SAM LLAMÓ A SU MUJER A LA MAÑANA SIGUIENTE, NADA MÁS LEVANTARSE, PERO LA ENFERMERA LE COMUNICÓ QUE ALEX ESTABA SIENDO TRATADA Y NO VOLVERÍA HASTA MEDIA HORA DESPUÉS. PARA ENTONCES, SAM SE DIRIGÍA AL DESPACHO, DONDE LE AGUARDABA UN CLIENTE Y UN BUEN MONTÓN DE LLAMADAS POR HACER. DESPUÉS DE HABERSE OCUPADO DE SUS CLIENTES, SE ENCONTRÓ CON DAPHNE EN EL PASILLO. EL ROSTRO DE LA JOVEN SE ILUMINÓ AL VERLE, PERO SAM SE MOSTRÓ EXTREMADAMENTE CORTÉS E IMPERSONAL MIENTRAS CHARLABAN. DAPHNE LE ACOMPAÑÓ DE VUELTA A SU DESPACHO, CAMINANDO LENTAMENTE, Y LE DIJO QUE ESPERABA NO HABERLE MOLESTADO LA NOCHE ANTERIOR. SE HABÍA DEJADO LLEVAR, PERO EN ADELANTE, PROMETIÓ, TENDRÍAN UNA RELACIÓN ESTRICTAMENTE PROFESIONAL.
—QUÉ DECEPCIÓN —DIJO SAM, RIÉNDOSE—. CREÍA QUE HABÍA SIDO YO EL QUE TE HABÍA MOLESTADO.
—EN ABSOLUTO. —LA VOZ DE DAPHNE ERA UNA CARICIA, PERO SE COMPORTABA CON UN DECORO MUY INGLÉS—. NO SUELO PERSEGUIR A LOS HOMBRES CASADOS, PERO ERES DEMASIADO ATRACTIVO, SAM. DEBERÍAN PINTARTE DE NEGRO, O TAPARTE LA CABEZA CON UNA BOLSA CUANDO SALGAS CON EXTRAÑOS. ERES MUY PELIGROSO. —EL JUEGO SEGUÍA, SIEMPRE HALAGADOR PARA SAM.
—SUPONGO QUE DEBERÍA HABERME QUEDADO EN CASA —DIJO ÉL, SIN DEMASIADA CONVICCIÓN—, PERO ME LO PASÉ DE MIEDO, SOBRE TODO EN EL CLUB.
—TAMBIÉN YO —DECLARÓ ELLA. DE PRONTO AMBOS COMPRENDIERON QUE VOLVÍAN A FLIRTEAR.
—¿QUÉ PODEMOS HACER? —SAM LO ADMITIÓ CON UNA SONRISA, ANTES QUE ELLA.
—TODAVÍA NO ESTOY SEGURA. DARNOS DUCHAS DE AGUA FRÍA, SUPONGO. NUNCA LO HE PROBADO.
—TAL VEZ DEBERÍAMOS PROBARLO JUNTOS —PROPUSO ÉL, PERO ENSEGUIDA LAMENTÓ SUS PALABRAS. CUANDO LA TENÍA CERCA NO PODÍA CONTROLARSE, SÓLO PENSABA EN SEDUCIRLA. NUNCA ANTES LE HABÍA OCURRIDO Y NO TENÍA NI IDEA DE CÓMO DETENERLO. ERAN COMO CERILLAS CERCA DE UNA LLAMA—. SENCILLAMENTE TENDREMOS QUE COMPORTARNOS COMO ADULTOS —DIJO POR FIN.
—SÍ, SEÑOR. —DAPHNE LE LANZÓ UNA ÚLTIMA SONRISA Y SE ALEJÓ POR EL PASILLO EN DIRECCIÓN AL DESPACHO CONTIGUO AL DE SIMON. SAM PERMANECIÓ MIRÁNDOLA, INCAPAZ DE APARTAR LOS OJOS DE ELLA.
—¡CUIDADO! —LE DIJO LARRY, SU VIEJO SOCIO, AL PASAR JUNTO A ÉL—. ES PELIGROSA… COMO TODAS LAS CHICAS INGLESAS —SUSURRÓ.
—¿POR QUÉ NO ME HA AVISADO NADIE? —FINGIÓ QUEJARSE SAM, Y ENTRÓ EN SU DESPACHO. COMO SI QUISIERA ACLARAR SUS IDEAS, DECIDIÓ LLAMAR A ALEX.
—¿DÓNDE ESTABAS ANOCHE? —QUISO SABER ELLA—. TE LLAMÉ.
—LO SÉ. LO SIENTO. ESTABA FUERA CON SIMON Y UNOS CLIENTES NUEVOS DE LONDRES. ME LLAMÓ CUANDO LLEGUÉ A CASA Y ME CONVENCIÓ PARA QUE FUERA CON ELLOS A CENAR A LE CIRQUE. —DE REPENTE SE SINTIÓ COMO SI ESTUVIERA DANDO DEMASIADAS EXPLICACIONES PARA JUSTIFICARSE DE ALGÚN MODO—. ¿CÓMO TE ENCUENTRAS HOY?
—BIEN —RESPONDIÓ ALEX, CON TONO AÚN DEPRIMIDO—. AYER VINO A VERME LIZ HASCOMB. RESULTA QUE ES VOLUNTARIA DEL GRUPO DE AYUDA DEL HOSPITAL.
—ESO ESTÁ BIEN —DIJO SAM, SINTIÉNDOSE ALEJADO DE SU MUJER, QUE SÓLO SABÍA HABLAR DE SU ENFERMEDAD Y DE CUANTO SE RELACIONABA CON ELLA—. ¿CREES QUE SE LO DIRÁ A LOS DEL BUFETE? —SABÍA QUE ALEX QUERÍA MANTENER AQUELLO EN SECRETO.
—NO, NO LO CREO. LIZ ES MUY DISCRETA. QUEDÓ MUY SORPRENDIDA CUANDO ME VIO… Y FUE DE GRAN AYUDA.
—ME ALEGRO.
—¿CÓMO ESTÁ ANNABELLE?
—MUY BIEN. EXCITADA A MÁS NO PODER POR EL HALLOWEEN. SE PRUEBA EL DISFRAZ UNA Y OTRA VEZ.
LAS LÁGRIMAS AFLUYERON A LOS OJOS DE ALEX AL OÍR HABLAR DE SU PEQUEÑA.
—¿VENDRÁS HOY? —PREGUNTÓ CON VOZ VACILANTE, COMO SI NO ESTUVIERA SEGURA DE PODER CONFIAR EN ÉL. SAM SE DIO CUENTA, Y LE DOLIÓ.
—POR SUPUESTO. DE VUELTA A CASA, PASARÉ POR ALLÍ.
ALEX ESPERABA QUE FUERA A VERLA A LA HORA DE COMER, PERO NO QUISO PRESIONARLE. SAM LE DIJO QUE NO SALDRÍA A COMER PORQUE DEBÍA LIQUIDAR UNOS ASUNTOS. SIN EMBARGO, CUANDO INTENTÓ CONCENTRARSE, DESCUBRIÓ QUE NO PODÍA PENSAR MÁS QUE EN DAPHNE. ERA UNA PESADILLA. TENÍA UNA ESPOSA ENFERMA, UNA HIJA PEQUEÑA Y UN MONTÓN DE RESPONSABILIDADES, Y SÓLO SE LE OCURRÍA PENSAR EN LA PRIMITA CACHONDA DE SIMON. CUANDO FUE AL HOSPITAL, ESTABA DE UN HUMOR DE PERROS. SE SENTÍA CULPABLE Y LAMENTABA INCLUSO HABER CONOCIDO A DAPHNE, QUE EMPEZABA A SER UNA OBSESIÓN, COMO UNA DROGA QUE NO HUBIERA PROBADO NUNCA PERO NECESITARA A TODA COSTA.
—¿QUÉ TE PASA? PARECES NERVIOSO. —ALEX SE DIO CUENTA A PRIMERA VISTA, LO QUE AÚN LE FASTIDIÓ MÁS. ERA COMO SI ALGUIEN LE HUBIERA COLGADO AL CUELLO UN LETRERO DE NEÓN EN EL QUE PARPADEARA LA PALABRA «DAPHNE».
—NO SEAS TONTA —LE RESPONDIÓ CON INVOLUNTARIA BRUSQUEDAD—, SÓLO ESTOY PREOCUPADO POR TI. ESTAMOS IMPACIENTES POR QUE VUELVAS A CASA.
—¿LE HAS CONTADO ALGO A ANNABELLE?
—PUES CLARO QUE NO.
—CREO QUE DEBERÍAMOS DECIRLE QUE HE TENIDO UN PEQUEÑO ACCIDENTE DURANTE MI VIAJE.
—¿Y PARA QUÉ DECIRLE NADA?
OTRA VEZ CON LO MISMO: EL RECHAZO DE LA REALIDAD. ALEX NO DEJABA DE ASOMBRARSE.
—LLEVO UN VENDAJE. TENDRÉ UNA CICATRIZ, HE PERDIDO UN PECHO, NO ME ENCUENTRO BIEN. NO PODRÁ SALTAR ENCIMA DE MÍ COMO SI TAL COSA. ¿ES QUE NO TE DAS CUENTA DE QUE HEMOS DE DECIRLE ALGO, SAM? ES UNA NIÑA, PERO NO ESTÚPIDA.
—NO TIENES POR QUÉ PASEARTE DESNUDA DELANTE DE ELLA.
—¿TENDRÉ QUE OCULTARME DURANTE EL RESTO DE MI VIDA? SUELE BAÑARSE CONMIGO Y MIRARME MIENTRAS ME VISTO. NUNCA LE HE OCULTADO MI CUERPO. ADEMÁS, DENTRO DE CUATRO SEMANAS EMPEZARÉ A ENCONTRARME FATAL Y SEGURAMENTE MUY CANSADA A CAUSA DE LA QUIMIOTERAPIA. ES PRECISO QUE LO SEPA.
—¿POR QUÉ TE EMPEÑAS EN HACER UN MUNDO DE TODO ESTO? ¿POR QUÉ TIENES QUE MEZCLARNOS A ANNABELLE Y A MÍ EN TU PROBLEMA? ¿POR QUÉ NO PUEDES SOPORTARLO EN SILENCIO? NO LO COMPRENDO.
—NI YO TAMPOCO. NO COMPRENDO CÓMO PUEDES SEGUIR FINGIENDO QUE NO OCURRE NADA. TENDRÉIS QUE COMPRENDERME.
—ANNABELLE SÓLO TIENE TRES AÑOS Y MEDIO, ¿QUÉ ESPERAS DE ELLA? ¿COMPASIÓN? ¿ES ESO? ALEX, ESTO ES MORBOSO.
—CREO QUE ESTÁS LOCO.
—DEJA DE GIMOTEAR, DEJA DE CONVERTIRLO EN UNA PESADILLA PARA TODO EL MUNDO. HABLA CON UN PSICOANALISTA, HAZ TERAPIA DE GRUPO, LO QUE SEA, PERO NO NOS LO ECHES ENCIMA A ANNABELLE Y A MÍ COMO SI FUERA UNA CARGA DE PLOMO. NO NOS CASTIGUES POR TU DESGRACIA.
ALEX DIO LA ESPALDA A SU MARIDO Y SE PUSO A MIRAR POR LA VENTANA.
—AHORA QUIERO QUE TE VAYAS —DIJO. SU TONO ERA GLACIAL.
—SERÁ UN PLACER. —SAM SALIÓ DE LA HABITACIÓN COMO UN POSESO Y NO LA LLAMÓ POR TELÉFONO ESA NOCHE. TAMPOCO ELLA QUISO HABLAR CON ÉL; LLAMÓ A ANNABELLE Y LE DESEÓ BUENAS NOCHES, PERO NO PIDIÓ HABLAR CON SAM, LO CUAL NO LE PASÓ INADVERTIDO A CARMEN.
SAM SE QUEDÓ EN CASA ESA NOCHE, PENSANDO EN LO QUE LES AGUARDABA EN EL FUTURO, Y NO LE GUSTÓ. LA VIDA DE ALEX IBA A GIRAR CONSTANTEMENTE EN TORNO A SU ENFERMEDAD Y LO MAL QUE SE SENTIRÍA CUANDO LA TRATARAN CON QUIMIOTERAPIA. DESPUÉS LLEGARÍAN LOS MESES Y AÑOS DE ESPERAR LOS RESULTADOS DE LAS SUCESIVAS PRUEBAS PARA SABER SI EL CÁNCER SE REPRODUCÍA, SI IBA A VIVIR UN POCO MÁS. NO ERA ASÍ COMO SAM QUERÍA PASAR EL RESTO DE SU VIDA. LA ALEX A LA QUE HABÍA CONOCIDO Y AMADO HABÍA DESAPARECIDO, REEMPLAZADA POR UNA FIGURA TRÁGICA QUE AMENAZABA CON ENGULLIRLE.
EL JUEVES HABLARON UN PAR DE VECES SOBRE ANNABELLE, Y AMBOS ESTUVIERON DE ACUERDO EN QUE ERA MEJOR QUE SAM NO FUERA A VERLA AL HOSPITAL. LIZ HASCOMB, EN CAMBIO, ACUDIÓ DIARIAMENTE.
EL VIERNES SAM LLEGÓ A MEDIODÍA PARA LLEVÁRSELA A CASA. ERA LA PRIMERA VEZ QUE SE VEÍAN EN DOS DÍAS. LA ENCONTRÓ MUY FRÁGIL DENTRO DEL HOLGADO VESTIDO DE PUNTO QUE LE HABÍA LLEVADO DE CASA Y QUE OCULTABA LA MAYOR PARTE DEL VENDAJE. TAMBIÉN LE HABÍA LLEVADO UN ABRIGO AZUL. ALEX NO SE HABÍA MOLESTADO EN MAQUILLARSE, PERO SEGUÍA TAN ALTA Y ESBELTA COMO SIEMPRE, Y DESTACABA POR SU LIMPIA Y ABUNDANTE CABELLERA PELIRROJA. TENÍA MEJOR ASPECTO DEL QUE ESPERABA SAM, PERO SUS OJOS PARECÍAN DEMASIADO GRANDES EN EL ROSTRO PÁLIDO, Y SAM PERCIBIÓ QUE LE TEMBLABAN LAS MANOS CUANDO METÍA EL CAMISÓN EN LA BOLSA.
—¿TE ENCUENTRAS BIEN, ALEX? ¿TE DUELE? —LE SORPRENDÍA QUE ALEX TUVIERA TAN POCA VITALIDAD, MENOS INCLUSO QUE EL MARTES Y EL MIÉRCOLES, Y SE PREGUNTÓ SI NO SUFRIRÍA ALGUNA ESPECIE DE RECAÍDA POSTOPERATORIA.
—ESTOY BIEN —RESPONDIÓ ALEX CON LA VOZ ALGO RONCA—. ES QUE ME ASUSTA VOLVER A CASA, SIN ENFERMERA NI NADIE QUE ME AYUDE A VESTIRME, NI VOLUNTARIOS DEL GRUPO DE APOYO. DE REPENTE TENGO QUE VOLVER A SALIR AL MUNDO Y TODO ES DIFERENTE, O AL MENOS YO HE CAMBIADO. ¿Y QUÉ LE DIRÉ A ANNABELLE CUANDO LA VEA? —SUS OJOS SE LLENARON DE LÁGRIMAS AL PENSAR EN SU HIJA. HABÍA LLORADO YA LA NOCHE ANTERIOR, HABLANDO DE ELLO CON LIZ. SU SECRETARIA LA HABÍA TRANQUILIZADO, ASEGURÁNDOLE QUE ERA PERFECTAMENTE NATURAL.
—¿Y ENTONCES POR QUÉ SAM SIGUE ACTUANDO COMO SI YO ESTUVIERA LOCA? —LE HABÍA PREGUNTADO ALEX.
—PORQUE TAMBIÉN ESTÁ ASUSTADO. Y ESO TAMBIÉN ES NATURAL. EL ÚNICO PROBLEMA QUE TIENE SAM ES QUE NO QUIERE ADMITIRLO.
REALMENTE NO PARECÍA ASUSTADO AL RODEAR A ALEX CON UN BRAZO Y COGER SU BOLSA. PARECÍA DUEÑO DE LA SITUACIÓN MIENTRAS BAJABAN EN EL ASCENSOR Y CUANDO SUBIERON A LA LIMUSINA QUE HABÍA ALQUILADO PARA LA OCASIÓN.
EL APARTAMENTO ESTABA SILENCIOSO CUANDO LLEGARON. CARMEN HABÍA RECOGIDO A ANNABELLE Y LA HABÍA LLEVADO A BALLET. ALEX QUERÍA INSTALARSE ANTES DE QUE SU HIJA VOLVIERA A CASA. SAM SE DEPRIMIÓ AL VER QUE SE CAMBIABA DE ESPALDAS A ÉL, Y SE PONÍA UN CAMISÓN Y UNA BATA.
—¿POR QUÉ NO TE DEJAS EL VESTIDO PUESTO? A LO MEJOR ANNABELLE SE PREOCUPA AL VERTE CON EL CAMISÓN.
—ESTOY MUY CANSADA. VOY A TUMBARME UN RATO.
—PUEDES TUMBARTE CON EL VESTIDO —LE REPROCHÓ ÉL. CREÍA QUE SE ESTABA HACIENDO LA INVÁLIDA DE NUEVO Y ALEX LO SABÍA, PERO ESTABA DEMASIADO CANSADA PARA DISCUTIR. CUANDO SE TENDIÓ EN LA CAMA Y ENCENDIÓ EL TELEVISOR, VIO QUE SAM VOLVÍA A PONERSE EL ABRIGO DESPUÉS DE LLEVARLE LA COMIDA QUE HABÍA DEJADO CARMEN PARA ELLOS.
—¿ADÓNDE VAS? —TENÍA MIEDO DE QUEDARSE SOLA.
—VOY A LA OFICINA —EXPLICÓ ÉL—. INTENTARÉ VOLVER PRONTO ESTA TARDE. TENGO UNA REUNIÓN CON LARRY Y TOM QUE NO HE PODIDO CANCELAR. LLÁMAME SI ME NECESITAS. —ALEX ASINTIÓ Y ÉL LE LANZÓ UN BESO, PERO SIN ACERCARSE.
ALEX PERMANECIÓ EN LA CAMA DURANTE LARGO TIEMPO, ESPERANDO A QUE SU HIJA VOLVIERA Y PENSANDO EN LO QUE IBA A DECIRLE. TODO LO QUE SE LE OCURRIÓ QUEDÓ OLVIDADO EN CUANTO VIO A SU PRECIOSA NIÑA, A LA QUE TANTO HABÍA ECHADO DE MENOS.
ANNABELLE DIO UN GRITO CUANDO VIO A SU MADRE DE PIE, EN LA PUERTA DE SU DORMITORIO, ESPERÁNDOLA. ALEX HABÍA OÍDO EL ASCENSOR Y LUEGO LA LLAVE DE CARMEN EN LA PUERTA. TODO SU CUERPO TEMBLABA MIENTRAS ESPERABA EL MOMENTO DEL REENCUENTRO.
—¡MAMI! —EXCLAMÓ ANNABELLE, Y SE ARROJÓ EN BRAZOS DE ALEX, QUE INTENTÓ PROTEGERSE DEL GOLPE, PERO NO PUDO. CARMEN VIO QUE PARPADEABA DE DOLOR, PERO ANNABELLE SÓLO SE DIO CUENTA DE QUE SU MADRE HABÍA VUELTO Y SE APARTÓ RÁPIDAMENTE PARA MIRARLA CON AIRE PÍCARO.
—¿QUÉ ME HAS TRAÍDO DEL VIAJE?
ALEX LO HABÍA OLVIDADO POR COMPLETO, Y ANNABELLE SE ENTRISTECIÓ.
—¿SABES QUÉ? NO HABÍA NADA BUENO QUE TRAERTE, NI SIQUIERA EN EL AEROPUERTO. CREO QUE TÚ Y YO TENDREMOS QUE IR A FAO SCHWARZ LA SEMANA QUE VIENE PARA BUSCAR ALGO. ¿QUÉ TE PARECE?
—¡BIEN! —ANNABELLE PALMEÓ DE CONTENTO, OLVIDANDO INSTANTÁNEAMENTE SU DECEPCIÓN. LE ENCANTABA IR A FAO SCHWARZ CON SU MADRE. LUEGO SE SORPRENDIÓ AL NOTAR QUE ALEX IBA EN CAMISÓN.
—¿POR QUÉ LLEVAS CAMISÓN? —PREGUNTÓ CON RECELO, TAL COMO HABÍA SUPUESTO SAM.
—ESTABA DURMIENDO MIENTRAS TE ESPERABA. HE TENIDO UN PEQUEÑO ACCIDENTE EN CHICAGO.
—¿UN ACCIDENTE? —ANNABELLE PARECIÓ IMPRESIONARSE AL PRINCIPIO, LUEGO ADOPTÓ UNA EXPRESIÓN PREOCUPADA—. ¿TE HAS HECHO DAÑO? —ESTABA A PUNTO DE LLORAR. ALEX LA BESÓ RÁPIDAMENTE PARA TRANQUILIZARLA.
—MÁS O MENOS. —AÚN NO SABÍA MUY BIEN QUÉ DECIRLE.
—¿TE HAN PUESTO TIRITAS? —ALEX ASINTIÓ—. ¿PUEDO VERLAS?
ALEX SE ABRIÓ LA BATA CON MANOS TEMBLOROSAS. CARMEN EMITIÓ UN GEMIDO AHOGADO AL VER EL VENDAJE Y LA MIRÓ A LOS OJOS.
—¿TE DUELE? —PREGUNTÓ ANNABELLE, INTRIGADA POR EL TAMAÑO Y EL LUGAR EN QUE TENÍA SU MADRE EL VENDAJE.
—UN POCO —CONFESÓ ALEX—, TENDREMOS QUE SER CUIDADOSOS PARA EVITAR GOLPES.
—¿LLORASTE?
ALEX VOLVIÓ A ASENTIR E INSTINTIVAMENTE MIRÓ A CARMEN, QUE TENÍA LOS OJOS ARRASADOS EN LÁGRIMAS. LA SIRVIENTA TOCÓ LIGERAMENTE EL BRAZO DE ALEX, GESTO QUE LA CONMOVIÓ EN LO MÁS HONDO. ANNABELLE SE FUE CORRIENDO A SU HABITACIÓN PARA COGER UNA MUÑECA, MOMENTO QUE APROVECHÓ CARMEN PARA PROTESTAR.
—¿POR QUÉ NO ME LO DIJO, SEÑORA PARKER? ¿SE ENCUENTRA BIEN?
—CON EL TIEMPO —CONTESTÓ ALEX CATEGÓRICAMENTE.
ANNABELLE VOLVIÓ BRINCANDO CON TRES MUÑECAS Y UN LIBRO. TENÍA MUCHAS COSAS QUE CONTAR DEL BALLET Y DEL COLEGIO. TAMBIÉN HABÍA HECHO UN DIBUJO PARA SU MADRE, Y ESTABA IMPACIENTE POR QUE LLEGARA EL HALLOWEEN. EN EL COLEGIO HARÍAN UN DESFILE Y KATIE LOWENSTEIN DARÍA UNA FIESTA. AL VERLA ALEX SE SINTIÓ RENACER; TENÍA ALGO POR LO QUE LUCHAR.
—¿SE ENCUENTRA BIEN, SEÑORA PARKER? —LE PREGUNTÓ CARMEN REPETIDAS VECES MIENTRAS MADRE E HIJA JUGABAN SOBRE LA CAMA DE ALEX. LUEGO LE LLEVÓ UN SÁNDWICH DE POLLO Y UNA TAZA DE TÉ Y LA INSTÓ A TOMÁRSELO. LIZ LLAMÓ POR TELÉFONO PARA PREGUNTAR CÓMO IBA TODO, Y LE ALEGRÓ NOTAR QUE ESTABA MÁS ANIMADA. SIN EMBARGO, CUANDO ALEX SE QUITÓ LA BATA PORQUE TENÍA CALOR, SE DIO CUENTA DE QUE ANNABELLE SE APARTABA DE ELLA UN POCO. ERA EVIDENTE QUE LA ASUSTABA EL VENDAJE. SIN DECIR NADA, ALEX VOLVIÓ A PONERSE LA BATA Y SE HIZO EL PROPÓSITO DE NO DEJAR QUE ANNABELLE VIERA EL VENDAJE MÁS DE LO ESTRICTAMENTE NECESARIO. EN ALGUNOS ASPECTOS SAM TENÍA RAZÓN. ALEX NECESITABA DE TODO EL AMOR Y EL APOYO DE SU FAMILIA, PERO NO QUERÍA SU COMPASIÓN NI ASUSTARLOS.
MÁS TARDE CARMEN FUE A BUSCAR A LA NIÑA PARA BAÑARLA, PERO ANNABELLE QUISO BAÑARSE CON SU MADRE.
—PUEDES HACERLO EN MI BAÑERA CON MI JABÓN DE POMPAS, CARIÑO, PERO YO NO PUEDO MOJARME EL VENDAJE HASTA LA SEMANA QUE VIENE. —EN EL HOSPITAL LE HABÍAN PUESTO UNA GRAN BOLSA DE PLÁSTICO SOBRE EL VENDAJE PARA QUE PUDIERA DUCHARSE—. TE BAÑAS SIN MÍ, ¿DE ACUERDO? —ANNABELLE ACEPTÓ. ALEX ECHÓ UN VISTAZO AL RELOJ. ERAN LAS CINCO; SAM HABÍA DICHO QUE VOLVERÍA PRONTO, PERO LOS VIERNES ERA UN DÍA DE MUCHO TRABAJO.
EN EFECTO, SAM SE HALLABA EN SU DESPACHO OCUPADO EN LOS DETALLES DE SU ÚLTIMO NEGOCIO.
—¿AÚN TRABAJANDO? —PREGUNTÓ DAPHNE CON TONO CASUAL, ASOMÁNDOSE A SU DESPACHO A LAS CINCO Y CUARTO. SE DISPONÍA A MARCHARSE. ELLA Y SIMON PENSABAN IR A VERMONT CON UNOS AMIGOS DE INGLATERRA. TODO EL MUNDO LES HABÍA HABLADO DEL ESPECTACULAR CAMBIO DEL FOLLAJE OTOÑAL Y DAPHNE HABÍA INSISTIDO EN VERLO.
—ES MUY BONITO —CONFIRMÓ SAM, DESEANDO IRSE CON ELLA. SE PASÓ UNA MANO POR LOS CABELLOS CON AIRE SOMBRÍO. ERA HORA DE VOLVER A CASA, PERO TEMÍA ESE MOMENTO. NI SIQUIERA ANNABELLE PODRÍA ALIVIAR LA TENSIÓN ENTRE SU MUJER Y ÉL.
—¿Y TÚ? ¿VAS A HACER ALGO DIVERTIDO? —PREGUNTÓ DAPHNE, QUE NO TENÍA GANAS DE SEPARARSE DE ÉL. LE PARECIÓ MUY TRISTE Y SOLITARIO, COMO SI NO TUVIERA NINGÚN SITIO ADONDE IR.
—NO. MI MUJER ACABA DE VOLVER DEL HOSPITAL. CREO QUE PASAREMOS UN FIN DE SEMANA CASERO.
—LO SIENTO, SAM —DIJO DAPHNE EN VOZ BAJA, LANZÁNDOLE UNA DE SUS PELIGROSAS MIRADAS, QUE ÉL RECIBIÓ CON UNA SONRISA.
—GRACIAS, DAPHNE. QUE TE DIVIERTAS. NOS VEREMOS EL LUNES. —ELLA ASINTIÓ. SENTÍA DESEOS DE ACERCARSE Y ABRAZARLO, PERO TENÍA UNA EXPRESIÓN TAN SERIA QUE NO SE ATREVIÓ. SE QUEDÓ MIRÁNDOLO UN RATO, LE LANZÓ UN BESO Y SE MARCHÓ, PENSANDO QUE HUBIERA PREFERIDO PASAR EL FIN DE SEMANA CON ÉL Y NO CON SIMON Y SUS AMIGOS.
A LAS CINCO Y MEDIA SAM YA NO TENÍA NINGUNA EXCUSA. SE ENFUNDÓ EL ABRIGO Y SE FUE. CAMINÓ UNAS CUANTAS MANZANAS ANTES DE COGER UN TAXI. AÚN NO ERAN LAS SEIS CUANDO LLEGÓ A CASA Y ALEX LO MIRÓ SORPRENDIDA. ESTABA LEYÉNDOLE UN CUENTO A ANNABELLE MIENTRAS CARMEN PREPARABA LA CENA. LA MUJER HABÍA INSISTIDO EN QUEDARSE TODO EL FIN DE SEMANA.
—HOLA. ¿QUÉ TAL HAS PASADO EL DÍA? —ALEX INTENTÓ HABLAR CON NORMALIDAD, PERO SAM ESTABA INCÓMODO Y RESPONDIÓ COMO SI FUERA UN EXTRAÑO.
—BIEN. LO SIENTO, LLEGO TARDE, PERO HE TENIDO UN DÍA MUY AJETREADO.
—NO PASA NADA. HE ESTADO TODO EL RATO CON ANNABELLE. NOS HEMOS DIVERTIDO MUCHO.
CENARON TODOS EN LA MESA DE LA COCINA. ANNABELLE HABLÓ POR LOS CODOS. A ALEX LE SORPRENDIÓ QUE NO SE DIERA CUENTA DE LA TENSIÓN QUE EXISTÍA ENTRE SUS PADRES. LA NIÑA ERA MUY FELIZ POR VOLVER A TENER A SU MADRE EN CASA, Y NO HACÍA MÁS QUE CONTARLE ANÉCDOTAS, BROMAS, NUEVAS CANCIONES E HISTORIAS ININTELIGIBLES DE SUS AMIGUITOS, ASÍ QUE LA CENA ESTUVO MUY ANIMADA. CARMEN LIMPIÓ LA COCINA MIENTRAS ALEX Y SAM ACOSTABAN A ANNABELLE, PERO CUANDO ELLOS ESTUVIERON EN SU PROPIO DORMITORIO LA CONVERSACIÓN SE EXTINGUIÓ.
—¿VA TODO BIEN EN EL TRABAJO? —INQUIRIÓ ALEX, PREGUNTÁNDOSE POR QUÉ SU MARIDO ESTABA TAN NERVIOSO.
—SÍ. —ÉL NO SABÍA QUÉ PREGUNTARLE. NO QUERÍA OÍR NADA QUE ESTUVIERA RELACIONADO CON SU ENFERMEDAD.
SAM ENCENDIÓ LA TELEVISIÓN, BUSCANDO REFUGIO EN ELLA, Y TERMINÓ QUEDÁNDOSE DORMIDO. LIZ LE HABÍA DICHO A ALEX QUE SU MARIDO HABÍA TENIDO LA MISMA REACCIÓN INICIAL, PERO QUE LUEGO ACABÓ POR ADAPTARSE; TODO ERA CUESTIÓN DE TIEMPO.
SAM SE DESPERTÓ DESPUÉS DEL ÚLTIMO NOTICIARIO Y MIRÓ A ALEX COMO SORPRENDIDO DE ENCONTRARLA A SU LADO. SIN PRONUNCIAR PALABRA SE LEVANTÓ Y FUE AL CUARTO DE BAÑO. ALEX SE HABÍA BAÑADO YA LO MEJOR QUE HABÍA PODIDO Y SE HABÍA PUESTO LA CHAQUETA DE UN PIJAMA SOBRE EL CAMISÓN PARA DISIMULAR EL VENDAJE. CUANDO SAM VOLVIÓ, CON EL PIJAMA PUESTO, PARECIÓ VACILAR ANTES DE METERSE EN LA CAMA.
TENÍA MIEDO DE SU MUJER, COMO SI ÉSTA FUERA A CONTAGIARLE SU ENFERMEDAD, Y SU PROPIA INCAPACIDAD PARA ACEPTAR LA SITUACIÓN LE ATERRORIZABA.
—¿QUÉ TE PASA? —ALEX LO MIRÓ CON PERPLEJIDAD. SAM NO PARECÍA ESTAR SEGURO DE QUERER DORMIR CON ELLA, PERO CARMEN OCUPABA LA HABITACIÓN DE INVITADOS, ASÍ QUE NO TENDRÍA MÁS REMEDIO.
—YO… ¿NO TE…, TE HARÉ DAÑO SI DUERMO CONTIGO?
ALEX SONRIÓ A SU PESAR ANTE EL AIRE TORPE Y AZORADO DE SU MARIDO. EN REALIDAD TODO AQUELLO ERA PATÉTICO.
—NO ME HARÁS DAÑO A MENOS QUE ME DES EN LA CABEZA CON UN ZAPATO. ¿POR QUÉ? —ERA INCREÍBLE; PRIMERO FINGÍA QUE NO HABÍA OCURRIDO NADA Y LUEGO QUERÍA IRSE AL OTRO CONFÍN DE LA TIERRA PARA NO ESTAR CON ELLA—. NO ME VAS A HACER DAÑO, SAM —REPITIÓ ALEX TRANQUILAMENTE.
SAM SE ACOSTÓ, PERO ACTUABA COMO SI ENTRE SU MUJER Y ÉL HUBIERA UN CAMPO DE MINAS. PERMANECIÓ EN EL BORDE DE LA CAMA EN UNA POSTURA RÍGIDA, HACIÉNDOLA SENTIR COMO SI FUERA UNA PARIA.
—¿ESTÁS BIEN? —PREGUNTÓ SAM CON CIERTO NERVIOSISMO ANTES DE APAGAR LA LUZ—. ¿NECESITAS ALGO?
—ESTOY BIEN. —AL MENOS LO BASTANTE BIEN COMO PARA ESTAR TENDIDA AL LADO DE SU MARIDO, PERO ÉL SE DURMIÓ, SIEMPRE EN EL BORDE DE LA CAMA. ALEX PERMANECIÓ DESPIERTA, LLORANDO.
A LA MAÑANA SIGUIENTE SAM SE DESPERTÓ ANTES QUE ALEX, Y CUANDO ÉSTA SE LEVANTÓ ÉL Y ANNABELLE YA ESTABAN VESTIDOS Y CHARLABAN SOBRE IR A CENTRAL PARK PARA HACER VOLAR UNA COMETA QUE SAM LE HABÍA COMPRADO A SU HIJA.
—¿QUIERES VENIR? —PREGUNTÓ ÉL, INDECISO. ALEX NEGÓ CON LA CABEZA. AÚN ESTABA MUY CANSADA.
—OS ESPERARÉ AQUÍ. LUEGO ANNABELLE Y YO PODRÍAMOS HACER GALLETAS —DIJO, INTENTANDO VOLVER A FORMAR PARTE DE LA RUTINA FAMILIAR.
—¡BIEN! —EXCLAMÓ ANNABELLE.
PADRE E HIJA SE FUERON MEDIA HORA DESPUÉS MUY ENTUSIASMADOS. SAM SE HABÍA MOSTRADO AÚN MENOS COMUNICATIVO CON ALEX QUE CUANDO ELLA SE HALLABA EN EL HOSPITAL. ERA PARA DESQUICIAR LOS NERVIOS DE CUALQUIERA.
VOLVIERON A LA HORA DE COMER. ALEX LES HABÍA PREPARADO SOPA Y SÁNDWICHES. CARMEN SE HABÍA IDO A SU CASA POR UNAS HORAS CON LA PROMESA DE VOLVER LUEGO, A PESAR DE LAS PROTESTAS DE ALEX.
ANNABELLE EXPLICÓ A SU MADRE CON GRAN EXCITACIÓN QUE LA COMETA HABÍA VOLADO MUY ALTO, CERCA DEL ESTANQUE PARA BARCOS DE MODELISMO, PERO QUE LUEGO SE HABÍA ENGANCHADO EN UN ÁRBOL Y PAPÁ HABÍA TENIDO QUE TREPAR PARA RECUPERARLA.
—BUENO, NO HE TENIDO QUE TREPAR TANTO —CONFESÓ ÉL. SE LO HABÍAN PASADO EN GRANDE, Y HABÍAN COMPRADO CASTAÑAS Y GALLETAS SALADAS.
ALEX SE HABÍA PEINADO Y VESTIDO MIENTRAS ESTABAN FUERA. LLEVABA UN SUÉTER AMPLIO Y TEJANOS. APENAS SE NOTABA EL VENDAJE Y QUE LE FALTARA UN PECHO, PERO ANNABELLE SE DIO CUENTA MÁS TARDE, CUANDO ESTABA SENTADA EN SU REGAZO, APOYADA CONTRA ELLA.
—LA TETITA MALA SE HA HECHO MÁS PEQUEÑA, MAMI —DIJO, MIRANDO FIJAMENTE EL PECHO DE SU MADRE—. ¿SE TE HA CAÍDO AL DARTE EL GOLPE?
—MÁS O MENOS. —ALEX SONRIÓ Y PROCURÓ MANTENER LA COMPOSTURA. TARDE O TEMPRANO HABRÍA DE CONTÁRSELO A SU HIJA. MEJOR QUE APROVECHARA ESE MOMENTO. SAM SE ENCONTRABA EN OTRA HABITACIÓN, Y CUANDO VOLVIÓ SE SORPRENDIÓ AL OÍR LO QUE DECÍAN.
—¿SERÁ DIFERENTE CUANDO TE QUITES EL VENDAJE? ¿SE HA IDO DEL TODO? —A ANNABELLE LE ASOMBRABA QUE UNA PARTE DE SU MADRE HUBIERA PODIDO DESAPARECER.
—QUIZÁ. AÚN NO ME HE MIRADO.
—¿SE HA CAÍDO ELLA SOLA?
—NO, PERO ME HE HECHO MUCHO AÑO. —ALEX NO QUERÍA MENTIR NI ASUSTARLA—. POR ESO LLEVO ESTE VENDAJE TAN GRANDE.
—¿CÓMO OCURRIÓ? —INSISTIÓ ANNABELLE.
SAM MIRÓ A SU MUJER CON INDIGNACIÓN. AFORTUNADAMENTE ANNABELLE FUE A BUSCAR UNO DE SUS JUGUETES Y SE OLVIDÓ DE SU PREGUNTA, LO QUE ALEX AGRADECIÓ DE TODO CORAZÓN, PORQUE NO SABÍA QUÉ DECIR.
—¿POR QUÉ HAS TENIDO QUE CONTÁRSELO? SÓLO TIENE TRES AÑOS Y MEDIO, ALEX. NO NECESITA FORMAR PARTE DE TODO ESTO. —TAMPOCO ÉL, Y TENÍA CASI CINCUENTA.
—NI YO, SAM, PERO NO NOS QUEDA MÁS REMEDIO QUE ACEPTARLO. ADEMÁS, ME LO HA PREGUNTADO. ESTABA SENTADA EN MI REGAZO Y SE HA DADO CUENTA.
—ENTONCES NO LA SIENTES EN EL REGAZO. HAY MIL MANERAS DE EVITARLO.
—YA LO HE NOTADO. Y TÚ LAS HAS ENCONTRADO TODAS.
POR LA TARDE, SAM SORPRENDIÓ A SU MUJER DICIÉNDOLE QUE TENÍA QUE IR A LA OFICINA, LO QUE NO SOLÍA HACER PRÁCTICAMENTE NUNCA DURANTE EL FIN DE SEMANA. ESTABA CLARO QUE DESEABA ALEJARSE DE ELLA.
ERAN LAS TRES CUANDO SAM SE FUE. ALEX SE ALEGRÓ; NO PODÍA SOPORTAR LA ATMÓSFERA OPRESIVA QUE EXISTÍA ENTRE ELLOS. ALEX Y ANNABELLE PREPARARON GALLETAS Y LUEGO VIERON PETER PAN Y LA SIRENITA.
—¿POR QUÉ PAPÁ ESTÁ ENFADADO CONTIGO? —QUISO SABER ANNABELLE MIENTRAS PREPARABAN LA MASA DE LAS GALLETAS, DEJANDO ATÓNITA A SU MADRE.
—¿POR QUÉ CREES QUE ESTÁ ENFADADO CONMIGO? —INQUIRIÓ, INTRIGADA POR LA INTUICIÓN DE LA NIÑA.
—NO TE HABLA CASI NUNCA.
—QUIZÁ ESTÉ CANSADO —EXPLICÓ ALEX, AMASANDO MIENTRAS ANNABELLE COGÍA GRANDES TROZOS Y SE LOS COMÍA.
—TE ECHABA DE MENOS CUANDO NO ESTABAS, Y YO TAMBIÉN —DIJO ANNABELLE CON SERIEDAD—. TAL VEZ SE ENFADÓ PORQUE TE FUISTE.
—TAL VEZ. SEGURO QUE SE LE HABRÁ PASADO CUANDO VUELVA A CASA. —BESÓ A SU HIJA EN LA PUNTA DE LA NARIZ Y LE TENDIÓ OTRO TROZO DE MASA PARA QUE SE LO COMIERA.
MIENTRAS TANTO, SAM SE HALLABA EN SU DESPACHO CON EXPRESIÓN TACITURNA. TENÍA MUY POCO TRABAJO EN QUE OCUPARSE. SUS NEGOCIOS EXIGÍAN EL CONTACTO CON LOS CLIENTES, NO LAS INGENTES CANTIDADES DE DOCUMENTOS QUE MANEJABA ALEX EN EL SUYO. SE HABÍA IDO A LA OFICINA PARA ESCAPAR DE CASA Y AHORA QUE SE ENCONTRABA ALLÍ SE SENTÍA ESTÚPIDO.
—¿QUÉ ESTÁS HACIENDO AQUÍ? —LA VOZ PROCEDÍA DE LA PUERTA. SAM ALZÓ LA VISTA CON UN RESPINGO. CREÍA QUE NO HABÍA NADIE EN LAS OFICINAS. LA ALARMA ESTABA PUESTA AL LLEGAR Y EL VIGILANTE DE LA PLANTA BAJA NO LE HABÍA DICHO QUE HUBIERA ALGUIEN. ERA DAPHNE; SEGURAMENTE ACABABA DE LLEGAR. VESTÍA UN JERSEY NEGRO MUY AJUSTADO Y UNOS ELÁSTICOS NEGROS QUE HACÍAN MÁS LARGAS AÚN SUS PIERNAS. LLEVABA EL PELO RECOGIDO EN UNA LARGA TRENZA Y UNOS BOTINES DE ANTE NEGRO DE ASPECTO MUY INGLÉS.
—PENSABA QUE ESTABAS EN VERMONT —COMENTÓ SAM, AÚN SORPRENDIDO.
—EN TEORÍA DEBERÍA ESTAR ALLÍ, PERO SIMON HA COGIDO LA GRIPE Y SUS AMIGOS NO QUERÍAN IRSE SIN ÉL, ASÍ QUE NOS HEMOS QUEDADO TODOS. HABÍA PENSADO APROVECHAR LA CIRCUNSTANCIA PARA ADELANTAR UN POCO DE TRABAJO. ESPERO QUE NO TE IMPORTE, SAM, NO QUERÍA SER INOPORTUNA. PARECÍAS A MILES DE KILÓMETROS DE DISTANCIA CUANDO HE ENTRADO —OBSERVÓ CON TONO COMPRENSIVO Y SU AIRE TAN SEXY Y JUVENIL—. ¿QUÉ TAL VAN LAS COSAS?
—NO DEMASIADO BIEN; SI NO, NO ESTARÍA AQUÍ —CONTESTÓ ÉL CON SINCERIDAD, ESTIRANDO LAS PIERNAS POR DEBAJO DE LA MESA Y JUGUETEANDO CON UN LÁPIZ. ERA EXTRAÑO QUE PUDIERA HABLAR CON ELLA Y EN CAMBIO NO FUERA CAPAZ DE DECIRLE NADA A ALEX. SE LEVANTÓ Y SE ACERCÓ A DAPHNE—. NI SIQUIERA SÉ PARA QUÉ HE VENIDO. —LA MIRÓ TRISTEMENTE Y LUEGO SONRIÓ—. QUIZÁ TENÍA EL PRESENTIMIENTO DE QUE TE ENCONTRARÍA.
—ESO NO ES DIGNO DE TI —SE BURLÓ ELLA—, PERO LO ACEPTARÉ. ¿TE APETECE UNA TAZA DE CAFÉ?
—SÍ, ME ENCANTARÍA. —LA SIGUIÓ HACIA EL CUARTO EN EL QUE TENÍAN LA CAFETERA, OLIENDO SU LEVE Y CÁLIDO PERFUME DE ALMIZCLE—. LO SIENTO —DIJO DE PRONTO, CUANDO ELLA SE DIO LA VUELTA PARA MIRARLO—, ESTA SEMANA ME HE ESTADO COMPORTANDO COMO UN PERFECTO IDIOTA. NO SÉ LO QUE ME HAGO. HA SIDO UN INFIERNO Y NO TENÍA DERECHO A DESQUITARME CONTIGO.
—SI CENAR CONMIGO EN LE CIRQUE Y LUEGO LLEVARME A BAILAR ES «DESQUITARSE» CONMIGO, POR FAVOR, NO DEJES DE HACERLO SIEMPRE QUE QUIERAS, SAM —DIJO ELLA, SONRIENDO PROVOCATIVAMENTE. NO OBSTANTE, NO TODO ERA ATRACCIÓN SEXUAL, TAMBIÉN PARECÍA SINCERAMENTE PREOCUPADA POR ÉL, Y A SAM LE HALAGABA. PERO ENTONCES ELLA LE FORMULÓ UNA PREGUNTA PARA LA QUE NO ESTABA PREPARADO Y QUE LE HIZO SENTIR UN NUDO EN EL ESTÓMAGO—. ¿SE ESTÁ MURIENDO TU MUJER, SAM? —PREGUNTÓ EN VOZ MUY BAJA.
—PODRÍA SER —RESPONDIÓ AL CABO DE UN MOMENTO—. NO LO SÉ. CREO QUE ESTÁ MUY ENFERMA, AUNQUE YO NO ACABO DE COMPRENDERLO.
—¿ES CÁNCER LO QUE TIENE?
—LE HAN EXTIRPADO UN PECHO ESTA SEMANA —EXPLICÓ SAM, TRAS ASENTIR—, Y AHORA VAN A TRATARLA CON QUIMIOTERAPIA.
—QUÉ DIFÍCIL PARA TI Y PARA TU HIJITA. —TODA SU SIMPATÍA ESTABA CON SAM, NADA PARA ALEX.
—SUPONGO QUE SÍ… O QUE LO SERÁ… ESO DE LA QUIMIOTERAPIA PARECE ALGO HORRIBLE. NO ESTOY SEGURO DE QUE YO LO HICIERA.
—ESO ES LO QUE DECIMOS TODOS, HASTA QUE NOS ENCONTRAMOS CON EL PROBLEMA Y TENEMOS QUE LUCHAR CON UÑAS Y DIENTES, Y PROBAR CUALQUIER COSA PARA CURARNOS. MI PADRE MURIÓ EL AÑO PASADO. LO PROBÓ TODO, INCLUSO UNA ESPECIE DE PÍLDORAS MÁGICAS DE VUDÚ QUE ADQUIRIÓ EN JAMAICA. NO PUEDO CULPAR A TU MUJER POR INTENTARLO, PERO SERÁ UNA PESADILLA PARA TI. POBRE SAM. —SE ENCONTRABAN DE PIE EN EL PEQUEÑO CUARTO SIN VENTILACIÓN MIENTRAS SE HACÍA EL CAFÉ. LA VOZ DE DAPHNE NO ERA MÁS QUE UN SUSURRO.
—NO DEBERÍAS COMPADECERME A MÍ —REPLICÓ SAM, SUSURRANDO A SU VEZ, SIN SABER EN REALIDAD POR QUÉ HABLABAN TAN BAJO, SI NO HABÍA NADIE MÁS ALLÍ, PERO ANSIOSO POR ACERCARSE MÁS A ELLA Y HABLARLE CON UN ARRULLO APENAS—. YO ESTOY BIEN…
—PERO NO ERES TÚ MISMO —REPLICÓ DAPHNE, E HIZO ALGO QUE COGIÓ A SAM COMPLETAMENTE DESPREVENIDO. LE RODEÓ EL CUELLO CON LOS BRAZOS, LE ACARICIÓ LA NUCA HASTA CAUSARLE ESCALOFRÍOS Y LO BESÓ. SAM NOTÓ QUE SU CUERPO REACCIONABA CON UN ÍMPETU QUE LLEGÓ A ASUSTARLE Y QUE A DURAS PENAS PUDO CONTROLAR. HUBIERA DESEADO ARRANCARLE LOS PANTALONES ELÁSTICOS Y TUMBARLA EN EL SUELO, PERO NO SE ATREVIÓ MÁS QUE A BESARLA Y A RECORRER SU CUERPO ÁVIDAMENTE CON LAS MANOS. DAPHNE ERA TODO MÚSCULO, CON UN VIENTRE LISO Y DURO Y UN TRASERO ESPLÉNDIDO Y PEQUEÑO. TENÍA CUERPO DE BAILARINA DE BALLET CON SENOS ABUNDANTES. EL BESO SE PROLONGABA, INTENSO Y PROFUNDO. FUE DAPHNE QUIEN SE SEPARÓ PRIMERO, SIN RESPIRACIÓN. HABÍA INICIADO UNA AVALANCHA QUE NI ELLA MISMA PODÍA YA DETENER—. OH, DIOS MÍO, SAM…, NO PUEDO… OH, DIOS…, CÓMO TE DESEO…
—YO TAMBIÉN TE DESEO —DIJO SAM CON VOZ RONCA, DEVORANDO EL CUELLO Y LOS SENOS DE DAPHNE CON LOS LABIOS. SE ARRODILLÓ LUEGO ANTE ELLA Y EMPEZÓ A MORDISQUEAR SU ENTREPIERNA. DAPHNE EMITIÓ UN LARGO GEMIDO. DE REPENTE SAM CAYÓ EN LA CUENTA DE LO QUE ESTABA HACIENDO.
—DAPHNE…, NO PODEMOS… —VOLVIÓ A PONERSE EN PIE, ABRAZÁNDOLA ESTRECHAMENTE, SINTIÉNDOSE MÁS CULPABLE QUE NUNCA, PERO CONSUMIDO POR LA PASIÓN—. NO PUEDO. NO TENGO DERECHO A COMPLICAR TU VIDA DE ESTA FORMA… NI A HACERLE ESTO A MI MUJER.
—NO ME IMPORTA —REPLICÓ DAPHNE—. SOY UNA MUJER ADULTA, QUE TOMA SUS PROPIAS DECISIONES.
—NO NOS LLEVARÁ A NINGUNA PARTE… MERECES ALGO MEJOR. ESTOY MEDIO LOCO DE DESEO POR TI. LO HE ESTADO DESDE QUE TE CONOCÍ, PERO ¿QUÉ ES ESO PARA TI?
—UN REVOLCÓN, ESPERO. —SE ECHÓ A REÍR.
—QUISIERA DARTE ALGO MEJOR, PERO NO TENGO NADA. AHORA NO. TODAVÍA NO. Y QUIZÁ NUNCA LO TENGA.
—SERVIRÍA PARA EMPEZAR —DIJO ELLA JUGUETONAMENTE—. NO PIDO MUCHO.
—DEBERÍAS HACERLO. TE LO MERECES. —Y ENTONCES, SIN DECIR MÁS, VOLVIERON A BESARSE, PROLONGADAMENTE, HASTA QUE NINGUNO DE LOS DOS PUDO SOPORTARLO MÁS—. VAMOS A TENER QUE HACER ALGO SI ESTO SIGUE ASÍ. —SE RIERON POR LA ERECCIÓN QUE ERA EVIDENTE A TRAVÉS DE LOS TEJANOS DE SAM, Y QUE DAPHNE ACARICIABA SIN CESAR.
—YO IBA A SUGERIR LO MISMO. —DAPHNE SONRIÓ Y LE BESÓ UNA VEZ MÁS. LUEGO SE ARRODILLÓ PARA MORDISQUEARLE EL BULTO DE LA ENTREPIERNA.
—PARA —DIJO ÉL SIN CONVICCIÓN—. NO…, NO SIGAS… DIOS MÍO, DAPHNE… DENTRO DE NADA TE VOY A JURAR AMOR ETERNO SI NO PARAS.
—ESPERABA QUE LO HICIERAS. —LE SONRIÓ CON AIRE TRAVIESO Y SE LEVANTÓ PARA SERVIRLE UNA TAZA DE CAFÉ.
—¿CÓMO ES POSIBLE QUE ESTÉ HACIENDO ESTO? —SE PREGUNTÓ SAM, PENSANDO EN SU FAMILIA.
—A VECES OCURRE. SON LAS REALIDADES DE LA VIDA. NO SIEMPRE FUNCIONA TODO TAL COMO LO HABÍAMOS PLANEADO. EN REALIDAD NO SÉ SI FUNCIONA ALGUNA VEZ. EN MI VIDA AL MENOS NO.
—EN ESTOS MOMENTOS LA MÍA ES UN DESASTRE.
—¿ESTÁS MUY UNIDO A ELLA? —INQUIRIÓ DAPHNE, MIENTRAS SE TOMABAN EL CAFÉ.
—CREÍA QUE SÍ, PERO PARECE QUE AHORA YA NO PODEMOS HABLAR DE NADA. LO ÚNICO QUE EXISTE ENTRE NOSOTROS ES SU ENFERMEDAD. SÓLO PIENSA EN ELLA, SÓLO LA ENFERMEDAD LE INTERESA. NO PUEDO SOPORTARLO MÁS.
—NO SE LA PUEDE CULPAR, PERO CREO QUE ESPERA DEMASIADO DE TI, ¿NO?
—SUPONGO QUE SE LO DEBO. —SAM DECIDIÓ CONTAR SU MÁS RECÓNDITO SECRETO—. MI MADRE MURIÓ DE CÁNCER CUANDO YO TENÍA CATORCE AÑOS. LA ODIÉ POR ESO. TODO LO QUE RECUERDO DE ELLA ES LO ENFERMA QUE ESTABA, QUE SIEMPRE LA ESTABAN OPERANDO Y QUE NO HABLABA DE OTRA COSA. LA CORTARON EN PEDAZOS HASTA QUE EL FINAL LA MATARON. Y SU MUERTE MATÓ A MI PADRE. YO ME SENTÍA COMO SI MI MADRE HUBIERA INTENTADO MATARNOS A TODOS CON ELLA, SÓLO QUE YO ME RESISTÍ, ME NEGUÉ A FORMAR PARTE DE SU TRAGEDIA. ES LO MISMO QUE SIENTO AHORA CON ALEX. ES COMO SI TUVIERA QUE ALEJARME DE ELLA PARA SALVARME. —SE SENTÍA MEJOR DESPUÉS DE HABER HECHO ESTA TERRIBLE CONFESIÓN. DAPHNE PARECÍA COMPRENDERLE, MIENTRAS QUE ALEX ESTABA DEMASIADO ENCERRADA EN SÍ MISMA PARA VER EL TERROR QUE SE HABÍA APODERADO DE ÉL.
—PERO NO PUEDES HACERLO SOLO, ¿VERDAD? —COMENTÓ DAPHNE CON SU PECULIAR VOZ RONCA QUE A ÉL LE HACÍA ENLOQUECER.
—NO ESTOY SEGURO. CREO QUE DEBERÍA INTENTARLO, PERO TÚ NO ME LO ESTÁS PONIENDO FÁCIL.
—EN REALIDAD —DIJO ELLA, VOLVIENDO A ACARICIAR EL BULTO DE SUS TEJANOS HASTA QUE CRECIÓ BAJO EL TACTO Y OBLIGÓ A SAM A CERRAR LOS OJOS POR EL PLACER QUE LE CAUSABA—, PENSABA QUE TE LO ESTABA PONIENDO MÁS DURO.
—DESDE LUEGO. —LA BESÓ, DESEÁNDOLA MÁS QUE NUNCA, PERO RESUELTO A NO TENERLA. NO ESTABA OBLIGADO A ENTREGAR SU ALMA A ALEX, PERO AL MENOS DEBÍA SERLE FIEL. SIMPLEMENTE ERA CUESTIÓN DE MALA SUERTE QUE DAPHNE SE HUBIERA CRUZADO EN SU CAMINO EN AQUELLOS MOMENTOS. O QUIZÁ ERA LO QUE EL DESTINO LE DEPARABA COMO COMPENSACIÓN POR LO QUE ESTABA PERDIENDO.
PERMANECIERON EN AQUEL CUARTO LARGO RATO. HABÍA ANOCHECIDO YA CUANDO SE PERCATARON DEL TIEMPO TRANSCURRIDO. SAM SE SENTÍA COMO SI HUBIERAN PASADO DÍAS. SE ABRAZARON POR ÚLTIMA VEZ. DAPHNE LAVÓ LAS TAZAS Y LAS GUARDÓ, LUEGO LO ACOMPAÑÓ A SU DESPACHO.
—¿VAS A QUEDARTE? —PREGUNTÓ SAM. ÉL NO TENÍA DESEO NINGUNO DE MARCHARSE, PERO DEBÍA HACERLO.
—ME LLEVARÉ EL TRABAJO A CASA —CONTESTÓ ELLA. SAM LA SIGUIÓ HASTA SU DESPACHO Y ALLÍ VOLVIÓ A BESARLA. DAPHNE CAYÓ SOBRE SU MESA ABRAZADA A SAM, PERO ÉSTE RESISTIÓ LA TENTACIÓN DE HACERLA SUYA UNA VEZ MÁS. LO CONSIGUIÓ A DURAS PENAS, PORQUE LOS PANTALONES ELÁSTICOS QUE LLEVABA DAPHNE NO CONSEGUÍAN OCULTAR SUS ENCANTOS. AL FINAL ACABÓ QUITÁNDOLE EL JERSEY Y SE QUEDÓ MARAVILLADO ANTE LA BELLEZA DE SUS PECHOS, CUYOS PEZONES ERECTOS ACARICIÓ Y BESÓ SIN CESAR.
AL CABO DE MEDIA HORA DAPHNE VOLVIÓ A PONERSE EL JERSEY Y FINALMENTE ABANDONARON LA OFICINA. ERAN CASI LAS SIETE. SE METIERON EN UN TAXI. SAM SE SINTIÓ COMO UN ADOLESCENTE CUANDO EMPEZÓ A METERLE MANO EN EL ASIENTO DE ATRÁS MIENTRAS ELLA SE REÍA DISIMULADAMENTE.
—SERÁ MEJOR QUE CIERRES CON LLAVE LA PUERTA DE TU DESPACHO —LE ADVIRTIÓ SAM—. NO ESTOY SEGURO DE QUE PUEDA CONTROLARME CUANDO TE VEA.
LA DEJÓ EN LA CALLE 53 ESTE, DONDE DAPHNE HABÍA ALQUILADO UN APARTAMENTO EN UN ANTIGUO EDIFICIO. HABÍA PERTENECIDO A UNA ESTRELLA DE CINE, DE LA QUE AÚN QUEDABAN ALGUNOS MUEBLES, PERO DAPHNE AFIRMABA QUE ESTABAN YA MUY DESVENCIJADOS.
—¿QUIERES SUBIR? —LE INVITÓ, CUANDO YA HABÍA BAJADO DEL TAXI, PERO SAM NEGÓ CON LA CABEZA.
—NO CONFÍO EN MÍ.
—YO TAMPOCO —DIJO ELLA ENTRE RISAS. DE REPENTE SE PUSO SERIA Y LE COGIÓ UNA MANO—. VUELVE SIEMPRE QUE QUIERAS. AUNQUE SÓLO SEA PARA CHARLAR. ESTARÉ AQUÍ ESPERÁNDOTE, SAM. AUNQUE AHORA TE PAREZCA UNA LOCURA…, CREO QUE TE QUIERO.
—POR FAVOR…, NO…, YO NO PUEDO…, PERO GRACIAS. —LE DIO UN LEVE BESO. DAPHNE RETROCEDIÓ Y SE DESPIDIÓ CON LA MANO, MIENTRAS SAM ANOTABA MENTALMENTE LA DIRECCIÓN, A PESAR DE REPROCHÁRSELO.
LLEGÓ A CASA A LAS OCHO MENOS DIEZ. ALEX LE AGUARDABA CON CARA LARGA, PERO NO DIJO NADA. POR UN MOMENTO SAM CREYÓ OLER EL PERFUME DE DAPHNE Y FUE A LAVARSE LAS MANOS Y A CAMBIARSE EL SUÉTER.
—DEBÍAS DE TENER MUCHO TRABAJO —DIJO ALEX CAUTELOSAMENTE DESPUÉS DE ACOSTAR A ANNABELLE. CARMEN HABÍA ACABADO YA DE FREGAR LOS PLATOS Y SE HABÍA METIDO EN LA HABITACIÓN DE INVITADOS.
—SÍ.
—EL NEGOCIO DEBE DE IR MUY BIEN. ANTES NUNCA TENÍAS QUE TRABAJAR LOS FINES DE SEMANA.
—SIMON NOS HA TRAÍDO MUCHOS CLIENTES NUEVOS. ES FANTÁSTICO.
—¿Y VIGILAS CÓMO MANEJA ÉL LAS COSAS? QUIZÁ SU ESTILO NO SEA COMO EL TUYO O EL DE TOM Y LARRY. NO QUERRÁS QUE LUEGO RESULTE SER UN FIASCO Y OS JODA EL NEGOCIO.
—NO LO VA A HACER. EN LONDRES TIENE REPUTACIÓN DE ATRAER A GRANDES CLIENTES Y MUCHO DINERO.
—¿DINERO LIMPIO?
—POR SUPUESTO. —SAM VOLVIÓ A ENOJARSE. ELLA SIEMPRE TENÍA QUE SOSPECHAR DE TODO. TAMBIÉN ÉL RECELABA DE SIMON AL PRINCIPIO, PERO AHORA ESTABA CONVENCIDO DE QUE DARÍA UN GRAN EMPUJE AL NEGOCIO. Y HABÍA CONOCIDO A DAPHNE GRACIAS A ÉL… ¿QUÉ MÁS PODÍA PEDIR? CUANDO SE SENTARON A CENAR, SEGUÍA PENSANDO EN ELLA.
—¿Y EN QUÉ HAS ESTADO TRABAJANDO? —QUISO SABER ALEX.
SAM ESTUVO A PUNTO DE ATRAGANTARSE CON LA ENSALADA AL OÍR SU PREGUNTA.
—NO GRAN COSA… CIERTOS ASUNTOS… DE CONTABILIDAD.
—¿DESDE CUÁNDO TE OCUPAS DE ESO? —ALEX PARECÍA ESCÉPTICA, PERO NO SUSPICAZ. PARA ELLA ERA EVIDENTE QUE SU MARIDO SE LIMITABA A MANTENERSE ALEJADO.
LA CENA NO FUE NADA CORDIAL, NI SIQUIERA INTERESANTE. PARECÍAN NO ENCONTRAR LOS TEMAS QUE PUDIERAN INTERESAR A AMBOS, LO QUE NO ERA FRECUENTE, PERO AL MENOS ESTABAN JUNTOS. ALEX SE DIJO QUE LO PEOR HABÍA OCURRIDO YA, O CASI, Y QUE LO ÚNICO QUE LE QUEDABA POR HACER ERA SOBREVIVIR AL TRATAMIENTO. CON EL TIEMPO LAS AGUAS DE SU MATRIMONIO VOLVERÍAN A SU CAUCE. ESTABA SEGURA.
SIN EMBARGO, SAM MOSTRÓ AL ACOSTARSE LA MISMA PRUDENCIA QUE LA NOCHE ANTERIOR. ERA SOLÍCITO Y CORTÉS, PERO NO SE ACERCABA A ELLA. UNA VEZ MÁS, CUANDO ÉL SE HUBO DORMIDO, ALEX LLORÓ. UN PEQUEÑO BESO O UN ABRAZO HUBIERAN BASTADO.
LA TENSIÓN ERA TAN GRANDE QUE AMBOS SE SINTIERON ALIVIADOS CUANDO ACABÓ EL FIN DE SEMANA. SAM FUE A TRABAJAR A LAS OCHO DE LA MAÑANA DEL LUNES. ALEX LLEVÓ A ANNABELLE AL COLEGIO. A LAS NUEVE TENÍA CITA CON EL DOCTOR HERMAN, PARA QUE LE REVISARA LAS SUTURAS Y EL VENDAJE. ALEX SENTÍA PÁNICO ANTE LA INMINENCIA DE LO QUE PODÍA VER CUANDO LE CAMBIARA EL VENDAJE, PERO AÚN SE HUBIERA SENTIDO PEOR SI HUBIERA ADIVINADO LO QUE SAM ESPERABA VER AL LLEGAR A SU OFICINA. DAPHNE VESTÍA UN SUCINTO TRAJE AZUL MARINO DE CHANEL, CUYA MINIFALDA DEJABA AL DESCUBIERTO LAS LARGAS PIERNAS. QUERÍA CONFIRMAR A SAM QUE LO OCURRIDO EL SÁBADO NO HABÍA SIDO UN ERROR Y QUE NO SE ARREPENTÍA. DESEABA A SAM MÁS DE LO QUE HABÍA DESEADO A NINGÚN HOMBRE EN MUCHO TIEMPO, Y ASÍ SE LO DIJO.
—SÓLO QUIERO QUE SEPAS —LE SUSURRÓ, CERRANDO LA PUERTA DEL LUJOSO DESPACHO DE SAM— QUE ESTOY ENAMORADA DE TI. NO TIENES QUE HACER NADA. NI SIQUIERA DESEARME, PERO YO TE ESPERARÉ A CUALQUIER HORA Y DEL MODO EN QUE A TI TE CONVENGA. TE ACEPTO TAL COMO ERES, CON TUS RESPONSABILIDADES. TE AMO, SAM. Y SOY TUYA CUANDO ME QUIERAS.
SAM LA BESÓ CON TODA LA ANGUSTIA Y LA AVIDEZ QUE SENTÍA, Y DAPHNE LE DEVOLVIÓ EL BESO ANTES DE RETROCEDER, SONREÍR Y ABANDONAR EL DESPACHO EN SILENCIO.