El problema de la evaluación de los logros educativos de los estudiantes en diferentes períodos de la sociedad siempre ha despertado gran interés no sólo entre los profesores, sino también entre los pensadores y las figuras públicas. La historia de la formación y el desarrollo de la evaluación como proceso y resultado se remonta a la antigüedad.
En China, las primeras referencias al control del conocimiento y los resultados del aprendizaje de los estudiantes se encuentran durante el período confuciano (551-479 a.C.). Según Confucio, la educación debería haberse basado en el diálogo entre el profesor y el alumno, en la clasificación y comparación de hechos y fenómenos, y en la imitación de muestras. La educación escolar fue reconocida como necesaria en la vida humana: "Sólo cuando empiezas a aprender, aprendes sobre tu propia imperfección y tienes la oportunidad de autoeducarte. En la antigüedad no había marcas, sólo se utilizaban formas verbales de evaluación. Todo el entrenamiento se basaba en el temor al castigo físico de los alumnos por el fracaso y el mal comportamiento. El desarrollo de la aspiración al conocimiento no era el propósito de la formación y la educación. En los siglos XVI-XVII, las escuelas jesuitas comenzaron a utilizar marcas de puntos. Con el fin de alentar y castigar a los jesuitas introdujeron un sistema de calificaciones en puntos. En el proceso de estudio había un control escrito, y al final del año había un examen.
Todos los alumnos fueron divididos entre los mejores y los peores. Los mejores se sentaban delante en los bancos, mientras que los peores estaban en los bancos traseros.
El primer sistema de marcas que apareció en Alemania fue de tres puntos. Cada puntaje marcó el lugar del alumno en la clase. Así, todos los alumnos fueron divididos en los mejores, medios y peores por el número de puntos. Más tarde, el promedio de calificaciones se dividió en dos clases y se obtuvo una escala de cinco puntos. La nota más alta y la tasa de éxito más alta fue una, y las cinco mejores fueron las más bajas. Mostrando un alto rendimiento en el conocimiento, el estudiante podía obtener la puntuación más alta, lo que le daba a los estudiantes una serie de privilegios y ventajas. Por primera vez la idea de controlar el conocimiento, las habilidades y las destrezas fue teóricamente basada por J. A. Comenius en su obra "La Gran Didáctica" en el siglo XVII. De acuerdo con el sistema de clases presenciales, para comprobar la fuerza de los conocimientos, el profesor debe comprobar las tareas de cada lección, realizar: pruebas diurnas, semanales, mensuales, y en un trimestre y al final del año escolar realizar pruebas públicas, que determinaron los alumnos más fuertes.
En Rusia, las reformas de Pedro el Grande desempeñaron un papel importante en el establecimiento del sistema de evaluación.
Fue en ese momento cuando se abrió un gran número de escuelas, empezaron a aparecer nuevas instituciones educativas y se iniciaron los exámenes. El período de mayor desarrollo de los negocios escolares en Rusia en el siglo XVIII fue el reinado de Catalina II. El director del distrito escolar de Kiev, F. Bradke, intentó por primera vez evaluar los conocimientos con cifras. Para cada asignatura y clase se establecieron notas y "número anual de puntos" Estas reglas estuvieron en vigor hasta el 29 de enero de 1837. febrero de 1846 el Ministerio de Educación aprobó (por 4 años) una disposición temporal sobre un sistema de cinco puntos de evaluación del conocimiento. En las instituciones educativas de Rusia se introdujo oficialmente la marca, siempre que fuera conveniente, sencilla y beneficiosa para los profesores.
El sistema de cinco puntos de evaluación del conocimiento se ha extendido muy rápidamente por toda Rusia y sigue existiendo. Durante la segunda mitad del siglo XIX, el sistema de puntos fue criticado, y se trataba principalmente de una elección de sistema: tres puntos, seis puntos, diez puntos, doce puntos, cien puntos, digital o verbal. Para el siglo XX, había cada vez más partidarios de la educación sin marca, y en 1918, se adoptó un decreto para abolir la puntuación de los conocimientos de los estudiantes. La práctica introdujo notificaciones a los padres sobre el fracaso de los hijos, las características individuales de los estudiantes, y tuvieron en cuenta no sólo el rendimiento académico, sino también la actividad socialmente útil del estudiante en la escuela y fuera de ella. Debido a la abolición del sistema de puntuación, el rendimiento de los alumnos se deterioró y en 1932 se restableció el principio del registro sistemático de los conocimientos de cada alumno.
El sistema de evaluación de cuatro puntos se aplicó en las escuelas: muy bueno ("och. chorus"), bueno ("chorus"), satisfactorio ("ud."), insatisfactorio ("ud."). En 1935, el SNK de la URSS y el Comité Central del Partido Comunista Unificado de los Bolcheviques (bolcheviques) emitieron una resolución "Sobre la organización del trabajo educativo y los reglamentos internos en las escuelas primarias, secundarias y preparatorias incompletas". Este documento establecía "cinco grados de evaluación del progreso de los alumnos (grados): "muy malo", "malo", "mediocre", "bueno", "excelente". En 1992 se aprobó en nuestro país la Ley de Educación. Establece que las instituciones educativas deben elegir independientemente sus propios sistemas de evaluación, los formularios, el orden y la frecuencia de las evaluaciones intermedias de los estudiantes.