La excitación y la inhibición son los principales procesos nerviosos. Sin ellos, no se puede realizar ni un solo acto motor, ni una sola experiencia mental.
La excitación y la inhibición son dos caras, dos procesos de mayor actividad nerviosa. Debido a su interacción en la corteza existe un análisis y síntesis de los estímulos externos de acuerdo con su importancia para las funciones vitales del cuerpo; la dinámica de la excitación determina la naturaleza de la respuesta del cuerpo a los efectos de su entorno externo e interno.
El llamado "mosaico" dinámico (móvil) de focos de excitación e inhibición en la corteza del hemisferio cerebral corresponde al estado de vigilia.
La distribución espacial de estos focos cambia constantemente dependiendo de la actividad actual y del estado mental del paciente. Durante las conferencias, los focos de excitación constante se localizan en aquellas partes de la corteza que están a cargo de la función del habla, llevan a cabo un acto de pensamiento; todas las demás partes de la corteza se encuentran en un estado de inhibición más o menos profunda. Pero cuando cambian a otro tipo de actividad, por ejemplo, empiezan a tocar el piano, y el "mosaico" cortical cambia inmediatamente: los antiguos focos en otros grupos de células corticales. En la corteza del hemisferio grande, los humanos tienen entre 14 y 15 mil millones de células nerviosas (neuronas). El número de combinaciones espaciales posibles de focos excitados y retardados en la corteza es realmente inconmensurable. Pero cada una de estas combinaciones refleja ciertos momentos de diferentes estados mentales.
¿Qué pasa con este "mosaico" cortical de despertar cuando nos dormimos? En algún punto de la corteza hay un centro de inhibición particularmente estable. Estímulos débiles y monótonos - una canción de cuna, balanceo, tictac de relojes, etc. - puede contribuir a la formación de tal hogar. A partir de él, como desde el centro, el frenado comienza a "irradiar" los grupos de neuronas vecinos, luego cada vez más lejos, extingue los focos de excitación encontrados en el camino, finalmente, captura toda la corteza, todas las neuronas corticales. Llega un sueño profundo sin sueños, sin ninguna manifestación de actividad mental. La corteza cerebral - el "órgano de la psique" - está completamente en reposo.
En consecuencia, el sueño se produce como resultado del predominio del proceso inhibitorio de la corteza cerebral. Tal inhibición, señaló I.P. Pavlov. Tiene un significado "protector" para el cuerpo, promueve su descanso en general y especialmente el más finamente organizado de sus aparatos - la corteza cerebral.
Así, se puede decir que la inhibición del sueño extendida por la corteza juega un papel de "ángel guardián" para el cerebro y todo el cuerpo. Pero además, a veces actúa como un "curandero milagroso", produciendo una recuperación acelerada en las células cerebrales de las necesarias para las salidas normales del cerebro y de la psique de los compuestos químicos más complejos, que se desperdician durante la actividad estresante del día. La insuficiente reposición de estos compuestos día a día conduce a enfermedades no sólo del propio cerebro, sino también de los órganos del cuerpo controlados por él.
Está claro por qué estas enfermedades se curan con un sueño artificialmente prolongado - la llamada terapia del sueño introducida en la práctica médica de I.P. Pavlov y sus seguidores.
Sin embargo, sucede que algún pensamiento perturbador o creativo o sentimiento tormentoso nos impide dormir. En tales casos, en la corteza cerebral son focos de excitación particularmente fuertes y estables, y previenen la irradiación de la inhibición, la aparición del sueño.
Si un sueño ocurre, será incompleto, parcial. La corteza conservará su "punto de control de excitación". como un acantilado solitario en un mar de inhibición. A través de él, el cerebro dormido puede mantenerse en contacto con los demás.
Por ejemplo, un guerrero cansado de una dura marcha duerme profundamente, pero con la más mínima ansiedad ya está de pie y buscando armas.
Un sueño onírico es otro tipo de inhibición incompleta de la corteza de los grandes hemisferios. Si el sueño es profundo, entonces la corteza se inhibe profundamente y los impulsos de excitación que llegan a ella desde los sentidos se detienen inmediatamente. No habrá sueños.
Más cerca de la mañana, cuando las células de la corteza tienen suficiente descanso, el frenado protector se debilita, y los impulsos que penetran en ella comienzan a allanar el camino para sí mismos en un laberinto de neuronas entrelazadas. Como una luz ambulante, la emoción se mueve de un grupo de células a otro y, al romperlas, revive esa línea caprichosa de imágenes, en su mayoría visuales en la naturaleza, que llamamos un sueño. Brillo asombroso, vitalidad de las imágenes resultantes! En un estado de vigilia, ninguna imaginación puede dibujar algo así. Es el brillo de las imágenes del sueño y jugó, aparentemente, un papel importante en el surgimiento de ideas supersticiosas sobre la vida después de la muerte.
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