«La isla bajo el mar» Isabel Allende Para ser una esclava en el Saint-Domingue de finales del siglo XVIII, Zarite habia tenido buena estrella: a los nueve anos fue vendida a Toulouse Valmorain, un rico terrateniente, pero no conocio ni el agotamiento de las plantaciones de cana ni la asfixia y el sufrimiento de los trapiches, porque siempre fue una esclava domestica. Su bondad natural, fortaleza de espiritu y honradez le permitieron compartir los secretos y la espiritualidad que ayudaban a sobrevivir a los suyos, los esclavos, y conocer las miserias de los amos, los blancos. Zarite se convirtio en el centro de un microcosmos que era un reflejo del mundo de la colonia: el amo Valmorain, su fragil esposa espanola y su sensible hijo Maurice, el sabio Parmentier, el militar Relais y la cortesana mulata Violette, Tante Rose, la curandera, Gambo, el apuesto esclavo rebelde… y otros personajes de una cruel conflagracion que acabaria arrasando su tierra y lanzandolos lejos de ella. Al ser llevada por su amo a Nueva Orleans, Zarite inicio una nueva etapa en la que alcanzaria su mayor aspiracion: la libertad. Mas alla del dolor y del amor, de la sumision y la independencia, de sus deseos y los que le habian impuesto a lo largo de su vida, Zarite podia contemplarla con serenidad y concluir que habia tenido buena estrella. Это и многое другое вы найдете в книге La isla bajo el mar (Isabel Allende). Напишите свою рецензию о книге Isabel Allende «La isla bajo el mar» https://izbe.ru/book/527400-la-isla-bajo-el-mar-isabel-allende/
En un reino, donde el olor a vino volaba en el aire y los caminos de piedra pavimentada suave se curvaban bajo los pies, ¡se produjo un desastre! El hijo mató a su padre, el rey del Majestic Breal. La noticia de la tragedia se extendió a todos los confines del gran estado. El anciano estaba sentado en los escalones del templo, fumando en pipa y moviendo su cabeza gris, acariciando su larga barba, suspiró - Recuerdo a un Adramelech muy joven, ehh .. era diferente a todos los niños, inteligencia y belleza, ¿qué tipo de serpiente negra podía meterse en su alma? - Oh ...