SAM VOLVIÓ A CASA TEMPRANO PARA PASAR LA NOCHEBUENA, DESPUÉS DE DESPEDIR A DAPHNE, QUE SE MARCHABA A LONDRES, EN EL AEROPUERTO. LE HABÍA REGALADO UNA ESPECTACULAR PULSERA DE BRILLANTES Y UN ALFILER CON UN CORAZÓN DE RUBÍES QUE HABÍA COMPRADO EN FRED LEIGHTON. SAM SIEMPRE HABÍA SIDO GENEROSO Y TAMBIÉN A ALEX LE HABÍA COMPRADO ALGO, AUNQUE NO TAN IMPORTANTE. PARA ELLA HABÍA ESCOGIDO UN BONITO RELOJ BULGARI —SABÍA QUE A ALEX LE GUSTABA—, PERO NADA QUE EXPRESARA AMOR. NO DESEABA QUE LE MALINTERPRETARA. LA NAVIDAD FUE DIFERENTE Y NO HUBO MODO DE DISIMULARLO. POR MUCHO QUE LO INTENTARON, TAMBIÉN ANNABELLE...