARECÍA ALGO REPUESTA.

—¿QUIERES QUE TE LLEVE A CASA? —PREGUNTÓ CAUTELOSAMENTE.

—ME QUEDO —CONTESTÓ ALEX, SACUDIENDO LA CABEZA.

—¿QUIERES DORMIR UN RATO?

—SÓLO QUIERO ESTAR AQUÍ TUMBADA. TÚ PONTE A TRABAJAR. ME LEVANTARÉ DENTRO DE UNOS MINUTOS.

—¿HABLAS EN SERIO? —PREGUNTÓ BROCK, ASOMBRADO, ADMIRÁNDOLA MÁS QUE NUNCA. ERA UNA AUTÉNTICA LUCHADORA.

—SÍ —RESPONDIÓ ELLA—. TÚ PONTE A TRABAJAR…, BROCK… GRACIAS.

—NO HAY DE QUÉ. —BROCK SUSURRABA COMO ELLA—. PARA ESO ESTÁN LOS AMIGOS.

BROCK APAGÓ ALGUNAS DE LAS LUCES. ALEX ESTUVO TUMBADA CON LOS OJOS CERRADOS DURANTE MEDIA HORA, LUEGO SE LEVANTÓ Y SE SENTÓ A TRABAJAR CON ÉL. TENÍA LA ROPA UN POCO ARRUGADA, LOS CABELLOS EN DESORDEN Y LA VOZ RONCA, PERO NINGUNO DE LOS DOS MENCIONÓ LO OCURRIDO.

LIZ ENTRÓ CON TÉ, CAFÉ Y ALGO PARA PICAR. BROCK SE HABÍA ACORDADO DE ABRIR LA PUERTA, ASÍ QUE NADIE SE ENTERÓ DE LO QUE HABÍA PASADO. A LAS CINCO EN PUNTO DE LA TARDE, BROCK ACOMPAÑÓ A ALEX AL ASCENSOR, LLEVÁNDOLE EL MALETÍN.

—TE BUSCARÉ UN TAXI —DIJO.

—¿NO TIENES NADA MÁS QUE HACER QUE AYUDAR A LAS ANCIANAS A CRUZAR LA CALLE? —BROMEÓ ALEX. AQUELLA TARDE SE HABÍAN CONVERTIDO EN AMIGOS. ALEX NO OLVIDARÍA JAMÁS LA AYUDA PRESTADA. NO SABÍA QUÉ HABÍA HECHO PARA MERECER SU AMISTAD, PERO LE HABÍA IMPRESIONADO MUCHÍSIMO—. SEGURO QUE HAS SIDO BOY SCOUT.

—PUES SÍ. NO HABÍA NADA MEJOR QUE HACER EN ILLINOIS. ADEMÁS, SIEMPRE HE TENIDO DEBILIDAD POR LAS ANCIANAS.

—ESO PARECE —DIJO ALEX, SONRIENDO. ELLA SE SENTÍA COMO SI TUVIERA CIEN AÑOS, PERO BROCK LA VEÍA SIEMPRE HERMOSA.

ÉL LE DIJO QUE AGUARDARA EN EL VESTÍBULO MIENTRAS LE CONSEGUÍA UN TAXI. ALEX QUISO IMPEDÍRSELO, PERO BROCK SALIÓ A LA CALLE ANTES DE QUE PUDIERA DECIR NADA. ADEMÁS, LE PAGÓ EL TAXI PARA QUE NO SE LO QUITARA NADIE MIENTRAS VOLVÍA A BUSCARLA.

—TODO ARREGLADO. —LA METIÓ EN EL TAXI Y LA DESPIDIÓ AGITANDO LA MANO.

ALEX SE ALEJÓ EN EL TAXI, ASOMBRADA AÚN Y MÁS QUE AGRADECIDA. CUANDO LLEGÓ A CASA SE SENTÍA COMO UN TRAPO VIEJO. LE HUBIERA ENCANTADO DARSE UN BAÑO CALIENTE CON SU HIJA, PERO NO QUERÍA QUE ANNABELLE VIERA SU CICATRIZ, ASÍ QUE SE BAÑÓ SOLA CON EL PESTILLO ECHADO. SE SENTÓ DESPUÉS A CENAR CON ANNABELLE, PERO NO PROBÓ LA COMIDA. SE EXCUSÓ DICIENDO QUE COMERÍA CON PAPÁ.

SAM VOLVIÓ A CASA A LAS SIETE, JUSTO A TIEMPO PARA LEERLE UN CUENTO A ANNABELLE ANTES DE DORMIR. ÉL Y ALEX SE SENTARON LUEGO A DAR CUENTA DE LA CENA QUE LES HABÍA DEJADO CARMEN, PERO ALEX SE LIMITÓ A PICOTEAR UN POCO. REALMENTE NO PODÍA COMER NADA.

—¿HAN IDO MEJOR LAS COSAS HOY? —PREGUNTÓ SAM, TAN SOLÍCITO COMO LE FUE POSIBLE, PERO SIN DAR LA IMPRESIÓN DE QUE QUISIERA HABLAR DE ELLO.

—HE ESTADO BASTANTE BIEN —CONTESTÓ ELLA, DESECHANDO CONTARLE NADA DE LO OCURRIDO EN EL BUFETE—. TENGO UN MONTÓN DE CASOS NUEVOS.

ESO ERA LO QUE QUERÍA OÍR SAM, ASÍ QUE SONRIÓ Y DIJO:

—NOSOTROS TAMBIÉN. —INTENTÓ OLVIDAR LA PELEA DE LA NOCHE ANTERIOR Y LAS COSAS HORRIBLES QUE SE HABÍAN DICHO—. TENEMOS MUCHOS CLIENTES NUEVOS GRACIAS A SIMON.

—¿NO HABRÁ ALGUNA TRAMPA EN TODO ESO, SAM? —PREGUNTÓ ALEX, SUSPICAZ, UN POCO NERVIOSA POR LA MAGNITUD DE LOS NEGOCIOS DE SU MARIDO.

—DEJA DE BUSCARLE TRES PIES AL GATO. SIEMPRE PIENSAS COMO ABOGADO —LA REPRENDIÓ ÉL SIN LA MENOR DELICADEZA.

—GAJES DEL OFICIO. —ALEX SONRIÓ DÉBILMENTE. VOLVÍA A SENTIR NÁUSEAS SÓLO CON OLER LA COMIDA.

CUANDO SE QUEDÓ SOLA EN LA COCINA RECOGIÓ LA MESA, PERO CUANDO TERMINÓ, LO POCO QUE HABÍA COMIDO VOLVIÓ A PASARLE FACTURA. ACABÓ EN EL CUARTO DE BAÑO DE SU DORMITORIO, PRESA DE HORRIBLES ARCADAS, PERO ESTA VEZ NO TENÍA AL LADO A BROCK STEVENS CON UNA ALMOHADA Y UNA BOLSA DE HIELO.

—¿QUÉ TE PASA? —PREGUNTÓ SAM POR FIN, ACERCÁNDOSE A LA PUERTA. TUVO QUE ADMITIR QUE SU MUJER TENÍA MUY MAL ASPECTO—. A LO MEJOR NO ES SÓLO LA QUIMIOTERAPIA. TAL VEZ TENGAS APENDICITIS O ALGO ASÍ. —LE RESULTABA DIFÍCIL CREER QUE LA QUIMIOTERAPIA PUDIERA TENER AQUELLOS EFECTOS.

—ES LA QUIMIOTERAPIA —AFIRMÓ ALEX, CON UNA VOZ QUE PARECÍA SALIDA DE EL EXORCISTA, Y VOLVIÓ A VOMITAR.

SAM SE MARCHÓ, INCAPAZ DE SOPORTARLO. AL FINAL ALEX CONSIGUIÓ LLEGAR A LA CAMA Y SE DERRUMBÓ SOBRE ELLA, EXHAUSTA, MIENTRAS SU MARIDO LA MIRABA CON ENOJO.

—YA SÉ QUE NO ES MUY COMPRENSIVO POR MI PARTE, PERO ¿CÓMO ES QUE HAS ESTADO BIEN EN EL TRABAJO TODO EL DÍA Y TE PONES A VOMITAR EN CUANTO ME VES? ¿ES UNA MANERA DE PEDIRME QUE TE COMPADEZCA, O SOY YO EL QUE TIENE ESE EFECTO SOBRE TI? —PREGUNTÓ.

—MUY GRACIOSO.

—¿NO CREES QUE PUEDA SER UNA REACCIÓN EMOCIONAL, O ALÉRGICA? —NUNCA HABÍA VISTO A NADIE VOMITAR TAN VIOLENTAMENTE Y CON TANTA FRECUENCIA.

—CRÉEME, ES LA QUIMIOTERAPIA —REPITIÓ ALEX—. TENGO UN PAPEL DONDE SE ENUMERAN LOS EFECTOS SECUNDARIOS. ¿QUIERES LEERLO?

—LA VERDAD ES QUE NO. ME CONFORMO CON TU PALABRA. —TRAS UNOS INSTANTES, AÑADIÓ—: NO TE PUSISTE ASÍ CUANDO ESTABAS EMBARAZADA.

—ENTONCES NO TENÍA CÁNCER NI ME ESTABAN DANDO QUIMIOTERAPIA —REPLICÓ ALEX CON ASPEREZA.

—YO CREO QUE ES PSICOLÓGICO. DEBERÍAS LLAMAR AL MÉDICO, EN SERIO.

—YA LO HICE AYER. ME DIJO QUE LO SENTÍA, PERO QUE ERA NORMAL.

—A MÍ NO ME PARECE NORMAL —INSISTIÓ SAM, CERRADO A TODA LÓGICA.

AL FINAL ACABARON DURMIÉNDOSE. CUANDO ALEX SE DESPERTÓ A LA MAÑANA SIGUIENTE VOLVÍA A TENER NÁUSEAS, PERO NO VOMITÓ. FUE ELLA QUIEN LLEVÓ A ANNABELLE AL COLEGIO, LO QUE LA HIZO SENTIRSE MEJOR. DE REPENTE CADA PEQUEÑO PASO HACIA LA NORMALIDAD LE PARECÍA UNA VICTORIA. CONSIGUIÓ TRABAJAR DURANTE TODA LA MAÑANA SIN TENER NÁUSEAS NI DISTRAERSE.

SIN EMBARGO, POR LA TARDE, CUANDO ESTABA TRABAJANDO CON BROCK DESPUÉS DE COMERSE UN SÁNDWICH DE PAVO, VOLVIÓ A PONERSE FATAL Y TUVO QUE IR AL CUARTO DE BAÑO, SINTIÉNDOSE MORIR. ESTA VEZ BROCK NO VACILÓ EN ENTRAR CON ELLA Y SUJETARLE LA CABEZA Y LOS HOMBROS MIENTRAS VOMITABA, LO QUE EN UN PRINCIPIO TURBÓ A ALEX, PERO ERA MENOS TERRIBLE QUE ESTAR SOLA.

—DEBERÍAS HABER ESTUDIADO PARA MÉDICO —COMENTÓ DESPUÉS, APOYADA EN ÉL Y SONRIÉNDOLE TÍMIDAMENTE.

—NO SOPORTO VER LA SANGRE —CONFESÓ BROCK.

—¿PERO SÍ LOS VÓMITOS? ¿QUÉ PASA, TE GUSTAN LAS MUJERES QUE VOMITAN?

—ME ENCANTAN —REPLICÓ ÉL, RIENDO—. MUCHAS DE MIS CITAS DEL INSTITUTO Y DE LA UNIVERSIDAD ACABABAN ASÍ. AL FINAL SE ME DABA BIEN. SE SUPONE QUE EN NUEVA YORK LAS COSAS SON MÁS REFINADAS, PERO TAL VEZ NO, ¿EH?

—ESTÁS LOCO. —ALEX ESTABA DEMASIADO DÉBIL PARA MOVERSE. SE HALLABAN DE NUEVO SENTADOS EN EL SUELO DEL CUARTO DE BAÑO—. PERO EMPIEZAS A GUSTARME. —ERA UN POCO COMO ESTAR CASADA CON ÉL. NO HABÍA PUDOR ENTRE ELLOS, SÓLO LA NECESIDAD DE ALEX Y EL DESEO DE BROCK DE ALIVIARLA. ALEX SE PREGUNTÓ SI ERA DIOS QUIEN LE MANDABA AL AMIGO PRECISO EN EL MOMENTO JUSTO.

DE REPENTE BROCK SE PUSO A HABLAR EN SERIO.

—MI HERMANA TAMBIÉN PASÓ POR ESTO —DIJO CON GRAN TRISTEZA.

—¿POR LA QUIMIOTERAPIA? —SE SORPRENDIÓ ALEX, COMO SI NADIE ANTES QUE ELLA HUBIERA TENIDO QUE SUFRIR LO MISMO.

—SÍ. TENÍA CÁNCER DE MAMA, COMO TÚ. ESTUVO A PUNTO DE DEJAR EL TRATAMIENTO MUCHAS VECES. YO ESTABA EN EL PENÚLTIMO CURSO DE LA UNIVERSIDAD Y VOLVÍ A CASA PARA CUIDARLA. TENÍA DIEZ AÑOS MÁS QUE YO.

—¿TENÍA? —PREGUNTÓ ALEX CON NERVIOSISMO.

—TIENE —CORRIGIÓ BROCK, SONRIENDO—. TAMBIÉN TÚ LO SUPERARÁS, PERO TIENES QUE SEGUIR CON LA QUIMIOTERAPIA POR MAL QUE TE ENCUENTRES, POR TERRIBLE QUE SEA Y POR MUCHO QUE LA ODIES. TIENES QUE HACERLO.

—LO SÉ, PERO ESTOY MUY ASUSTADA. SEIS MESES ME PARECEN UNA ETERNIDAD.

—NO LO SON —AFIRMÓ BROCK, CON VOZ DE HERMANO MAYOR—. LA MUERTE ES LA ETERNIDAD.

—COMPRENDIDO. EN SERIO.

—NO JUEGUES CON ESTO, ALEX. TÓMATE LAS PASTILLAS Y VE TODOS LOS DÍAS AL TRATAMIENTO. YO TE ACOMPAÑARÉ SI QUIERES. TAMBIÉN FUI CON MI HERMANA. A ELLA LE ASUSTABAN LAS AGUJAS.

—NO PUEDO DECIR QUE A MÍ ME GUSTARA, PERO NO ME PARECIÓ TAN MAL HASTA QUE EMPECÉ CON LA VOMITONA. EN FIN, ES UNA MANERA DE HACER AMIGOS. —SE SONRIERON. BROCK NO LLEVABA LAS GAFAS PUESTAS Y TENÍA LA CORBATA TORCIDA. SUS OJOS PARECÍAN MUY SABIOS, A PESAR DE SUS TREINTA Y DOS AÑOS. TENÍA EL ALMA VIEJA Y UN BUEN CORAZÓN.

—¿VOLVEMOS AL TRABAJO? —PROPUSO ALEX DESPUÉS DE UN RATO. LIZ, QUE ESTABA DEPOSITANDO EL CORREO SOBRE LA MESA DEL DESPACHO, SE SORPRENDIÓ AL VERLOS SALIR JUNTOS DEL CUARTO DE BAÑO.

—HOLA —DIJO ALEX DESPREOCUPADAMENTE—, ESTÁBAMOS CELEBRANDO UNA REUNIÓN.

LIZ SE ECHÓ A REÍR. NO TENÍA LA MENOR IDEA DE QUÉ HABÍAN ESTADO HACIENDO, PERO SE DIJO QUE ERA DIVERTIDO MIENTRAS VOLVÍA A SU MESA.

—LA GENTE VA A PENSAR QUE NOS PINCHAMOS O QUE ESNIFAMOS COCAÍNA SI SEGUIMOS ASÍ —COMENTÓ ALEX ENTRE RISAS—, O QUE TENEMOS RELACIONES SEXUALES EN EL CUARTO DE BAÑO.

—SE ME OCURREN COSAS PEORES —DIJO BROCK, YA DISTENDIDO, Y SE SENTÓ FRENTE A ALEX.

—SÍ, A MÍ TAMBIÉN. —HABÍAN PASADO CASI DOS MESES DESDE QUE HICIERA EL AMOR CON SAM POR ÚLTIMA VEZ, Y NO ERA PROBABLE QUE VOLVIERAN A HACERLO, TAL COMO ESTABAN LAS COSAS ENTRE ELLOS. DE TODAS FORMAS, NO ERA EL SEXO LO QUE PODÍA PREOCUPARLE EN AQUELLOS MOMENTOS EN QUE ESTABA LUCHANDO POR SU VIDA. ELLA Y BROCK SIGUIERON TRABAJANDO TODA LA TARDE. LUEGO BROCK INSISTIÓ EN BUSCARLE TAXI OTRA VEZ, A PESAR DE LAS PROTESTAS DE ALEX.

EL VIERNES ALEX SE SINTIÓ CON FUERZAS PARA LLEVAR A ANNABELLE A BALLET. ERA ASOMBROSO QUE PUDIERA SEGUIR REALIZANDO SU VIDA NORMAL, AUNQUE FUERA A TRANCAS Y BARRANCAS. EMPEZABA A CREER QUE TAL VEZ CONSEGUIRÍA SOBREVIVIR. OTRA CUESTIÓN ERA SI TAMBIÉN SE SALVARÍA SU MATRIMONIO. A ELLA, EN TODO CASO, LE PARECÍA MUY POCO PROBABLE.