ALEX SE DESPERTÓ A LAS SEIS Y DEAMBULÓ POR LA CASA, DESEANDO QUE FUERA UNA MAÑANA DIFERENTE. PREPARÓ CAFÉ PARA SAM, PUSO LA MESA PARA EL DESAYUNO Y CONTEMPLÓ A ANNABELLE, QUE AÚN DORMÍA. TAMBIÉN SAM SEGUÍA DURMIENDO. ALEX SE SINTIÓ EXTRAÑA MIRÁNDOLOS, SABIENDO QUE PRONTO IRÍA A LUCHAR EN UNA BATALLA QUE PODRÍA SEPARARLA DE ELLOS PARA SIEMPRE. ¿QUÉ SERÍA DE SU FAMILIA?
NO PODÍA COMER NI BEBER NADA, AUNQUE SE MORÍA DE GANAS DE TOMARSE UN CAFÉ. MIENTRAS SE LAVABA LOS DIENTES SINTIÓ DESEOS DE LLORAR. QUERÍA HUIR, OCULTARSE, PERO NO HABÍA HUIDA POSIBLE DE SU PROPIO CUERPO. SE IRGUIÓ Y SE MIRÓ EN EL ESPEJO CON EL CEPILLO DE DIENTES EN LA MANO Y LAS LÁGRIMAS CORRIÉNDOLE POR LAS MEJILLAS. DEJÓ EL CEPILLO Y SE BAJÓ LOS TIRANTES DEL CAMISÓN. EL FINO RASO SE DESLIZÓ SUAVEMENTE HASTA EL SUELO. ALEX CONTEMPLÓ SUS SENOS FIRMES Y PEQUEÑOS. EL IZQUIERDO ERA LIGERAMENTE MAYOR QUE EL DERECHO. DE PRONTO RECORDÓ QUE ANNABELLE SIEMPRE HABÍA PREFERIDO EL IZQUIERDO CUANDO LA AMAMANTABA. AL CONTEMPLAR SU CUERPO NO PUDO EVITAR ADMIRARLO. SIEMPRE HABÍA TENIDO BUENA FIGURA, PERO NO HABÍA PENSADO DEMASIADO EN ELLO. ¿Y AHORA QUÉ? ¿QUÉ OCURRIRÍA SI LE EXTIRPABAN UN SENO? ¿SERÍA UNA PERSONA DIFERENTE? ¿QUEDARÍA TAN HORRIBLEMENTE DEFORMADA QUE SAM NO VOLVERÍA A DESEARLA? NECESITABA OÍRLE DECIR QUE NO LE IMPORTABA QUE TUVIERA UN PECHO O DOS, PERO A ÉL LE PARECERÍA QUE SE COMPORTABA DE UN MODO MORBOSO.
MIENTRAS SE MIRABA Y LLORABA DESCONSOLADAMENTE, INTENTABA CONVENCERSE DE QUE UN PECHO NO ERA UN PRECIO EXCESIVO POR TODA UNA VIDA, PERO TAMPOCO QUERÍA PERDERLO, NI HACERSE LA CIRUGÍA PLÁSTICA. SOBRE TODO, NO QUERÍA TENER CÁNCER.
—HOLA —SALUDÓ UN SAM SOMNOLIENTO QUE SE DIRIGÍA A LA DUCHA. ALEX NO LE HABÍA OÍDO ENTRAR Y ÉL NO PARECIÓ DARSE CUENTA DE QUE ESTABA LLORANDO. SE VOLVIÓ INSTINTIVAMENTE, COMO SI TUVIERA YA ALGO HORRIBLE QUE OCULTAR, Y SE CUBRIÓ CON UNA TOALLA—. TE HAS LEVANTADO TEMPRANO —DIJO SAM. ¡VAYA SORPRESA! —ALEX SINTIÓ DESEOS DE GOLPEARLE POR EL TONO CON QUE HABÍA PRONUNCIADO ESAS PALABRAS.
—HOY VAN A OPERARME —LE RECORDÓ CON VOZ AHOGADA.
—VAN A HACERTE UNA BIOPSIA —LE CORRIGIÓ ÉL, ABRIENDO EL GRIFO DE LA DUCHA—. NO TE PONGAS MELODRAMÁTICA.
—¿CUÁNDO VAS A DESPERTAR? —LE ESPETÓ ALEX—. ¿CUÁNDO PIENSAS ENFRENTARTE CON LA REALIDAD? ¿CUANDO YA HAYA PERDIDO EL PECHO, O NI SIQUIERA ENTONCES? ¿TANTO MIEDO TE DA QUE NO PUEDES INTENTAR COMPRENDERME NI POR UN INSTANTE?
SAM NECESITABA OÍR AQUELLOS REPROCHES, PERO TAMPOCO CON ESO PUDO ENFRENTARSE. SE METIÓ BAJO LA DUCHA SIN MIRARLA Y DICIENDO ALGO QUE ALEX NO ALCANZÓ A OÍR MIENTRAS LO OBSERVABA CON RENOVADO ASOMBRO. ELLA SE ACERCÓ A LA DUCHA Y DESCORRIÓ LA CORTINA DE GOLPE PARA MIRAR A SU MARIDO, COMPLETAMENTE FUERA DE SUS CASILLAS.
—¿QUÉ HAS DICHO?
—QUE TE ESTÁS PONIENDO MELODRAMÁTICA. —PARECÍA AVERGONZADO Y MOLESTO A LA VEZ, MIENTRAS ALEX LO CONTEMPLABA. ELLA ESTABA TAN HERMOSA CON LA PIEL MOJADA QUE SAM TUVO UNA ERECCIÓN. NO HABÍAN HECHO EL AMOR DESDE EL FIN DE SEMANA «AZUL». PRIMERO PORQUE ALEX ESTABA OCUPADA CON EL JUICIO Y LUEGO PORQUE LE HABÍA TRAUMATIZADO LA POSIBILIDAD DE QUE TUVIERA CÁNCER. SAM, POR OTRA PARTE, NO HABÍA INTENTADO ACERCARSE A ELLA.
—CREO QUE TE ESTÁS COMPORTANDO COMO UN HIJO DE PUTA, SAM PARKER. ME IMPORTA UN BLEDO QUE TE CUESTE AFRONTAR LO QUE ESTÁ OCURRIENDO; A MÍ TAMBIÉN ME CUESTA. Y SOY YO LA QUE ESTÁ ENFERMA. AL MENOS PODRÍAS APOYARME. ¿ES DEMASIADO PEDIR PARA USTED, SEÑOR IMPORTANTE, QUE TIENE UN CANGUELO TAN GRANDE QUE NO PUEDE ENFRENTARSE CON LA REALIDAD?
SAM VOLVIÓ A CORRER LA CORTINA Y SIGUIÓ DUCHÁNDOSE.
—¿POR QUÉ NO TE TRANQUILIZAS, ALEX? ESTA TARDE TODO HABRÁ TERMINADO Y TE SENTIRÁS MUCHO MEJOR. —AMBOS SABÍAN QUE LA PROGESTERONA ALTERABA LOS NERVIOS, PERO LO QUE SE DISCUTÍA ALLÍ ERA LA PROPIA EXISTENCIA. ALEX VEÍA AMENAZADA SU SALUD, SU VIDA, SU ASPECTO, SU FEMINEIDAD, INCLUSO SU CAPACIDAD DE TENER HIJOS. ¿QUÉ OTRA COSA LE QUEDABA? MUCHAS TAL VEZ, PERO ELLA AÚN NO LAS HABÍA DESCUBIERTO, NI TAMPOCO SAM, QUE SEGUÍA CON LA CABEZA BAJO EL ALA, COMO LOS AVESTRUCES.
CARMEN LLEGÓ CUANDO SE DESPERTABA ANNABELLE. ALEX FUE A HABLAR CON ELLAS MIENTRAS SU HIJA SE VESTÍA. CARMEN NOTÓ QUE ESTABA MUY ALTERADA. ALEX LE HABÍA CONTADO LO MISMO QUE A SU HIJA: QUE SE IBA EN VIAJE DE TRABAJO Y NECESITABA QUE SE QUEDARA UNOS DÍAS EN EL APARTAMENTO.
—¿VA TODO BIEN, SEÑORA PARKER? —PREGUNTÓ CARMEN CON TONO RECELOSO, Y ALEX SE SINTIÓ TENTADA DE CONTÁRSELO TODO. PERO EL HECHO DE DECÍRSELO A OTRA PERSONA LO HARÍA MÁS REAL. ERA MÁS FÁCIL FINGIR.
—SÍ, CARMEN, GRACIAS.
SIN EMBARGO, CARMEN VOLVIÓ A SOSPECHAR ALGO RARO CUANDO ALEX APARECIÓ VESTIDA CON TEJANOS, SUÉTER BLANCO Y MOCASINES. ALEX NO VIAJABA NUNCA VESTIDA DE ESA MANERA, Y SIN MAQUILLAR, ADEMÁS. CARMEN LA MIRÓ CON EL ENTRECEJO FRUNCIDO Y LUEGO MIRÓ A SAM, QUE BEBÍA CAFÉ, COMÍA HUEVOS Y LEÍA EL PERIÓDICO. ÉL VESTÍA SU TRAJE HABITUAL Y PARECÍA EXTRAÑAMENTE ALEGRE CUANDO DEJÓ EL PERIÓDICO PARA CHARLAR. NO DIJO NADA A SU MUJER, PERO SE MOSTRÓ PARTICULARMENTE DIVERTIDO CON CARMEN Y ANNABELLE. CARMEN NO IMAGINABA QUÉ ESTABA OCURRIENDO, PERO LE DABA EN LA NARIZ QUE NO ERA NADA BUENO.
A LAS SIETE Y CUARTO ALEX RECORDÓ A SU MARIDO QUE TENÍAN QUE MARCHARSE. SAM COGIÓ SU MALETÍN Y LA BOLSA DE ALEX Y PROMETIÓ A ANNABELLE QUE VOLVERÍA PARA CENAR. BESÓ A SU HIJA, ALBOROTÓ SUS RIZOS Y LUEGO FUE A LLAMAR AL ASCENSOR MIENTRAS ALEX ABRAZABA A LA PEQUEÑA.
—VOY A ECHARTE MUCHO DE MENOS —LE DIJO, NOTANDO QUE TEMBLABA. NO QUERÍA MARCHARSE, PERO EL ASCENSOR YA HABÍA LLEGADO Y SAM LA LLAMABA—. TE QUIERO, CARIÑO. VOLVERÉ PRONTO… TE QUIERO… —REPITIÓ POR ENCIMA DEL HOMBRO. TENÍA EL ROSTRO ANEGADO EN LÁGRIMAS CUANDO SALIÓ CORRIENDO HACIA EL ASCENSOR. CARMEN NO SE PERDIÓ DETALLE. ANNABELLE MIRABA LOS DIBUJOS DE LA TELEVISIÓN MIENTRAS ELLA METÍA LOS PLATOS DEL DESAYUNO EN EL FREGADERO. ENTONCES RECORDÓ QUE ALEX NO HABÍA TOMADO ABSOLUTAMENTE NADA, NI LÍQUIDO NI SÓLIDO. ALGO MUY MALO ESTABA OCURRIENDO, DE ESO ESTABA SEGURA.
EN EL TAXI, SAM ENTABLÓ UNA CONVERSACIÓN INSUSTANCIAL QUE ALEX HUBIERA QUERIDO AHORRARSE. SÓLO PENSABA EN LA DULCE CARITA DE SU HIJA Y CÓMO SE HABÍA SENTIDO AL ABRAZARLA PARA DESPEDIRSE.
—HOY VENDRÁ OTRO GRUPO DE ÁRABES Y UNOS HOLANDESES. DEBO CONFESAR QUE SIMON CONOCE A GENTE EXTRAORDINARIA. REALMENTE ESTABA MUY EQUIVOCADO CON ÉL. —Y SIGUIÓ PARLOTEANDO MIENTRAS SE DIRIGÍAN HACIA EL NEW YORK HOSPITAL, DONDE LES AGUARDABA EL DOCTOR HERMAN.
—ME ALEGRO DE OÍRLO —CONTESTÓ ALEX, INDIFERENTE A LAS VIRTUDES DE SAM Y A LOS CLIENTES POTENCIALES—. ¿VAS A QUEDARTE O TE IRÁS A LA OFICINA? —NADA LE HUBIERA SORPRENDIDO YA.
—TE DIJE QUE ME QUEDARÍA CONTIGO Y LO HARÉ. PEDÍ A JANET QUE LLAMARA AL MÉDICO Y LE DIJO QUE TARDARÍA UNA MEDIA HORA CON ANESTESIA INCLUIDA, CUARENTA Y CINCO MINUTOS COMO MUCHO. LOS EFECTOS DE LA ANESTESIA NO SE TE IRÁN HASTA MÁS TARDE. HE PENSADO QUEDARME HASTA LAS DIEZ Y MEDIA O LAS ONCE. PARA ENTONCES TE HABRÁS DESPERTADO O TE HABRÁS VUELTO A DORMIR Y ESTARÁS YA EN LA HABITACIÓN. VOLVERÉ A BUSCARTE POR LA TARDE.
SE HIZO UN LARGO SILENCIO DESPUÉS DE QUE ALEX ASINTIERA Y SE PUSIERA A MIRAR POR LA VENTANILLA.
—OJALÁ COMPARTIERA TU OPTIMISMO. —LE HABÍA CONTADO YA QUE HABÍA DECIDIDO REALIZAR TODO LO QUE FUERA NECESARIO EN UNA SOLA OPERACIÓN. FIRMARÍA EL PERMISO AL LLEGAR AL HOSPITAL. DE ESE MODO, CUANTO HUBIERA DE OCURRIR OCURRIRÍA ESE MISMO DÍA: BIOPSIA Y MASTECTOMÍA, O TUMORECTOMÍA SI BASTABA CON EXTIRPAR EL TUMOR EN LUGAR DE TODO EL SENO. ELLA NO LO SABRÍA HASTA QUE SE DESPERTARA, PERO AL MENOS SÓLO TENDRÍA QUE ENFRENTARSE CON EL TERROR DE LA OPERACIÓN UNA VEZ. SAM SEGUÍA CREYENDO QUE ESTABA LOCA.
—¿DE VERDAD CONFÍAS TANTO EN ESE TIPO? —VOLVIÓ A PREGUNTAR CUANDO ATRAVESABAN YORK AVENUE Y EL HOSPITAL APARECÍA ANTE LOS OJOS DE ALEX COMO UN DINOSAURIO DISPUESTO A DEVORARLA.
—TIENE UNA REPUTACIÓN EXCELENTE. LO HE COMPROBADO. Y PEDÍ UNA SEGUNDA OPINIÓN. —AÚN NO SE LO HABÍA CONTADO—. LA DOCTORA ESTUVO TOTALMENTE DE ACUERDO CON ÉL, SAM. ESTÁ MUY CLARO, PERO NO ES NADA AGRADABLE.
—AUN ASÍ, YO NO LE DARÍA TANTA LIBERTAD DE ACCIÓN.
ALEX NO ESTABA DE ACUERDO. ADEMÁS, LO HABÍA COMENTADO CON JOHN ANDERSON POR TELÉFONO Y EL MÉDICO HABÍA APOYADO SU DECISIÓN. LE HABÍA ASEGURADO QUE PODÍA CONFIAR EN HERMAN PLENAMENTE.
EL TAXI SE DETUVO ANTE LA PUERTA DEL HOSPITAL. SAM PAGÓ Y COGIÓ LA BOLSA DE ALEX, QUE NO CONTENÍA DEMASIADAS COSAS. ELLA ESPERABA QUE FINALMENTE SAM ESTUVIERA EN LO CIERTO Y, QUE SU ESTANCIA EN EL HOSPITAL FUERA CORTA. DE CUALQUIER FORMA, ÉL PODÍA LLEVARLE LO QUE NECESITARA SI REALMENTE DEBÍA QUEDARSE MÁS TIEMPO. AL HACER LA BOLSA HABÍA RECORDADO EL DÍA EN QUE FUE AL HOSPITAL PARA TENER A ANNABELLE. AQUELLA ÉPOCA TAN FELIZ PARECÍA MUY CERCANA EN EL TIEMPO.
SIGUIERON LAS FLECHAS HASTA LLEGAR A LA VENTANILLA DE INGRESOS, PERO YA LA HABÍAN REGISTRADO EL DÍA EN QUE ACUDIÓ A HACERSE LOS ANÁLISIS DE SANGRE Y LAS RADIOGRAFÍAS. LE DIERON EL NÚMERO DE SU HABITACIÓN EN LA SEXTA PLANTA, UNA FICHA Y UN PEQUEÑO RECIPIENTE DE PLÁSTICO QUE CONTENÍA CEPILLO DE DIENTES, VASO DE PLÁSTICO, JABÓN Y PASTA DENTÍFRICA. AL RECIBIR AQUELLOS OBJETOS, ALEX SE SINTIÓ DEPRIMIDA, COMO SI ACABARAN DE ENCERRARLA EN UNA PRISIÓN.
SAM Y ELLA SUBIERON AL SEXTO PISO EN SILENCIO, EN MEDIO DEL BARULLO DEL HOSPITAL. SAM PARECÍA INCÓMODO Y ESTABA PÁLIDO. ALEX SEGUÍA ATERRORIZADA CUANDO SALIERON DEL ASCENSOR Y SE CRUZARON CON DOS PACIENTES QUE IBAN DORMIDOS EN SUS RESPECTIVAS CAMILLAS Y TENÍAN CONECTADAS UNAS INTRAVENOSAS. LAS ENFERMERAS DE RECEPCIÓN EN LA SEXTA PLANTA LE INDICARON DÓNDE SE HALLABA SU HABITACIÓN, QUE ERA PEQUEÑA Y FEA, PINTADA DE AZUL CLARO. EN LA PARED HABÍA UN PÓSTER Y LA CAMA PARECÍA ENGULLIR TODO EL ESPACIO. NO ERA NADA AGRADABLE, PERO AL MENOS ESTARÍA SOLA Y NO TENDRÍA QUE HABLAR CON NADIE, EXCEPTO CON SAM, QUE NO PARABA DE HACER COMENTARIOS ABSURDOS SOBRE LA VISTA Y LO CAROS QUE SE ESTABAN PONIENDO LOS HOSPITALES, Y QUE LA SANIDAD PÚBLICA NO FUNCIONABA EN ABSOLUTO EN CANADÁ Y EN GRAN BRETAÑA. ALEX SINTIÓ DESEOS DE GRITARLE QUE CALLARA, PERO SABÍA QUE SU MARIDO HACÍA ESFUERZOS DESESPERADOS POR SUPERAR AQUELLA SITUACIÓN, AUNQUE A ELLA NO LE AYUDARA.
UNA ENFERMERA ENTRÓ PARA ASEGURARSE DE QUE ALEX NO HABÍA TOMADO ABSOLUTAMENTE NADA DESDE LA MEDIANOCHE DEL DÍA ANTERIOR. DESPUÉS ENTRÓ UN SANITARIO CON UN SOPORTE PARA INTRAVENOSAS, ARROJÓ UN CAMISÓN SOBRE LA CAMA Y LE DIJO QUE VOLVERÍA AL CABO DE UNOS MINUTOS. DE REPENTE ALEX SE ECHÓ A LLORAR. TODO AQUELLO ERA HORRIBLE. SAM LA ABRAZÓ, DESEANDO DECIRLE CUÁNTO LO SENTÍA.
—PRONTO TERMINARÁ TODO. INTENTA OLVIDARLO. PIENSA EN ANNABELLE, EN QUE IREMOS A LA PLAYA EL VERANO QUE VIENE…, O EN EL HALLOWEEN…, Y ANTES DE QUE TE DES CUENTA YA HABRÁ PASADO.
ALEX SE RIÓ INTERIORMENTE DE LO QUE LE DECÍA SU MARIDO. NI SIQUIERA LA IDEA DEL HALLOWEEN Y DE ANNABELLE CONSEGUÍA BORRAR EL TERROR QUE SENTÍA.
—ESTOY TAN ASUSTADA —SUSURRÓ.
—LO SÉ…, PERO TODO SALDRÁ BIEN…, TE LO ASEGURO.
PERO ALEX SABÍA QUE ESTABA EN LAS MANOS DE DIOS Y NO PODÍAN SABER LO QUE HABÍA RESERVADO PARA ELLA.
—ES TODO TAN EXTRAÑO… ÉRAMOS TAN PODEROSOS A NUESTRA MANERA. ÉRAMOS PERSONAS FUERTES, CON BUENOS EMPLEOS, MOVILIZÁBAMOS A UN MONTÓN DE GENTE, TOMÁBAMOS DECISIONES QUE TENÍAN QUE VER CON EL DINERO, CON LAS PERSONAS Y LAS EMPRESAS… Y DE REPENTE LLEGA UNA DESGRACIA COMO ÉSTA Y TE ENCUENTRAS INDEFENSA. DE PRONTO ESTÁS A MERCED DE TODO EL MUNDO, DE PERSONAS A LAS QUE NO CONOCES, DEL DESTINO Y DE TU PROPIO CUERPO.
LA ENFERMERA VOLVIÓ A APARECER EN LA PUERTA PARA INDICAR A ALEX QUE SE DESVISTIERA Y SE PUSIERA EL CAMISÓN, PORQUE VENDRÍAN A PONERLE LA INTRAVENOSA ENSEGUIDA. NO HABÍA SIMPATÍA NI INTERÉS EN SU VOZ.
—¿ESO ES UNA BUENA NOTICIA? —BROMEÓ SAM—. ¿COMO SI FUERAN A TRAERTE UN ABUNDANTE DESAYUNO?
—NADA DE TODO ESTO ES BUENO —DIJO ALEX, ENJUGÁNDOSE LOS OJOS Y DESEANDO UNA VEZ MÁS QUE SAM TUVIERA RAZÓN AL FIN Y AL CABO.
LA ENFERMERA VOLVIÓ MIENTRAS ALEX SE ESTABA CAMBIANDO. LUEGO LE PIDIÓ QUE SE TUMBARA PARA PODER PONERLE LA INTRAVENOSA. SE TRATABA SIMPLEMENTE DE UNA SOLUCIÓN SALINA PARA QUE NO SE DESHIDRATARA.
—ADEMÁS, ASÍ LO TENEMOS TODO PREPARADO POR SI NECESITA QUE LE INYECTEN ALGO MÁS. VAN A DARLE ANESTESIA GENERAL —EXPLICÓ, COMO UNA AZAFATA ANUNCIANDO QUE SE DISPONÍAN A SOBREVOLAR SAN LUIS.
—LO SÉ —DIJO ALEX, INTENTANDO PARECER TRANQUILA, COMO SI FUERA ELLA LA QUE HUBIERA TOMADO TODAS LAS DECISIONES. PERO A LA MUJER NO LE IMPORTABA NADA DE LO QUE ELLA SENTÍA. SE HALLABAN EN UN HOSPITAL, DONDE SE TRABAJABA CON CUERPOS PARA REPARARLOS LO ANTES POSIBLE Y DEJAR ESPACIO A LOS SIGUIENTES.
LA SOLUCIÓN LE QUEMÓ AL ENTRAR POR EL BRAZO, PERO LA ENFERMERA LE ASEGURÓ QUE SE LE PASARÍA EN UNOS MINUTOS. LUEGO LE TOMÓ LA PRESIÓN SANGUÍNEA, LA AUSCULTÓ, HIZO UNA ANOTACIÓN EN SU GRÁFICO Y ACCIONÓ UN INTERRUPTOR QUE ENCENDIÓ LA LUZ DEL PASILLO.
—LLAMARÉ PARA DECIRLES QUE ESTÁ PREPARADA. LA LLEVARÁN AL QUIRÓFANO ENSEGUIDA. —ERAN LAS OCHO Y MEDIA Y LA BIOPSIA DEBÍA REALIZARSE A LAS NUEVE.
—¿QUIERES QUE HAGA ALGUNA LLAMADA MIENTRAS ESPERO? —PREGUNTÓ SAM CON TONO DESPREOCUPADO, MIENTRAS CONTEMPLABA LA HABITACIÓN CON AIRE DESDICHADO Y UNA ENFERMERA ENTRABA CON UNA CARPETA.
—NO, GRACIAS. CREO QUE SE HARÁN CARGO DE TODO EN LA OFICINA —CONTESTÓ ALEX, MIENTRAS HOJEABA EL PAPEL QUE LE TENDÍA LA ENFERMERA. ERA EL PERMISO DEL QUE YA HABÍA HABLADO CON EL DOCTOR HERMAN. SÓLO LEYÓ UNAS CUANTAS LÍNEAS, EN LAS QUE SE AUTORIZABA A REALIZAR INCLUSO UNA MASTECTOMÍA RADICAL, AUNQUE EL MÉDICO LE HABÍA EXPLICADO QUE POR LO GENERAL BASTABA CON LA RADICAL MODIFICADA, EN LA QUE SE EXTIRPABA EL SENO Y LOS MÚSCULOS PECTORALES MENORES, PERO NO LOS MAYORES. ÉSTOS ÚLTIMOS ERAN NECESARIOS PARA PODER HACER LA CIRUGÍA PLÁSTICA. ALEX NO PUDO LEER NADA MÁS. DESPUÉS DE FIRMAR MIRÓ A SAM CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS, INTENTANDO NO PENSAR MÁS EN ELLO, Y DEVOLVIÓ LA CARPETA A LA ENFERMERA.
—NO OLVIDES LLAMAR A ANNABELLE A LA HORA DE COMER POR SI AÚN ESTOY DORMIDA… O TODAVÍA ME ESTÁN OPERANDO, POR FAVOR. DIOS MÍO, NO… —DIJO, SECÁNDOSE LAS MEJILLAS CON DEDOS TEMBLOROSOS. SAM LE COGIÓ UNA MANO.
—LA LLAMARÉ. VOY A COMER EN LA GRENOUILLE CON LOS ÁRABES DE SIMON Y SU AYUDANTE DE LONDRES. ES UNA MUJER QUE ESTUDIÓ ECONOMÍA EN OXFORD. SIMON DICE QUE NUESTROS CHICOS DE HARVARD NO LE LLEGAN NI A LA SUELA DE LOS ZAPATOS A LOS DE OXFORD. —SAM SONRIÓ. INTENTABA DISTRAER A SU MUJER, PERO EN ESE MOMENTO APARECIERON DOS SANITARIOS, CON ASPECTO DE ÁNGELES NEGROS, EMPUJANDO UNA CAMILLA. VESTÍAN CHAQUETA Y PANTALÓN VERDES Y BATAS AZULES, LLEVABAN GORROS DE PLÁSTICO EN LA CABEZA Y LO QUE PARECÍAN GORROS DE DUCHA EN LOS PIES.
—¿ALEXANDRA PARKER?
ALEX ASINTIÓ A PESAR SUYO. NO PODÍA HABLAR. VOLVIÓ A ECHARSE A LLORAR CUANDO SE ENCONTRABA YA EN LA CAMILLA Y MIRÓ A SAM.
—PÓRTATE BIEN, CARIÑO. TE ESTARÉ ESPERANDO AQUÍ. Y ESTA NOCHE LO CELEBRAREMOS. TRANQUILA. —SAM SE INCLINÓ PARA BESARLA.
—LO ÚNICO QUE QUIERO ES VOLVER A CASA CONTIGO Y CON ANNABELLE Y VER LA TELEVISIÓN —DIJO ALEX CON UN SUSURRO AHOGADO Y ENTRE SOLLOZOS.
—TRATO HECHO. Y AHORA VE Y ACABA DE UNA VEZ PARA QUE PODAMOS OLVIDAR TODO ESTO. —LE PELLIZCÓ UN SENO Y ALEX RIÓ. PERO A ELLA LE RESULTABA IMPOSIBLE SENTIR LA MISMA CONFIANZA, SOBRE TODO AL RECORDAR QUE SU MARIDO NO LE HABÍA DICHO EN NINGÚN MOMENTO QUE SEGUIRÍA AMÁNDOLA AUNQUE LE EXTIRPARAN UN PECHO.
LOS SANITARIOS EMPUJARON LA CAMILLA POR EL PASILLO Y LA INTRODUJERON EN UN GRAN ASCENSOR. LA GENTE QUE ESTABA EN ÉL SE HIZO A UN LADO Y LA OBSERVÓ, PREGUNTÁNDOSE CUÁL SERÍA SU ENFERMEDAD Y FINGIENDO AL MISMO TIEMPO QUE NO LA MIRABAN. SÓLO SE VEÍA SU ROSTRO CON LOS CABELLOS PELIRROJOS ESPARCIDOS SOBRE LA ALMOHADA, PERO DOS DE LOS HOMBRES PENSARON QUE ERA MUY GUAPA.
LLEGARON A LA PLANTA DE LOS QUIRÓFANOS, DONDE PREDOMINABA UN FUERTE OLOR A ANTISÉPTICOS. UNAS PUERTAS ELÉCTRICAS SE ABRIERON Y VOLVIERON A CERRARSE, Y DE REPENTE ALEX SE ENCONTRÓ EN UNA HABITACIÓN PEQUEÑA CON MÁQUINAS CROMADAS Y LUCES BRILLANTES. ALLÍ LA AGUARDABA HERMAN.
—BUENOS DÍAS, SEÑORA PARKER. —NO LE PREGUNTÓ CÓMO SE ENCONTRABA. YA LO SABÍA. LE COGIÓ UNA MANO E INTENTÓ TRANQUILIZARLA—. LA DORMIREMOS ENSEGUIDA, SEÑORA PARKER —EXPLICÓ AMABLEMENTE, SORPRENDIENDO A ALEX. PARECÍA ESTAR EN SU AUTÉNTICO ELEMENTO Y MÁS AFECTUOSO CON ELLA QUE EN OCASIONES ANTERIORES. ¿O ERA SÓLO QUE HABÍA GANADO Y TENÍA POR FIN LO QUE QUERÍA? ¿TENÍA RAZÓN SAM? ¿ESTABAN TODOS LOCOS? ¿LE HABÍAN MENTIDO? ¿IBA A MORIR? ¿DÓNDE ESTABA SAM… Y ANNABELLE…? LA CABEZA LE DIO VUELTAS CUANDO LE METIERON UNA AGUJA EN EL OTRO BRAZO. ALEX PENSÓ QUE TENÍA SABOR A AJO Y A CACAHUETES EN LA BOCA. ALGUIEN LE DIJO QUE EMPEZARA A CONTAR HACIA ATRÁS DESDE CIEN. SÓLO LLEGÓ A NOVENTA Y NUEVE ANTES DE QUE EN TORNO A ELLA SE HICIERA LA MÁS COMPLETA OSCURIDAD.