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HISTORIAS FANTÁSTICAS

ERA UN MOMENTO COMO ESTE. 13 parte

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- A veces te sorprendo", dijo en voz baja. - Luchamos por lo mismo, pero ¿por qué no podemos tomar una sola decisión?

Ziona le dio la espalda y se acercó a la ventana.

- Como vamos por caminos diferentes", dijo, "tomó otro sorbo de té frío. - Y el que tenga un camino más corto ganará. Usted dio el primer paso enviando a un mercenario para proteger a la bruja. Respondí enviando a un asesino. Tu turno.

Clyde quería decir algo, pero en vez de eso se fue en silencio de la habitación. La sacerdotisa acaba de sonreír.

******

Sylvia abrió los ojos irritada. Ella quería dormir, pero los sonidos de cantos falsos que venían de los arbustos cercanos le impedían hacerlo.

- ¡Cállate! - gritó, preguntándose si debía matar al que estaba cantando en la madrugada.

La cabeza despeinada de Freddie salió de los arbustos.

- Oh, lo siento", exclamó. - Me encanta cantar cuando me lavo la cara.

- Escucha.... - Sylvia comenzó y luego se detuvo. Quería decirle que ahorrara agua, pero cuando recordó que estaban cerca de la orilla del mar, se dio cuenta de que su preocupación no tenía sentido.

- Deja de lavarte", ordenó, y Freddie, obediente, salió del follaje, levantándose la camisa. Sylvia bostezó sabrosa, se estiró, echó hacia atrás su enredado cabello y preguntó:

- ¿Tienes un peine?

El tipo agitó la cabeza para culparlo. Un mercenario resopló.

- Así que miro, caminas como si estuvieras tumbado en un pajar. Uno", añadió riendo. Freddy se sonrojó.

- No tienes que recordarme cada vez que Erin no es mi novia.

- Necesariamente! Tienes que hacerlo -dijo la rubia sin piedad, poniéndose de pie-. - Primero, sin ti, habría tenido menos problemas. Segundo, River habría tenido menos problemas sin ti. Tercero, me despertaste.

- Ya dije que lo sentía", murmuró Freddy avergonzado. Sylvia agitó la cabeza.

- Una disculpa no es suficiente. "Ella lo miró con ira. El joven se encogió de hombros...

- ¿Y qué más?

- Pensaré en cómo puedes enmendar tu pecado", dijo Sylvia en un tono real. Freddy iluminó su cara y silbó una canción.

- Mientras tanto, recoja leña", le dijo la mujer contratada. Cuando Freddie salió de la misión, bostezó de nuevo y se sentó en las ramas sobre las que dormía tan dulcemente.

- ¿Dónde estás, River? - Susurró pensativamente, susurrando una delgada ramita entre sus dedos y mirando las hojas que estaban ligeramente revoloteando. - ¿Encontraste a Erin? ¿O ahora está libre de los dos?

* * * * *

El primer sonido que River oyó cuando se despertó fue el gemido de alguien. Recordó con firmeza que yo no bebí ayer, la mercenaria se arriesgó a abrir los ojos para averiguar quién estaba ahí para ella.

- No debí haber ido a la maldita Academia", gimió Erin, tumbada boca arriba con los ojos cerrados y las manos a lo largo de su cuerpo. River estaba desconcertada, tratando de entender por qué estaba tumbada en una posición tan incómoda.

- ¿Qué tiene que ver la Academia con esto? - Preguntó con voz ronca desde su sueño. Erin, no sorprendida por la pregunta, volvió a gemir.

- Porque si no hubiera ido allí, no me habrían enviado a Mogar, no te habrían enviado a matarme, no estaríamos en una tormenta y no me habrías roto las costillas.

- ¿Qué te hace pensar que fui enviado para matarte? ¿De verdad te rompí las costillas?

- ¿Por qué crees que estoy ahí tirado haciendo diferentes sonidos? - una chica enloqueció. River se encogió de hombros, un gesto incómodo considerando su posición.

- Bueno, no sé, tal vez tuviste un sueño. Y déjame ver", se inclinó sin avisar sobre el hombro congelado de Erin, se quitó la camisa en un movimiento inteligente y miró los moretones azul-lila que habían decorado el pecho de la joven bruja.

- Se curarán antes de la boda", dijo con satisfacción, ignorando los ojos verdes y enojados de la rubia. - Y las costillas están intactas. Todavía estaba calculando mi fuerza.

Bostezó y se puso de pie, con la intención de estirarse un poco frente a la carretera. Erin abrió y cerró la boca en silencio, cerrando los botones al mismo tiempo.

- ¿Le estás haciendo esto a todo el mundo o yo soy la excepción? - finalmente habló. River gruñó.

- No, en realidad, sólo necesito preguntar, y se desnudan.

- Tal vez debería bailar un poco más, - dijo Erin irritada. El dolor del movimiento disminuyó un poco, y la niña caminó cautelosamente por el prado, comprobando la función de su cuerpo.

- ¿No puedes hacer algo de magia para sanarte a ti mismo? preguntó River, cogiendo su espada y devolviéndola a su lugar habitual en su cinturón. Aryn la frunció el ceño.

- No puedo hacer eso. No puedo hacerlo.

- Entonces, ¿qué puedes hacer? - River no estaba muy interesada en esta pregunta, pero quería entablar una conversación. Para su sorpresa, estaba avergonzada.

- A decir verdad, casi nada.

Continuará....