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El cuento sobre una ardillita Rita

Una vez en un bosque conifero había una ardillita que llamaba Rita. Rita era una ardillita muy buena: siempre estaba lista a ayudar, consolar, soportar y escuchar. Por eso todos querían ser amigos con Rita. Además Rita era diligente y cuidadosa – estudiaba excelente y siempre ayudaba a su mamá con tareas de casa y jugaba con el hermano pequeño. El Buho Sabio, su profesor, alababa Rita y pujo como el ejemplo a otros estudiantes. Así era esta ardillita buena.

Pero adentro Rita a menudo dudaba si es buena y ordenada en realidad. A veces Rita reñía si misma por errores.

- Como torpe yo soy! - pensaba ardillita, había dejando caer una jarra de madera.

- Que ignorante yo soy! - se criticaba Rita, había escrito la palabra “pelota” con “i”.

- Podría hacerlo más bonito, - maneaba la cabeza Rita y miraba su dibujo para el clase de Arte.

Cuando El Bujo Sabio le decía en el clase que ha hecho las tareas del test perfectamente, Rita apretaba las orejas y bajaba la cabeza. Le parecía a la ardillita que le alaban sin razón, y no ha hecho nada especial. A Rita no le gustaba cuando le alababan, incluso si hacía algo bien.

Un día el clase donde Rita estudiaba, preparaba discurso para una fiesta: alguien bailaba, alguien ponía escenas, alguien leía los versos – los estudiantes tenían muchas ideas creativas. Rita decidió a cantar una canción divertida. Le aprendió todos los días, pero siempre pensaba que sin falta olvidará alguna palabra, y por eso ardillita repitía la canción cuando se aparecía un minuto libre.

Rita aun pensó de rechazar de tomar parte en el discurso, pero entendía que así decepcionará todos, y continuaba a aprender la canción. Rita tenía mucho miedo que algo malo pasará en el discurso, y exactamente por la razón que no dedicará bastante tiempo a la preparación.

Se vino el día de la fiesta. Todos los estudiantes corrieron por el claro, lo decoraban y limpiaban, repitieron sus actuaciones, a menudo interrumpiendo su preparación con las risas y discusiones. Solo Rita estaba en el borde del claro.

Rita tenía mucho miedo. Ella sentía que no recuerda ni una línea de su canción, y por eso su garganta se encogía desagradablemente. Ardillita entendía que el discurso se empezará en unos minutos, y tiene que ir a ayudar a su compañeros de clase con la escena, pero no podía hacerle a mover. Rita apretó su mochila, donde estaba la papel con las palabras de la canción. De repente una pulsera de rocas rojas se cayó de la mochila. Rita le tomo, miró con atención, puso en su patita. Súbitamente ella recordó ese día cuando ella tuvo su primer discurso en la escena. Había muco ruido y estaba muy estrechamente. Rita sabía su canción muy bien, pero sentía un poco preocupada antes de cantar. Su mamá estaba con ella al lado de la escena - la ardillita perceibía perdida y no salía de su mamá. Su canción era la próxima, y Rita no sabía que esperar. ¿Que si cantará mal o algo pasará? Mamá vio su hija preocupada, le acarició por la cabeza.

- No podría hacer nada bien, - dijo pequeña Rita. - Mamá, vamos a la casa!

- Vamos allí, - mamá tomó su pata y le llevó a lado, donde había menos ruido. - Mira. Eso es una pulsera de la suerte, - le puso esta pulsera que Rita ha encontrado en su mochila.

- Con él tu puedes todo. ¡Va, hija!

Rita subió a la escena y empezó a cantar. Era la primera vez cuando cantaba delante de los espectadores. Por supuesto, antes contaba mucho a papá, mamá y hermano, y no una vez, pero así, cuando tan muchos ojos la veían – antes eso nunca ha pasado en la vida de Rita. Todo el miedo se fue, era solo ella, los espectadores y el micrófono. Ardillita contaba aún con placer. Los espectadores le aplaudían muy fuertemente después.

Ahora, mientras que Rita miraba en su pulsera, los pensamientos sobre que ha aprendido la canción mal y ahora decepcionará todos, dejaron de atormentarla. Ardillita recordó si misma pequeña y decidió: ella podrá todo en realidad.

Rita secó las lágrimas que ya aparecieron en los ojos, otra vez miró a su pulsera y vió que pasa alrededor. La escena era preparada ya, en el claro los padres habían sentando y esperando cuando el discurso se empezará.

Vino el turno de Rita a actuar. El Bujo Sabio le dio el micrófono, y ardillita salió al centro del claro. Rita entendió con la sorpresa que no está asustada nada más, y siente que cantará muy bien. ¡Y ella empezó a cantar! Y, como antes, el canto le daba mucha alegría.

Cuando ardillita empezaba a culpar si misma por errores o dudarse que hace todo correctamente, ella miraba a su pulsera roja y recordaba su primer discurso. La pulsera le ayudó a Rita a dejar asustarse que hará algo no bastante bien – ahora era segura que esfuerza mucho en realidad, y eso da los resultados. Y incluso si equivoca, no hay nada malo en esto.

Ahora estás pensando qué has leído. Recuerda tu cuento favorito. ¿Sobre qué es? ¿Cómo puedes describir los personajes principales? ¿Qué hacen en esta historia? ¿Cómo se termina? ¿Qué enseña esta historia?

Las formas de lecciones de la vida como historias son muy útiles para aprender. Dan mucho afecto y a niños, y a adolescentes, y a veces a adultos. Hacen pensar y comprobar si mismo con los personajes, analizar como actúan y que les ayuda a luchar contra dificultades. Así la situación traumática (los cuentos terapéuticos trabajan con miedos, ansiedad, violaciones en la actitud y otras peticiones) se muestra “de lado”, tan como no sucede con la persona concreta, y da las opciones para resolver el problema. Además se usa para el diagnóstico del problema – se puede ver las partes concretas de situación traumática.

Hay diferentes tipos de terapia con cuentos:

- lectura y discusión;

- la discusión en el tema del personaje;

- los dibujos e ilustraciones al cuento;

- creación de cuento nuevo con uso del modelo.

Existen más, yo escribí solo unos que son mas entendibles. Aunque la terapia con cuentos es muy útil en ciertas situaciones, hay las excepciones en cuales no se puede usar. Por eso hay que tener cuidado si quieres tratar este tipo de terapia. Si, es posible de usarla sin especialistas. Los padres a veces la practican con sus hijos contando historias para que ellos se comportan en otra manera. ¡También escriben sus propios cuentos! Es bastante fácil si sabes que escribir y que problema mostrar. A propósito, el cuento sobre la ardillita había escrito de mi. Por primeros tratos (aprendo de escribir los cuentos terapéuticos para los alumnos de la primaria, además es mi tema del proyecto escolar) es difícil porque no sabes que escribir, pero si leer los artículos y encontrar las direcciones de los cuentos, es más entendible como hacerlo. Si te interesa y te gusta escribir historias, ¡puedes tratar a crear una por si mismo!