Imagínate que tú eres una persona muy buena que tú conoces. Puede ser tu familiar, tu amigo o alguien más a quien te refieres bien. Piensa sobre él.
- Cuando se equivoca, se apoya y se ayuda de los cercanos.
- Se llena el amor y el soporto de otros en cualquier situación.
- Se acepta de los demás así que es.
- Nunca se ríe o se dice palabras malas de otros cuando tiene problemas.
- Se da tanta atención y amor como necesita.
Puedes ver que esta persona se siempre está rodeada del cariño. ¿Por qué no pensar sobre sí mismo como esta persona que recibe mucha energía positiva, pero encontrar esta energía dentro de ti y dirigirla a sí mismo?